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The Islamic Bulletin

Volume X IX No. 24

El hermano Awad Mohamed Elgarguri, uno de

nuestros apreciados colaboradores del Boletín Islámico

falleció a la temprana edad de 49 años. En este número del

Boletín Islámico, él contribuyo con creencias y prácticas

islámicas. Él será extrañado por su familia, sus muchos

amigos, y el personal del Boletín Islámico. Nos gustaría

pedirle a cada uno de nuestros lectores que lo recuerde en

su Duas este mes sagrado. Que Allah le conceda el Paraíso.

El jeque Awad se dirigía a su casa poco después

del Salat-ul Isha con su hijo 16 años de edad. El jeque

Awad era un hombre en todo el sentido de la palabra.

Era tranquilo, callado, y ecuánime. Yo nunca le recuerdo

perdiendo el control de sí mismo, sin importar la situación.

Cuando él hablaba, lo hacía con sabiduría. Ninguna palabra

era pronunciada sin rumbo o en vano. Él asumía el cuidado

personal de aquellos con quien entraba en contacto y

construía relaciones con ellos, aconsejándoles cómo poner

rumbo a los problemas de sus vidas. Lo sorprendente

era, que sin importar cuántas personas estaban buscando

su ayuda; él atendía a cada uno con el mismo nivel de

atención y cuidado. Sus reservas de paciencia, a veces

parecían no tener fin.

El jeque Awad, quien fue un investigador de

microbiología, había terminado sus estudios de posgrado

en la Facultad de Microbiología de la Universidad Estatal

de Oregón. Como el líder de su comunidad en Corvallis,

Oregón, él era la comunidad. Él no recibía un salario de

la mezquita, pero se preocupaba por todas las personas -

familia, amigos e incluso extraños – con quienes se había

encontrado una vez en la tienda o en la oficina de correos,

por ejemplo.

Personas de diferentes entornos, religiones, edades

y nacionalidades, todos han sido unidos por sentimientos

benevolentes hacia el hombre que vivió e interactuó con

ellos como un verdadero y sincero amigo durante casi tres

décadas. Como el Imán y líder religioso de la Comunidad

Musulmana en Corvallis, Awad dedico toda su vida a dar

un ejemplo del verdadero Islam a los miembros de su

comunidad, dentro y fuera de su mezquita.

“I

nna

L

ilahi

W

a

inna

I

laihi

R

ayiun

“De Allah somos y a Él hemos de volver”

(Coran 2:156)

Para él, Corvallis era su querida ciudad natal,

y estaba tan orgulloso de ella como ciudad y como

comunidad ideal. Islam significa sumisión y paz. Dios nos

creó a partir de diferentes naciones y tribus, pero todos

somos hermanos en la humanidad. La diversidad enriquece

y nutre el crecimiento y desarrollo de la raza humana

y promueve la colaboración pacífica y una convivencia

coherente. Este es el mensaje que Awad buscó ejemplificar.

La muerte del hermano Awad me recuerda un

hadith de Rasululah (saw) que dice que la muerte de un

erudito es mayor para Allah que la muerte de un pueblo

entero o de toda una tribu. Él era un hombre de profundo

conocimiento que ponía en práctica lo que sabía. Nunca le

oí mencionar los grados en deen o dunya, los cuales tenía.

Sin embargo, el conocimiento emanaba de él a través de

sus palabras y comportamiento. De hecho, muchos de

los jóvenes de Corvallis se criaron bajo sus alas. Sólo ellos

pueden describir completamente su pérdida.

Como el Profeta (saw) explicó, las acciones son

de acuerdo a su final, y así fue la vida del jeque Awad.

Como de costumbre había una conferencia islámica cada

noche en la mezquita. Esta serie estuvo dedicada al viaje

que cada uno debe tomar de este mundo. Durante cuatro

noches él trajo la muerte a la vida como una realidad para

que todos la vieran. La quinta conferencia islámica debía

ser completada con el khutbah de Jumha. El hermano

Awad rezó sus oraciones de Isha la noche del jueves, y

luego regreso a casa para terminar su Jumha Khutba. En

su camino a casa, el conductor de un vehículo que se

aproximaba se quedó dormido y volteo hacia el coche del

jeque. El jeque desvió su coche de manera que todo el

impacto fuera hacia el lado del conductor, salvando a su

hijo de lo que estaba escrito para él.

Los musulmanes en Corvallis que oyeron la noticia

salieron corriendo de sus casas en estado de shock para

asistir a Jumha. Pensando que las noticias no eran ciertas,

llenaron la mezquita, pero sin su influyente líder y amigo.

Muchos lloraron y sobre todo cuando escucharon el

Jumha khutba que el jeque Awad había preparado para

ese día tenía que ver con la muerte. Y en lugar del jeque

Awad entregando el Khutba, era leído por otro Imán. Y

ese día lloraron como nunca habían llorado antes. Cuanto

le extrañaban. Especialmente una parte que estaba en

el khutba que hablaba de Hazrat Bilal (RA) cuando dio

su último Azan en Medina con una cita famosa, a su

esposa, “¡Qué maravilloso! ¡Mañana voy a reunirme con

los queridos, Muhammad y sus amigos!” En la oración a

Jumha ese día, los miembros de la mezquita lamentaron la

pérdida de su Imán fuera del Centro islámico de Salman

Al-Farsi en Kings Boulevard en Corvallis.

Awad Elgarguri estaba casado y tenía siete hijos.

Aún después de su muerte, su legado se manifestó en su

familia. Fue con completa sumisión a la voluntad de Allah

y con la absoluta creencia y confianza en Su sabiduría

Divina. La reacción al hombre que mató a su padre fue

perdonarlo y rezar para que Allah lo guiara al Islam.

Ellos mostraron paciencia y completa resignación a la

predestinación de Allah. De esta manera, Allah recobró

lo que le pertenecía - “Innalalilahi wa inna ilayhi rajioon.”

“De Allah somos y a Él hemos de volver”

.

(Coran 2:156)

Una Muerte Triste