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The Islamic Bulletin
Volume X IX No. 24
P: ¿Ves alguna similitud entre el Islam y otras reli-
giones en tu pasado?
R: Sí, por supuesto. Está todo conectado. La cosa
acerca de mi religión de antes es que la seguía a cie-
gas. Yo sabía quién era Jesús, vi imágenes que eran
atribuidas a él, pero yo realmente no sabía nada de
Jesús, nada más que las navidades, y los versículos
que leíamos eran dirigidos a nosotros por los sacer-
dotes y los pastores. Me convertí en un mejor segui-
dor de Cristo cuando me convertí en musulmán.
P: ¿Qué impacto ha tenido el Islam en tu vida?
R: El Islam ha abierto mis ojos a mis propias faltas.
Antes yo tenía esta cosa llamada nafs. Yo no sabía
nada acerca de los nafs. El Islam hizo que
me diera cuenta de que, en las calles, siem-
pre andas buscando enemigos que están
dispuestos a hacerte daño. Y el Islam me
enseñó que, para encontrar a mi enemigo,
todo lo que tenía que hacer era mirar en el
espejo. También empecé a hacer contac-
to con los prisioneros, usando mi fe y mis
luchas para inspirarlos. Mi trabajo me llevo a
sorprendentes alianzas con los ministerios de
otras religiones que, como la mía, buscaban
construir un camino para la redención de las
cárceles del país.
P: ¿Qué fue lo más difícil de cambiar y
cuánto tiempo te tomó?
R: Lo más difícil de cambiar... pienso que fue todo
el tema de la mujer. Sí, porque era frío- las mujeres,
ya sabes, la marihuana, todo bien durante la noche.
Justo después del Shahada, fui y tomé una ducha,
todo fue en seco. Yo tenía un montón de amigas, y
lo próximo que sabes es que mis amigas me vieron
caminando por la calle con un traje blanco, yo era
un buen tipo para ellas antes de convertirme en
musulmán, y ellas simplemente no podían entend-
er porque no podían tocarme, y porque no podía
hablarles más. Hubiese deseado haber sido más
educado en aquel entonces para haberme explicado
mejor. Pero, Allah es el mejor de los Planificadores,
ya sabes. Muchas de ellas lo respetaron. La gente con
la que fui a la escuela, permanecí en contacto con
ellos en Facebook. Tengo algo así como esta clase
diaria que hago con todos mis conocidos no musul-
manes con los que crecí.
P: ¿Algunos de tus amigos o miembros de tu fa-
milia se convirtieron en musulmanes?
R: Más de 55 personas que conocemos se con-
virtieron en musulmanes. Mi abuela y mi tía tomaron
el Shahada. Mi hermano tomó el Shahada. Mi primo
tomó el Shahada. Entonces mi tía tomó el Shahada
un domingo y luego murió un martes. Toda mi pan-
dilla callejera se convirtió al islam, a excepción de
una persona.
P: ¿Cómo reaccionó tu madre a tu aceptación del
Islam?
R: Mi madre nos crio en escuelas católicas. Ella
tuvo dos empleos para hacer eso... Era un poco
confuso para ella, pero ella lo aceptó. Ellos le pre-
guntarían, ¿por qué tu hijo lleva puesto ese traje?
Y ella diría, no sé, pero déjenlo en paz, ¡mis hijos
están libres de drogas ahora, no beben y no fuman!
Cambiaron sus vidas y lo están haciendo bien.
P: ¿Cómo son las fiestas con tu familia no musul-
mana?
R: Por supuesto, no las celebro. En ciertos días
festivos prefiero mantenerme alejado, como, por
ejemplo, Navidad. Respeto a mi famil-
ia en sus días festivos, y ellos respetan
los míos. Entonces, mi madre no recibe
regalos míos para Navidad, ella recibe
regalos para ‘Eid. En los días festivos
como el Día de las Madres y Día de
Acción de Gracias, sé que no son del
Sunna, pero yo los veo como... para mi
familia, así que voy a sus casas, pero no
quedo demasiado atrapado en el mo-
mento. Me aseguro de tratar bien a mi
madre durante todo el año. Así pues,
todos los días que la veo, la trato como si
fuera el Día de las Madres. Mi hermano
y yo hemos aprendido a hacer comidas tradiciona-
les boricuas como arroz con pollo (pollo con arroz)
con pollo halal. Hay una tienda en Pittsburg donde
podemos conseguir carne halal. Creo que hemos
descubierto como hacer un montón de platos
tradicionales boricuas al estilo halal, incluso mofon-
go (plátano verde frito machacado en un mortero
y en forma de bola. Tradicionalmente es sazonado
con ajo fresco y chicharrones de cerdo. Las nuevas
versiones se rellenan de marisco, pollo o vegetales).
P: ¿Ha visto ella un cambio en tu forma de tra-
tarla y en tu vida?
R: Sí, bastante. Antes no tenía paciencia con ella.
Leí un libro sobre los derechos que las madres
tienen sobre sus hijos y tengo miedo de que Allah
me pueda castigar si no trato bien a mi madre. Hay
una historia de un Sahaba que se estaba muriendo
y él no podía tomar su Shahada y el Profeta Mo-
hammad (Salla Lahu ‘alaihi Wa- Salaam) le dijo, ya
sabes, dilo, dilo. Entonces el Profeta Mohammad
(Salla Lahu ‘alaihi Wa- Salaam) dijo, hay un prob-
lema entre tú y tu madre. Por lo que el Profeta
Mohammad (Salla Lahu ‘alaihi Wa- Salaam) mando
a buscar a su madre, se reconciliaron y entonces
él pudo decir el Shahada. Así que siento temor de
que si no trato bien a mi madre y si no trato bien
a mi abuela, y a las mujeres de mi familia, Allah po-
dría bloquear mi lengua de decir el Shahada.
No sé, pero déjenlo
en paz,
¡mis hijos están
libres de drogas
ahora, no beben y
no fuman!
Cambiaron sus
vidas y lo están ha-
ciendo bien.