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The Islamic Bulletin

Volume XXX No. 30

¡D

i

una

buena

palabra o

permanece

en

silencio

!

Nuestras lenguas son como el filo doble de las espadas.

Pueden funcionar para nosotros y en contra de nosotros,

tanto en este mundo y en el Más Allá. Tenemos que ser

responsables de lo que decimos.

El Mensajero de Allah (S) dijo: “El hombre fuerte no es el

único que puede dominar a la gente por su fuerza, sino el

que se controla a sí mismo, y maneja su ira.”

El (S) también dijo: “Si alguno de ustedes se enoja, que

guarde silencio.”

El Mensajero de Allah (S) dijo: “Si alguno de ustedes se

enoja y está de pie, primero siéntese, así su ira se ira, y si

no se va, déjenlo que descanse”.

. El Profeta dijo: “De hecho, el siervo hablará

una buena palabra o permanecerá en silencio.

Una palabra agradable a Dios que él puede creer

insignificante, pero por ella Dios puede elevarlo

en muchos grados. Y de hecho un siervo puede

hablar una sola palabra desagradable a Dios que el

piense que es insignificante pero por ella, lo puede

condenar al infierno”

Hay que estar atentos para no hablar falsedad.

Nosotros debemos pensar en lo que estamos dici-

endo antes de seguir hablando. El hadiz nos anima

a guardar nuestras lenguas. Una persona que

quiere hablar debe pensar lo que va a decir antes

de que lo diga.

Abu Hurairah relata que el Profeta (SAW), dijo:

“El que cree en Alá y en el Último Día debe decir una bue-

na palabra o permanecer en silencio.”

La importancia de este Hadith ...

En este hadiz se analizan algunas de las formas en que la fe

de un musulmán debe afectar la forma en que se relaciona

con los demás. Ibn al-Asqalani escribe: “Este hadiz habla

de tres cosas, y al hacerlo, reúne todo lo que conllevan las

buenas costumbres con respecto a la palabra y la obra.”

El que cree en Dios y el último día..

.

La primera condición es decir algo bueno o

permanecer en silencio. Decir una buena pal-

abra o permanecer en silencio

Este es un estímulo para hablar lo que es

bueno y beneficioso; al mismo tiempo, es una

advertencia, advertirnos en tener cuidado en

lo que decimos, para no decir algo que sea

perjudicial o falso.

Es parte de la fe de un musulmán decir la ver-

dad y decir cosas que traigan beneficio a otros.

Allah SWT dice:

“¡Oh, creyentes! Temed a

Alá y hablen la palabra que sea correcta. Él

hará lo correcto para ustedes y perdonará

sus pecados. “

(Corán 33: 70-71)

“No es bueno en gran parte su conversación privada, a

excepción de aquellos que lo ordenan por la caridad o

lo que es correcto, o para traer la reconciliación entre

las personas. Y cualquiera que esté buscando agradar a

Alá, entonces que se le conceda una gran recompensa

(Corán 4: 114).

Cuando no tenemos nada beneficioso que decir, el si-

lencio es oro. Una vez, Mu`âdh Ibn Jabal le preguntó al

Profeta (SAW) para que le dijera de una buena obra que le

admitiera en el Paraíso y alejarlo del fuego del infierno. El

Profeta (SAW) le mencionó las virtudes de muchas buenas

acciones, y luego dijo:

“¿Quieres que te informe de la fundación de todo eso?”

Muadh dijo: “Por supuesto.”

El Profeta tomó su lengua y dijo: “refrénate de esto.”

Muadh luego preguntó: “¡Oh Profeta de Alá! ¿Somos

juzgados por las cosas que decimos? “

El Profeta respondió: “Que tu madre sea privada de ti, ‘oh

Mu`âdh! ¿Hay algo que salve a la gente de ser derribada

de cabeza en el fuego del infierno por la cosechas de sus

lenguas? “

Debemos evitar hablar mal de los demás. Más bien hay

que permanecer en silencio a no ser que estemos buscan-

do la justicia por algún mal que haya sido perpetrado en

contra de nosotros.

Un Poco De Humor

Una persona va al médico, por el temperamento de su

cónyuge. El médico le pregunta: “¿Cuál es el problema?”

La persona dice: “Doctor, no sé qué hacer. Todos los

días mi cónyuge parece enfadarse sin motivo. Me asus-

ta.”

El médico dice: Tengo una cura para eso. Cuando pare-

ciera que su cónyuge está enojando, toma un vaso de

agua y empieza a hacer chas-

quidos con la boca. Simple-

mente haga buches y buches,

pero no lo trague hasta que su

cónyuge salga de la habitación

o se calme”.

Dos semanas más tarde, la

persona regresa al médico con

una apariencia fresca y regen-

erada.

La persona dice: “Doctor fue

una idea brillante. Cada vez

que mi cónyuge comenzaba a

perder, me agitaba con agua.

¡Yo agitaba y agitaba, y mi

cónyuge se calmaba! ¿Cómo

puede un vaso de agua hacer eso? “

El médico dice: “El agua en sí no hace nada, es manten-

er la boca cerrada lo que hace el truco.”

El Profeta Mohammed (la paz sea con él) dijo:

El Mensajero de

Allah (S) dijo: “El

hombre fuerte no es

el único que puede

dominar a la gente

por su fuerza, sino

el que se controla a

sí mismo, y maneja

su ira.”