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The Islamic Bulletin
Volume XXIV No. 28
La Farmacia (ciencia o práctica de la preparación y dis-
pensación de los medicamentos) se practica universalmente
hoy y tiene sus raíces profundamente arraigadas durante
muchos siglos por los estudiosos, alquimistas, y médicos de
los musulmanes del Medio Oriente dle. Abu al-Rayanal-
Biruni c.1045 CE describe al farmacéutico como: “ Es el
profesional que se especializa en la colección de todas las
drogas, la elección de lo mejor de cada una simple o com-
puesta, y la preparación de buenos remedios a raíz de los
métodos y técnicas precisas de acuerdo a lo recomendado
por los expertos en el arte de curar”.
> Al comienzo del siglo VII, la medicina era una fusión de
las prácticas griegas, indias, persas y romanas que habían
progresado lo largo de casi todo un milenio. Estos eran en su
mayoría listas de plantas y minerales y sus diversos efectos.
Debido a diversos eventos en Occidente y Oriente muchos
de estos documentos estuvieron a punto de ser perdidos. A
mediados del siglo VII, el ascenso del Islam trajo consigo una
nueva sed de conocimiento que con el tiempo se expandió
en lo que casi se había perdido en el mundo de la medicina.
Los médicos siguieron la orientación de varios hadices
(dichos del profeta Mahoma) y se encargaron ellos mismos
de descubrir curas para las variadas dolencias. “Dios nunca
inflige una enfermedad a menos que haga una cura para
ella.” Abu Darda narró: “. Dios ha hecho descender la en-
fermedad y la cura, y ha establecido una cura para todas las
enfermedades”
La decisión judicial de los Omeyas en Damasco fueron
unos de los primeros en abordar el uso de las drogas de una
manera sistemática. Las muertes repentinas no eran infre-
cuentes y eran atribuidas, en su mayoría, erróneamente, al
veneno. Preocupados por cuestiones como las mordeduras
de serpientes, y picaduras de escorpiones y arañas entre
otros se interesaron en la explotación de las propiedades
tóxicas de los minerales y plantas como el acónito, la man-
drágora y el eléboro negro. Los médicos griegos Galeno y
Dioscórides se consideraron las antiguas autoridades en
este campo y estudiaron con profusión; Por lo tanto, los
científicos de ese tiempo trabajaron principalmente en la
toxicología.
El hijo de la segunda omeya Yazid, Khalid bin Yazid, esta-
ba particularmente interesado en la alquimia. Tenía libros
Las Raíces Islámicas de la Farmacia Moderna
griegos y egipcios sobre la química, la medicina y la as-
tronomía traducidas al árabe. Durante el mismo tiempo
Jabir Ibn Hayyan, llamado Geber en Occidente, promo-
cionó a la alquimia como una profesión, y sentó las prim-
eras bases de la investigación química y bioquímica. Estos
alquimistas islámicos hicieron tempranas observaciones
cuidadosas escritas de sus experimentos y los resultados
fueron diseñados para reunir información y lo más im-
portante para responder a preguntas específicas. Evitaron
creencias no probadas y se basaron en pruebas que po-
drían ser probadas y reproducidas. Este trabajo fue el
verdadero advenimiento del método científico. En el siglo
IX se completó el trabajo y la creación de los manuales
alquímicos árabes representando alguno de los mejores
trabajos en este campo; su metodología cuidadosa sirvió
en todos los campos, incluyendo la farmacia.
Durante el proceso de experimentación y en la mezcla de
los diversos elixires, muchas sustancias minerales y quími-
cas fueron utilizadas y la lista incluye, vitriolo, arsénico,
sal común y muchos más. También se utilizaron muchos
productos botánicos tales como aceitunas, azafrán, hinojo,
etc. y gomas tales como incienso. Sus laboratorios estaban
muy bien equipados y se incluyeron escalas y botellas.
Los procesos que utilizamos hoy en día, tales como la
destilación, la sublimación, evaporación, pulverización, la
condensación y muchos otros eran procedimientos están-
dar para ellos también.
En el siglo IX las traducciones de muchas obras florecieron
bajo los abasíes en Bagdad. Hunayan Ibn Ishaq fue prob-
ablemente el más grande de los traductores. Tenía un
conocimiento superlativo del siríaco, griego y árabe y sus
traducciones incluyeron obras de Hipócrates y Galeno. Los
niveles más altos del gobierno apoyaron y financiaron a los
intelectuales y así prepararon el terreno para 400 años de
logros. Los nuevos métodos de extracción y preparación
de medicamentos se convirtieron en los procesos esencia-
les de la farmacia y la química. La palabra sánscrita para
un vendedor de madera de sándalo, saydalani, es cómo
llegaron a ser conocidos los farmacéuticos. Ellos introduc-
ieron nuevos fármacos que contenían madera de sándalo,
alcanfor, ealoe, el mercurio y otros. Estos fueron dispensa-
dos en forma de ungüentos, pastillas, elixires, confecciones,
tinturas, supositorios e inhalantes.
La tendencia que había comenzado en Bagdad pronto se
extendió a otras ciudades musulmanes a principios del
siglo IX. Inicialmente, las tiendas de farmacia no estaban
reguladas, pero los estudiantes de farmacia fueron capac-
itados teórica y prácticamente, y estaban obligados a pasar
los exámenes con el fin de convertirse en profesionales con
licencia aunque todo cambió. Tenían que comprometerse
a seguir las prescripciones del médico. Los médicos no
podían poseer o ser socios en una farmacia a fin de evitar
conflictos de intereses y los inspectores del gobierno des-
ignados (muhta-sib) se aseguraban de que las instalaciones
estuviesen limpias, que los medicamentos no se diluyeran
y que los medicamentos se mezclaran correctamente. Las
multas o golpes fueron impuestas en el caso de que algo
estuviese mal. Los hospitales desarrollaron sus propios dis-
pensarios también y eran ejecutados por el saydalani sheij
(director de la farmacia).
Por la época medieval islámica la farmacología era muy
amplia y era una ciencia biológica de base empírica sólida.
Al igual que en Occidente el punto de vista islámico se
basaba en la teoría humoral de Galeno y se centró en la