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The Islamic Bulletin

Volume XXX No. 30

y tendrás un hermano. “La razón por la que Ali decidió

seguir el camino islámico se debía a que” nunca había

visto tanto amor, nunca vio tanta gente abrazarse, y besarse

entre sí y rezar cinco veces al día. “Muhammad Ali era una

persona con la que la mayoría de la gente se sentía pro-

fundamente conectado con él, porque era muy accesible

y tenía una maravillosa manera de trascender sobre los pre-

juicios que encontraba en sus viajes. Todos sabemos que

el racismo existe en todo el mundo y de muchas formas,

pero de manera graciosa de Ali recuerda que el mundo

musulmán que la Ummah (comunidad) pretende abarcar

las diferencias de raza, clase y cultura.

Muhammad Ali nunca se consideró a sí mismo como élite

y se veía a sí mismo como que no era diferente a cualqui-

er otra persona. Su activismo se basaba en sus creencias

islámicas y creía que los seres humanos están obligados

a hacer cosas buenas y de caridad durante su corto tiem-

po en la tierra. Como un niño que creció en un racial y

segregado Louisville, le era casi imposible encontrar un

lugar para trabajar y corría al gimnasio o a la escuela para

mantenerse en forma. Volvió como un adulto y, sin que

le pidieran algo alguna vez, ayudó a muchas causas de

caridad, y construyó un museo para los niños con el fin de

animarles a alcanzar sus sueños.

Su creencia sobre que al dar él estaba complaciendo a Alá

y que las acciones se basan en intenciones, le hizo conoci-

do por su generosidad.

Muhammad Ali es conocido por su declaración “¡Soy el

más grande!” Esto no fue un signo de arrogancia. Él sigue

siendo el más grande campeón de peso pesado de todos

los tiempos. Se le preguntó a un entrevistador cómo se

equilibra su humildad como musulmán con esta afirmación

y Ali respondió: “Alá es el más grande; Sólo soy el mejor

boxeador. “Era una persona piadosa y mostró absoluta hu-

mildad y siempre dio crédito a Dios por sus victorias.

Ali es la única celebridad que ha rechazado la oferta de

tener su nombre colocado en el paseo de la fama en Holly-

wood. Él tan venerado profeta Mahoma (S), por lo que no

quería que su nombre fuera pisado por tantas personas y

por lo tanto es la única celebridad a la que se le ha coloca-

do su estrella en la pared. Ver este vídeo en el paseo de la

fama:

http://www.islamicbulletin.org/videos/clay/star/ali.mp4

Ali se negó a jugar el papel del “negro sumiso” y atribuyó

todo su éxito y habilidad como un boxeador por la gran-

deza de Dios. Un fan musulmanes una vez le preguntó si

era “Tan buen musulmán como boxeador, y el dijo que”

Ningún musulmán verdadero debe presumir o incluso tener

la oportunidad de decir que es bueno, porque solo Dios

puede juzgar. Dios me bendice a ser tan grande, porque

todo el tiempo que he estado hablando acerca de Dios,

empujando la religión. No estoy hablando de mí, cuán

grande soy y o la cantidad de dinero que he conseguido,

siempre estoy dando alabanzas a Dios, así que por eso soy

tan grande como lo soy en este mundo físico, porque lo

pongo de primero a Él”.

Muhammad Ali nunca dejaba pasar una oportunidad para

tomar cualquier pregunta que le hiciesen y responder de

manera que predicara sobre el Islam y la Unidad con Dios.

Utilizó su fama y estatura a su favor y haría que la gente

contemplara diversas cuestiones relacionadas con su fe,

especialmente acerca de la existencia del hombre, la vida

después de la muerte y cómo prepararse para recibir el

Paraíso de Alá (eterno lugar de descanso). Él tomaría cual-

quier oportunidad para dar Dawah (predicar) y siempre

animó a los musulmanes a estar más cerca de Dios. Él alabó

a Alá y la religión del Islam y aconsejó a los jóvenes musul-

manes a “Mantenerse fuertes, leer el Corán, orar y alabar

a Dios,” con el fin de protegerse de las presiones de las

fuerzas seculares o anti-islámicos. Los jóvenes, a su juicio,

no deberían comprometer sus creencias. En muchas fotos

de Ali antes de una pelea lo vemos de pie con las manos le-

vantadas en el DUA (oración y súplica) a Alá. La oración y la

DUA eran una parte esencial de su lucha y le atribuye todos

los obstáculos, las dificultades y todos sus éxitos a Alá.

En su retiro, a Muhammad Ali se le preguntó cómo iba a

pasar su tiempo. El respondió que iba a prepararse para

cumplir con su Creador, Alá. En las entrevistas se expresa a

menudo que, si restamos todas las horas que necesitábamos

para dormir, ver la televisión, etc., y luego calculó que tenía

unos dieciséis años para prepararse para su muerte. Haga

clic aquí para ver el vídeo de la entrevista:

http://www.islamicbulletin.org/videos/clay/speech1977.mp4

El les recordaba a las personas que el alma y el espíritu nun-

ca mueren y que es por eso que debemos prepararlos para

el cielo. Su intención era ayudar a la gente a aprender a

cómo tratar a los demás y también predicaba consigo la paz

y el trabajo de caridad. El hombre ya de edad hacía esto y

más. “El Islam es una religión de paz”, solía decir.

Muhammad Ali adoraba a su familia y sus hijos 2 hijos y 7

hijas. Ellos hablan de que era un padre cálido y suave para

ellos y siempre tenía a su numerosa familia a su alrededor.

En una entrevista dos de sus hijas revelaron que tenía más

de cien horas de grabaciones que había hecho hablando

con él y respondiendo a sus preguntas y se los repetía nue-

vamente a medida que iban creciendo.

“Su hija Hanna recuerda cómo le enseñó una lección

acerca de la modestia. Ella había llegado a su casa vestida

con un traje revelador. En lugar de amonestarla, él la llamó

y con amor le dijo, “Hana, todo lo que Dios hizo valioso

en el mundo está cubierto y difícil de conseguir.

¿Dónde se

encuentran los diamantes? En lo profundo de la tierra,