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The Islamic Bulletin

El Propósito de la Vida

y obediencia. Entrega, sumisión y obediencia a la ley

de Dios Todopoderoso. Se puede decir ‘Al-láh’. Se

puede decir ‘El Creador’. Se puede decir ‘El Dios Su-

premo,’ ‘La Suprema Fuerza’, ‘ El Sabio,’ todos estos

son sus nombres.

Los musulmanes utilizan la palabra árabe ‘Al-

láh’ para Dios, porque en árabe no existe ninguna

otra expresión. La palabra ‘Al-láh’ no puede aplicarse

a cualquier cosa creada. Otras palabras que las per-

sonas utilizan para Todopoderoso también se aplican

a cosas creadas. Por ejemplo, “el dólar Todopoder-

oso”. “Oh me encanta mi esposa, ella es lo más!”

O, “Él es el más grande”. No, no, no, no... Pero la

palabra ‘Al-láh’ sólo puede ser aplicada a quien ha

creado todo esto que anteriormente hemos descrito.

Por lo tanto desde este punto, voy a utilizar la pal-

abra ‘Al-láh’, y sabes de qué estoy hablando.

La palabra ‘Islam’ se deriva de la raíz ‘Sala-

ma’ - que significa estar en paz. Por lo tanto, un

musulmán es una persona que se rinde, se somete

y obedece la ley de Al-láh Todopoderoso. Y a través

de esta sumisión obtiene paz y serenidad para sí

mismo. Inmediatamente podemos ver, que por esta

definición, la palabra árabe ‘Islam’ describe la misma

forma y comportamiento de todos los bien cono-

cidos y respetados profetas y mensajeros de Dios

Todopoderoso... Todos ellos incluyendo Adán, Noé,

Abraham, Moisés, David, Salomón, Isaac, Ismael,

Jacobo, Juan el Bautista, Jesús hijo de María y Mu-

hammad (que la paz de Allah sea con todos ellos).

Todos estos hombres, los profetas y mensajeros,

vinieron del mismo Dios Todopoderoso, con el mis-

mo mensaje, con la misma cadena de transmisión y

diciendo una sola cosa: ¡Obedeced a Dios! Adorar

a Dios Todopoderoso y cumplir el propósito de la

vida y hacer buenas acciones, y usted será recompen-

sado con otra vida. ¡Eso es todo lo que dijeron! ¡No

digan más que eso! Eso es todo lo que ellos dijeron,

independientemente de qué lengua y qué hora, y a

quienes llegaron - eso es todo lo que dijeron.

Si lees las escrituras cuidadosamente, sin tu

propia interpretación o de alguien además o fabri-

cación - encontrarás que este fue el simple mensaje

de todos aquellos profetas que se confirmaron el uno

con el otro. Ninguno de esos profetas nunca dijo: “yo

soy Dios – adórenme.” No encontrarán esto en cual-

quiera de los libros sagrados que tienen - ni en la Bib-

lia, ni en la Torá, ni en el nuevo testamento, ni en los

Salmos de David, no lo encontrarán en ningún libro.

No la encontrarán en el discurso de ningún Profeta.

Vayan a casa esta noche y repasen todas las páginas

de su Biblia y les garantizo, no lo encontrarán ni una

vez. En ningún lugar! Entonces ¿De dónde provino

esto? Eso es algo que van a tener que investigar.

Fácilmente podemos ver que por esta defin-

ición, la palabra árabe describe lo que todos los pro-

fetas hicieron. Todos vinieron y se sometieron a Dios;

Se Rindieron a Dios; Llamaron a la gente a Dios; Y

pidieron a la gente y les insistieron para que realicen

obras buenas y justas. Los diez mandamientos de

Moisés - ¿Qué fue eso? El discurso de Abraham -¿Qué

fue eso? Los Salmos de David - ¿Qué fue eso? Los

proverbios de Salomón - ¿Qué dijo él? El Evangelio de

Jesucristo - ¿Qué dijo él? ¿Qué dijo Juan el Bautista?

¿Qué dijo Isaac e Ismael? ¿Qué decía Muhammad?

¡Nada más que eso!

“Y se les había ordenado [en sus legislaciones]

que adoraran a Allah con sinceridad, que fuesen

monoteístas, realizaran la oración y pagaran

el Zakât, pues ésa es la verdadera religión.”

[Corán 98:5]

Esto es lo que Dios dijo. Y no se les ordeno otra cosa

excepto que adoraran a Allah, siendo sinceros hacia

Él. Y este era precisamente el mensaje original.

Por la misma razón, también sería apropiado

aquí considerar a todos los profetas y mensajeros

como musulmanes, porque, ¿Qué es un ‘musulmán’?

No piensen acerca de la terminología árabe, no pi-

ensen en cómo nos dirigimos a ellos, no piensen en la

Meca, o Arabia Saudita o Egipto. No. Piensen acerca