Page 104 - Sahih Al-Bujari

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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
XII
Quien preparó su mortaja en
vida durante la época del
Profeta (B y P) y nadie se lo
reprochó
648.
Sahl dijo: ‘Una mujer trajo una burda de
lana con bordes ante el Profeta (B y P). ¿Sabéis lo
que es una burda?’ Le dijeron: ‘Sí, es un manto’.
Sahl dijo: ‘Así es: La mujer dijo: ‘La he bordado
con mis manos y vine para que la vistas! El Pro-
feta (B y P) la aceptó, en esa época estaba en ne-
cesidad, y salió a nosotros usándola alrededor de
su cintura. Un hombre la elogió y dijo: ‘¿Me la da-
rías? ¡Que bonita es!’ La gente le dijo: ‘No haz he-
cho bien, pues el Profeta (B y P) la vestía por ne-
cesidad y tú se la pediste sabiendo que él no niega
nada!’ El hombre dijo: ‘¡Por Dios! Yo se la pedía
para vestirla. Se la pedía para que sea mi mortaja’.
Y fue su mortaja!’
XIII
Las mujeres siguiendo los
funerales
649.
Umm ‘Atiyya dijo: ‘Se nos prohibió seguir
los cortejos fúnebres pero no muy estrictamente’.
XIV
Una mujer llorando a otro que
no es su marido
650.
Umm Habîba, esposa del Profeta (B y P),
dijo: ‘Oí al Profeta (B y P) decir: «No es permitido
para una mujer que cree en Dios y en Último Día
llorar (en luto) por más de tres días a cualquier
persona excepto a su marido, por el que deberá
guardar luto por cuatro meses y diez días».
XV
Visitando las tumbas
651.
Anas bin Mâlik dijo: ‘El Profeta (B y P)
pasó cerca de una mujer que lloraba junto a una
tumba y le dijo: «Teme a Dios, ten paciencia». Ella
dijo: ‘Aléjate de mí, pues tú no has sufrido una
desgracia como la mía; pues no lo había reconoci-
do. Luego se le dijo: ‘Ése es el Profeta’. Ella fue a la
puerta del Profeta y no encontró ningún guardia
a su puerta; le dijo: ‘No te reconocí’. El dijo: «En
verdad, la paciencia está ante el primer golpe de
la calamidad».
XVI
Las palabras del Profeta (B y P):
«El muerto será castigado por
el llanto de algunos familiares
suyos» si llorar a los muertos
era costumbre del fallecido
652.
Usâma bin Zayd dijo: ‘La hija del Pro-
feta (B y P) le envió un mensajero informándo-
le que uno de sus hijos estaba agonizando y que
venga. Pero el Profeta (B y P) devolvió al mensa-
jero diciéndole que le responda el saludo y le diga:
«Todo es de Dios, lo que El toma y lo que El da.
Y todo tiene un plazo prescrito ante Dios, así que
debía tener paciencia y esperanza en la recom-
pensa de Dios». Ella volvió a enviar al mensajero
diciéndole que había jurado que él vendría. Así
que el Profeta se levantó y con él fueron Sa‘d bin
‘Ubâda, Mu‘ád bin Ÿabal Ubayy bin Ka‘b, bin Zâ-
bit y otros. Cuando se le entregó el niño al Profeta
(B y P). Su respiración era dificultosa –me pare-
ció que dijo: ‘Parecía un odre con agua– y sus ojos
estallaron en lágrimas. Sa‘d le dijo: ‘¡Mensajero de
Dios! ¿Qué es esto?’ Le dijo: «Es la misericordia
que Dios puso en el corazón de sus siervos, y Dios
será misericordioso sólo con Sus siervos que sean
misericordiosos (con los demás).
653.
Anas bin Mâlik dijo: ‘Asistimos al funeral
de una de las hijas del Profeta. (B y P). El estaba
sentado junto a la tumba. Vi que sus ojos vertían
lágrimas. Dijo: «¿Alguno de vosotros no tuvo re-
laciones anoche con su esposa?» Abû Talha dijo:
‘Yo’. Le dijo: «Baja, pues». Así que él bajó a su tum-
ba.
654.
‘Umar dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P)
dijo: «El muerto será castigado por el llanto de
algunos familiares suyos». Eso llegó a oídos de
‘Âisha después de la muerte de ‘Umar. Dijo: ‘Que
Dios tenga misericordia de ‘Umar. ¡Por Dios! El
Mensajero de Dios (B y P) no dijo que el creyente
será castigado porque algunos de sus familiares
lo lloren estruendosamente. El Mensajero de Dios
(B y P) dijo: «Dios aumentará el castigo del incré-
dulo según lloren por él sus familiares. Os bastará
con el Corán».
655. ‘
Âisha relató: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) pasó cerca a (la tumba de) una judía cu-