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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
yos familiares la lloraban y dijo: «Ellos lloran por
ella y ella es castigada en su tumba».
XVII
Que tipo de lamentaciones por
el muerto son detestables
656.
Al-Mugîra dijo: ‘Oí al Profeta (B y P) de-
cir: «Mentir sobre mí no es como mentir sobre
otra persona. Quien miente intencionalmente so-
bre mí que vaya tomando un lugar en el Infierno».
Al-Mugîra añadió que oyó al Mensajero de Dios
(B y P) decir: «El muerto es castigado por las la-
mentaciones que se le hacen».
XVIII
No es de los nuestros quien se
golpea las mejillas
657.
‘Abdullah relató: El Profeta (B y P) dijo:
«No es de los nuestros quien se golpea las meji-
llas, se rasga las vestiduras y sigue las costumbres
de la ignorancia».
XIX
La tristeza del Profeta (B y P)
por Sa‘d bin Jawla
658.
Sa‘d bin Abi Waqqâs dijo: ‘El año de la
última peregrinación del Profeta (B y P) me puse
gravemente enfermo y el Profeta (B y P) me visi-
tó para preguntarme por mi salud. Le dije: ‘Estoy
gravemente enfermo como ves. Yo soy una per-
sona de fortuna y tengo una sola heredera, mi
hija. ¿Puedo dar dos tercios de mis bienes en ca-
ridad?’ Me dijo: «No». Le dije: ‘¿La mitad enton-
ces?’ Me dijo: «No». Luego añadió: «Un tercio; e
incluso un tercio es demasiado. Es mejor que de-
jes a tus herederos ricos a que los dejes pobres y
que anden pidiendo a la gente. Ciertamente, serás
recompensado por todo lo que gastes por Dios,
hasta por lo que das de comer a tu mujer». Dije:
‘¡Mensajero de Dios! ¿Quedaré solo después de
que mis compañeros se hayan ido?’ Dijo: «Si te
quedas solo, cualquier buena obra que hagas te
elevará y aumentará tu recompensa. Además, tal
vez te quedes para beneficiar a algunos y perjudi-
car a otros. ¡Oh Dios! Completa la emigración de
mis sahabas y no los hagas que se vuelvan renega-
dos. ¡Pobre Sa‘d bin Jawla!» El Profeta (B y P) se
lamentaba tristemente por Sa‘d que había muerto
en Makka’.
XX
Raparse la cabeza por una des-
gracia está prohibido
659.
Abû Mûsâ relató que se enfermó grave-
mente y que perdió el conocimiento mientras
apoyaba su cabeza en el regazo de su mujer, ella
lloró y él no pudo responderle nada. Después re-
cuperó el conocimiento y dijo: ‘Yo me desligo de
quien se hubiese desligado el Mensajero de Dios
(B y P). El Mensajero de Dios (B y P) es inocente
de las mujeres que se lamentan exageradamente
y se golpean las mejillas, de las que se rapan y de
las que rasgan sus ropas (cuando viene una des-
gracia).’
XXI
Quien se sienta durante una
desgracia y es evidente en él la
tristeza
660.
‘Âisha relató: ‘Cuando llegó al Profe-
ta (B y P) la noticia de la muerte de Ibn Hâriza,
Ya‘far e Ibn Rawâha, se sentó evidenciando su
tristeza –yo lo vi por una rendija de la puerta–.
Un hombre vino y dijo: ¡Las esposas de Ya‘far! Y
mencionó sus lamentos y llanto. El Profeta (B y P)
le ordenó que se los prohiba. El hombre fue y vol-
vió a informarle que no le habían obedecido. Le
dijo: «Prohíbeles». El hombre fue y vino por ter-
cera vez, diciendo: ‘¡Por Dios! ¡Nos vencen Men-
sajero de Dios!’.’ ‘Âisha agregó: ‘El Profeta (B y P)
le dijo: «Échales tierra en sus bocas»’.
XXII
Quien no muestra signos de
tristeza ante las desgracias
661.
Anas bin Mâlik dijo: ‘Uno de los hijos de
Abû Talha murió mientras él estaba fuera. Cuan-
do su esposa vio que el niño había muerto, lo pre-
paró y lo colocó en un lado de la casa. Cuando
llegó, Abû Talha dijo: ‘¿Cómo está el niño?’ Su es-
posa le dijo: ‘Está quieto ahora y espero que esté
tranquilo’. Abû Talha se durmió y, al día siguiente,
tomó un baño; cuando quiso salir, su esposa le in-
formó que el niño murió. Así que fue a rezar con