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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
el Profeta (B y P) y le informó de lo sucedido. El
Mensajero de Dios (B y P) le dijo: «Tal vez Dios
quiera bendeciros a ambos por esta noche».’
Sufyân dijo: ‘Un hombre ansârí dijo: ‘Tuvieron
nueve hijos y todos recitaban el Corán de memo-
ria».
XXIII
Las palabras del Profeta (B y P):
«En verdad, estamos tristes por
tu partida»
662.
Anas también relató: ‘Entramos con el
Mensajero de Dios (B y P) donde Abû Sayf el
herrero, esposo de la nodriza de Ibrahîm, hijo
del Profeta (B y P); el Profeta (B y P) levantó a
Ibrahîm, lo besó y lo olió. Después de un tiempo
entramosnuevamente y encontramos que Ibrahîm
agonizaba. Los ojos del Mensajero de Dios (B y P)
estallaron en lágrimas. ‘Abdu Rahmân bin ‘Awf le
dijo: ‘¿Hasta tú lloras, Mensajero de Dios?’ El le
dijo: «Ibn ‘Awf, es misericordia. El ojo llora, el co-
razón se entristece; pero no decimos sino lo que
complace a nuestro Señor. En verdad que estamos
tristes por tu partida Ibrahîm»’.
XXIV
El llanto junto al enfermo
663.
‘Abdullah bin ‘Umar dijo: ‘Sa‘d bin ‘Ubâ-
da enfermó; así que el Profeta (B y P) fue a verlo
acompañado de ‘Abdu Rahmân bin ‘Awf, Sa‘d bin
Abi Waqqâs y ‘Abdullah bin Mas‘ûd, para cercio-
rarse de su estado. Cuando entró, lo halló rodea-
do de sus familiares. «¿Murió?», preguntó. Le di-
jeron: ‘No, Mensajero de Dios.’ El Profeta(B y P)
lloró y al verlo la gente también lloró. El dijo:
«¿Oís? Dios no castiga por el llanto del ojo ni por
la tristeza en el corazón, pero castiga por esto
–y apuntó a su lengua– o tiene misericordia. El
muerto es castigado por el llanto (excesivo) de sus
parientes por él»’.
XXV
La prohibición del llanto y el
lamento en voz alta y la censu-
ra a quienes lo hacen
664.
Umm ‘Atiyya dijo: ‘El Profeta (B y P)
nos tomó la palabra en el juramento de fidelidad
(Bay‘a) de que no nos lamentaríamos (excesiva-
mente). Esto sólo lo cumplieron cinco mujeres:
Umm Sulaym, Umm Al-‘Alá’, la hija de Abû Sa-
bra, mujer de Mu‘âdh, y dos mujeres más’ –o dijo:
‘La hija de Abû Sabra, la mujer de Mu‘âdh y una
mujer más’–.
XXVI
Ponerse de pie ante una proce-
sión fúnebre
665.
‘Amr bin Rabí‘a relató que el Profeta
(B y P) dijo: «Si alguno de vosotros ve una proce-
sión fúnebre y no la acompaña, debe pararse has-
ta que la deje atrás o la procesión lo deje atrás, o
el cuerpo sea puesto al suelo antes de que lo dejen
atrás».
XXVII
Cuándo debe sentarse si se puso
de pie para una procesión
fúnebre
666.
Abû Huraira tomó a Marwân de la mano,
mientras estaban en un funeral, y se sentaron an-
tes que el cuerpo toque el suelo. Entonces, Abû
Sa‘îd llegó y tomando de la mano a Marwân, dijo:
‘Levántate. Por Dios que él (Abû Huraira) de se-
guro sabe que el Profeta (B y P) nos prohibió ha-
cer esto’. Abû Huraira dijo: ‘Tiene razón’.
XXVIII
Quien se levanta para el fune-
ral de un judío
667.
Ÿâbir bin ‘Abdullah dijo: ‘Una procesión
fúnebre pasó frente a nosotros; el Profeta (B y P)
se levantó y nosotros nos levantamos también. Le
dijimos: ‘¡Mensajero de Dios! Es el funeral de un
judío’. El dijo: «Si veis la procesión fúnebre, po-
neos de pie»’ .
XXIX
Los hombres deben cargar el
ataúd y no las mujeres
668.
Abû Sa‘îd Al-Judrî relató que el Mensaje-
ro de Dios (B y P) dijo: «Cuando el ataúd está lis-
(1) Esta orden fue cancelada por la acción final del
Profeta (B y P) relatada por ‘Alí en el “Sahih” de Muslim.