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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
ba de Mûsâ (B y P), allí junto al camino, cerca de
la duna roja»’.
XXXVII
Salât ul-ÿanâza
por un mártir
(
shahîd
)
676.
Ÿâbir bin ‘Abdullah dijo: ‘El Profeta
(B y P) juntaba a dos hombres, de los mártires de
Uhud, en una sola tela. Luego preguntaba: «¿Cuál
de los dos sabía más del Corán?» y cuando se le
indicaba alguno de ellos, lo ponía primero en la
tumba. Luego dijo: «Yo testificaré por ellos el Día
de la Resurrección». Ordenó que se los entierre
en su sangre, sin lavarlos ni rezar por ellos’.
XXXVIII
Si un niño se islamiza y muere
¿se reza por él? ¿Debe explicar-
se el Islam a un niño?
677.
‘Uqba bin ‘Amir relató que el Profeta
(B y P) salió un día a rezar salat ul-ÿanâza por los
muertos de Uhud. Luego subió al púlpito y dijo:
«Yo abriré el camino para vosotros y seré testigo
sobre vosotros. ¡Por Dios! Veo ahora mi estanque.
Se me dieron las llaves de los tesoros de la tierra
–o: Las llaves de la tierra–. ¡Por Dios! Yo no temo
que seáis politeístas después de mí, sino que temo
que os combatáis entre vosotros por ellas».
678.
‘Abdullah bin ‘Umar relató que ‘Umar
salió con el Profeta (B y P) y un grupo de gente
hacia Ibn Sayyâd. Anduvieron hasta que lo en-
contraron jugando con otros niños cerca de las
colinas de Banu Magâla. Ibn Sayyâd estaba cerca
de la pubertad. No se dio cuenta de su presen-
cia hasta que el Profeta (B y P) lo golpeó con su
mano y le dijo: «¿Das testimonio de que yo soy
Mensajero de Dios?» Ibn Sayyâd lo miró y le dijo:
‘Testifico que tú eres el Mensajero de los iletrados’.
Ibn Sayyâd le dijo también: ‘¿Testificas que yo soy
Mensajero de Dios?’ El Profeta (B y P) lo recha-
zó y le dijo: «Creo en Dios y Sus enviados. ¿Qué
opinas?» Ibn Sayyâd dijo: ‘Me visitan los sinceros
y los mentirosos’. El Profeta (B y P) le dijo: «Es-
tás confundido respecto al asunto». Luego el Pro-
feta (B y P) le dijo: «Estoy escondiendo algo (en
mi pensamiento)». Ibn Sayyâd dijo: ‘Al-duj...’ . El
(1) El Profeta (B y P) pensaba en la sura “el humo”
(Al-Dujân). Ibn Sayyâd no pudo adivinar bien, así que
Profeta le dijo: «Desdichado, no podrás traspasar
tus límites». ‘Umar dijo: ‘Déjame cortarle la cabe-
za Mensajero de Dios’. El Profeta (B y P) le dijo:
«Si es él (el Falso Mesías) no podrás vencerlo. Y
si no es, pues no hay bien alguno para ti en ma-
tarlo».
Ibn ‘Umar añadió: ‘Después de eso, el Mensa-
jero de Dios (B y P) fue con Ubay bin Ka‘b al pal-
mar donde estaba Ibn Sayyâd, pues deseaba oír
algo de él, sin que Ibn Sayyâd lo vea. El Profeta
(B y P) lo vio durmiendo bajo una sábana mur-
murando algo. La madre de Ibn Sayyâd vio al
Mensajero de Dios (B y P) escondiéndose entre
los troncos de las palmeras y dijo a Ibn Sayyâd:
‘¡Sáf! –pues ése era el nombre de Ibn Sayyâd–
aquí está Muhammad (B y P)’. Con esto, Ibn Sa-
yyâd despertó. El Profeta dijo: «Si ella lo dejaba,
habríamos tenido certeza»’.
679.
Anas dijo: ‘Había un niño judío que ser-
vía al Profeta (B y P) y que se enfermó. El Profeta
(B y P) fue a visitarlo, y se sentó cerca de su ca-
beza. Le dijo: «Hazte musulmán». El niño miró a
su padre, que estaba cerca, y él le dijo: ‘Obedece
a Abûl Qâsim (B y P)’ y el muchacho se hizo mu-
sulmán. El Profeta (B y P) salió diciendo: «Alaba-
do sea Dios que lo salvó del Fuego»’.
680.
Abû Huraira dijo: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) dijo: «Todo recién nacido nace en la fitra
(la fe natural del monoteísmo; el Islam). Sus pa-
dres son los que lo hacen judío, cristiano o zoroa-
striano. Así como el animal da a luz un animal
completo, ¿acaso veis que sale mutilado?»’. Enton-
ces, Abû Huraira recitó los versos del Corán:
...La
naturaleza primigenia que Dios ha puesto en los
hombres. No cabe alteración en la creación de
Dios. Ésa es la religión verdadera...
(30:30).
XXXIX
Si el politeísta dice al morir:
lâ ilâha illâ allâh
(no hay Dios
sino Dios)
681.
Al-Musâyyab bin Hazn dijo: ‘Cuando la
muerte se presentó a Abû Tâlib, el Mensajero de
Dios (B y P) fue a verlo y encontró a Abû Ÿahl bin
Hishâm y ‘Abdullah bin Abi Umayya bin Al-Mu-
gîra. El Mensajero de Dios dijo a Abû Tâlib: «¡Tio!
mencionó solo parte del nombre de la sura. Así el Profeta
(B y P) demostró que Ibn Sayyâd era un sacasuertes co-
mún y corriente a quien los demonios traían fragmentos
desordenados de las noticias del mundo espiritual.