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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
feta (B y P) dijo: «No empleamos –o: No emplea-
remos– para nuestro trabajo a quien lo procura
con insistencia»’.
II
Pastoreo de ovejas por qarârît 
1055.
Abû Huraira dijo: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) dijo: «Dios no envió profeta alguno sin
que haya sido pastor de rebaños». Sus sahabas le
preguntaron: ‘¿Has hecho tú lo mismo?’ Él dijo:
«Sí, yo solía pastorear las ovejas de la gente de
Makka por unos qarârît»’.
III
El empleo desde el ‘asr hasta
la noche
1056.
Abû Mûsâ relató que el Profeta (B y P)
dijo: «El caso de los musulmanes, judíos y cristia-
nos es como el de un hombre que empleó obreros
para que trabajen para él desde la mañana hasta la
noche por un pago definido. Los obreros trabaja-
ron hasta el mediodía y dijeron: ‘No necesitamos
el salario que nos especificaste y lo que hicimos
queda anulado’. El hombre les dijo: ‘No abando-
néis el trabajo; continuad y recibid vuestros sa-
larios completos’, pero se negaron a hacerlo y lo
abandonaron. El hombre contrató a otros obreros
y les dijo: ‘Completad el resto del día y recibiréis
los salarios que había especificado a los prime-
ros’. Estos obreros trabajaron hasta la hora de la
oración del ‘asr y dijeron: ‘Lo que hicimos que-
da nulo y quédate con tus salarios por ello’. Él les
dijo: ‘Continuad con vuestro trabajo, pues queda
muy poco del día’, pero se negaron. Así es que em-
pleó a otros obreros que trabajen el resto del día.
Los obreros trabajaron el resto del día hasta que
se puso el sol, y recibieron los salarios de los dos
primeros grupos. Ése es, pues, el caso de esa gen-
te (los musulmanes) y de lo que aceptaron de la
guía» .
(1)
Qarârît
es el plural de
qirât
, este equivalía gene-
ralmente a una doceava parte de un dirham. Esta palabra
es el probable origen de la española: kilate.
(2) Los judíos que no aceptaron el mensaje de Jesu-
cristo (B y P) tendrán sus buenas obras anuladas. Los
cristianos que no aceptaron el mensaje de Muhammad
(B y P), tendrán sus obras anuladas. Si ambos hubiesen
aceptado el último mensaje habrían recibido la recom-
pensa por sus obras anteriores y posteriores al mensaje de
IV
Quien empleó a un obrero que
dejó su paga y luego el emplea-
dor invirtió la paga y la hizo
multiplicarse
1057.
‘Abdullah bin ‘Umar dijo: ‘Oí al Mensa-
jero de Dios (B y P) decir: «Tres hombres, de en-
tre los que os precedieron, partieron hasta que
llegaron a pernoctar en una cueva. Una piedra
rodó desde la montaña y tapó la entrada de la
cueva. Los hombres dijeron: ‘No nos salvará de
esta roca sino que pidamos a Dios por nuestras
buenas obras’. Uno de ellos dijo: ‘¡Oh Dios! Yo te-
nía dos padres ancianos. Y siempre los atendía a
ellos antes que a mi familia y mis bienes. Una vez,
me sorprendió la noche antes de que llegue a ellos
y ellos se durmieron. Fui a ordeñar y les llevé su
leche pero ellos dormían cuando llegué. No qui-
se dar de beber a mi familia antes que a ellos así
que me quedé allí con el recipiente de leche en mi
mano esperando que despierten. Así me encon-
tró el resplandor del amanecer y ellos desperta-
ron y bebieron su leche. ¡Oh Dios! Si hice eso por
Tu complacencia libéranos de esta roca’. La roca
se apartó un poco pero aún no lo suficiente para
que salgan». El Profeta (B y P) dijo: «Y dijo otro:
‘¡Oh Dios!’ Tenía una prima que era la persona a
quien más amaba; le insinué que tengamos rela-
ciones sexuales pero ella no quiso. Después ella
sufría un año de hambruna y vino a mí; yo le ofre-
cí ciento veinte dinares con la condición de que
me permita poseerla. Ella aceptó; pero, en el mo-
mento en que me dispuse a tomarla me dijo: ‘No
es lícito para ti terminar con mi castidad si no es
a través del matrimonio’. Consideré que tomarla
sería un pecado; así que me alejé de ella y le dejé
el oro que le había dado. ‘¡Oh Dios! Si hice esto
sólo por Tu complacencia sálvanos de ésta. Y la
roca se movió pero aún no podían salir de allí».
El Profeta (B y P) dijo: «El tercero dijo: ‘¡Oh Dios!
Yo empleé obreros y les di su paga a todos excep-
to uno que dejó su paga y se fue. Yo tomé su paga
y la invertí hasta que dio muchas ganancias. Des-
pués de un tiempo vino el obrero y me dijo: ‘¡Sier-
vo de Dios! Dame mi paga’. Le dije: ‘Todo lo que
ves aquí de ovejas, vacas, camellos y esclavos es
de tu paga’. Me dijo: ‘¡Siervo de Dios! No te burles
Muhammad (B y P). Los musulmanes creen en los men-
sajes todos y por ello recibirán de Dios la recompensa de
todos juntos.