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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
Paraíso pedirá a su Señor permiso para cultivar.
Su Señor le dirá: ‘¿No estás acaso entre los place-
res que te gustan?’ Él dirá: ‘Claro que sí; pero es
que me gusta cultivar’. El Profeta (B y P) dijo: «El
hombre sembrará y la semilla germinará, salien-
do una planta que en un instante crecerá y dará
frutos listos para cosechar del tamaño de monta-
ñas». Entonces el beduino dijo: ‘De seguro que el
hombre es un qurayshí o un ansârí, pues ellos son
agricultores; en cambio nosotros no somos agri-
cultores’. El Profeta (B y P) sonrió por ello.
41. El Libro de los Regadíos
I
Sobre la distribución del agua
1088.
Sahl bin Sa‘d dijo: ‘Al Profeta (B y P) se
le trajo un recipiente y bebió de él; a su derecha
estaba un muchacho, el menor de los presentes,
y a su izquierda estaban los ancianos. El Profeta
(B y P) dijo: «Oye muchacho ¿Me permites que
dé (el resto) a los ancianos?» El muchacho dijo:
‘¡Mensajero de Dios! No daré preferencia a nadie
antes que yo para tomar lo que sobraste’. Y el Pro-
feta (B y P) se lo dio.’
1089.
Anas bin Mâlik dijo: ‘Una vez se ordeñó
una oveja doméstica, en mi casa, para el Mensaje-
ro de Dios (B y P); luego se mezcló la leche con un
poco de agua del pozo que había en mi casa. Un
recipiente con esta leche fue alcanzado al Men-
sajero de Dios (B y P) y él bebió del mismo hasta
que retiró el recipiente de su boca. A su izquierda
estaba Abû Bakr y a su derecha había un bedui-
no. ‘Umar dijo, pues temía que dé el recipiente al
beduino: ‘¡Mensajero de Dios! Dáselo a Abû Bakr
que está cerca de ti’. Sin embargo se lo alcanzó al
beduino que estaba a su derecha, luego dijo: «Hay
que empezar por el que está a la derecha»’.
II
Quien dice: el dueño del agua
tiene derecho a beber hasta
quedar satisfecho
1090.
Abû Huraira relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «No prohibáis el agua exceden-
te, para no evitar que los rebaños pastoreen (allí
cerca)».
1091.
En otra versión, Abû Huraira dice que
el Mensajero de Dios (B y P) dijo: «No prohibáis
el agua excedente para prohibir los pastos exce-
dentes».
III
Las disputas sobre los pozos de
agua y los juicios al respecto
1092.
‘Abdullah bin Mas‘ûd relató que el Pro-
feta (B y P) dijo: «Quien pronuncia un juramento
falso para privar a un hombre musulmán de su
propiedad, encontrará a Dios y Dios estará furio-
so con él». Entonces descendió:
Quienes malven-
den el pacto con Dios y sus juramentos no ten-
drán parte en la Otra Vida. Dios no le dirigirá
la palabra ni les mirará en el Día de la Resurrec-
ción...
(3:77). En ese momento llegó Al-Ash‘az y
dijo: ‘¿Qué os está relatando Abû ‘Abdu Rahmân
(Ibn Mas‘ûd)? Esa aleya descendió por mí. Yo te-
nía un pozo de agua en la tierra de un primo pa-
terno mío. (El Profeta (B y P)) me dijo: «Tus tes-
tigos» (para confirmar mi reclamo). Le dije: ‘No
tengo testigos’. Dijo: «Su juramento, pues». Yo le
dije: ‘¡Mensajero de Dios! ¡Él jurará (en falso) in-
mediatamente!’ Entonces el Profeta (B y P) men-
cionó este hadiz y la aleya descendió para corro-
borar sus palabras’.
IV
El pecado de quien prohibe a un
viajero el agua
1093.
Abû Huraira dijo: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) dijo: «A tres Dios no mirará el Día de la
Resurrección, ni los purificará y recibirán un do-
loroso castigo:
1. Un hombre que tenía agua en exceso en su
camino y se la negó a un viajante,
2. Un hombre que jura fidelidad a un líder por
un interés mundanal. Si el gobernante le da algo
de ello queda complacido y si no, se enoja,
3. Un hombre que exhibe su mercadería des-
pués del ‘asr y jura falsamente: ‘Por Dios, junto a
quien no hay Dios alguno; yo pagué tanto y tan-
to por mi mercadería’ y un hombre le cree (y le
compra)».