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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
causa de Dios), pero estos son muy pocos» y dijo:
«Permanece donde estás». Luego se adelantó un
poco y oí una voz; quise alcanzarle pero recordé
que me dijo: «Permanece donde estás hasta que
venga a ti». Cuando volvió le dije: ‘¡Mensajero de
Dios! ¿Qué fue esa voz?’ –o dijo: ¿Qué fue la voz
que oí?–. Él dijo: «¿Es que has oído algo?» Dije:
‘Sí’. Dijo: «Ÿibrîl (P) vino a mí y dijo: ‘Quien mue-
ra de tu nación sin asociar cosa alguna a Dios en-
trará en el Paraíso’». Dije: ‘¿Aunque haga tal o cual
cosa (robar o fornicar)?’ Dijo: «Sí»’.
III
El pago de las deudas en buena
forma
1104.
Ÿâbir bin ‘Abdullah dijo: ‘Fui ante el Pro-
feta (B y P) y lo encontré en la mezquita a media
mañana. Me dijo: «Reza dos rak‘ât». El me debía
algo, así es que me pagó y me dio algo más’.
IV
La oración fúnebre por un di-
funto endeudado
1105.
Abû Huraira relató que el Profeta (B y P)
dijo: «Yo soy el más cercano a los creyentes en
este mundo y en el otro. Si queréis leed:
El Profe-
ta está más cerca de los creyentes de lo que ellos
están de sí mismos
(33:6). Cualquier creyente que
muera y deje algún bien, pues que lo hereden sus
herederos, sean quienes sean. Y si deja una deu-
da o una descendencia necesitada, pues yo soy su
custodio».
V
Las prohibiciones respecto al
despilfarro
1106.
Al-Mugîra bin Shu‘ba dijo: ‘El Profeta
(B y P) dijo: «Dios os ha prohibido: El maltrato
de las madres, enterrar vivas a las recién nacidas y
negar los derechos de los pobres y los necesitados.
Dios detesta: Los chismes, las preguntas excesivas
y el despilfarro»’.
43. El Libro de los Litigios
I
Lo que se cita sobre las perso-
nas y las disputas entre un mu-
sulmán y un judío
1107.
‘Abdullah bin Mas‘ûd relató: ‘Oí a un
hombre recitar una aleya del Corán de forma dis-
tinta a la que había oído del Profeta (B y P) re-
citar. Así que tomé al hombre por su mano y lo
llevé ante el Mensajero de Dios (B y P). El Profeta
(B y P) dijo: «Ambos estáis en lo correcto; no dis-
putéis, pues la gente anterior a vosotros disputa-
ban y fueron destruidos»’.
1108.
Abû Huraira dijo: ‘Dos hombres se in-
sultaron: Uno de los musulmanes y uno de los
judíos. El musulmán dijo: ‘¡Por el que prefirió
a Muhammad sobre toda la humanidad!’ El ju-
dío dijo: ‘¡Por el que prefirió a Mûsâ sobre toda
la humanidad!’ Y el musulmán abofeteó al judío
en la cara. El judío fue ante el Profeta (B y P) y
le relató lo sucedido entre él y el musulmán. El
Profeta (B y P) mandó llamar al musulmán y le
preguntó al respecto. El musulmán le relató sobre
el incidente y el Profeta (B y P) dijo: «No me ele-
véis por encima de Mûsâ; pues la gente perderá la
conciencia el Día de la Resurrección y yo estaré
entre ellos. Sin embargo; seré el primero en recu-
perar la conciencia; y veré a Mûsâ de pie junto al
trono. Y no sabré si perdió la conciencia y la re-
cuperó antes que mí o simplemente no perdió la
conciencia»’.
1109.
Anas relató que un judío aplastó la ca-
beza de una muchacha con dos piedras. (La chica
agonizaba). Se le dijo: ‘¿Quién te hizo esto? ¿Fu-
lano? ¿Fulano?’ Se le fueron mencionando nom-
bres hasta que se mencionó el del judío; entonces
ella asintió con la cabeza. El judío fue captura-
do y confesó haberlo hecho. Entonces el Profeta
(B y P) ordenó que se le aplaste la cabeza con dos
piedras.
II
Las palabras de los litigantes
1110.
El hadiz de Al-Ash‘az (Nro. 1092) fue re-
cientemente mencionado y en él se menciona que
disputó con un hombre de Hadramawt (en el Ye-