Page 175 - Sahih Al-Bujari

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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
al Mensajero de Dios (B y P), la cadera o ambos
muslos, y él lo aceptó’. En otra versión dice: ‘Y él
comió de ello’.
III
Aceptación de un obsequio
1155.
‘Abdullah bin ‘Abbâs dijo: ‘Ummu Hufa-
yd, tía de Ibn ‘Abbâs, obsequió al Profeta (B y P)
un poco de yogurt seco, un poco de manteca y un
lagarto. El Profeta (B y P) comió del yogurt seco y
de la manteca; pero el lagarto lo dejó porque no le
agradaba’. ‘Abdullah bin ‘Abbâs agregó: ‘El lagar-
to fue comido en la mesa del Mensajero de Dios
(B y P); si fuese ilícito comerlo no se habría comi-
do en la mesa del Mensajero de Dios (B y P)’.
1156.
Abû Huraira dijo: ‘Cuando se le traía
una comida al Mensajero de Dios (B y P), el pre-
guntaba si era una limosna o un regalo. Si le res-
pondían que era una limosna, él decía a sus saha-
bas: «Coman» pero él no comía. Si le decían que
era un regalo, introducía su mano y comía con
ellos’.
1157.
Anas bin Mâlik dijo: ‘Se le trajo un poco
de carne al Profeta (B y P) y se le dijo: ‘Es de una
limosna dada a Barîra’. Él dijo: «Para ella era una
limosna; para nosotros es un presente»’.
IV
Quien da un obsequio a alguien
y elige el momento en que él
está con una de sus esposas evi-
tando dárselo cuando está con
otras
1158.
‘Âisha relató que las esposas del Mensa-
jero de Dios (B y P) estaban divididas en dos gru-
pos: En un grupo estaba ‘Âisha, Hafsa, Safiyya y
Sawda; y en el otro grupo estaba Umm Salama y
las demás mujeres del Mensajero de Dios (B y P).
Los musulmanes conocían el amor que el Mensa-
jero de Dios (B y P) sentía por ‘Âisha; así es que,
cuando querían hacerle un regalo, lo posterga-
ban hasta que el Mensajero de Dios (B y P) estaba
en la casa de ‘Âisha, para entregarle el obsequio
cuando él estaba allí. Las mujeres del grupo de
Umm Salama le dijeron: ‘Di al Mensajero de Dios
(B y P) que diga a la gente que quien desee darle
un obsequio, lo haga donde él se encuentre con
cualquiera de sus esposas’. Umm Salama le habló
lo que le dijeron y él no le dijo nada. Las muje-
res le preguntaron y ella dijo: ‘No me dijo nada’.
Le dijeron: ‘¡Háblale!’ y ella le habló cuando pasó
por allí y él no le dijo nada. Las mujeres le pre-
guntaron y ella les dijo: ‘No me dijo nada’. Ellas
le dijeron: ‘Háblale hasta que te diga algo’. Cuan-
do el Mensajero de Dios (B y P) pasó nuevamen-
te por su casa, Umm Salama le habló y él le dijo:
«No me lastimes con ‘Âisha; pues la revelación
nunca me viene cuando estoy acostado con una
mujer, excepto cuando estoy con ‘Âisha «. Ante
eso, Umm Salama dijo: ‘Me arrepiento ante Dios
de molestarte ¡Oh Mensajero de Dios!’ Luego, las
mujeres llamaron a Fâtima, hija del Mensajero de
Dios (B y P), para pedirle que diga al Mensajero
de Dios (B y P): ‘Tus mujeres te piden por Dios
que seas justo respecto al trato con ‘Âisha’. Fâtima
así lo hizo y el Mensajero de Dios (B y P) le dijo:
«Hijita, ¿No amas lo que yo amo?» Ella respondió:
‘Claro que sí’ y luego volvió a relatarles al respec-
to. Le pidieron que vaya nuevamente pero ella se
rehusó. Entonces, las mujeres enviaron a Zaynab
bin Ÿahsh. Ella llegó ante el Profeta (B y P) y le
habló ásperamente; le dijo: ‘Tus mujeres te piden
por Dios que seas equitativo en el trato a ‘Âisha’.
Mientras decía eso, levantó la voz hasta que al-
canzó a ‘Âisha que estaba sentada y la insultó tan-
to que el Profeta (B y P) miraba a ‘Âisha para ver
qué diría. ‘Âisha respondió a Zaynab hasta que la
calló. El Mensajero de Dios (B y P) miró a ‘Âisha
y dijo: «¡Es la hija de Abû Bakr!»
V
Lo que no se puede devolver de
los obsequios
1159.
Anas bin Mâlik dijo: ‘El Mensajero de
Dios (B y P) no devolvía los obsequios de perfu-
me’.
VI
La compensación por un regalo
1160.
‘Âisha dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P)
solía aceptar regalos y dar algo en retorno’.
VII
Procurar testigos para
un obsequio
1161.
Al-Nu‘mân bin Bashîr dijo: ‘Mi padre
me dio un obsequio y ‘Umra bint Rawâha dijo: