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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
Mensajero de Dios (B y P). Yo consulté al Mensa-
jero de Dios (B y P); le dije: ‘Mi madre vino a vi-
sitarme y desea un obsequio de mí ¿Debo mante-
ner las buenas relaciones con mi madre?’ Él dijo:
«Sí, mantén buenas relaciones con tu madre»’.
XIV
1170.
‘Abdullah bin ‘Umar relató que testificó
ante Marwân a favor de los hijos de Suhayb; que
el Mensajero de Dios (B y P) dio a Suhayb dos ca-
sas y una habitación. Marwân dictaminó a favor
de ellos por su testimonio.
XV
La ‘umrâ  y la ruqba
1171.
Ÿâbir bin ‘Abdullah dijo: ‘El Profeta
(B y P) dictaminó que la ‘umrâ sea para la perso-
na a quien se la obsequian’.
XVI
Pedir prestado para la novia en
su casamiento
1172.
‘Âisha relató que Ayman entró a verla
mientras ella vestía un vestido de una tela burda
–en otra versión dice que era de algodón– cuyo
precio era ocho dirhams y ella le dijo: ‘Mira a ésta
mi sierva que rehusa vestir este vestido en la casa.
Yo tenía uno similar en la época del Mensajero
de Dios (B y P) y ninguna mujer que quería ver-
se elegante (ante su esposo) dejaba de pedírmelo
prestado’.
XVII
La virtud de la manîha
1173.
Anas bin Mâlik dijo: ‘Los muhâÿirûn
llegaron de Makka a Medina sin posesiones. Los
ansâríes tenían tierras y propiedades; así es que
se las dieron a los muhâÿirûn con la condición
de que les den la mitad de la cosecha y que se en-
carguen del trabajo y los insumos necesarios para
la agricultura’. La madre de Anas, Umm Sulaym,
(1) Este tipo de obsequio, también llamado
ruqba
,
deriva de un verbo árabe que significa “esperar”, pues el
obsequiante y el obsequiado esperan hasta que uno de los
dos muera para que el obsequio dado pase a su posesión
permanentemente.
también madre de ‘Abdullah bin Abû Talha, dio
algunas palmeras datileras al Mensajero de Dios
(B y P) (maníha). El Profeta (B y P), a su vez, se
las dio a Umm Ayman, su mawla, también madre
de Usâma bin Zayd.
Anas bin Mâlik añadió: ‘Cuando el Profeta
(B y P) terminó de combatir a la gente de Jaybar
y retornó a Medina, los muhâÿirûn devolvieron
a los ansâríes las manâ’ih (pl. de maníha) que les
habían dotado para que disfruten de sus frutos’.
El Profeta (B y P) devolvió a la madre de Anas sus
palmares y dio a Umm Ayman una parcela de su
huerto en lugar de su anterior obsequio.
1174.
‘Abdullah bin ‘Amrû dijo: ‘El Mensaje-
ro de Dios (B y P) dijo: Hay cuarenta virtudes; la
más elevada de ellas es la maníha de una cabra.
Quien practica una de estas virtudes, esperando
la recompensa de Dios, con la confianza de que
la obtendrá, será introducido por Dios al Paraíso
por eso’.
50. El Libro de los Testimonios
I
No se debe testificar a favor de
las injusticias; aunque se lo pi-
dan
1175.
‘Abdullah bin Mas‘ûd relató que el Pro-
feta (B y P) dijo: ‘La mejor gente es mi generación;
luego los que les sigan y luego los que les sigan.
Luego vendrán gentes cuyos testigos se adelantan
a sus juramentos y cuyos juramentos se adelantan
a sus testigos’.
II
Lo que se dice sobre el falso
testimonio
1176.
Abû Bakra dijo: ‘El Profeta (B y P) dijo:
«¿Os informo sobre lo más grave de los pecados
capitales?» tres veces. Dijeron: ‘Claro que sí Men-
sajero de Dios’. Dijo: «Asociar otros a Dios, mal-
tratar a los padres –estaba apoyado y se incorporó
un poco para sentarse y dijo:– Y, claro está, el fal-