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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
IV
La marcha por la mañana y por
la tarde en la causa de Dios. El
espacio de un arco para voso-
tros en el paraíso
1208.
Anas bin Mâlik relató que el Mensajero
de Dios (B y P) dijo: «En verdad que una marcha
por la mañana o por la tarde en la causa de Dios
es mejor para vosotros que todo el mundo y lo
que hay en él».
1209.
Abû Huraira relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «El espacio equivalente a un
arco en el Paraíso es mejor que todo lo está bajo
el sol cuando amanece y anochece». Y dijo: «Una
marcha por la mañana o por la tarde es mejor
que todo lo que hay bajo el sol cuando amanece y
cuando anochece».
V
Las huríes
1210.
Anas bin Mâlik relató que el Profeta
(B y P) dijo: «Si una mujer del Paraíso apareciese
ante la gente de la tierra iluminaría el espacio en-
tre el cielo y la tierra y lo llenaría de una agradable
fragancia. El velo que cubre su cabeza es mejor
que el mundo entero y todo lo que contiene».
VI
Quien es herido o apuñalado
por la causa de Dios
1211.
Anas bin Mâlik también dijo: ‘El Profe-
ta (B y P) envió setenta hombres de la tribu Banu
Sulaym a la tribu Banu ‘Amir. Cuando el destaca-
mento llegó, mi tío materno les dijo: ‘Yo me ade-
lantaré a vosotros; si me garantizan seguridad les
comunicaré sobre el Mensajero de Dios (B y P), si
no es así; vosotros estaréis cerca de mí’. Se adelan-
tó al grupo y los Banu ‘Amir le dieron seguridad.
Sin embargo, mientras él les comunicaba el men-
saje del Profeta (B y P), ellos hicieron una señal
a un hombre de ellos que se abalanzó y le clavó
su lanza matándolo. Mientras moría mi tío dijo:
‘¡Dios es el más grande! ¡He tenido éxito! ¡Por el
Señor de la Ka‘ba!’ Luego se lanzaron sobre el res-
to de sus compañeros y los mataron a todos ex-
cepto a un hombre cojo que huyó subiendo a una
montaña’. Anas agregó: ‘Ÿibrîl anunció al Profeta
(B y P) que ellos habían encontrado a su Señor;
que Él estaba complacido con ellos y que ellos es-
taban complacidos de Él. Solíamos recitar:
Infor-
mad a nuestra gente que encontramos a nuestro
Señor; que Él está complacido con nosotros y no-
sotros estamos complacidos con Él
; luego se abro-
gó esta aleya. El Profeta (B y P) invocó a Dios por
cuarenta días contra los asesinos; contra los Ra‘l,
contra los Dhakwán, contra Banu Lihyán y con-
tra ‘Usaiyya, los que desobedecieron a Dios y a Su
Mensajero (B y P)’.
1212.
Yundab bin Sufyân relató que el Mensa-
jero de Dios (B y P) estaba en una de las batallas
y que fue herido en su dedo y sangró. El Profeta
(B y P) dijo: «¿No eres tú sino un dedo que san-
gra? Todo lo que recibes es en la causa de Dios».
VII
Quien es herido en la causa de
Dios
1213.
Abû Huraira relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «¡Por Aquél que tiene mi alma
en Su mano! Ninguno de vosotros es herido en la
causa de Dios, y Dios sabe más quien es herido en
Su causa, sin que llegue el Día de la Resurrección
con su herida teniendo el color de la sangre pero
con el olor del almizcle».
VIII
Las palabras de Dios:
Hubo cre-
yentes que se mantuvieron fie-
les a la alianza concertada con
Dios. Algunos de ellos dieron ya
su vida. Otros esperan aún, sin
mudar su actitud
(33:23)
1214.
Anas bin Mâlik relató: ‘Mi tío paterno
Anas bin Al-Nadr estuvo ausente de la batalla de
Badr. Dijo: ‘¡Mensajero de Dios (B y P)! Yo estuve
ausente de la primera batalla que sostuviste con-
tra los politeístas. Si Dios me hace participar de
una batalla contra los politeístas ya verá Dios lo
que yo hago’. Cuando llegó el día de la batalla de
Uhud y los musulmanes se desbandaron, mi tio
dijo: ‘¡Dios! Te pido perdón por lo que estos ha-
cen –refiriéndose a sus compañeros– y denuncio
ante Ti lo que estos hacen –refiriéndose a los in-
crédulos–’. Luego se adelantó; encontró a Sa‘d bin