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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
y los ansâríes cavando en una mañana muy fría,
pues no tenían esclavos que hagan ese trabajo por
ellos. Cuando sintió su fatiga y su hambre dijo:
«¡Oh Dios! La verdadera vida es la Otra Vida.
Perdona, pues, a los ansâríes y a los muhâÿirûn»
y ellos le respondieron: ‘Nosotros somos los que
juramos fidelidad a Muhammad; que combatiría-
mos mientras estemos vivos».
XVIII
Cavando el foso
1226.
Anas bin Mâlik también relató, en otra
versión, que ellos decían: ‘Nosotros somos los que
juramos fidelidad a Muhammad; que combatiría-
mos mientras estemos vivos’. Y el Profeta (B y P)
les respondía diciendo: «¡Oh Dios! El verdade-
ro bien está en la Otra Vida. Bendice, pues, a los
ansâríes y a los muhâÿirûn».
1227.
Al-Barâ’ dijo: ‘Vi al Mensajero de Dios
(B y P) cargando tierra el día de la batalla de Al-
Ahzáb; la tierra cubría la blancura de su abdo-
men. Decía: «Si no fuera por Ti no estaríamos
bien guiados, ni daríamos limosna, ni rezaría-
mos. Bendícenos, pues, con la tranquilidad y afir-
ma nuestros pies cuando enfrentemos al enemi-
go. En verdad que estos se han rebelado contra
nosotros; pero si quieren causar atribulación nos
negaremos»’.
XIX
Quien ha sido impedido de com-
batir con una excusa válida
1228.
Anas bin Mâlik relató que el Profe-
ta (B y P) estaba en una campaña militar y dijo:
«Hay gente en Medina, detrás nuestro, que nos
acompañan cuando cruzamos un sendero de
montaña o un valle. Han sido retenidos por un
impedimento».
XX
La virtud del ayuno por la
causa de Dios
1229.
Abû Sa‘îd dijo: ‘Oí al Mensajero de Dios
(B y P) decir: «Quien ayuna un día por la causa
de Dios, Dios retirará su rostro del Fuego por la
distancia de un viaje de setenta años»’.
XXI
La virtud de quien provee a un
guerrero o se queda a velar
por sus intereses
1230.
Zayd bin Jâlid relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «Quien aprovisiona a un com-
batiente en la causa de Dios ha combatido. Quien
se queda a velar por la familia de un combatiente
en la causa de Dios ha combatido».
1231.
Anas bin Mâlik dijo: ‘El Profeta (B y P)
no entraba en ninguna casa excepto a la de Umm
Sulaym y las de sus esposas. Cuando se le men-
cionó aquello dijo: «Yo le tengo misericordia pues
su hermano fue muerto mientras estaba conmi-
go»’.
XXII
Aplicarse hanût (esencia para
embalsamar muertos) en
el combate
1232.
Anas bin Mâlik también relató que,
cuando fue donde Zâbit bin Qays en el día de la
batalla de Al-Yamáma, lo encontró con las ropas
levantadas hasta arriba de los muslos y aplicán-
dose en el cuerpo hanút. Anas dijo: ‘¡Tío! ¿Qué te
retiene?’ Zâbit dijo: ‘Ahora voy sobrino’ y siguió
aplicándose el hanút. Luego llegó y se situó en las
filas. Anas mencionó luego la huida de la gen-
te; ante esa situación, Zâbit dijo: ‘¡Abridme paso
para que pueda combatir al enemigo! Nunca ha-
bríamos hecho esto en compañía del Mensajero
de Dios (B y P). ¡Qué malos hábitos habéis adqui-
rido de vuestros enemigos!’
XXIII
La virtud de los exploradores
de avanzada
1233.
Ÿâbir dijo: ‘El Profeta (B y P) dijo:
«¿Quién me consigue datos sobre el enemigo?»,
en el día de Al-Ahzáb. Al-Zubayr dijo: ‘Yo’. Luego
repitió: «¿Quién me consigue datos sobre el ene-
migo?» Al-Zubayr dijo: ‘Yo’ y el Profeta (B y P)
dijo: «Todo profeta tiene discípulos y mi discípu-
lo es Al-Zubayr»’.