Page 200 - Sahih Al-Bujari

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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
1298.
Abû Huraira también relató que el Pro-
feta (B y P) llamó a la guerra: «Engaño».
LXXIV
Lo que es desaconsejable de las
disputas y disensiones durante
la guerra y el castigo de quien
desobedece a su imâm
1299.
Al-Barâ’ bin ‘Âzib dijo: ‘El Profeta (B y P)
nombró a ‘Abdullah bin Ÿubayr como jefe de los
infantes (arqueros) que eran cincuenta en el día
de (la batalla de) Uhud; les dijo: «Mantened esta
vuestra posición aunque veáis que las aves nos de-
voran y no la abandonéis hasta que se os man-
de. Y si nos veis que hemos derrotado al enemi-
go y los hacemos huir, pues tampoco abandonéis
vuestros lugares hasta que se os mande». Y los in-
crédulos fueron derrotados. Vimos a sus mujeres
huyendo apresuradas mostrando sus joyas y pier-
nas al levantar sus vestidos. Entonces dijo la gen-
te de ‘Abdullah bin Ÿubayr: ‘¡El botín! ¡Gente! ¡El
botín! ¡Vuestros compañeros han vencido! ¿Qué
esperáis?’ ‘Abdullah bin Ÿubayr les dijo: ‘¿Acaso
habéis olvidado lo que os dijo el Mensajero de
Dios (B y P)?’ Ellos dijeron: ‘¡Por Dios! Iremos
a la gente esa y tomaremos nuestro botín’. Pero
cuando fueron allí fueron forzados a volverse
en franca derrota. Todo ese tiempo el Mensajero
de Dios (B y P) los llamaba a sus espaldas y sólo
quedaron con él doce hombres. Ese día mataron
a setenta de los nuestros y el Profeta (B y P) y sus
sahabas habían alcanzado a ciento cuarenta de
ellos en el día de Badr: Setenta muertos y seten-
ta prisioneros. Abû Sufyân dijo (a los musulma-
nes que lograron refugiarse en el monte Uhud):
‘¿Está Muhammad entre vosotros?’ tres veces y el
Profeta (B y P) les prohibió que respondan. Luego
preguntó: ‘¿Está entre vosotros el hijo de Abû Qu-
hâfa (Abû Bakr)?’ tres veces; luego dijo: ‘¿Está en-
tre vosotros el hijo de Al-Jattâb (‘Umar)?’ tres ve-
ces. Después se volvió a su gente y les dijo: ‘Estos
fueron muertos’. ‘Umar no pudo contenerse y le
gritó: ‘¡Mientes, por Dios, enemigo de Dios! ¡To-
dos los que mencionaste están vivos! Y aún está
aquí lo que te apena’. Abû Sufyân dijo: ‘Un día por
el día de Badr, la guerra es pareja. Encontraréis
algunos de vuestros muertos mutilados; yo no
mandé a mis hombres hacer eso, aunque no estoy
apenado por lo que han hecho’. Entonces, empezó
a recitar a viva voz: ¡Elevado seas Hubal! ¡Elevado
seas Hubal!  El Profeta (B y P) dijo: «¿No le res-
ponderéis?» Dijeron: ‘¡Mensajero de Dios (B y P)!
¿Qué decimos?’ Dijo: «Decid: Dios es más elevado
y sublime». Abû Sufyân dijo entonces: ‘Nosotros
tenemos a Al-‘Uzza y vosotros no tenéis ningu-
na Al-‘Uzza’. El Profeta (B y P) dijo: «¿No le res-
ponderéis?» Dijeron: ‘¡Mensajero de Dios (B y P)!
¿Qué decimos?’ Dijo: «Decid: Dios es nuestro
mawla y vosotros no tenéis mawla alguno»’.
LXXV
Decir:
¡Oh sabâhah!
en voz alta
al ver el enemigo para que la
gente escuche
1300.
Salama dijo: ‘Salí de Medina en direc-
ción de Al-Gâba. Cuando llegué al sendero mon-
tañoso que lleva a Al-Gába, me encontró un sier-
vo de ‘Abdu Rahmân bin ‘Awf. Le dije: ‘¡Ay de ti!
¿Qué te ocurre?’ El dijo: ‘¡Las camellas del Pro-
feta (B y P) fueron capturadas!’ Dije: ‘¿Quién las
tomó?’ Me dijo: ‘Gatafân y Fazâra’. Así que grité
tres veces hasta que hice oír a quien estaba entre
las dos lavas (Medina). Luego salí a perseguirlos
y los alcancé cuando ya habían tomado las came-
llas. Empecé a lanzarles flechas mientras recitaba:
‘Yo soy el hijo de Akwa’ y que perezcan hoy los
inicuos’. Logré salvar las camellas de sus manos
antes de que beban y empecé a llevarlas. El Pro-
feta (B y P) me encontró y le dije: ‘¡Mensajero de
Dios (B y P)! Esa gente está con sed y yo los obli-
gué a que se apresuren antes de poder beber, así
que manda gente que los persiga. Él dijo: «¡Hijo
de Al-Akwa’! Se te dio la victoria sobre ellos; así
que perdónalos. Esa gente, con certeza, estará
ocupada con su propio pueblo».
LXXVI
Liberando a los cautivos
1301.
Abû Mûsâ dijo: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) dijo: «Liberad al que sufre, el cautivo; ali-
mentad al hambriento y visitad al enfermo»’.
1302.
Abû Ÿuhayfa dijo: ‘Dije a ‘Alî: ‘¿Cono-
ces de alguna revelación divina aparte de lo que
está en el Libro de Dios?’ ‘Alî respondió: ‘¡No!
¡Por Aquel que parte en dos los granos y crea las
(1) Este Hubal era uno de los dioses venerados por
los árabes en la Ka‘ba; aparentemente es de origen me-
sopotámico.