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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
LXXXIV
Si los politeístas toman la
propiedad de un musulmán como
botín de guerra y luego el
musulmán la encuentra
1309.
Se relata de ‘Abdullah bin ‘Umar que
uno de sus caballos escapó y el enemigo lo cap-
turó. Cuando los musulmanes los derrotaron se le
devolvió el caballo en la época del Profeta (B y P).
Después huyó uno de sus esclavos y se internó en
territorio bizantino. Cuando los musulmanes de-
rrotaron a los bizantinos, Jâlid bin Al-Walîd se lo
devolvió, es decir: Después de la época del Profe-
ta (B y P).
LXXXV
Quien habla persa o habla el
árabe con acento extranjero.
Las palabras de Dios:
y entre
sus signos está la creación de
los cielos y la tierra, la di-
versidad de vuestras lenguas y
vuestros colores...
(30:22) y
no
mandamos a ningún enviado que
no hablara la lengua de su pue-
blo
(14:4)
1310.
Ÿâbir bin ‘Abdullah relató: ‘Dije: ‘¡Men-
sajero de Dios (B y P)! Hemos matado una oveja
joven de nosotros y hemos molido un sâ‘ de ce-
bada; ven con algunas personas (a comer con no-
sotros)’. El Profeta (B y P) gritó diciendo: «¡Gente
de la trinchera! Ÿâbir ha preparado
súr
(palabra
persa que significa comida). ¡Venid pues!»’
1311.
Umm Jâlid, hija de Jâlid bin Sa‘îd, rela-
tó: ‘Fui con mi padre ante el Mensajero de Dios
(B y P) y yo vestía un camisón amarillo. El Men-
sajero de Dios (B y P) dijo: «Sanah, sanah»– lo
cual significa: «Bello» en etíope–. Yo me puse a
jugar con la señal de la profecía (en la espalda del
Profeta (B y P)) y mi padre me reprendió dura-
mente por ello. El Mensajero de Dios (B y P) dijo:
«Déjala». Luego invocó una larga vida para mí di-
ciendo: «Viste tu vestido hasta que se haga hara-
pos y luego vístelo hasta que se haga harapos» tres
veces’.
LXXXVI
Robar del botín antes de su
distribución y las palabras de
Dios
quien defraude llevará lo
defraudado el Día de la Resu-
rrección
(3:161)
1312.
Abû Huraira relató: ‘El Mensajero de
Dios (B y P) se levantó frente a nosotros y men-
cionó el robo de botín antes de repartirse. Enfati-
zó en su gran magnitud y declaró que era un gran
pecado diciendo: «No robéis del botín; no quiero
encontraros el Día de la Resurrección cargando
sobre vuestros hombros una oveja que bala o un
caballo relinchando. (Tal persona) dirá: ‘¡Men-
sajero de Dios (B y P)! ¡Socórreme!’ Yo le diré:
‘No tengo potestad alguna de ayudarte ante Dios;
yo te advertí’. Otro cargará oro o plata sobre su
cuello; dirá: ‘¡Mensajero de Dios (B y P)! ¡Socó-
rreme!’ Yo le diré: ‘No tengo potestad alguna de
ayudarte ante Dios; yo te advertí’. Otro cargará
ropajes agitándose sobre su cuello; dirá: ‘¡Mensa-
jero de Dios (B y P)! ¡Socórreme!’ Yo le diré: ‘No
tengo potestad alguna de ayudarte ante Dios; yo
te advertí’»’.
LXXXVII
El robo leve de botín
1313.
‘Abdullah bin ‘Amrû dijo: ‘Había un
hombre que custodiaba la familia y los bienes
del Mensajero de Dios (B y P); lo llamaban Kir-
kira. Este hombre murió y el Mensajero de Dios
(B y P) dijo: «Él está en el Fuego». La gente fue a
verlo y encontraron en sus aposentos un manto
que había robado’.
LXXXVIII
La recepción de los guerreros
(al volver del ÿihâd)
1314.
Ibn Al-Zubayr relató que dijo a Ibn
Ya‘far: ‘¿Recuerdas cuando fuimos a recibir al
Mensajero de Dios (B y P), yo, tú e Ibn ‘Abbâs, y
el Mensajero de Dios (B y P) nos hizo montar con
él y a ti te dejó abajo?’
1315.
Al-Sâ‘ib bin Yazîd dijo: ‘Yo y otros mu-
chachos fuimos a recibir al Mensajero de Dios
(B y P) en Zaniyyat al Wadâ».