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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
fue a Sara»’... El resto del hadiz ya lo menciona-
mos (Nro. 1043).
1414.
Y ya mencionamos el hadiz de Umm
Sharík en que el Profeta (B y P) ordena matar los
lagartos; en esta versión se añade: «(El lagarto)
soplaba el fuego sobre Ibrâhîm» .
1415.
‘Abdullah bin ‘Abbâs relató: (Según Fath
ul-Bâri bajo autoridad del Profeta (B y P)) ‘la
primera mujer en usar una faja fue la madre de
Ismá‘íl (Ismael) con el fin de ocultar sus huellas
de Sara . Luego vino Ibrâhîm con ella y su hijo,
al cual amamantaba, hasta que los dejó cerca de
la Ka‘ba. Los dejó bajo un árbol más arriba de Za-
mzam en la parte superior de (lo que hoy es) la
mezquita. No había allí nadie ni había allí agua;
pero allí los dejó y les dejó una bolsa de piel con
unos cuantos dátiles y un odre con un poco de
agua. Cuando Ibrâhîm se marchaba, Umm Ismá‘íl
lo siguió diciéndole: ‘¡Ibrâhîm! ¿Dónde vas y nos
abandonas en este valle donde no hay personas ni
cosa alguna?’ Esto se lo dijo varias veces y él no
se volvía hacia ella. Ella le dijo: ‘¿Es Dios quien te
ordena esto?’ Él dijo: ‘Sí’. Ella dijo: ‘Entonces Él
no nos dejará perecer’ y se volvió (hacia el niño).
Ibrâhîm se alejó hasta llegar a una curva donde no
lo podían ver; allí dirigió su rostro hacia la Casa
Sagrada y rogó, levantando sus manos, con las si-
guientes palabras:
¡Señor! He establecido a parte
de mi descendencia en un valle sin cultivar, junto
a Tu Casa Sagrada; ¡Señor! Para que practiquen
el salat. ¡Haz que los corazones de algunos hom-
bres sean afectuosos con ellos! ¡Provéeles de fru-
tos! Quizás, así sean agradecidos
(14:37). Umm
Ismá‘íl amamantaba a Ismá‘íl y bebía del agua.
Cuando se acabó lo que había en el odre ella em-
pezó a padecer la sed y su hijo también. Ella lo
veía retorcerse en agonía y se alejó porque le dis-
gustaba verlo así. Llegó hasta Al-Safa, que era la
colina más cercana al lugar donde estaban, y se
detuvo sobre ella dirigiendo su vista al valle para
ver a alguien, pero no vio a nadie. Luego descen-
dió de Al-Safa y cuando estuvo en la hondonada
se levantó un poco el vestido e hizo una leve ca-
(1) Cuando Ibrâhîm fue lanzado al fuego todos los
animales intentaron extinguirlo, excepto el lagarto co-
mún que lo avivaba.
(2) Cuando Abraham se casó con Hagar y ella dio a
luz a Ismael, Sara se puso celosa y juró que cortaría el
cuerpo de Hagar. Así que Hagar se anudó una faja alre-
dedor de su cintura y de ella sujetó algo para borrar sus
huellas mientras huía de Sara.
rrera que es característica de la persona que está
en apuros. Luego subió a Al-Marwa y se detuvo
sobre ella y recorrió el lugar con su vista con la es-
peranza de ver a alguien. Repitió esto siete veces’.
‘Abdullah bin ‘Abbâs agregó: ‘El Profeta (B y P)
dijo: «Ese es el origen del sa‘yi que la gente realiza
entre ambas (colinas durante el haÿÿ)». Cuando
llegó la última vez a Al-Marwa oyó una voz y se
dijo: ‘Calla’ y escuchó con atención. Cuando oyó
nuevamente la voz dijo: ‘Quienquiera que seas,
me has hecho oír tu voz; ¿Tienes algo para ayu-
darme?’ De pronto vio un ángel en el punto de
Zamzam cavando en la tierra con su talón –o su
ala– hasta que brotó el agua. Ella empezó a cavar
una pequeña fosa para que contenga el agua con
sus manos así. Y empezó a recoger agua con su
odre y el agua seguía brotando después de reco-
ger un poco’. Ibn ‘Abbâs agregó: ‘El Profeta (B y P)
dijo: «Que Dios se apiade de Umm Ismá‘íl; ¡Si
hubiese dejado correr a Zamzam! –o dijo: Si no
hubiese intentado recoger el agua– Zamzam se-
ría hoy una corriente fluvial»’. Luego dijo: ‘(Ha-
gar) bebió del agua y amamantó a su hijo. El ángel
le dijo: ‘No temáis perecer; aquí será la Casa de
Dios, la construirá este niño y su padre. Dios no
deja perecer a Su gente’. La Casa estaba en un pro-
montorio elevado por encima del nivel del suelo;
las corrientes aluvionales rodeaban el promon-
torio por la derecha y la izquierda. Así vivieron
hasta que pasó por allí gente de Ÿurhum, o una
familia de Ÿurhum, que iban camino a Kadá’. Esta
gente se detuvo en la parte baja de Makka y vio un
ave que tenía la costumbre de volar siempre sobre
el agua y alrededor de ella. Dijeron: ‘Esta ave está
sobrevolando agua. Desde que conocemos este
valle nunca hubo aquí agua. Así que mandaron
uno o dos enviados que descubrieron la fuente
de agua y les informaron; entonces fueron todos
hacia el lugar. El Profeta (B y P) agregó: «Encon-
traron que Umm Ismá‘íl estaba junto al agua y le
dijeron: ‘¿Nos permites asentarnos aquí?’ Ella les
dijo: ‘Sí, pero no tenéis derechos sobre el agua’
y ellos asintieron»’. Ibn ‘Abbâs agregó: ‘El Profe-
ta (B y P) dijo: «Esa situación complacía a Umm
Ismá‘íl porque ella gustaba tener la compañía de
gente». La gente de Ÿurhum mandó llamar a sus
familias y se asentaron todos allí hasta que varias
familias se hicieron residentes permanentes del
lugar. El niño creció y aprendió el idioma árabe
de ellos. Sus virtudes hicieron que ellos lo quisie-
ran y lo admiraran mientras crecía. Cuando llegó
a la pubertad, su madre lo casó con una mujer de