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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
ellos (de Ÿurhum). Después de que se casó Ismá‘íl
y falleció Umm Ismá‘íl llegó Ibrâhîm a buscar a su
hijo pero no lo encontró en su casa. Preguntó por
él a su esposa y ella respondió: ‘Salió a procurar-
nos el sustento’. Luego le preguntó por su situación
y su subsistencia. Ella respondió: ‘Vivimos en la
miseria; sufrimos escasez y aprietos’, quejándose a
Ibrâhîm. Ibrâhîm le dijo: ‘Cuando llegue tu espo-
so, comunícale mi saludo de paz y dile que mude
el umbral de su puerta’. Cuando Ismá‘íl volvió sin-
tió algo inusual y preguntó: ‘¿Ha venido alguien?’
Su esposa respondió: ‘Sí, ha venido un anciano así
y así (y lo describió). Nos preguntó por ti y le res-
pondí; también me preguntó por nuestra situa-
ción y yo le informé que pasamos penurias y esca-
sez’. Ismá‘íl preguntó: ‘¿Te encomendó algo?’ Ella
dijo: ‘Sí; me pidió que te comunique su saludo de
paz y dijo que cambies el umbral de tu puerta’. Él
dijo: ‘Ése es mi padre y me ordena que me separe
de ti, así que vuelve con tus padres’. Y la divorció
para casarse con otra mujer de ellos. Ibrâhîm dejó
pasar el tiempo que Dios dispuso y luego vino a
ver a su hijo y tampoco lo encontró. Así, entró
y preguntó a su esposa por él. Ella dijo: ‘Salió a
procurarnos el sustento’. Él preguntó por su sub-
sistencia y su situación. Ella respondió: ‘Estamos
bien y vivimos holgadamente’ y alabó a Dios’. Él
preguntó: ‘¿Cuál es vuestro alimento?’ Ella res-
pondió: ‘Carne’. Él preguntó: ‘¿Y qué bebéis?’ Ella
dijo: ‘Agua’. Ibrâhîm dijo: ‘¡Oh Dios! ¡Bendice su
carne y su agua!’ El Profeta (B y P) dijo: «En esa
época no había granos; si hubiese granos, habría
pedido que se los bendiga también». Y cualquiera
que se alimente de sólo dos cosas se enfermará,
excepto la gente de Makka. Ibrâhîm dijo: ‘Cuan-
do llegue tu esposo comunícale mi saludo de paz
y dile que afirme el umbral de su puerta’. Cuan-
do Ismá‘íl volvió preguntó: ‘¿Ha venido alguien?’
Su esposa dijo: ‘Sí; vino un anciano de apariencia
agradable’ y lo elogió. Agregó: ‘Me preguntó por
ti y le informé; me preguntó por nuestra situación
y le dije que estamos bien’. Él preguntó: ‘¿Te en-
comendó algo?’ Ella respondió: ‘Sí; me encomen-
dó que te comunique su saludo de paz y que te
diga que afirmes el umbral de tu puerta’. Ismá‘íl
dijo: ‘Ese era mi padre y me ordena que te conser-
ve’. Ibrâhîm dejó pasar el tiempo que Dios dispu-
so y luego volvió. Encontró a Ismá‘íl afilando sus
flechas bajo un árbol cerca de Zamzam. Cuando
lo vio, se levantó y vino hacia él e hicieron como
hace el hijo con el padre y el padre con el hijo.
Luego Ibrâhîm dijo: ‘¡Ismá‘íl! Mi Señor me ha or-
denado algo’. Ismá‘íl dijo: ‘Haz lo que te manda
tu Señor’. Ibrâhîm dijo: ‘¿Me ayudarás?’ Ismá‘íl
respondió: ‘¡Claro que te ayudaré!’ Ibrâhîm dijo:
‘Mi Señor me ordenó construir aquí una Casa (un
templo)’ y apuntó a un promontorio que se ele-
vaba sobre el suelo. Y allí levantaron los cimien-
tos de la Casa. Ismá‘íl traía las piedras e Ibrâhîm
construía. Cuando la construcción fue elevándo-
se, trajo esta piedra (la piedra de Maqâm Ibrâhîm
frente a la Ka‘ba) y se subía en ella para construir
mientras Ismá‘íl le alcanzaba las piedras. Ambos
decían:
¡Señor! ¡Acéptanoslo! ¡Tú eres Quien todo
lo oye, Quien todo lo sabe!
(2:127)’.
1416.
Abû Dharr dijo: ‘Dije: ‘¡Mensajero de
Dios (B y P)! ¿Cuál fue la primera mezquita cons-
truida sobre la tierra?’ El Profeta (B y P) respon-
dió: «La Mezquita Sagrada (de Makka: Al-Masÿid
ul-Harám)». Luego pregunté: ‘¿Después cuál?’
Me dijo: «La Mezquita de Jerusalén (Masÿid ul-
Aqsa)». Pregunté: ‘¿Cuántos años hubo entre am-
bas (construcciones)?’ Dijo: «Cuarenta años»; y
agregó: «Donde te llegue la oración debes rezar,
pues en eso consiste la virtud»’.
1417.
Abû Humayd Al-Sâ‘idi relató que (los
sahabas) dijeron: ‘¡Mensajero de Dios (B y P)!
¿Cómo pedimos a Dios que te bendiga?’ El Men-
sajero de Dios (B y P) dijo: «Decid: ‘¡Oh Dios!
Exalta a Muhammad, a sus esposas y su descen-
dencia, como exaltaste a la familia de Ibrâhîm.
Y bendice a Muhammad, a sus esposas y a su
descendencia, como bendijiste a la familia de
Ibrâhîm; ciertamente Tú eres digno de alabanza
y el Más glorioso’».
1418.
‘Abdullah bin ‘Abbâs dijo: ‘El Profeta
(B y P) pedía la protección de Dios para Al-Ha-
san y Al-Husayn. Decía: «Vuestro padre (Abra-
ham) pedía la protección de Dios para Ismâ‘îl e
Ishâq con estas palabras: Pido refugio con las per-
fectas palabras de Dios; de todo demonio y peste
ponzoñosa; y de todo ojo envidioso y dañino»’.
IV
Las palabras de Dios:
infór-
males de lo que pasó con los
huéspedes de ibrâhîm
(15:51) y
cuando Ibrâhîm dijo: ‘¡señor,
muéstrame cómo das vida a los
muertos!’
(2:260)
1419.
Abû Huraira relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «Nosotros tenemos más dere-