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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
XII
Las palabras de Dios:
y dimos a
Dawûd (David) un zabûr (los
salmos).
(4:163)
1427.
Abû Huraira relató que el Profeta (B y P)
dijo: «La recitación de la palabra de Dios (Al-Za-
bûr) fue facilitada para Dawûd (David) (B y P).
Solía ordenar que sus animales sean ensillados y
terminaba de recitar la palabra de Dios hasta que
se terminaba de ensillar sus animales. Y no se ali-
mentaba sino del trabajo de su mano».
XIII
Las palabras de Dios:
A Dawûd
le regalamos Sulaymân (Salo-
món). ¡Qué siervo tan agradable!
Su arrepentimiento era sincero
(38:30)
1428.
Abû Huraira también relató que oyó al
Mensajero de Dios (B y P) decir: «Mi caso y el
caso de la gente es como el de un hombre que en-
ciende una hoguera y van cayendo en ella polillas
y otros animales». Y dijo: «Había dos mujeres con
sus respectivos hijos; el lobo se comió a uno de
ellos y una dijo a la otra: ‘El lobo se llevó a tu hijo’.
La otra dijo: ‘Se ha llevado a tu hijo’. Ambas mu-
jeres acudieron al veredicto de Dawûd y él favo-
reció a la mayor. Cuando salieron, informaron de
ello a Sulaymân (Salomón) bin Dawûd. Sulaymân
dijo: ‘Traedme un cuchillo que partiré al niño en-
tre vosotras’. La menor dijo: ‘¡Que Dios se apiade
de ti! ¡No lo hagas! El niño es de ella’. Y Sulaymân
dictaminó que el niño sea para la menor».
XIV
Las palabras de Dios:
Y cuando
los ángeles dijeron: ‘¡Maryam
(María)! Dios te ha escogido y
purificado... Tú no estabas
con ellos cuando disputaban
(3:42-44)
1429.
‘Alî dijo: ‘Oí al Mensajero de Dios (B y P)
diciendo: «La mejor entre las mujeres (de su na-
ción) era Maryam, hija de ‘Imrân; y la mejor de
las mujeres (de su nación: los musulmanes) es
Jadîÿa»’.
1430.
Abû Huraira dijo: ‘Oí al Mensajero de
Dios (B y P) decir: «Las mujeres de Quraysh son
las mejores que hayan montado a camello; son las
más tiernas con un bebé y las más cuidadosas con
la propiedad de sus esposos»’.
XV
Las palabras de Dios:
¡Gente de
la escritura! ¡No exageréis en
vuestra religión!... ¡Dios basta
como protector!
(4:171)
1431.
‘Ubâda relató que el Profeta (B y P) dijo:
«Quien atestigüe que no hay Dios alguno excepto
Dios sin copartícipe alguno, que Muhammad es
Su siervo y Mensajero; y que ‘Îsâ (Jesús) es siervo
de Dios, Su Mensajero y Su verbo que fue dado a
Maryam por un espíritu de Dios; y que el Paraíso
es verdad y el Fuego es verdad, Dios lo hará entrar
en el Paraíso con lo que haya hecho de obras».
XVI
Las palabras de Dios:
Y recuer-
da a Maryam en la escritura,
cuando dejó a su familia para
retirarse a un lugar de oriente
(19:16)
1432.
Abû Huraira relató que el Profeta (B y P)
dijo: «Nadie habló desde la cuna excepto tres: (El
primero fue) ‘Îsâ. (El segundo fue el caso de) un
hombre llamado Ÿurayÿ en Banu Isrâ‘îl que esta-
ba rezando y su madre lo llamó; él dudó: ‘¿Res-
pondo a su llamado o sigo rezando?’ Su madre,
ante esto, dijo: ‘¡Oh Dios! No lo dejes morir hasta
que vea la cara de una prostituta’. Cuando Ÿurayÿ
estaba en su ermita, fue a él una mujer y se le ofre-
ció y quiso seducirlo. Él se negó y ella fue con un
pastor y se le entregó; tiempo después dio a luz
un niño y dijo que era de Ÿurayÿ. La gente fue a la
ermita y la destruyó; lo sacaron de allí y lo insulta-
ron. Ÿurayÿ hizo la ablución y rezó, luego fue con
el niño y le preguntó: ‘¿Quién es tu padre niño?’
El bebé dijo: ‘Es el pastor’. La gente dijo a Ÿurayÿ:
‘¿Te construimos una ermita de oro?’ El dijo: ‘No,
sólo la quiero de barro’. (El tercero es el caso de)
una mujer de Banu Isrâ‘îl que estaba amaman-
tando a su hijo cuando pasó junto a ella un jine-
te muy apuesto. Ella dijo: ‘¡Oh Dios! Haz que mi
hijo sea como él’. El bebé dejó su pezón y mirando
al jinete dijo: ‘¡Oh Dios! No me hagas como él’ y