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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
preguntando hasta que otro hombre le dijo: ‘Vé a
tal aldea’. El hombre partió y en el camino lo al-
canzó la muerte. Mientras caía dirigió su pecho
hacia la aldea (en la cual esperaba que se acepte su
arrepentimiento). Esto causó que los ángeles de la
misericordia disputaran con los ángeles del cas-
tigo. Dios ordenó a la aldea donde iba el hombre
que se acercara a él y ordenó a la aldea que dejó
atrás que se alejara de él. Dios ordenó después a
los ángeles que midan la distancia entre el cuerpo
del hombre y ambas aldeas. Entonces descubrie-
ron que el cuerpo estaba más cercano a la aldea
donde iba por un palmo, así que fue perdonado».
1450.
Abû Huraira relató que el Profeta (B y P)
dijo: «Un hombre compró de otro un lote de te-
rreno. El comprador halló, enterrado en el terre-
no, un jarrón lleno de oro. El comprador fue ante
el vendedor y le dijo: ‘Toma tu oro; yo he compra-
do la tierra y no el oro’. El vendedor dijo: ‘Toma
el oro, pues yo te he vendido la tierra con todo
lo que hay en ella’. Ambos fueron ante un tercer
hombre para que juzgue entre ellos y éste les dijo:
‘¿Tenéis hijos?’ Uno dijo: ‘Tengo un muchacho’ y
el otro dijo: ‘Tengo una muchacha’. El hombre les
dijo: ‘Casad a la chica con el chico y gastad el oro
en ellos, lo que sobre dadlo en caridad’».
1451.
Usâma bin Zayd fue preguntado: ‘¿Qué
has oído del Mensajero de Dios (B y P) sobre la
peste?’ Usâma dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P)
dijo: «La peste es un azote enviado contra un gru-
po de los israelitas –o: «Sobre algunos de los que
os precedieron». Si oís de ella en alguna tierra no
vayáis a ella. Y si se presenta en la tierra en que vo-
sotros residís no salgáis de allí huyendo de ella»’.
1452.
‘Âisha, esposa del Profeta (B y P), dijo:
‘Pregunté al Mensajero de Dios (B y P) sobre la
peste y él me informó que: «Es un castigo que
Dios envía sobre quien quiere y es una misericor-
dia para con los creyentes. Todo aquel que es azo-
tado por la peste y se queda en su tierra paciente-
mente y con fe, sabiendo que no le afectará sino
lo que Dios le ha escrito, tendrá la misma recom-
pensa del mártir»’.
1453.
Ibn Mas‘ûd dijo: ‘Aún me parece ver al
Profeta (B y P) relatando sobre uno de los profe-
tas, que fue golpeado por su gente hasta sangrar,
que, mientras se limpiaba la sangre del rostro,
dijo: ‘¡Oh Dios! ¡Perdona a mi nación pues no tie-
nen conocimiento!»
1454.
‘Abdullah bin ‘Umar relató que el Pro-
feta (B y P) dijo: «Mientras un hombre caminaba
arrastrando sus vestimentas con soberbia, fue tra-
gado por la tierra y seguirá hundiéndose en ella
hasta el Día de la Resurrección».
XIX
Mención de las virtudes
1455.
Abû Huraira relató que el Mensajero
de Dios (B y P) dijo: «Encontraréis que la gente
es como los metales (de distinta naturaleza). Los
mejores en la Ignorancia (Al-ÿahiliya) serán los
mejores en el Islam si entienden (la religión). En-
contraréis que la mejor gente en este asunto (el de
gobernar) es la que más lo detesta. Encontraréis
también que la peor gente son los de dos caras,
el que se presenta ante estos con una cara y ante
aquellos con otra cara».
1456.
Abû Huraira también relató que el
Profeta (B y P) dijo: «La gente viene después de
Quraysh en este asunto (el gobierno). Los mu-
sulmanes siguen a sus musulmanes y los incré-
dulos siguen a sus incrédulos. La gente es como
los metales. Los mejores de la Ignorancia serán
los mejores en el Islam si entienden su religión. Y
encontraréis que la mejor gente son los que más
detestan este asunto (el gobierno), hasta que recae
sobre ellos».
XX
Las virtudes de Quraysh
1457.
Mu‘âwiya relata que se le informó que
‘Abdullah bin ‘Amrû bin Al-‘Âs relataba que habría
un rey de la tribu Qahtán. Entonces, Mu‘âwiya se
enojó y se levantó; alabó a Dios con lo que mere-
ce y dijo: ‘Ahora; me he enterado que algunos de
vosotros relatan cosas que no están en el Libro de
Dios ni se encuentran atribuidas al Mensajero de
Dios (B y P). Esos son los ignorantes entre voso-
tros. Cuidaos de los sueños que pierden a los que
los tienen, pues yo oí al Mensajero de Dios (B y P)
decir: «Este asunto (el gobierno) estará en manos
de Quraysh. Dios destruirá a quien les sea hostil,
mientras ellos practiquen la religión»’.
1458.
Abû Huraira relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «Quraysh, los ansâr, Yuhayna,
Muzayna, Aslam, Ashÿa’ y Gifâr son aliados mu-
tuos; y no tienen ningún aliado sino Dios y Su
Mensajero».
1459.
‘Abdullah bin ‘Umar relató que el Men-
sajero de Dios (B y P) dijo: «Esta autoridad que-
dará en Quraysh hasta que queden sólo dos de
ellos».