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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
profeta; yo dije a mi hermano: ‘Vé ante ese hom-
bre, háblale y vuelve a mí con noticias de él’. Mi
hermano partió; se encontró con él y volvió. Le
dije: ‘¿Qué nuevas traes?’ Dijo: ‘¡Por Dios! He vis-
to a un hombre que predica el bien y prohibe el
mal’. Así que tomé un odre con agua y una vara y
partí hacia Makka. Yo no lo conocía y no quería
preguntar por él, así que me mantuve en la mez-
quita y bebiendo agua de Zamzam. ‘Alí pasó cerca
de mí y dijo: ‘Me pareces extranjero... ¿No es así?’
Le dije: ‘Si’. Él dijo: ‘Vamos, pues, a la casa’. Par-
timos y él no me preguntaba de nada ni yo se lo
informaba’. A la mañana siguiente fui a la mezqui-
ta a preguntar por él (Profeta (B y P)) y nadie me
supo informar nada. ‘Alí pasó nuevamente cerca
de mí y me preguntó: ‘¿El señor aún no ha llega-
do a saber dónde pasará la noche?’ Dije: ‘No’. Me
dijo: ‘Ven conmigo’ y me preguntó: ‘¿Qué te trae
por esta ciudad?’ Le dije: ‘Si prometes guardar el
secreto te lo informaré’. Me dijo: ‘Así lo haré’. Le
dije: ‘Nos llegó la noticia de que aquí había surgi-
do un hombre que dice ser profeta. Así que man-
dé a mi hermano para que hable con él; pero no
me trajo suficientes datos, así que quise verlo per-
sonalmente’. ‘Alí me dijo: ‘Pues has llegado hasta
tu objetivo; yo estoy yendo a verlo ahora mismo;
sígueme y entra donde yo entre. Si yo veo a al-
guien que pueda dañarte me dirigiré a una pared
aparentando arreglarme el calzado (para adver-
tirte) y tú seguirás de largo’. Alí partió y yo fui con
él hasta que entré con él ante el Profeta (B y P), a
quien dije: ‘Muéstrame el Islam’; él me lo expuso
y yo me islamicé en ese mismo lugar. El Profeta
(B y P) me dijo entonces: «¡Abû Dharr! Guarda
en secreto este asunto y vuelve a tu tierra. Cuan-
do te lleguen las noticias de nuestra victoria ven
a nosotros». Yo dije: ‘¡Por el que te envió con la
verdad! ¡Juro que lo gritaré entre ellos!» (Después
de esto, Abû Dharr) fue a la mezquita donde se
encontraban los (incrédulos) de Quraysh y dijo:
‘Doy testimonio de que no hay más Dios sino
Dios y doy testimonio de que Muhammad es Su
siervo y Mensajero’. Abû Dharr agregó: ‘Ellos di-
jeron: ‘¡Levantaos y arremeted contra este sabeo!’
Así que se levantaron y me golpearon hasta casi
matarme. Al-‘Abbâs me vio y se lanzó sobre mí
para protegerme; luego los enfrentó y les dijo:
‘¡Ay de vosotros! ¿Matáis a un hombre de Gifâr
siendo que vuestro comercio y vuestro paso es a
través del territorio de Gifâr?’ Ellos, entonces, se
alejaron de mí. Cuando llegó el siguiente día fui
nuevamente allí y dije lo mismo que dije el día
anterior. Ellos dijeron: ‘¡Arremeted contra este sa-
beo!’ Y me hicieron lo mismo que me hicieron el
día anterior. Entonces llegó Al-‘Abbâs y se lanzó
sobre mí y repitió las mismas palabras que el día
anterior’. Este fue, pues, el principio de Abû Dha-
rr, que Dios se apiade de él, en el Islam.
XXVII
Quien se relaciona a sus ances-
tros en el Islam y la ignorancia
1471.
‘Abdullah bin ‘Abbâs también relató:
‘Cuando descendió la aleya:
Advierte a los miem-
bros más allegados de tu tribu
(26:214), el Profe-
ta (B y P) empezó a invitar a las distintas tribus al
Islam. Les decía: «¡Banu Fihr! ¡Banu ‘Adí!» men-
cionando las distintas ramas de Quraysh’.
XXVIII
Quien desea que no se insulte a
sus ancestros
1472.
‘Âisha dijo: ‘Hassân pidió permiso al
Profeta (B y P) para dirigir sus versos contra los
politeístas. El Profeta (B y P) le dijo: «¿Y qué con
nuestro origen común?» Hassán le dijo: ‘Yo te
apartaré de ellos como se saca un cabello de la ha-
rina».
XXIX
Lo que se menciona sobre los
nombres del Mensajero de Dios
(B y P)
1473.
Ÿubayr bin Mut‘im dijo: ‘El Mensajero
de Dios (B y P) dijo: «Tengo cinco nombres: Yo
soy Muhammad; soy Ahmad; soy Al-Mâhi (el que
borra) con el que Dios borrará la incredulidad;
soy Al-Hâshir, porque resucitaré primero y el res-
to de la gente resucitará después de mí; también
soy Al-‘Âqib (el último, es decir: No habrá profeta
alguno después de mí)»’.
1474.
Abû Huraira dijo: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) dijo: «¿No os sorprende cómo Dios me
libra de los insultos y maldiciones de Quraysh?
Ellos insultan y maldice a Mudhammam y yo soy
Muhammad»’ .
(1) Los incrédulos de Makka se abstenían de llamar al
Profeta (B y P) Muhammad por su nombre y le llamaban
Mudhammam
, que significa: ‘el muy detestable’. Entonces,
todos sus insultos los lanzaban contra Mudhammam y no
contra Muhammad, el Mensajero de Dios (B y P).