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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
1491.
‘Abdullah bin ‘Amrû bin Al-‘Ás dijo: ‘El
Profeta (B y P) no era uno que usara mal lenguaje
ni aparentaba ser mal hablado para divertir a la
gente. Solía decir: «Los mejores de vosotros son
los que mejor carácter tienen»’.
1492.
‘Âisha dijo: ‘Siempre que el Profeta
(B y P) podía elegir entre dos cosas elegía la más
fácil, mientras no signifique un pecado. Y si era
un pecado era la persona que más se alejaba de
ello. El Mensajero de Dios (B y P) nunca se vengó
(de alguien) por su propia satisfacción pero sí lo
hacía cuando las prohibiciones de Dios se viola-
ban, y lo hacía por la causa de Dios’.
1493.
Anas bin Mâlik dijo: ‘Nunca toqué nin-
guna seda o Dibâÿ más suave que la palma de la
mano del Profeta (B y P). Tampoco he olido un
perfume o un sudor más aromático que el sudor
del Profeta (B y P)’.
1494.
Abû Sa‘îd Al-Judrî dijo: ‘El Profeta
(B y P) era más recatado que una virgen bajo su
velo’.
1495.
En otra versión: ‘Si detestaba algo se le
notaba en la cara’.
1496.
Abû Huraira dijo: ‘El Profeta (B y P)
nunca demostró desagrado por ninguna comida
(que se le ofrecía); si le gustaba la comía y si no le
gustaba la dejaba de lado’.
1497.
‘Âisha relató que cuando el Profeta
(B y P) relataba un hadiz lo hacía tan claramente
que, si alguien deseaba contar el número de sus
palabras, podía hacerlo.
1498.
‘Âisha también dijo: ‘El Mensajero de
Dios (B y P) nunca hablaba tan rápido y vago
como vosotros habláis’.
XXXIV
Los ojos del Profeta (B y P) dor-
mían, pero su corazón no dor-
mía
1499.
Anas bin Mâlik relataba sobre la noche
en que el Profeta (B y P) fue transportado desde la
mezquita de la Ka‘ba; decía: ‘Tres personas llega-
ron a él, antes de que se le revelara algo, mientras
dormía en la Mezquita Sagrada. El primero dijo:
‘¿Cuál de ellos es?’ El del medio dijo: ‘Es el mejor
de ellos’. El último dijo: ‘Tomad al mejor de ellos’.
Y eso fue todo; él no los volvió a ver hasta que lle-
garon otra noche y él los percibió con su corazón,
pues los ojos del Profeta (B y P) duermen pero su
corazón no. Así también son los otros profetas:
Sus ojos duermen pero sus corazones no. Fue en-
tonces que Ÿibrîl lo tomó a su cargo y lo hizo as-
cender con él al cielo’.
XXXV
Los signos de la profecía en el
Islam
1500.
Anas bin Mâlik también dijo: ‘Al Profeta
(B y P) se le presentó un recipiente, mientras esta-
ba en Al-Zawrá’; él introdujo su mano en el reci-
piente; el agua empezó a surgir de entre sus dedos
y toda la gente hizo la ablución’. Se le preguntó a
Anas: ¿Cuántos erais? Él respondió: ‘Trescientos
o cerca de trescientos’.
1501.
‘Abdullah dijo: ‘Solíamos considerar
los milagros como bendiciones y vosotros las
consideráis como inspiradoras de miedo. Es-
tábamos en una expedición con el Mensajero
de Dios (B y P) y nos faltó el agua. El Profeta
(B y P) dijo: «Procurad el agua que os sobra» y
le trajeron un recipiente con un poco de agua. Él
introdujo su mano en el recipiente y dijo: «Ve-
nid a la purificación bendita; y la bendición es
de Dios». Y yo vi el agua brotar de entre los de-
dos del Mensajero de Dios (B y P). Y sin duda
que oíamos la comida glorificando a Dios mien-
tras se la comía’.
1502.
AbûHuraira relató que el Profeta (B y P)
dijo: «No llegará la Hora hasta que luchéis contra
gente cuyos calzados tienen pelo..»., este hadiz ya
fue mencionado por completo (ver Nro. 1262).
Al final de esta versión dice: «Os llegará un tiem-
po en que, a algunos de vosotros, verme les sea
preferible a ver su familia y propiedades dupli-
cadas».
1503.
Abû Huraira también relató que el Pro-
feta (B y P) dijo: «La hora no llegará hasta que
combatáis a Juza y Kirmân de entre los extranje-
ros. Son de caras rojas, narices aplastadas y ojos
pequeños. Sus caras parecerán escudos planos y
sus calzados tendrán pelo».
1504.
Abû Huraira también dijo: ‘El Mensa-
jero de Dios (B y P) dijo: «Esta rama de Quraysh
arruinará a la gente». (Los sahabas) dijeron: ‘¿Qué
nos ordenas?’ El dijo: «La gente debería apartarse
de ellos»’.
1505.
Abû Huraira también dijo, en otra ver-
sión: ‘Oí al veraz, el verazmente inspirado, decir:
«La destrucción de mi nación estará en manos de
unos muchachos de Quraysh». Si queréis que os