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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
te encontraron que la tierra lo había expulsado.
Dijeron: ‘Esto es obra de Muhammad y sus sa-
habas porque él huyó de ellos; cavaron la tumba
de nuestro amigo y extrajeron su cuerpo’. Así fue
que cavaron más profundo para enterrarlo nue-
vamente; pero a la mañana siguiente volvieron a
encontrarlo afuera. Dijeron: ‘Esto es obra de Mu-
hammad y sus sahabas; excavaron la tumba de
nuestro amigo cuando vieron que huyó de ellos
y lo extrajeron de ella’. Así es que cavaron nue-
vamente lo más profundo que pudieron; pero a
la mañana siguiente volvió a aparecer fuera de la
tumba. Entonces supieron que lo que le sucedía al
cadáver no era causado por hombres y lo dejaron
fuera de la tumba’.
1513.
Ÿâbir dijo: ‘(Una vez) el Profeta (B y P)
dijo: «¿Tenéis alfombras?» Yo le dije: ‘¿Y cómo
podríamos tener alfombras?’ Él dijo: «Pero pron-
to tendréis alfombras». (Hoy), cada vez que yo
digo a mi mujer: ‘Saca tus alfombras de mi vista’,
ella dice: ‘¿Acaso no dijo el Profeta (B y P): «Pero
pronto tendréis alfombras»?’ y yo desisto del pe-
dido’.
1514.
Sa‘d bin Mu‘âdh relató haberle dicho
a Umayya bin Jalaf: ‘Oí a Muhammad decir que
te mataría’. Umayya dijo: ‘¿A mí?’ Sa‘d dijo: ‘Sí’.
Umayya dijo: ‘¡Por Dios! ¡Muhammad no miente
cuando habla!’ Así fue que Dios lo mató en Badr.
En este hadiz hay una historia cuyo resumen es
lo anterior.
1515.
Usâma bin Zayd relató que Ÿibrîl lle-
gó al Profeta (B y P) cuando estaba con Umm Sa-
lama; le habló un tiempo y luego se marchó. El
Profeta (B y P) preguntó a Umm Salama: «¿Sabes
quién es él?» o algo similar. Ella respondió: ‘Es
Dihya (uno de los sahabas del Profeta (B y P))’.
Tiempo después, Umm Salama dijo: ‘¡Juro por
Dios! Pensé que era Dihya hasta que oí al Profe-
ta (B y P) hablando de Ÿibrîl en su jutba’, o dijo
algo así.
1516.
‘Abdullah bin ‘Umar relató que el Men-
sajero de Dios (B y P) dijo: «Vi (en un sueño) que
la gente estaba reunida en asamblea. Entonces,
Abû Bakr se levantó y sacó uno o dos baldes de
agua (de un pozo). En su extracción había algo
de debilidad, que Dios lo perdone. Luego ‘Umar
tomó el balde que se tornó en sus manos en un
gran balde. Y nunca vi a una persona que saque
agua más fuerte que ‘Umar; así lo hizo hasta que
toda la gente bebió y dio de beber a sus camellos
que allí estaban».
XXXVI
Las palabras de Dios:
Aquéllos
a quienes hemos dado la escri-
tura la conocen como conocen
a sus propios hijos varones. Pero
algunos de ellos ocultan la
verdad a sabiendas
(2:146)
1517.
‘Abdullah bin ‘Umar relató que los ju-
díos se presentaron ante el Mensajero de Dios
(B y P) y le mencionaron que un hombre y una
mujer de ellos habían cometido adulterio. El Pro-
feta (B y P) les dijo: «¿Qué encontráis en la Torá
(el Pentateuco) sobre la lapidación?» Ellos dije-
ron: ‘Debemos anunciar su delito y azotarlos (so-
lamente)’. ‘Abdullah bin Salâm dijo: ‘¡Mentís! La
Torá prescribe la lapidación (en este caso)’. Así es
que trajeron la Torá y la extendieron. Uno de los
judíos puso su mano sobre el versículo de la la-
pidación y leyó lo que viene antes y lo que viene
después. ‘Abdullah bin Salám le dijo: ‘Levanta tu
mano’. Cuando el judío levantó su mano encon-
traron el versículo ordenando la lapidación y dije-
ron: ‘¡Muhammad tenía razón! La Torá ordena la
lapidación’. Y el Mensajero de Dios (B y P) ordenó
que ambos sean lapidados a muerte.
XXXVII
Los politeístas pidieron al Pro-
feta (B y P) que les muestre un
signo y él les mostró la luna
hendiéndose
1518.
‘Abdullah bin Mas‘ûd dijo: ‘La luna se
hendió en la época del Mensajero de Dios (B y P).
El Profeta (B y P) dijo: «¡Sed testigos!»’.
1519.
‘Urwa Al-Báriqí relató que el Profeta
(B y P) le dio un dinar para que le compre una
oveja y él compró con ello dos ovejas y vendió una
de ellas por un dinar. Así es que volvió al Profe-
ta (B y P) con una oveja y un dinar y el Profeta
(B y P) rogó por él para que Dios le bendiga en
sus ventas. Fue así que si ‘Urwa comparaba tierra
obtenía por ella ganancias.