Page 234 - Sahih Al-Bujari

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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
XXVII
Las virtudes de Sa‘d bin Mu‘âdh
1567.
Ÿâbir dijo: ‘Oí al Profeta (B y P) decir:
«El Trono (de Dios) se sacudió por la muerte de
Sa‘d bin Mu‘âdh»’.
XXVIII
Las virtudes de Ubay bin Ka‘b
1568.
Anas bin Mâlik dijo: ‘El Profeta (B y P)
dijo a Ubay: «Dios me ordenó que te recite:
Los
que no creen, tanto gente de la escritura como
asociadores, no podían renunciar hasta que le
viniera la prueba clara...
(sura 98)». Ubay dijo:
‘¿Y me nombró?’ el Profeta (B y P) dijo: ‘Sí’ y
Ubay lloró’.
XXIX
Las virtudes de Zayd bin Zâbit
1569.
Anas bin Mâlik dijo: ‘El Corán fue re-
unido en la época del Profeta (B y P) por cuatro,
todos de los ansár: Ubay, Mu‘âdh bin Yabal, Abû
Zayd y Zayd bin Zâbit’. Se le preguntó: ‘¿Y quién
es Abû Zayd?’ dijo: ‘Uno de mis tíos paternos’.
XXX
Las virtudes de Abû Talha
1570.
Anas bin Mâlik dijo: ‘El día de la batalla
de Uhud la gente empezó a huir dejando al Profe-
ta (B y P), pero Abû Talha se quedó en frente del
Profeta (B y P) protegiéndolo con su escudo. Abû
Talha era un buen arquero que tenía su arco fuer-
temente tensado y ese día quebró dos o tres arcos.
Cuando un hombre pasaba cargando un carcaj
con flechas, el Profeta (B y P) le decía: «Déjalas
para Abû Talha». Entonces, el Profeta (B y P) le-
vantó su cabeza por encima del escudo para ver a
la gente; Abû Talha le dijo: ‘¡Profeta de Dios! ¡Que
mi padre y mi madre sean tu rescate! ¡No levan-
tes tu cabeza porque te puede llegar una flecha de
la gente! ¡Que mi cuello sea alcanzado en vez del
tuyo!’ Ese día vi a ‘Âisha y a Umm Sulaym con sus
vestidos levantados, tanto que se veían los ador-
nos de sus piernas; cargaban odres con agua, va-
ciándolos en las bocas de los sedientos para luego
volver a llenarlos y luego volver a vaciarlos en las
bocas de los sedientos. Ese día la espada cayó de
la mano de Abû Talha dos o tres veces’.
XXXI
Virtudes de ‘Abdullah bin
Salâm
1571.
Sa‘d bin Abi Waqqâs dijo: ‘Nunca oí al
Profeta (B y P) decir a alguien que camina por la
tierra: «Tú serás un habitante del Paraíso» excep-
to a ‘Abdullah bin Salâm. En referencia a él des-
cendió la aleya:
...Mientras un testigo de entre los
hijos de Israel atestigua su conformidad y cree...
(46:10)’.
1572.
‘Abdullah bin Salâm dijo: ‘Tuve un sue-
ño en la época del Profeta (B y P) y se lo relaté.
Me vi como en un jardín –y mencionó su ampli-
tud y verdor– en cuyo centro había una colum-
na de hierro; su parte baja estaba en la tierra y
su parte alta en el cielo y en su parte superior ha-
bía también una argolla como asidero. Se me dijo:
‘Sube’; yo dije: ‘No puedo’. Entonces vino un sir-
viente y levantó mis vestiduras por detrás y yo
subí hasta llegar arriba y me sujeté de la argolla.
Se me dijo: ‘Sujétate’ y yo desperté ¡Con la argo-
lla en mi mano! Después de contárselo al Profeta
(B y P), me dijo: «El jardín es el jardín del Islam;
la columna es la columna del Islam y el asidero es
el
asidero más firme
(2:256). Tú te mantendrás,
pues, en el Islam hasta tu muerte»’.
XXXII
El matrimonio del Profeta
(B y P) con Jadîÿa y su
superioridad
1573.
‘Âisha relató: ‘No sentí celos de ninguna
de las esposas del Profeta (B y P) como los sen-
tí de Jadîÿa, aunque no la haya visto. El Profeta
(B y P) la mencionaba mucho y a veces, cuando
degollaba a un cordero, lo cortaba en pedazos y
los enviaba a las amigas de Jadîÿa. A veces le de-
cía: ‘¡Tal parece que no hay mujeres en el mundo
fuera de Jadîÿa!’ y él decía: «Jadîÿa era así y así... y
yo tuve hijos de ella»’.
1574.
Abû Huraira relató que Ÿibrîl fue a ver
al Profeta (B y P) y le dijo: ‘¡Mensajero de Dios!
Jadîÿa viene hacia ti con un plato de sopa con car-
ne –o: ‘Comida’ o: ‘Bebida’–. Cuando llegue a ti
comunícale los saludos de su Señor y míos; y al-
bríciale con una casa en el Paraíso hecha de Qa-
sab, que no tendrá ruido alguno ni molestia al-
guna’.
1575.
‘Âisha relató: ‘Una vez Hâla bint
Juwaylid, hermana de Jadîÿa, pidió permiso para