Page 253 - Sahih Al-Bujari

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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
XXXIII
El envío de Jâlid bin Al-Walíd
por parte del Profeta (B y P) a
Bani Yadhíma
1674.
‘Abdullah bin ‘Umar dijo: ‘El Profeta
(B y P) envió a Jâlid bin Al-Walîd a Yadhíma. Jâlid
los invitó al Islam pero ellos no pudieron expre-
sar la frase: ‘Nos islamizamos’ y dijeron: ‘¡Saba‘na!
¡saba‘na! (¡nos cambiamos de religión!)’. Entonces
Jâlid empezó a matarlos y tomarlos cautivos; en-
tregó a cada uno de nosotros un prisionero. Pero
un día ordenó que cada hombre mate a su prisio-
nero; yo dije: ‘¡Por Dios! No mataré a mi prisio-
nero y ninguno de mis hombres matará a su pri-
sionero’. Cuando llegamos ante el Profeta (B y P)
le mencionamos lo sucedido y levantó sus manos
diciendo: «¡Oh Dios! ¡Soy inocente ante Ti de lo
que hizo Jâlid!» dos veces’.
XXXIV
La expedición de ‘Abdullah bin
Hudhâfa Al-Sahmí y ‘Alqama
bin Muyazzir Al-Mudliÿi; y se
la llama: ‘la expedición de los
Ansâr’
1675.
‘Alí dijo: ‘El Profeta (B y P) envió una ex-
pedición; la puso bajo el mando de un hombre de
los ansâr y les ordenó que le obedezcan. (Un día)
El (comandante) se enojó y dijo: ‘¿No os ordenó
el Profeta (B y P) acaso que me obedezcáis?’ dije-
ron: ‘Claro que sí’. Dijo: ‘¡Juntadme leña!’. Cuando
reunieron leña, él dijo: ‘Encended una fogata’ y así
lo hicieron. Entonces, él les dijo: ‘¡Entrad en ella!’
y algunos quisieron entrar, pero otros los sujeta-
ron y les decían: ‘¡Fuimos hacia el Profeta (B y P)
huyendo del Fuego!’; estuvieron así hasta que el
fuego se extinguió y la furia del comandante se
aplacó. Cuando el Profeta (B y P) se enteró dijo:
«Si hubiesen entrado en ella no habrían salido
hasta el Día de la Resurrección. La obediencia es
sólo en las cosas reconocidas (como buenas)»’.
XXXV
El envío de Abû Mûsa y Mu‘âdh
al Yemen antes de la peregrina-
ción de despedida
1676.
Abû Mûsa relató: Que el Profeta (B y P)
lo envió junto con Mu‘âdh al Yemen. Envió a cada
uno a una provincia, pues el Yemen tiene dos pro-
vincias. Les dijo: «Facilitad y no dificultéis; albri-
ciad a la gente y no los espantéis». Y cada uno
partió hacia su jurisdicción; cuando uno de los
dos estaba de ronda por su provincia y pasaba
cerca de la frontera del otro lo iba a visitar para
saludarlo. Un día Mu‘âdh hacía un reconocimien-
to por su provincia y pasó cerca de su compañero
Abû Mûsa; fue hasta él montando su mula y lo
encontró sentado y rodeado de gente. De pronto
vio a un hombre con las manos atadas al cuello;
preguntó Mu‘âdh: ‘¡‘Abdullah bin Qays! ¿Quién es
este?’ Abû Mûsa le dijo: ‘Este es un hombre que
renegó del Islam después de islamizarse’. Mu‘âdh
dijo: ‘¡No me bajaré hasta que sea ejecutado!’ Abû
Mûsa le dijo: ‘Para eso me lo trajeron, así que bá-
jate’; Mu‘âdh dijo: ‘¡No me bajaré hasta que sea
ejecutado!’ entonces Abû Mûsa mandó que se lo
ejecute y fue ejecutado. Después Mu‘âdh descen-
dió de su montura y dijo: ‘¡‘Abdullah! ¿Cómo re-
citas el Corán?’ Abû Mûsa dijo: ‘Lo recito regular-
mente en los intervalos y la merienda ¿Y cómo lo
recitas tú Mu‘âdh?’ dijo: ‘Duermo la primera par-
te de la noche y me levanto cuando cumplí con
mi cuota de sueño; recito lo que Dios ha escrito
que recite y procuro la recompensa de Dios en mi
sueño y en mi recitación’.
1677.
Abû Mûsa Al-Ash‘arí relató que el Pro-
feta (B y P) lo envió al Yemen y le preguntó sobre
las bebidas que allí se elaboran; le dijo: «¿Cuáles
son?»; le dijo: ‘El
bit’
(licor de miel) y el
mizr
(li-
cor de cebada)’. Entonces el Profeta (B y P) le dijo:
«Toda substancia embriagante es ilícita».
XXXVI
El envío de ‘Alí bin Abi Tâlib y
Jâlid bin Al-Walîd al Yemen
1678.
Al-Barâ’ dijo: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) nos envió con Jâlid bin Al-Walîd al Yemen;
luego mandó a ‘Alí en su lugar, le dijo: «Ordena a
los hombres de Jâlid: Quien desee quedarse conti-
go se queda y quien quiera volver a Medina puede
hacerlo». Yo fui uno de los que se quedó con él y
gané muchos awâq de oro del botín’.
1679.
Burayda dijo: ‘El Profeta (B y P) envió a
‘Alí hasta Jâlid para que recolecte el jumus. Yo de-
testaba a ‘Alí y vi que tomaba un baño (pues había
tenido relaciones sexuales con una esclava del ju-
mus). Dije a Jâlid: ‘¿Ves eso?’ y cuando llegamos a
Medina informé de ello al Profeta (B y P). El me
dijo: «¡Burayda! ¿Tu odias a ‘Alí?» le dije: ‘Sí’ me