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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
XL
La campaña de ‘Uyayna bin Hisn
1685.
‘Abdullah bin Al-Zubayr dijo: ‘Un gru-
po de jinetes de Tamîm vino al Profeta (B y P).
Abû Bakr dijo: ‘Designa a Al-Qa‘qá’ bin Ma‘bad
bin Zurâra como su líder’. ‘Umar dijo: ‘Más bien
designa a Al-Aqra’ bin Hâbis’. Abû Bakr le dijo:
‘¡Tú no quieres más que contradecirme!’ ‘Umar
dijo: ‘¡Yo no quiero contradecirte!’ y los dos em-
pezaron a disputar hasta que se elevaron sus vo-
ces. Por este suceso bajó una revelación divina:
¡Creyentes! ¡No os adelantéis a Dios y a Su en-
viado!
(49:1)’.
XLI
La delegación de Banu Hanîfa y
el relato de Zumâma bin Uzâl
1686.
Abû Huraira dijo: ‘El Profeta (B y P) en-
vió un destacamento de caballería hacia Naÿd y
volvieron con un hombre de Banu Hanîfa llama-
do Zumâma bin Uzâl; lo amarraron a uno de los
pilares de la mezquita. El Profeta (B y P) fue a él y
le dijo: «¿Qué tienes (pensado que te haré) Zumâ-
ma?» Él dijo: ‘Tengo (en mente) el bien Muham-
mad . Si me matas estás matando a un asesino; si
me tratas bien estás tratando bien a alguien agra-
decido y si quieres bienes, pide lo que quieras’. El
Profeta (B y P) lo dejó (así) hasta el día siguien-
te; entonces le dijo: «¿Qué tienes Zumâma?» él
respondió: ‘Lo que te dije; si me tratas bien estás
haciendo un favor a alguien agradecido’. El Pro-
feta (B y P) lo dejó (así) hasta el día siguiente y,
entonces, le dijo: «¿Qué tienes (pensado) Zumâ-
ma?» y él respondió: ‘Lo que te dije’. El Profeta
(B y P) dijo: «Liberen a Zumâma». Zumâma fue
a un huerto de palmeras cerca de la mezquita y
tomó un baño; luego volvió a la mezquita y dijo:
‘¡Doy testimonio de que no hay más Dios sino
Dios y que Muhammad es Mensajero de Dios!
¡Oh Muhammad! ¡Por Dios! ¡En toda la tierra no
había una cara más odiada para mí que la tuya y
ahora tu cara es la cara más querida para mí! ¡Por
Dios! ¡No había una religión más odiada para mí
que tu religión, ahora tu religión pasó a ser la más
querida para mí! ¡Por Dios! ¡No había una tie-
(1) Zumâma tenía un buen concepto del Profeta
(B y P) pues sabía que no era un opresor sino que perdo-
naba y ayudaba a la gente.
rra más odiada para mí que tu tierra, pero ahora
tu tierra es la más querida para mí! Tus caballe-
ros me capturaron cuando yo quería hacer ‘umra
¿Qué dices?’ El Profeta (B y P) lo albrició y le or-
denó que vaya a realizar la ‘umra. Cuando fue a
Makka alguien le dijo: ‘¿Te has hecho sabeo?’ él
dijo: ‘¡No, por Dios! Más bien me he islamizado
con Muhammad el Mensajero de Dios (B y P) ¡Y
no! ¡Por Dios! ¡No os llegará un solo grano de
cebada de Al-Yamâma sin el permiso del Profeta
(B y P)!»
1687.
‘Abdullah bin ‘Abbâs relató: ‘Mûsaylama
el Mentiroso surgió en la época del Mensajero de
Dios (B y P); decía: ‘Si Muhammad me da el man-
do después de él lo seguiré’ y se presentó en Medi-
na con un gran número de los de su tribu. El Pro-
feta (B y P) le salió al encuentro; iba acompañado
por Zâbit bin Qays bin Shammâs. En la mano del
Profeta (B y P) había una rama de palmera y se
detuvo frente a Mûsaylama y su gente; le dijo: «Si
me pides esta rama no te la daría y nunca podrás
evitar el mandato de Dios; si das la espalda (al Is-
lam) Dios te destruirá. Yo pienso que tú eres el
que se me mostró en sueños. Este aquí es Zâbit
bin Qays; él responderá a tus demandas por mí» y
se fue’. ‘Abdullah bin ‘Abbâs agregó: ‘Pregunté por
las palabras del Profeta (B y P): «Pienso que tú
eres el que se me mostró en sueños» y Abû Hurai-
ra me dijo: Que el Mensajero de Dios (B y P) dijo:
«Mientras dormía vi en mis manos dos brazaletes
de oro y eso me preocupó. Entonces se me inspiró
en el sueño que los sople; así que los soplé y vola-
ron. Yo lo interpreté que son dos mentirosos (fal-
sos profetas) que surgirán después de mí»; uno de
ellos es Al-‘Ansi y el otro es Mûsaylama’.
1688.
Abû Huraira dijo: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) dijo: «Mientras dormía vi que se me tra-
jeron los tesoros de la tierra y se puso en mis ma-
nos dos brazaletes de oro que fueron haciéndose
más grandes ante mí. Se me inspiró que los sople;
yo los soplé y se fueron. Yo lo interpreté como los
dos mentirosos (falsos profetas) entre los que es-
toy ahora: El gobernante de San‘á’ y el gobernante
de Yamâma»’.
XLII
La historia de la gente de
Naÿrân
1689.
Hudhayfa dijo: ‘Al-‘Áqib y Al-Sayyid,
gobernantes de Naÿrân, vinieron ante el Mensa-