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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
76.
Asmá bint Abû Bakr  dijo: ‘Fui a ver a ‘Âis-
ha y la encontré orando. Dije: ‘¿Qué le pasa a la
gente?’ Ella apuntó al cielo; entonces vi a la gente
de pie orando; ella dijo ‘Subhân Allâh  ‘ Yo dije:
‘¿Es un signo?’ Ella asintió con su cabeza. Enton-
ces, yo también me uní a la oración (del eclipse)
hasta que quedé casi inconsciente y vertí agua so-
bre mi cabeza. Después, el Profeta (B y P) alabó y
glorifico a Dios, y dijo: «En este mismo lugar he
visto las cosas que nunca se me habían mostrado,
hasta el Paraíso y el Infierno. Sin duda, seréis pro-
bados en vuestras tumbas con algo igual –o cer-
cano – a la atribulación del Falso Mesías . Se os
dirá: ‘¿Qué sabéis de este hombre (Muhammad)?’
El creyente –o el que tiene certeza– dirá: ‘Es Mu-
hammad; es Mensajero de Dios. Llegó a nosotros
con las evidencias y la Guía. Le respondimos y le
seguimos. Es Muhammad –tres veces–’. Y se le
dirá: ‘Duerme, en paz, pues ya sabemos que te-
nías certeza’. En cambio el hipócrita o el dubitante
dirá: ‘No se; oí que la gente decía algo y yo dije lo
mismo’»’.
XVII
Viajar buscando una respuesta
para un incidente; y enseñar a
la familia
77.
‘Abdullah bin Abû Mulayka relató: ‘Uqba
bin Al-Hâriz dijo que se había casado con la hija
de Abû Ihâb bin ‘Azîz. Después, una mujer vino
y dijo: ‘Yo amamanté a ‘Uqba y a la mujer con la
que se casó’. ‘Uqba dijo: ‘Yo no sabía que tú me
amamantaste y tú tampoco me informaste’. En-
tonces, montó y se dirigió al Mensajero de Dios
(B y P) en Medina y le preguntó. El Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «¿Cómo (podrás mantenerla) si
(1) Hija de Abû Bakr Al-Siddîq, se crió en un hogar
islámico desde su infancia. Sufrió mucho durante la per-
secución que sufrieron los musulmanes en Makka. Se
casó con Al-Zubayr bin Al-‘Awwâm. Su hijo, ‘Abdullah
bin Al-Zubayr, se rebeló contra los sucesores de Mu‘âwiya
y murió en Makka a manos de Al-Haÿÿâÿ bin Yûsuf. Ella
falleció poco después. El Profeta (B y P) le albrició con
el Paraíso.
(2) Glorificado sea Dios.
(3) Uno de los narradores de la cadena duda cuál de
las dos palabras usó Asmá.
(4)
Fitnat al Masîh al Daÿÿâl
: La gran prueba y atri-
bulación para los creyentes: el Anticristo, el Falso Me-
sías.
se ha dicho (que es tu hermana de leche)?» En-
tonces, ‘Uqba se divorció de ella y ella se casó con
otro hombre’.
XVIII
Establecer turnos para obte-
ner el conocimiento
78.
‘Umar dijo: ‘Yo y mi vecino ansârí de Bani
Umayya bin Zayd, vivíamos en los ‘Awâli (subur-
bios) de Medina, solíamos turnarnos para visitar
al Mensajero de Dios (B y P). Yo lo visitaba un día
y mi vecino al otro. Después de mi visita, iba a su
casa y le contaba las nuevas del día sobre la Reve-
lación y otros asuntos; el día de su visita el hacía
lo mismo por mí. Un día, mi amigo ansârí, al vol-
ver de su visita (al Profeta (B y P), vino a golpear
fuertemente a mi puerta y preguntó si yo estaba.
Me asusté y salí apresuradamente. Me dijo: ‘Ocu-
rrió algo grave’. Así que fui a ver a Hafsa  y la en-
contré llorando. Le pregunté: ‘¿Os ha divorciado a
todas el Mensajero de Dios (B y P)?’ Dijo: ‘No sé’.
Luego fui a ver al Profeta (B y P) y le dije, estando
aún de pie: ‘¿Has divorciado a tus esposas?’ Dijo:
«No». Dije: ‘¡Dios es el Más Grande!’.
XIX
El enojo durante la predica y
la enseñanza si uno ve algo que
detesta
79.
Abû Mas‘ûd Al-Ansârí dijo: ‘Un hombre
dijo: ‘¡Mensajero de Dios! Casi no asisto a la ora-
ción grupal porque fulano (el imâm) la hace muy
larga’. Nunca vi al Profeta (B y P) más furioso, du-
rante la prédica, que ese día. Dijo: «¡Gente! Algu-
nos de vosotros hacéis huir a los otros (de las bue-
nas obras). Si alguien dirige a otros en la oración,
que la haga leve, pues entre ellos puede haber en-
fermos, débiles y gente con asuntos urgentes que
atender».
80.
Zayd bin Jâlid Al-Yuhani relató que el Pro-
feta (B y P) fue preguntado por un hombre sobre
los objetos perdidos (al Luqata). El Profeta (B y P)
le dijo: «Reconoce con qué está amarrado –o re-
cubierto– y haz un anuncio público de ello por
un año, luego úsalo; pero devuélvelo a su dueño
si aparece». Entonces, el hombre preguntó por el
camello perdido. El Profeta (B y P) se enojó hasta
(5)
Hafsa bint ‘Umar bin Al-Jattâb
, hija de ‘Umar y
esposa del Profeta (B y P).