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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
derada como una noche en Tiháma, ni caliente
ni frío; no le temo ni estoy descontenta con él’. La
quinta dijo: ‘Mi esposo es un guepardo al entrar
en la casa y es un león cuando sale ; y no pregun-
ta sobre la casa’. La sexta dijo: ‘Mi esposo arra-
sa con todo cuando come, no deja nada cuando
bebe y cuando duerme duerme solo, arropado y
ni extiende sus manos para tantear (por la cama)
y saber cómo estoy’. La séptima dijo: ‘Mi esposo es
un pervertido o un tonto; todos los defectos están
presentes en él y es capaz de partirte la cabeza o
golpearte el cuerpo, o ambas cosas’. La octava dijo:
‘Mi esposo es suave al contacto como un conejo y
de agradable olor como el
zarnab
(una hierba de
olor agradable)’. La novena dijo: ‘Mi esposo es un
hombre alto y generoso que viste una banda lar-
ga para cargar su espada (es noble y valiente). Sus
cenizas son abundantes  y su casa está siempre
cerca para quien quiera consultarle’ (está siempre
disponible para todos los que procuran su conse-
jo). La décima dijo: ‘Mi esposo es Mâlik ¿Y cómo
es Mâlik? Mâlik es mucho mejor de lo que pueda
describirse: La mayoría de sus camellos se man-
tienen en casa (listos para agasajar invitados) y
pocos se llevan a los pastizales; cuando los came-
llos oyen el sonido de la flauta saben con seguri-
dad que serán degollados para los invitados’. La
onceava dijo: ‘Mi esposo es Abû Zar’ ¿Cómo es,
pues, Abû Zar’? Me ha dado muchas joyas y mis
brazos han engordado. Me ha complacido y es-
toy tan contenta que estoy orgullosa. Me encontró
con mi familia que eran pastores de ovejas y po-
bres; y me trajo a una familia respetable que tiene
caballos, camellos y grano limpio y descascarado’.
Cuando digo algo, él no me reprende ni me ofen-
de; duermo hasta tarde en la mañana y cuando
bebo agua o leche bebo hasta saciarme. Y la madre
de Abû Zar’ ¿Qué puedo decir de ella? Sus bolsas
estaban siempre llenas de provisiones y tenía una
casa espaciosa. Y el hijo de Abû Zar’ ¿Qué puedo
decir del hijo de Abû Zar’? su lecho era tan orde-
nado como el filo de una espada desenvainada y
(1) Compara a su esposo con el guepardo porque los
árabes lo conocían por tímido, inofensivo y que le gusta
mucho dormir. Luego lo compara con el león por su valor
al salir de la casa a los combates.
(2) Esta es una alegoría a la generosidad: cuando la
persona es generosa la gente continuamente viene a su
casa y les invita a comer; por esta razón siempre tiene fue-
go ardiendo para prepararles comida a sus invitados; y
por esto mismo hay muchas cenizas en la casa.
su apetito se satisfacía con el brazo de un bebé de
cuatro meses . La hija de Abû Zar’ es obediente a
su padre y a su madre; tiene un cuerpo robusto y
bien proporcionado que despierta la envidia de la
otra mujer de su esposo. Y sobre la sierva de Abû
Zar’ ¿Qué puedo decir de la sierva? No comenta
nuestros asuntos privados divulgándolos; no des-
perdicia las provisiones y no deja la basura rega-
da en nuestra casa. Un día Abû Zar’ salió cuando
se ordeñaba a los animales y vio a una mujer que
tenía dos hijos como leopardos que jugaban con
sus senos; me divorció y se casó con ella. Después
me casé con un hombre noble que montaba un
caballo veloz e incansable cargando su lanza en
mano. Me dio muchas cosas y una pareja de cada
animal de los ganados; me dijo: ‘Come Umm Zar’
y da a tu familia’; todas estas cosas que me dio mi
segundo esposos no alcanzan al menor utensilio
de Abû Zar». ‘Âisha dijo al Profeta (B y P): ‘¡Men-
sajero de Dios (B y P)! ¿Yo soy para ti como Abû
Zar’ es para su esposa Umm Zar’?’
XXV
El ayuno opcional de la mujer
con permiso de su esposo
1860.
Abû Huraira relató que el Profeta (B y P)
dijo: «No es permitido para la mujer que ayune en
presencia de su marido sin su permiso. Y no debe
dejar entrar a nadie en su casa sin permiso de su
esposo; y todo lo que ella gasta de caridad sin su
permiso, pues él gana la mitad de la recompen-
sa».
XXVI
1861.
Usâma relató que el Profeta (B y P) dijo:
«Me detuve a las puertas del Paraíso y vi que la
mayoría de los que habían entrado en él eran
pobres; los ricos estaban retenidos (para rendir
cuentas). Entonces la gente del Infierno fue lan-
zada al Infierno y me detuve en una de sus puer-
tas; vi que la mayoría de los que entraron allí son
mujeres».
(3) Es decir que es un hombre que come poco y se sa-
tisface fácilmente.