Page 287 - Sahih Al-Bujari

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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
XXVII
El sorteo entre las esposas
antes de viajar
1862.
‘Âisha relató que, cuando el Profeta
(B y P) tenía que emprender un viaje, sorteaba
entre sus esposas (para ver cuál le acompañaba
en el viaje). Una vez ‘Âisha y Hafsa salieron favo-
recidas en el sorteo. Cuando caía la noche, el Pro-
feta (B y P) montaba al lado del camello de ‘Âisha
y conversaba con ella. Hafsa dijo (a ‘Âisha): ‘¿Por
qué no montas esta noche mi camello y yo monto
en el tuyo? Así me ves y yo te veo’. ‘Âisha le dijo:
‘¡Claro!’ y así lo hicieron. El Profeta (B y P) lle-
gó entonces al camello de ‘Âisha, en el que estaba
Hafsa; la saludó y prosiguió a su lado hasta que
hicieron un alto. ‘Âisha lo extrañó; cuando des-
cendieron puso sus pies en el pasto y dijo: ‘¡Señor!
¡Envíame un escorpión o una serpiente que me
pique! ¡Y ni siquiera puedo culparlo (al Profeta
(B y P))!’
XXVIII
Quien se casa con una virgen
después de estar casado con
una mujer zayyib
1863.
Anas bin Mâlik dijo: ‘El Profeta (B y P)
dijo: «La sunna es que, quien se casa con una vir-
gen, teniendo ya a una zayyib, se quede con la vir-
gen siete noches; y si alguien se casa con una za-
yyib (teniendo ya a una virgen a su lado) se queda
con ella tres días»’.
XXIX
Quien dice tener cosas que no
tiene y la vanidad de la mujer
en relación a las otras esposas
de su marido
1864.
Asmâ’ relató que una mujer dijo: ‘¡Men-
sajero de Dios (B y P)! Mi marido tiene otra espo-
sa ¿Puedo enorgullecerme ante ella por cosas que
mi esposo no me ha dado?’ El Mensajero de Dios
(B y P) dijo: «Quien se enorgullece de lo que no le
han dado es como el que viste las dos vestimentas
de la falsedad ».
(1) Esta expresión hace referencia a los testigos falsos
que solían prestarse dos vestimentas finas y vestirlas para
que la gente sea engañada por su apariencia y les crean.
XXX
Al-gîra (el celo)
1865.
Abû Huraira relató que el Profeta (B y P)
dijo: «Dios es celoso; sus celos se despiertan cuan-
do el creyente hace lo que Él le prohibió».
1866.
Asmâ’ bint Abi Bakr dijo: ‘Cuando Al-
Zubayr se casó conmigo no tenía ningún bien ni
siervo sobre la faz de la tierra y nada excepto un
camello para cargar agua y su caballo. Yo solía
alimentar a su caballo y traer agua; también re-
mendaba el odre y preparar harina; pero no sa-
bía hacer pan. Una vecinas mías de los ansâr ha-
cían pan para mí; eran mujeres de honor. Solía
cargar las semillas de dátil desde la tierra de Al-
Zubayr, la cual le fue concedida por el Mensaje-
ro de Dios (B y P), sobre mi cabeza; y esta tierra
quedaba a tres cuartos de farsaj (casi dos millas).
Un día, volvía con las semillas sobre mi cabeza,
y encontré al Mensajero de Dios (B y P) con un
grupo de los ansâr. El Mensajero de Dios (B y P)
me llamó y le dijo: «¡Ij! ¡Ij!» a su camello para
(que se siente y así poder) cargarme detrás de él.
Me dio mucha vergüenza de ir con los hombres y
recordé a Al-Zubayr y sus celos, pues era la per-
sona más celosa que había. El Mensajero de Dios
(B y P) supo que me dio vergüenza y siguió su
marcha. Cuando llegué donde estaba Al-Zubayr,
le dije: ‘El Mensajero de Dios (B y P) me encon-
tró cargando las semillas sobre mi cabeza, esta-
ba con un grupo de sus sahabas, y arrodilló al
camello para que yo suba. Me dio vergüenza de
él y conozco tus celos’ y él dijo: ‘¡Por Dios! Que
tú cargues las semillas es peor para mí que (sa-
ber que) te hayas montado con él’. Después Abû
Bakr me envió un sirviente que se encargaba de
cuidar al caballo; entonces me sentí como haber
sido liberada’.
XXXI
Los celos de las mujeres y su
enojo
1867.
‘Âisha dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P)
me dijo: «Yo sé con seguridad cuándo estás com-
placida de mí y cuando estás enojada». Yo le pre-
gunté: ‘¿Y de dónde sabes eso?’, y él dijo: «Cuando
estás complacida dices: ‘¡No! ¡Por el Señor de Mu­
hammad!’ y si estás enojada dices: ‘¡No! ¡Por el
Señor de Ibrâhîm!’» Yo le dije: ‘¡Por Dios! Tienes