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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
le decía: ‘¡No lo esperaré Abûl Qâsim!’ Cuando el
Profeta (B y P) vio la actitud del judío, se levantó
y dio un paseo por el palmeral; luego volvió y le
habló, pero se rehusó nuevamente. Yo me levan-
té y traje un poco de dátil fresco; lo puse frente al
Profeta (B y P) y él comió. Luego me dijo: «¿Dón-
de está tu choza Ÿâbir?» y yo le informé. Me dijo:
«¿Puedes prepararme un lecho allí?» Yo le extendí
un lecho y él entró a dormir. Cuando despertó, yo
le traje otro poco de dátil fresco y él comió. Luego
se levantó y habló al judío (que seguía allí), pero
él se negó esperar. Entonces el Profeta (B y P) se
paró entre las palmeras cargadas de fruto fresco
por segunda vez y me dijo: «¡Ÿâbir! Cosecha y
paga tu deuda». El judío me acompañaba mien-
tras cosechaba los dátiles, hasta que le pagué todo
lo que le debía y sobró un poco. Luego salí hasta
llegar al Profeta (B y P) y darle la buena nueva;
entonces dijo: «Atestiguo que soy Mensajero de
Dios (B y P)»’.
XV
Al-‘aÿwa (un tipo especial
de dátil)
1905.
Sa‘d bin Abi Waqqâs dijo: ‘El Mensajero
de Dios (B y P) dijo: «Quien come en la mañana
siete dátiles del tipo ‘aÿwa; ningún veneno ni ma-
gia le harán daño ese día»’.
XVI
Lamer y chuparse los dedos
1906.
‘Abdullah bin ‘Abbâs relató que el Pro-
feta (B y P) dijo: «Si alguien come, que no se lim-
pie la mano hasta que se lama (los dedos) o se los
laman».
1907.
Ÿâbir bin ‘Abdullah dijo: ‘En la época del
Profeta (B y P) no teníamos pañuelos; sólo tenía-
mos las palmas de nuestras manos, nuestros ante-
brazos y nuestros pies’.
XVII
Lo que se dice al terminar de
comer
1908.
Abû Umâma relató que, cada vez que se
levantaba la mesa donde comió, el Profeta (B y P)
decía: «
Al-Hamdu lillah hamdan kazîran tayyiban
mubárakan fíh; gayr makfíy wa la muadda’ wa lâ
mustagna ‘anhu, Rabbana
(Todas las alabanzas
son para Dios; muchas buenas y benditas alaban-
zas sean con Él. No podemos compensar tu favor,
ni dejarlo ni dejar de depender de él)».
1909.
En otra versión dice: Que el Profeta
(B y P), cuando terminaba de comer decía: «
Al-
hamdu lillah kafâna wa arwâna; gayr mukfiy wa
lâ makfûr
(Todas las alabanzas sean para Dios que
satisface nuestras necesidades y refrescó nuestra
sed. Tu favor no puede ser compensado ni nega-
do)».
XVIII
Las palabras de Dios:
cuando
hayáis comido, retiraos
(33:53)
1910.
Anas bin Mâlik dijo: ‘Yo soy la persona
que más sabe del velo; Ubay bin Ka‘b solía pregun-
tarme al respecto. El Mensajero de Dios (B y P)
se había convertido en el esposo de Zaynab bint
Ÿahsh, con la cuál se casó en Medina. Invitó, pues,
a la gente para comer después de que el sol se ele-
vó. El Mensajero de Dios (B y P) se quedó senta-
do y otros hombres se quedaron sentados con él
después de que se fueron los invitados. El Mensa-
jero de Dios (B y P) se levantó y se marchó; y yo
me marché con él, hasta que llegó a la puerta de
la habitación de ‘Âisha. Luego, pensando que los
hombres se habían ido, volvió y yo volví con él.
Los encontró sentados en sus lugares y se fue por
segunda vez; y yo lo acompañé, hasta que llegó a
la puerta de la habitación de ‘Âisha. Luego pensó
que se habían ido y volvió conmigo; encontró que
aún seguían allí. Entonces corrió una cortina en-
tre mí y él, y fue revelada la aleya del velo’.
64. El Libro de Al-‘Aqîqa 
I
El nombre para el recién nacido
1911.
Abû Mûsa dijo: ‘Me nació un niño y se
lo llevé al Profeta (B y P). Lo llamó: Ibrâhîm y le
(1) Consiste en el sacrificio de uno o dos corderos en
agradecimiento a Dios por el nacimiento de un hijo; un
cordero si es mujer y dos si es hombre.