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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
cuya muerte le llega después de cumplir sesenta
años» .
2096.
Abû Huraira también dijo: ‘Oí al Men-
sajero de Dios (B y P) decir: «El corazón del an-
ciano se mantiene joven en dos cosas: En su amor
por la vida terrena y su esperanza incesante»’.
V
Las obras que se hacen por la
complacencia de Dios
2097.
‘Itbân bin Mâlik Al-Ansâri (de la tribu
Banu Sâlim) dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P)
dijo: «Todos los siervos que lleguen el Día de la
Resurrección y hubiesen dicho: ‘No hay Dios sino
Dios’, buscando la complacencia de Dios, serán
salvados del Fuego»’.
2098.
Abû Huraira relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «Dios dijo: ‘Si uno de mis sier-
vos creyentes tiene un íntimo al cual llamé a Mí
(hice morir) y él lo tomó con paciencia; pues no
tengo recompensa para él sino el Paraíso’».
VI
La partida de los piadosos
2099.
Mirdâs Al-Aslami dijo: ‘El Profeta
(B y P) dijo: «Los piadosos se irán (morirán), uno
por uno, y quedará la gente inservible en la tierra,
tan inservibles como la basura en la cebada o los
dátiles malos; Dios no cuidará de ellos»’.
VII
Hay que cuidarse de la fitna de
los bienes materiales
2100.
‘Abdullah bin ‘Abbâs dijo: ‘Oí al Mensa-
jero de Dios (B y P) decir: «Si el hombre tuviese
dos valles (llenos) de bienes desearía un tercer va-
lle, pues nada puede llenar el vientre del hombre
sino la tierra ; y Dios perdona a quien se arre-
piente»’.
(1) Esa persona no podrá decir: ‘¡Si Dios me diese un
pocomás de vida haría muchas buenas obras!’ pues sesen-
ta años son tiempo suficiente para hacer buenas obras.
(2) Esto quiere decir que lo único que termina con la
ambición del hombre es la muerte, pues en ese momento
deja de ambicionar más bienes.
VIII
Quien gasta de sus bienes (en
buenas obras) se beneficiará de
ello (en la otra vida)
2101.
‘Abdullah dijo: ‘El Profeta (B y P) dijo:
«¿Quién de vosotros considera la propiedad de
sus herederos más querida que la suya?» Dijeron:
‘¡Mensajero de Dios (B y P)! ¡Todos nosotros con-
sideramos que nuestros bienes son lo más queri-
do!’ El Profeta (B y P) dijo: «Pues lo que habéis
gastado (en buenas obras) son vuestros bienes y
lo que conservasteis son los bienes de vuestro he-
rederos»’.
IX
Cómo era el estilo de vida del
Profeta (B y P) y sus sahabas y
su desapego a la vida terrenal
2102.
Abû Huraira relató que solía decir: ‘¡Por
Dios, Aquél que no hay otro Dios sino Él! A veces
solía (acostarme) apoyando mi abdomen sobre la
tierra por el hambre. Otras veces, me amarraba
una piedra al vientre por el hambre. Un día me
senté en el camino por el que (el Profeta (B y P)
y sus sahabas) salían; cuando Abû Bakr pasó le
pregunté por una aleya del Libro de Dios; lo hice
sólo para que me diese algo para satisfacer mi
hambre, pero pasó de largo y no lo hizo. Luego,
‘Umar pasó y le pregunté por una aleya del Libro
de Dios; lo hice sólo para que me diese algo para
satisfacer mi hambre, pero pasó de largo y no lo
hizo. Cuando pasó cerca Abûl Qâsim (B y P) son-
rió al verme y supo lo que había en mis adentros
y en mi rostro. Luego dijo: «¡Padre del gato!» Le
dije: ‘¡Respondo a tu llamado Mensajero de Dios
(B y P)!’ Dijo: «Sígueme». Pasó y yo lo seguí (has-
ta que llegó ante su casa). Entró y pidió permi-
so (para hacerme entrar); se me permitió y entré.
El Profeta (B y P) encontró un pote con leche y
dijo: «¿De dónde es esta leche?» dijeron: ‘Te la re-
galó fulano o fulana’. Dijo: «¡Padre del gato!» Le
dije: ‘¡Respondo a tu llamado Mensajero de Dios
(B y P)!’ Dijo: «Vé donde los Ahl Al-Suffa e in-
vítamelos»’. Abû Huraira dijo: ‘Ahl Al-Suffa eran
huéspedes del Islam; no tenían familia ni bienes
ni quien los sustente. Cuando (al Profeta (B y P))
le llegaba una limosna se las enviaba y no tomaba
nada de ella; cuando le llegaba un regalo les en-
viaba parte de él y tomaba una parte compartien-