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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
Dhul Hulayfa, la gente de Shâm lo hace desde Al-
Yuhfa y la gente de Naÿd lo hace desde Qarn». Ibn
‘Umar agregó: ‘Dicen que el Mensajero de Dios
dijo: «Y la gente del Yemen inicia el ihrâm desde
Yalamlam». Pero yo no recuerdo que él lo haya
dicho’.
XLI
•
Quien responde al que pregunta
con más de lo que preguntó
109.
Ibn ‘Umar relató que un hombre pregun-
tó al Profeta (B y P) qué viste el muhrim (perso-
na en estado de ihrâm). El Profeta (B y P) le res-
pondió: «No puede vestir camisa, ni turbante, ni
pantalones, ni sombrero, ni una ropa perfumada
con azafrán o wars (tipos de perfumes); y si no
tiene sandalias podrá vestir medias de cuero, pero
cortándolas para que queden debajo del tobillo al
vestirlas».
•
4. El Libro de la Ablución (wudû)
I
•
No se acepta la oración de
quien no hace previamente la
ablución (que inicia el estado
del pureza,
tuhur
)
110.
Abû Huraira dijo: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) dijo: «No se acepta la oración de quien co-
metió un hadaz hasta que se haga la ablución
(el wudû)»’. Un hombre de Hadramaut preguntó:
‘¿Qué es el hadaz, Abû Huraira?’ El respondió: ‘La
emisión de ventosidades sonoras o silenciosas’.
II
•
La excelencia de la ablución
111.
Abû Huraira relató: ‘Oí al Mensajero de
Dios (B y P) decir: «El Día de la Resurrección
(1)
Hadaz
(ar. suceso): Es un acontecimiento que
anula el estado de pureza (tuhur) necesario para los actos
rituales como la oración (salat). Es la salida de cualquier
sustancia por la uretra o el ano.
mis seguidores serán llamados Al-Ghurr Al-
Muhaÿÿalún (rostros y extremidades blancas) por
las huellas de la ablución y quien pueda aumentar
el área de su radianza debe hacerlo ».
III
•
No se hara la ablución por una
duda si no despues de tener se-
guridad
112.
‘Abdullah Ibn Yazîd Al-Ansârî relató
que preguntó al Mensajero de Dios (B y P) por la
persona que se imagina sentir algo (como la sa-
lida de gases intestinales) durante la oración. El
Mensajero de Dios (B y P) respondió: «No aban-
donará su oración excepto que oiga algo o sienta
algún olor».
IV
•
Realizando una ablución leve
113.
Ibn ‘Abbâs relató que el Profeta (B y P)
durmió hasta que se oyó su fuerte respiración y
luego se levantó para orar –o, tal vez, dijo: ‘Se re-
costó hasta que se oyó su respiración; luego se le-
vanto y oró–’.
V
•
Perfeccionando la ablución
114.
Usâma bin Zayd dijo: ‘El Profeta (B y P)
salió de ‘Arafat y se dirigió a un sendero de mon-
taña; cuando tomó este sendero se detuvo a ori-
nar. Luego, realizó una ablución sin demasiado es-
mero. Yo le dije: ‘¡La oración Mensajero de Dios!’
El me respondió: «La oración será más adelante».
(2) El Profeta (B y P) se refería a realizar la ablución
de manera correcta y no tanto a extender la áreas lava-
das.
(3) Jatamí y Ansârí, le decían:
Abû Umayya
. Presen-
ció el juramento de Al-Ridwân. Murió durante el gobier-
no de Al-Zubayr. Al-Sha‘bi era su escribano.
(4) Es:
Usâma bin Zayd Al-Kalbi Al-Hâshimi
, su
kunya es Abû Muhammad, hijo de la esclava liberta Ba-
raka Umm Ayman. El y su padre Zayd bin Hâriza eran
muy queridos por el Profeta (B y P). Luchó en numerosas
batallas valientemente. Fue el jefe del ejército que vengó
en Mu‘ta la muerte de su padre. Murió en Medina a los
53 años de edad. Le decían Dhul Butayn, ar. “el de la pan-
zita”.