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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
respondió: ‘Nos bastaba rezar con la misma ablu-
ción hasta romperla con el hadaz’.
XLIII
•
Entre los mayores pecados está
no cuidarse de ser alcanzado
por la orina
164.
Ibn ‘Abbâs relató: ‘Mientras el Profeta
(B y P) pasaba por uno de los (jardines o cemen-
terios) amurallados de Medina o de Makka, escu-
chó la voz de dos personas que eran castigadas en
sus tumbas. Entonces dijo el Profeta (B y P): «Es-
tas dos personas esta siendo torturadas; y no es-
tán siendo castigadas por un gran pecado». Luego
agregó; «¡Pues sí! (si están siendo castigados por
un pecado mayor) uno de los dos no se protegía
de su propia orina; y el otro, andaba divulgando
chismes (para crear conflictos entre la gente)».
Luego pidió una rama verde de palmera y la par-
tió en dos poniendo un pedazo sobre cada tum-
ba. Se le dijo: ‘¡Mensajero de Dios! ¿Porqué hiciste
eso?’ Respondió: «Tal vez les disminuya un poco
la tortura mientras se secan» .
XLIV
•
Sobre el lavado de la orina
165.
Anas Ibn Mâlik dijo: ‘Cuando el Profe-
ta (B y P) iba a hacer sus necesidades yo le traía
agua, con la cual limpiaba sus partes privadas’.
XLV
•
El Profeta (B y P) y la gente de-
jaron que el beduino termine de
orinar en la mezquita
166.
Abû Huraira relató que un beduino se le-
vantó y empezó a orinar en la mezquita. La gente
se apresuró a asegurarlo; sin embargo el Profeta
(B y P) les dijo. «Dejadlo (que termine) y vertid
sobre su orina un balde de agua o una cubeta de
agua. Fuisteis enviados para facilitar las cosas y
no para dificultarlas».
(1) Esta fue una especie de ruego del Profeta (B y P)
por ambos difuntos.
XLVI
•
La orina de los niños
167.
Umm Qays bint Mihsan relató que se
presentó ante el Mensajero de Dios con su hijo
pequeño que aún no había probado alimento sóli-
do. El Profeta (B y P) sentó al niño en sus piernas
y éste se orinó en sus ropas; así que pidió un poco
de agua y lo roció sobre el área alcanzada por la
orina y la lavó.
XLVII
•
Orinar de pie o sentado
168.
Hudhayfa dijo: ‘El Profeta (B y P) fue a
los terrenos baldíos de alguien y allí orinó de pie;
luego pidió agua. Le traje el agua y se hizo la ablu-
ción con ella’.
XLVIII
•
Orinar cerca del compañero
mientras se cubre con una
pared
169.
Hudhayfa también relató: ‘(El Profeta
(B y P) y yo caminamos hasta los basureros de
alguien. El se paró, como cualquiera de vosotros
lo hace, detrás de una pared y orinó). Yo me ale-
jé, pero él me señaló (que regrese). Así es que me
acerqué y me paré detrás de él hasta que termi-
nó’.
XLIX
•
El lavado de la sangre
170.
Asmâ’ relató que una mujer vino ante el
Profeta (B y P) y le dijo: ‘Si alguna de nosotras
tiene su menstruación y (la sangre) alcanza sus
ropas... ¿Cómo hace?’ El respondió: «Ella debe
tomarla (la parte afectada) y frotar; luego debe
remojarlo en agua y restregarlo y vertirle encima
agua limpia. Entonces podrá hacer la oración vis-
tiendo esa ropa».
171.
‘Âisha relató: ‘Fâtima bint Abi Hubaish
vino ante el Profeta (B y P) y dijo: ‘¡Mensajero de
Dios! Soy una mujer que sufre de una permanen-
te hemorragia uterina y no llego a limpiarme (de
la sangre). ¿Debo dejar la oración?’ El mensajero
de Dios (B y P) respondió: «No. Esto es de los va-
sos sanguíneos; no es la menstruación. Cuando