Page 4 - Sahih Al-Bujari

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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
En el Nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso.
Introducción
Desde su nacimiento en la Península árabe, el Islam fue una religión llamada a innovar al mundo.
En un principio, el Profeta Muhammad (B y P) personalmente era el lazo que unía a Dios con los mu-
sulmanes a través de la Revelación. El recitaba a los musulmanes el Sagrado Corán y les informaba sobre
las obligaciones y las prohibiciones. Desde esa época ya se daba una clara diferencia entre el Corán (la
Palabra de Dios), y las palabras del Profeta (B y P). Sabemos que el Profeta Muhammad (B y P) ordenó
que se registrara por escrito el Corán y fuera memorizado por los musulmanes. A la vez, prohibió que se
registren sus palabras por escrito para evitar que se mezclen con el Corán, puro e incorruptible. Esto lo
convirtió en la única fuente de toda guía divina.
Sin embargo, después de la muerte del Profeta Muhammad (B y P), los
sahabis 
comenzaron a regis-
trar los dichos y obras del Profeta (B y P), una vez que la Revelación había terminado y estaba claramente
definido lo que era el Corán.
Y es así que las fuentes legales del Islam tomaron su forma actual; hoy podemos resumirlas en:
El
Sagrado Corán
, la palabra de Dios.
La
Sunna
, conformada por innumerables relatos de dichos y obras del Profeta Muhammad
(B y P); (los hadices). Estos, venían a reemplazar la persona del fallecido Profeta (B y P) descri-
biendo precisamente su carácter, apariencia y costumbres.
Al-Iÿmâ‘
, el consenso de los sahabas del profeta (B y P) o de las primeras tres generaciones de
musulmanes.
Al-Qiâs
, el razonamiento analógico para trasladar un veredicto legal a otro caso similar al origi-
nal.
Fuentes del Islam: el Corán y la Sunna
Aparece el Islam en la Península Arabe en la primera parte del siglo VII d.C., por la prédica del Profe-
ta Muhammad (B y P) (Mahoma), quien a lo largo de los 23 años que dura su misión deja instaurada una
nueva religión que, no obstante, no se presenta como una novedad sino como la culminación natural de
la profecía representada por los mensajeros divinos anteriores: Abraham, Moisés, los Profetas de Israel y
Jesús (para mencionar sólo el tronco abrahámico).
Al morir el Profeta (B y P) deja tras de sí dos tesoros de valor incalculable para los musulmanes: en
primer lugar un Libro divino, el
Sagrado Corán
, que le fuera revelado versículo a versículo a lo largo de
su misión, siendo memorizado y puesto por escrito mientras esto ocurría por sus discípulos y compa-
ñeros; y en segundo lugar lo que se conoce como su
Sunnah
(lit.: costumbre, práctica, uso, tradición), es
decir, la enseñanza que el Profeta dio por sí mismo en multitud de cuestiones: su conducta personal, su
forma de ser, sus dichos sabios, sus orientaciones espirituales y devocionales, su enseñanza y explicación
(exégesis) de la revelación coránica, etc., etc.
(1)
Sahâbí
ó
Sahâba
(simplificadamente
sahabis, sahabas
); en árabe: “compañero”. Es el término árabe que se da a los
discípulos del Profeta Muhammad (B y P), aquellos que le vieron en vida y murieron creyendo en él. Los
sahabis
confor-
man la primera generación de musulmanes y son necesariamente los que narran los hadices.