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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
uno de sus viajes. Cuando llegamos a Al-Baydâ’,
o Dhat ul-ÿaysh, se me cortó (y se perdió) un co-
llar. El Mensajero de Dios detuvo la caravana para
buscarlo. La gente se detuvo. Sin embargo, no te-
nían agua ni había agua en el lugar. La gente fue a
Abû Bakr; le dijeron: ‘¿No has visto lo que ‘Âisha
causó? Hizo que el Mensajero de Dios y la gente
se detengan en un lugar sin agua y sin tener agua
con ellos’. Abû Bakr, vino mientras el Mensajero
de Dios (B y P) había recostado su cabeza sobre
mis piernas y ya se había dormido; dijo: ‘Detuvis-
te al Mensajero de Dios (B y P) y a la gente; en un
lugar sin agua y ellos no traen agua’. ‘Âisha añadió:
‘Abû Bakr me recriminó; dijo lo que Dios quiso
que diga, y me punzaba con su mano en mi cos-
tado. No me moví sólo porque el Mensajero de
Dios (B y P) estaba apoyado en mi regazo. El Pro-
feta (B y P) despertó al amanecer y le faltó agua.
Entonces, Dios reveló la aleya del tayammum y
la gente realizó el tayammum. Usayd bin Hudayr
dijo: ‘¡Esta no es la primera de vuestras bendicio-
nes, casa de Abû Bakr!’ ‘Âisha añadió: ‘Luego mo-
vimos el camello que yo montaba y allí encontra-
mos el collar perdido, debajo de él’.
224.
Ÿâbir bin ‘Abdullah relató que el Profeta
(B y P) dijo: «Se me dieron cinco cosas que no se
concedieron a nadie antes de mí:
• Se me hizo victorioso por el temor (de mis
enemigos) a la distancia de un mes de camino,
• Se me dio la tierra como lugar de oración
y para purificación (
tayammun
). Cualquiera de
mi nación puede ofrecer su oración donde se en-
cuentre,
• Se me permitieron los botines de guerra, que
no eran permitidos para nadie antes de mí,
• Se me dio el derecho de intercesión (el Día
de la Resurrección),
• Los profetas eran enviados exclusivamente
a sus pueblos, yo fui enviado a toda la humani-
dad».
II
El residente realiza el
tayam-
mum
si no encuentra agua (para
su ablución) y teme que se pase
el tiempo (de la oración)
225.
Abû Yunaym Al-Ansârí dijo: ‘El Profe-
ta (B y P) venía de la dirección de Bi‘r Yamal. Un
hombre lo encontró y lo saludó. El Profeta (B y P)
no le devolvió el saludo sino que se dirigió a una
pared y se frotó la cara y las manos (con el polvo,
hizo el tayammum), después de esto le devolvió
el saludo’.
III
Quien hace el
tayammum
puede
soplarse las palmas de sus ma-
nos (antes de pasársela por la
cara)
226.
‘Ammâr bin Yâsir  dijo a ‘Umar bin Al-
Jattâb: ‘¿No recuerdas cuando tú y yo estábamos
de viaje (y estando en Ÿanâba nos llegó la hora de
la oración)? Tú no rezaste y yo rodé sobre el pol-
vo y luego hice la oración. Luego mencioné esto
al Profeta (B y P) y él me dijo: «te hubiese basta-
do con hacer así». Y golpeó con la palma de sus
manos el suelo, luego las sopló y se las pasó por la
cara y las frotó entre sí’.
IV
La tierra limpia es una alterna-
tiva para la ablución del mu-
sulmán y es un substituto del
agua
227.
‘Imrân bin Husayn Al-Jusâ‘i dijo: ‘Está-
bamos en una expedición con el Profeta (B y P)
y marchamos hasta el final de la noche; entonces,
paramos y dormimos. No hay nada más dulce
que el sueño del viajero al final de la noche; así
que fue sólo el calor del sol al día siguiente lo que
nos despertó. El primero en despertar fue fulano,
luego fulano y luego fulano. ‘Umar bin Al-Jattâb
despertó el cuarto. Cuando el Profeta (B y P) dor-
mía, no le despertábamos si no se despertaba él,
pues no sabemos lo que le está sucediendo mien-
tras duerme (la revelación). Cuando ‘Umar des-
pertó y vio lo que le pasó a la gente, empezó a
gritar el takbîr, pues era un hombre muy estric-
to, ‘Umar no dejo de pronunciar el takbîr en voz
alta hasta despertar con su voz al Profeta (B y P).
Cuando el Profeta (B y P) despertó, todos fue-
ron a contarle lo sucedido con ellos . El Profe-
(1)
‘Ammâr bin Yâsir,
mequí; su familia se cuenta en-
tre los primeros mártires del Islam. Murió combatiendo
al lado de ‘Alí bin Abi Tâlib en la batalla de Siffîn, en el
año 37 H.
(2) Los musulmanes consideran una desgracia no ha-
ber hecho la oración del alba.