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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
oración del ‘asr hasta que el sol se puso!’ El Profe-
ta (B y P) dijo: «¡Por Dios! ¡Yo tampoco la hice!».
Así que nos dirigimos a Buthân; el Profeta (B y P)
hizo la ablución para el salat y nosotros también,
y rezó el ‘asr después de que se puso el sol; des-
pués rezó el magrib’.
XXVI
Quien olvida una oración debe
rezarla cuando la recuerde
366.
Anas Ibn Mâlik relató que el Profeta
(B y P) dijo: «Quien olvide una oración deberá
rezarla cuando la recuerde. No hay expiación al-
guna más que rezar la misma oración». Luego re-
citó:
Yo soy, ciertamente, Dios. No hay más Dios
que Yo. ¡Sírveme, pues, y haz la oración para re-
cordarme!
(20: 14)
XXVII
367.
Anas relató que el Mensajero de Dios
(B y P) dijo: «Se os considera en la oración mien-
tras estéis esperando la oración».
XXVIII
368.
Este es un hadiz similar al Nro. 96. Sin
embargo, en esta versión Ibn ‘Umar relató que
el Profeta (B y P) dijo: «Nadie presente sobre la
faz de la tierra esta noche estará vivo cien años
después de esta noche». Quiso decir: ‘Cuando (la
gente de) ese siglo haya muerto’ .
369.
‘Abdu Rahmân bin Abi Bakr  relató:
‘La gente de Al-suffa era gente pobre; el Profeta
(B y P) dijo: «Quien tenga comida para dos per-
sonas debe alimentar a un tercero de entre ellos
y quien tenga comida para cuatro personas debe
alimentar a uno o dos de ellos». Abû Bakr se en-
cargó de alimentar a tres hombres y el Profeta
(B y P) tomó a diez de ellos. Mi padre, mi madre
y yo estábamos en la casa –uno de los narrado-
res duda si Abdu Rahmân dijo: Mi esposa y mi
(1) Esta profecía se cumplió pues el último de los sa-
haba en morir fue Abû Al-Tufayl ‘Amir binWáthila, quien
murió 100 años después de la profecía, cuando cumplía
110 años.
(2) Hermano de ‘Aisha, murió antes que ella el año
58H.
sirviente nos atendían a ambos; a mi casa y a la
casa de Abû Bakr– Abû Bakr cenó con el Profeta
(B y P) y se quedó allí hasta que hicieron la ora-
ción del ‘ishâ. Después del ‘ishâ’ se quedó en casa
del Profeta (B y P) hasta que él comió su cena, en-
tonces volvió a su casa después de que gran parte
de la noche había pasado. La esposa de Abû Bakr
le dijo: ‘¿Qué te retuvo para que no atiendas a tus
huéspedes?’ – o dijo: ‘¿Tu huésped?’ –. El dijo:
‘¿Aún no les habéis servido la cena?’ Ella dijo: ‘Se
rehusaron a comer hasta que tu llegues, a pesar de
que les ofrecimos’. Yo fui a esconderme; Abû Bakr
dijo, llamándome: ‘¡Ghunzar!’ (una fuerte impre-
cación) luego me imprecó y me golpeó; luego nos
dijo: ‘¡Comed! ¡Que no os dé satisfacción!’ Enton-
ces se sirvió la cena y Abû Bakr juró no probar esa
comida nunca más. Y ¡Por Dios! Por cada por-
ción de comida que tomábamos surgía más por
debajo. Todos comimos hasta satisfacernos y la
comida era más que cuando se sirvió. Abû Bakr la
miró y vio que estaba tal como cuando se la sirvió
o más aún. Se dirigió a su esposa diciendo: ‘¡Her-
mana de Banu Firâs! ¿Qué es esto?’ Ella dijo: ‘¡Oh
placer de mis ojos! ¡La comida es ahora tres veces
más de lo que era antes de servirla!’
Abû Bakr comió de ella y dijo: ‘El juramento
que hice –de comerla– era de Satán’. Luego tomó
un bocado de ella y el resto se lo llevó al Profe-
ta (B y P) y se quedó allí. Teníamos un armisticio
con una tribu y el armisticio se terminó; así que el
Profeta (B y P) nos dividió en doce destacamen-
tos, cada uno bajo el mando de un hombre. Dios
sabe bien cuántos hombres habría bajo el mando
de cada líder. Y todos los destacamentos comie-
ron de esa comida –algo así–’.
10. El Libro del Adhân
(El llamado a la oración)
I
El inicio (de la práctica) del
adhân
370.
Ibn ‘Umar relató: ‘Cuando los musul-
manes arribaron a Medina solían reunirse para
la oración y solían calcular el tiempo de la mis-
ma. En esos días aún no se había introducido la