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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
a mirarse, los unos a los otros, como si esto les
disgustara. Ibn ‘Abbâs dijo: ‘Veo que desaprobáis
esto. Ciertamente que esto lo hizo quien es mejor
que yo –se refería al Profeta (B y P)–. (La oración)
es una orden estricta y yo no quise causaros mo-
lestias (por el barro en las calles)’.
402.
Anas relató que un hombre de los ansâríes
dijo (al Profeta (B y P)): ‘Yo no puedo rezar la ora-
ción (en congregación) contigo. Era un hombre
muy gordo; preparó una comida para el Profeta
(B y P) y lo invitó a su casa. Le extendió una es-
tera y lavó uno de sus lados con agua; entonces el
Profeta (B y P) rezó dos rak‘ât sobre ella. Un hom-
bre de la familia Al-Ÿârûd preguntó a Anas: ‘¿So-
lía el Profeta (B y P) rezar la oración del duhâ?’ 
Anas respondió: ‘Nunca lo vi rezar sino ese día.’
XXIX
Si se sirve la comida y se pro-
nuncia el iqâma para el salat
403.
Anas también relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «Si se sirve la cena, empezad
por ella antes de rezar la oración del magrib; y no
os apresuréis a terminar vuestra cena».
XXX
Quien está ocupado con un
asunto doméstico hasta que se
pronuncia el iqâma y luego sale
(a la oracion)
404.
‘Âisha fue preguntada acerca del Profeta
(B y P): ‘¿Qué hacía en su casa?’ Ella dijo: ‘Loman-
tenía ocupado el servicio de su familia. Cuando se
presentaba la oración salía a realizarla’.
XXXI
Quien dirige a la gente en la
oración y desea enseñarles
cómo era la oración del Profe-
ta (B y P) y su Sunna
405.
Mâlik bin Al-Huwayriz dijo: ‘Yo os dirijo
en la oración y no quiero dirigiros en ella sino que
(1)
Salat ud Duhâ
: ar. La oración de la media maña-
na. Consiste siempre en un número par de rak‘ât, a partir
de dos. No es obligatoria.
quiero mostraros cómo he visto al Profeta (B y P)
rezar’.
XXXII
La gente de sabiduria (religio-
sa) y virtud tienen la preferen-
cia en la imâma (dirigir la ora-
ción grupal)
406.
‘Âisha relató el hadiz donde dice: «Orde-
nad a Abû Bakr que dirija a la gente en la ora-
ción»; ya lo mencionamos anteriormente. En esta
versión dice ‘Âisha, dije: ‘Si Abû Bakr se para en
tu lugar no podrá oírlo la gente por su llanto. Or-
dena a ‘Umar que dirija a la gente en la oración’.
Dije, pues, a Hafsa: ‘Dile tú: Que Abû Bakr, si se
para en tu lugar, no podrá oírlo la gente por el
llanto. Así que ordena a ‘Umar que dirija la ora-
ción de la gente’. Así lo hizo Hafsa y el Mensajero
de Dios (B y P) dijo: «¡Basta! Realmente sois vo-
sotras las de Yûsuf. ¡Ordenad a Abû Bakr que di-
rija a la gente en la oración!»’ Hafsa le dijo a ‘Âis-
ha: ‘Nunca obtuve nada bueno de ti’.
407.
Anas relató que Abû Bakr dirigía sus ora-
ciones durante la enfermedad de la que murió el
Profeta (B y P) hasta el día lunes, cuando ellos
estaban alineados en la oración. (Anas dijo): «El
Profeta (B y P) abrió la cortina de su habitación
y nos miró mientras estaba de pie. Su rostro era
(tan brillante) como las hojas donde se escribe el
Corán; luego sonrió como riendo. Estuvimos a
punto de ser tentados por la alegría de ver al Pro-
feta (B y P). Abû Bakr retrocedió queriendo unir-
se a las filas pensando que el Profeta (B y P) salía
al Salat. El Profeta (B y P) nos indicó que comple-
temos nuestra oración y luego cerró la cortina. Y
murió ese mismo día’.
XXXIII
Quien dirige a la gente (en el
salat) y llega el imâm usual
408.
Sahl bin Sa‘d al Sâ‘idi relató que el Mensa-
jero de Dios (B y P) fue a los Banu ‘Amrû bin ‘Awf
para establecer la paz entre ellos. Mientras tanto,
llegó la hora del Salat y el muecín fue con Abû
Bakr y le dijo: ‘¿Dirigirás la oración de la gente
para que yo pronuncie el Iqâma?’ Abû Bakr asin-
tió y empezó a dirigir la oración. Entonces, lle-
gó el Mensajero de Dios (B y P) mientras la gente