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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
XLVI
Cuando hay una pared o una su-
tra entre el imâm y los orantes
423.
‘Âisha dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P)
estaba haciendo la oración nocturna (voluntaria)
en su habitación. La pared de la habitación era
bastante baja y la gente veía el cuerpo del Profe-
ta (B y P); así que algunos lo siguieron en su ora-
ción. A la mañana siguiente lo comentaron. A la
noche siguiente, el Profeta (B y P) se levantó para
su oración nocturna y la gente siguió su oración,
y así lo hicieron por dos o tres noches. Hasta que,
una noche, el Profeta (B y P) no salió para hacer
sus oraciones nocturnas. A la mañana siguiente la
gente le comentó sobre ello. El dijo: «Yo temí que
la oración nocturna se os haga obligatoria».
XLVII
La oración nocturna (
salât ul-
layl
)
424.
El hadiz anterior se transmitió también
del relató de Zayd bin Zâbit con la diferencia que
este último añade que el Profeta (B y P) dijo: «Yo
sabía lo que os ví hacer. Rezad pues, ¡Oh gentes!
En vuestras casas. Las mejores oraciones del hom-
bre son en su casa; excepto las oraciones prescri-
tas (las cinco oraciones obligatorias)».
Libro sobre las características
del Salat
I
425.
‘Abdullah bin ‘Umar relató que el Mensa-
jero de Dios (B y P) solía levantar ambas manos al
nivel de sus hombros para iniciar el salat y cuan-
do pronunciaba el takbîr para inclinarse. Cuando
se erguía de la inclinación hacía lo mismo y decía:
sami‘ Allâhu liman hamidah; rabbanâ wa laka al
hamd
(Dios escucha a quien le alaba; Señor nues-
tro Tuya es la alabanza). Y no lo hacía en las pros-
ternaciones.
II
Situar la mano derecha
sobre la izquierda (durante
el salat)
426.
Sahl bin Sa‘d relató: ‘A la gente se le orde-
naba poner su mano derecha sobre su antebrazo
izquierdo durante el salat’.
III
Qué se dice después del
takbîr
427.
Anas relató que el Profeta (B y P), Abû
Bakr y ‘Umar iniciaban el salat con: Alabado sea
Dios Señor de los mundos... (Al-Fâtiha: Cap. I del
Corán)
428.
Abû Huraira relató que el Mensajero de
Dios (B y P) solía guardar silencio por un tiempo
corto entre el takbîr y la recitación (del Fâtiha). Yo
dije: ‘¡Mensajero de Dios! ¡Que mi padre y mi ma-
dre sean sacrificados por ti! ¿Qué es lo que dices
durante tu silencio entre el takbîr y la recitación?’
Me dijo: «Digo:
Allahumma bâ‘id bayni wa bay-
na jatayâya kamâ bâ‘adta bayna al mashriqi wal
magrib. Allahumma naqqini min al jatâya kamâ
yunaqqa az zawbul abyad minad danas. Allahum-
ma agsil jatâya bilmâ‘i waz zalÿi wal barad
» (¡Oh
Dios! Aléjame a mí de mis pecados como alejas-
te el naciente y el poniente. ¡Oh Dios! Purifícame
de mis pecados como se purifica el tejido blanco
de la suciedad. ¡Oh Dios! Lava mis pecados con
agua, con nieve y con granizo).
IV
429.
Asmâ’ bint Abi Bakr relató sobre
salât al
kusûf
(la oración del eclipse)... (Ver el hadiz 76 y
el siguiente hadiz).
430.
En esta versión Asmâ’ relató que el Profe-
ta (B y P) dijo: «El Paraíso se me mostró tan cerca
que, si me hubiese atrevido, os hubiera traído uno
de sus racimos. Y el Infierno se me trajo tan cerca
que dije: ¡Señor! ¿estaré yo entre esta gente? Lue-
go vi a una mujer a la cual un gato arañaba con
sus garras. Cuando pregunté, me dijeron que la
mujer había encerrado al gato hasta que murió de
hambre, pues ella no lo alimentaba ni lo soltaba
para que se alimente de las alimañas del suelo».