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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
Allahumma laka aslamtu wa bika amantu wa ‘ala-
yka tawakkaltu, wa ilayka anabtu, wa bika jasam-
tu wa ilayka hákamtu. Fagfirli ma ajjartu wa ma
qaddamtu wa ma asrartu wa ma a‘lantu. Anta al
muqaddim wa Anta al mu‘ajjir La iláha illa Ant
–o: La iláha gayruk–».
(¡Oh Dios! Todas las ala-
banzas son para Ti. Tú sostienes los cielos y la tie-
rra y quien hay en ellos. Y Tuya es toda alabanza.
Tú eres el soberano de los cielos, la tierra y quien
haya en ella, y Tuya es toda alabanza. Tú eres la
Verdad, Tu promesa es verdadera, Tu encuentro
es real y Tu palabra es real. El Paraíso es real y
el Infierno es real. Los profetas son reales, Mu-
hammad es real y la Hora es real. ¡Oh Dios! A Ti
me entrego y en Ti creo, y a Ti me encomiendo y
hacia Ti vuelvo arrepentido. Con Tu ayuda argu-
mento y te tomo como juez. Perdóname, pues, lo
que dejé atrás y lo que tengo por delante, lo que
oculté y lo que anuncié. Tú adelantas y Tú retra-
sas. No hay deidad (que merezca ser adorada)
sino Tú –o: No hay deidad fuera de Ti–»’.
II
•
La virtud del tahaÿÿud
591.
Ibn ‘Umar dijo: ‘En la época del Profe-
ta (B y P) quien veía un sueño se lo contaba al
Mensajero de Dios (B y P). Yo deseaba tener al-
gún sueño para relatárselo al Mensajero de Dios
(B y P). Yo era casi un adolescente y dormía en la
mezquita en esa época. Y tuve un sueño, como si
dos ángeles me llevaran hasta el Infierno. Y vi que
el Infierno era circular como una noria y tenía dos
maderos que sobresalían. Adentro vi a gente que
conocía. Me puse a decir: ‘Me refugio en Dios del
Fuego’. Luego, nos encontró otro ángel, que me
dijo: ‘No temas’. Le relaté el sueño a Hafsa y ella se
lo relató al Mensajero de Dios (B y P); él dijo: «Es
un buen hombre ‘Abdullah; si rezara el tahaÿÿud
por la noche (sería mejor)»’. Después de esto Ibn
‘Umar no dormía sino un poco de noche.
III
•
El enfermo deja la oración
nocturna
592.
Yundub bin ‘Abdullah dijo: ‘El Profeta
(B y P) se enfermó y dejó la oración nocturna una
o dos noches.’
IV
•
El Profeta (B y P) exhortaba a
la gente para que hicieran el
tahaÿÿud y las oraciones vo-
luntarias por la noche sin ha-
cerlas obligatorias
593.
‘Alî bin Abi Tâlib relató que el Profe-
ta (B y P) vino a visitarlo a él y a Fâtima, hija del
Profeta (B y P) una noche y les dijo: «¿Es que no
rezáis el tahaÿÿud por la noche?». ‘Alî dijo: ‘Dije:
‘¡Mensajero de Dios! Nuestras almas están en ma-
nos de Dios, si él desea despertarnos nos hará des-
pertar’. Cuando dije eso el Profeta (B y P) se mar-
chó sin decir nada; cuando se iba lo escuché decir,
mientras se golpeaba el muslo:
Pero el hombre es,
de todos los seres, el más discutidor
(18:54)’.
594.
‘Âisha relató: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) solía dejar de hacer alguna buena obra, a
pesar de gustarle hacerla, por temor a que la gen-
te la haga y se les imponga (como obligación). El
Profeta (B y P) nunca rezó la oración del duhâ,
pero yo lo hago’.
V
•
El Profeta (B y P) se quedaba de
pie hasta que sus pies se
hinchaban
595.
Al-Mughîra bin Shu‘ba dijo: ‘El Profeta
(B y P) se levantaba para rezar por la noche hasta
que sus pies –o sus pantorrillas– se le hinchaban.
Se le preguntaba (porqué lo hacía) y respondía:
«¿Acaso no debo ser un siervo agradecido?».’
VI
•
Quien duerme en las últimas
horas de la noche
596.
‘Abdullah bin ‘Amrû bin Al-‘As relató que
el Mensajero de Dios (B y P) le dijo: «El salat más
querido para Dios era la oración de Dawúd (Da-
vid) y el ayuno más querido para Dios era el ayu-
no de Dawúd. Dawúd solía dormir la mitad de la
noche, rezar un tercio y dormir la sexta parte res-
tante; y ayunaba un día sí y otro no».
597.
Masrûq dijo: ‘Pregunté a ‘Âisha cuál era
la obra que más gustaba el Profeta (B y P). Ella
respondió: ‘La obra que más le gustaba era la con-
tinua y permanente’. Le dije: ‘¿Cuándo solía orar