Este libro es una simple
traducción al español de un célebre libro en el idioma urdu escrito por Sheij
Al Hadith Mauláná Zakariyyá (rahmatulláhi 'aleihi) de Saháranpúr, India.
El Sheij Zakariyyá
(rahmatulláhi 'aleihi) era uno de los grandes sabios del hadith en el mundo, e
indudablemente era uno de los más grandes profesores espirituales de su época,
teniendo miles de discípulos en India, Pakistán, Malasia, Sudáfrica,
Inglaterra, etc., El Sheij Zakariyyá no necesita ninguna presentación como
‘Álim, Sheij o guía espiritual, pues él siguió los pasos de los ilustres hijos
del Islam, es decir, del Sheij Al Hind Mauláná Mahmúd Al Hasan, Sheij Mauláná
Raipúri, Sheij Mauláná Ashraf ‘Ali Thánwi, Sheij Mauláná Madani, Sheij Mauláná
Jalil Ahmad, Sheij Mauláná 'Uthmáni y Sheij Mauláná Ilyás (Rahmatulláhi
'aleihim) etc.
Sus numerosos trabajos en
urdu y árabe han beneficiado a millones de personas y se han expandido muy
lejos en el mundo.
Por el beneficio natural de
este libro, nuestros mayores nos han recomendado traducirlo al español, este
esfuerzo humilde está dirigido a todos los musulmanes de habla hispana.
Que Alláh acepte esta obra
y la haga un medio de beneficio para todos. Que Alláh acepte el trabajo y el
esfuerzo de aquellos que han participado en la producción de este libro. Es
nuestro ferviente du’á que Alláh nos de la habilidad de servir al Islam y a los
musulmanes en todos los tiempos, Ámin
Suleman Yusuf Jada
Santiago, Chile
Yumádal Ujrá 1428 - Julio
2007
En el Nombre de Alláh, el Clemente, el Misericordioso
INTRODUCCIÓN
Todas las Alabanzas
pertenecen a Alláh Ta'álá, y sean las bendiciones, sobre Su Mensajero elegido
(sallalláhu 'aleihi wa sallam).
Esta es la traducción de
algunos ahádith que han sido narrados acerca del mes de Ramadán. El
misericordioso Profeta Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa sallam), ha mencionado
una gran cantidad de virtudes para los musulmanes, las que se presentan en cada
uno de los capítulos siguientes. Apreciar estas virtudes adecuadamente,
requeriría que diéramos nuestras vidas por ellas. Sin embargo, nuestro descuido
y negligencia son tan grandes, que ni actuamos de acuerdo a estas virtudes, ni
nos empeñamos en hacerlo. De hecho, son muy, pocos los que tienen conocimiento
acerca de ellas.
Mi objetivo al recopilar
estos ahádith, es que sirvan de apoyo a los A-immah (plural de Imám) en las
mezquitas, a los que dirigen la oración del taráwih, y a otros musulmanes
instruidos que tengan interés de corazón por nuestro Din, para que sean leídos
y explicados en las mezquitas durante los primeros días de Ramadán (o incluso
antes), de manera que, gracias de la Inmensa Misericordia de Alláh Ta'álá y las
enseñanzas de Su Amado Profeta (sallalláhu 'aleihi wa sallam), podamos dedicar
la debida atención a ellos y recibamos las bendiciones de Alláh Ta'álá durante
este mes sagrado. Esto nos puede llevar a actuar de acuerdo a como Alláh Ta’álá
lo ha ordenado y a apartarnos de cometer malas acciones.
Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi
wa sallam) dijo: "Si Alláh Ta'álá te utiliza para guiar a una persona
hacia el bien, eso es mejor para ti que un camello rojo" (algo que es
considerado como la más preciada de las posesiones).
Ramadán es para los
musulmanes un gran favor, y sólo puede ser considerado así cuando se le otorga
ese valor, de otro modo, este mes pasará sin que hayamos sido capaces de
obtener ninguna ganancia de él. Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo:
"Si mi Ummah entendiese lo que realmente significa el mes de Ramadán,
desearían que durase un año". Todos saben que ayunar un año completo
es muy difícil, pero es tan grande la recompensa de Ramadán que Rasúlulláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) ha dicho que las personas desearían ayunar el
año completo.
Otro hadith dice que: "Ayunar
en Ramadán, y ayunar tres días de cada mes apartará el mal del corazón".
Los sahábah (radialláhu 'anhum), los compañeros del Profeta Muhammad
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) solían ayunar incluso, cuando se encontraban en
yihád y cuando estaban en viajes agotadores, a pesar de estar autorizados por
Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) para romper su ayuno. Al final,
Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) les prohibió ayunar; tanto era lo que
se esforzaban para no perder las bendiciones de Alláh. El Imám Muslim
(rahmatulláhi 'aleihi) narra que en cierta ocasión los sahábah (radialláhu
'anhum) se encontraban de viaje para ir al yihád, era un tiempo extremadamente
caluroso, y debido a su pobreza, no tenían ni siquiera una prenda que les
permitiese hacer algo de sombra para protegerse del calor, estaban tan débiles
que no pudieron soportar la excesiva temperatura y cayeron extenuados. En estas
condiciones era que muchos de ellos ayunaban.
Hay numerosos ahádith en
que se explican las bendiciones de Ramadán, no me es posible reunirlos todos
aquí, y además, si después de nombrarlos y explicarlos, probablemente se
aburran de leer.
Sin embargo, es tiempo de
que refresquemos nuestras mentes con ellos, después de todo, no necesitamos
demostrar lo mucho que nos hemos desinteresado por nuestro Din y que nuestra
negligencia sea cada vez mayor respecto del ‘Ilm (conocimiento) y los 'amál
(obras virtuosas).
En estos aspectos, cada uno
debe evaluarse a sí mismo, por esta razón, he pensado que veintiún ahádith
serán suficientes, y por eso fueron divididos en tres capítulos:
Capítulo Uno: Las Virtudes
de Ramadán (diez ahádith)
Capítulo Dos: Lailatul Qadr
(siete ahádith)
Capítulo Tres: I'tikáf
(tres ahádith)
Al finalizar este libro, he
incluido el hadith más largo a modo de conclusión. ¡Quiera Alláh Ta'álá aceptar
este trabajo por Su Misericordia y las bendiciones de Su amado Profeta Muhammad
(sallalláhu 'aleihi wa sallam), y me conceda a mí y a todos los musulmanes el
taufiq (habilidad) para beneficiarnos de Él! Ciertamente Él es Bondadoso, el
Más Generoso y el Más Amable. Ámin.
Hadith Número Uno
Narró Salmán (radialláhu
‘anhu) que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo en una jutbah
(sermón), a fines del mes de Sha'bán: "¡Oh gentes! Un mes auspicioso y
bendito ha descendido sobre ustedes. En dicho mes hay una noche que es superior
a mil meses (por ejemplo, las 'ibádát (adoraciones) realizadas en esa noche,
son superiores a las 'ibádát que podrían hacerse en mil meses). Alláh Ta'álá ha
hecho obligatorio el ayuno y ha decretado la vigilia voluntaria por la noche
(salátut-taráwih). Una acción nafl (voluntaria u opcional) realizada durante
este mes con el propósito de acercarse a Alláh Ta'álá, es igual a una acción
fard (obligatoria) realizada durante otro mes. Una acción fard realizada en
este mes, es igual a setenta acciones fard de otros meses".
"Este mes, es el mes
de la paciencia, y la recompensa por la paciencia es el Yannah (el Paraíso). Es
el mes de la amabilidad hacia nuestro prójimo. Es el mes donde la provisión del
verdadero creyente es aumentada. A quien le dé a un ayunante algo para romper
su ayuno, sus pecados le serán perdonados y será salvado del fuego de Yahannam
(Infierno). Para el que da el alimento se dará tanta thawáb (recompensa) como
la del ayunante a quien le fue dado algo para iftár sin que la recompensa de
éste disminuya en lo más mínimo".
Los sahábah (radialláhu
'anhum) dijeron: "¡Oh Rasúlulláh! Ninguno de nosotros tiene los medios
para dar algo como iftár a alguien" (refiriéndose a una comida completa).
Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Alláh concede esta misma
recompensa, incluso para aquél que da a otro un dátil, un trago de agua o leche
para que rompa su ayuno (como iftár)".
"Este es el mes en
cuya primera parte Alláh concede misericordia, en cuya mitad Él concede el
perdón y en la última parte Él concede la liberación del fuego de
Yahannam".
"Para quien alivie la
carga de trabajo de sus sirvientes durante este mes, Alláh le perdonará y le
liberará del fuego de Yahannam”.
"Y durante este mes,
cuatro cosas deben hacerse abundantemente, dos de ellas serán para complacer a
vuestro Señor, mientras las otras dos son para ustedes mismos. Lo que deben
hacer para complacer a vuestro Señor es repetir abundantemente: "Lá iláha
illalláh" y la segunda es hacer mucho istigfár (pedir perdón a Alláh).
Respecto de aquellas que son para ustedes mismos, es pedir a Alláh la entrada
al Yannah y pedir refugio en contra de Yahannam".
"Y para cualquiera que
dé a un ayunante agua para beber, Alláh le concederá que pueda beber de mi
fuente, donde después de haber bebido nunca más se volverá a sentir sed hasta
que se entra en el Yannah".
Reportado por Ibn Al
Juzaimah.
Comentario
Todos los puntos sobre los
que trata este hadith, han sido enfatizados en muchas otras narraciones y se
refieren a las grandes virtudes que contiene el mes de Ramadán. En él hay
varios asuntos importantes que debemos notar:
Primero, Rasúlulláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) dirigió este sermón en los últimos días del mes
de Sha'bán por la obvia razón de que él (sallalláhu 'aleihi wa sallam) trataba
de inculcar en nosotros el gran valor de este mes, para que recordásemos y no
dejásemos escapar, ni siquiera un segundo de él, sin haberle dado su debida
importancia. Luego, dirigió la atención hacia Lailatul Qadr (Sobre la que
hablaremos más adelante).
Finalmente, llamó la
atención acerca del hecho de que Alláh Ta'álá decretó que el ayuno fuera
obligatorio, Quien también hizo sunnah (tradición profética) la oración del
taráwih durante las noches de Ramadán.
De este hadith se entiende
que la orden de realizar la oración del taráwih proviene de Alláh Ta'álá. Al
mismo tiempo, en todos los ahádith donde Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) dice: "Lo he hecho una sunnah" es para enfatizar la
importancia que tiene. Todas las autoridades de "Ahlus-sunnah wal
yamá'ah", están de acuerdo sobre el hecho de que el saláh del taráwih es
sunnah (Burhán, menciona que sólo Rawáfid (secta shiita) le niega esta cualidad).
El Sheij Sháh Abdulhaq
Dehlawi (rahmatulláhi 'aleihi) escribió en su libro "Má Thabata
Bis-Sunnah" que: "Si las personas de cualquier poblado faltan a
cumplir con la oración del taráwih, entonces su gobernante musulmán debe
obligarlos a hacerlo".
Aquí debe ponerse atención
en un punto, mucha gente es de la opinión que uno puede escuchar la recitación
completa del Corán en una mezquita durante ocho o diez noches y luego dejar de
hacer la oración del taráwih con la yamá'ah, puesto que el beneficio de la
sunnah ya habría sido conseguido. Esto es incorrecto, pues por cumplir una
sunnah se deja de cumplir con la otra. Primero, es sunnah escuchar la
recitación completa del Corán durante la oración del taráwih y, en segundo
lugar, es sunnah también rezar en yamá'ah esta oración. Ambas sunan deben ser
observadas con particular cuidado.
Como aquellos que se
encuentran de viaje, no pueden cumplir con estas dos sunnah, porque no tienen
certeza acerca de dónde se encontrarán, se recomienda que durante los primeros
días de Ramadán escuchen todo el Corán en taráwih, de manera que completen la
recitación del Corán y que acudan a rezar en yamá'ah cada vez que tengan la
oportunidad. De este modo, junto con lograr la lectura de todo el Corán no
interrumpirán su trabajo.
Otro punto destacable en la
lectura de este hadith, es que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) nos
informa en él que cada obra voluntaria (nafl) que hagamos durante el mes de
Ramadán, será recompensada como una obligatoria (fard) realizada en tiempos
normales, y que una acción obligatoria en Ramadán recibirá, a su vez, la
recompensa de setenta faráid realizados en tiempos normales.
Nuestras Faltas
Aquí debemos preguntarnos a
nosotros mismos: ¿Qué importancia le damos a nuestras 'ibádát (actos de
adoración) durante el mes de Ramadán? ¿Cuánta importancia le otorgamos a
nuestras acciones obligatorias? ¿Cuánto incrementamos nuestras acciones
voluntarias?.
Respecto de las acciones
fard, vemos que muchas personas después de haber comido el suhúr (comida
liviana que antecede al ayuno) se van a la cama sin haber rezado la oración del
fayr. Otros rezan esta oración, pero no en yamá'ah.
Da la impresión que
agradecemos a Alláh Ta'álá por los alimentos que hemos tomado en el suhúr, no
por cumplir con la obligación más importante o no por hacerla en yamá`ah. Este
saláh ha terminado incorrectamente, Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam)
dijo: "No hay saláh para aquellos que viven cerca de la mezquita, excepto
en la mezquita".
En el libro "Madháhire
Haq" (comentario del Mishkát) encontramos que no hay recompensa por el
saláh de aquellas personas que no cumplen con hacer el saláh en yamá'ah sin una
excusa o razón válida.
Del mismo modo, encontramos
casos en que por tomar el iftár hay gente que no alcanza a hacer su oración del
magrib, mientras que otros pierden el primer takbir (cuando se dice Alláhu
ákbar), o pierden la primera raka'ah. También hay quienes se apresuran por
terminar el saláh del taráwih temprano, o incluso, rezan la oración del ‘ishá
antes del tiempo.
Este es el modo en que nos
preocupamos por nuestra oración obligatoria durante el mes de Ramadán. Se
llega, incluso, a perder el cumplimiento de tres obligaciones por hacer una,
como cuando llega el tiempo del saláh del dhuhr y lo perdemos por quedarnos
durmiendo, para luego dejar pasar el tiempo del 'asr, pues nos encontramos
inmensamente ocupados comprando, vendiendo y cocinando para preparar el iftár.
Si esto es lo que acontece
durante Ramadán con los faráid (plural de fard, obligatorio), podemos imaginar
lo que ocurre con los nawáfil (plural de nafl, obras voluntarias). Por irnos a
dormir, dejamos de lado la oración del shurúq (después de la salida del sol) y
del duhá (media mañana) o la de auwábin (oración voluntaria, aparte de la
sunnah después del magrib). Estamos tan ocupados con el iftár que al momento de
pensar en el taráwih ya ha pasado una hora completa y ésta oración del auwábin
también se ha perdido. Qué decir del tahayyud (oración voluntaria que se hace
en la última parte de la noche), cuyo tiempo coincide con el del suhúr y
también lo perdemos. ¿Cuándo habrá entonces algún momento para oraciones
nawáfil? Esto se debe nada más que a la falta de interés y de ganas de
hacerlas.
"SINO QUIERES HACER
ALGO,
HABRÁ MILES DE
EXCUSAS"
Al contrario de lo
anteriormente dicho, vemos que hay quienes encuentran tiempo para realizar
todas estas 'ibádát. Personalmente he visto a mi profesor Sheij Jalil Ahmad
(rahmatulláhi 'aleihi) en mes de un Ramadán, siendo él un hombre anciano, débil
y enfermo, que leía un yuz (una de las treinta partes en las que se divide el
Corán) y cuarto del Corán en la oración voluntaria después del magrib. Luego,
se iba a comer y en esto tardaba alrededor de treinta minutos y después de
terminar con otras necesidades previas a la oración del taráwih, rezaba este
saláh que dura aproximadamente dos horas y media en India y tres en Al Madinah
Al Munauwarah, donde también estuvo. Posteriormente, se iba a dormir durante
dos a tres horas (dependiendo de la estación) para levantarse a recitar el
Corán en tahayyud hasta cerca de treinta minutos antes del saláh del fayr.
Después de tomar el suhúr, se quedaba leyendo el Corán y algunas wadháif
(súplicas diarias) hasta que llegaba el tiempo para rezar el fayr, y cuando
terminaba esta oración se quedaba meditando (muráqabah) hasta el tiempo del
shurúq, después de esto se ponía a escribir su famoso libro "Badhlul
Mayhúd" (comentario sobre Abú Dáwúd), luego se dedicaba a responder cartas
hasta el mediodía. Luego de ello, se iba descansar hasta el dhuhr y,
finalmente, entre el dhuhr y el `asr solía recitar el Corán. Desde la oración
del 'asr hasta el magrib se dedicaba a hacer dhikr (recuerdo de Alláh) y a
responder las consultas de los que le visitaban. Cuando terminó de escribir su
libro, se pasaba la mañana de Ramadán en tiláwah (recitación del Corán) y en la
lectura de importantes obras religiosas, especialmente: "Badhlul
Mayhúd" y "Wafa Al Wafa". Este era su programa diario de 'ibádah
voluntaria durante el año, pero en Ramadán, él dedicaba más tiempo a ellas y
prolongaba los raka'át de sus oraciones.
Para una persona común,
observar las rutinas especiales que otros piadosos predecesores aplicaban en
Ramadán sería muy difícil. El Sheij Al Hind Mahmúdul Hasan (rahmatulláhi
'aleihi), solía permanecer en oración voluntaria desde el taráwih hasta el fayr
y oía la recitación de diferentes huffádh (memorizadores del Corán, plural de
háfidh) uno tras otro.
El Sheij Sháh Abdurrahim
Raipúri (rahmatulláhi 'aleihi) estaba siempre ocupado en la recitación del
Corán durante los días y noches de Ramadán y por lo mismo, no tenía tiempo para
atender la correspondencia o a quienes le visitaban, excepto algunos pocos a
quienes podía ver después del taráwih mientras bebía una taza de té.
Consejo
La razón para mencionar las
obras que estos virtuosos hombres desarrollaban durante Ramadán, no es para
leerla solamente, sin sacar ninguna lección de ellas, sino que han sido
escritas con el propósito de que cada uno de nosotros, dentro de nuestra propia
capacidad, desarrollemos el coraje y la destreza de seguir estos nobles
ejemplos. Cada programa de nuestros piadosos predecesores tenía su propia
especialidad.
¡Qué maravilloso sería que
aquellos que no están presionados por las actividades de la vida mundana hiciesen
su mejor esfuerzo por enmendar su vida religiosa en este mes después de haber
dejado que once meses del año pasasen sólo para destruirse!
Aquellos que deben acudir a
las ocho, nueve o diez de la mañana a sus oficinas, ¿Qué problema tendrían en
gastar el tiempo que resta entre el fayr y su hora de entrada al trabajo para
recitar el Corán? En fin, siempre encontramos tiempo para nuestras necesidades
mundanas a pesar de las horas de oficina.
A quienes trabajan en
agricultura, y que normalmente no dependen de otros, nada les impide recitar el
Corán en sus granjas o adecuar su rutina diaria. Igualmente a los hombres de
negocios, vendedores y mercaderes, nada debe detenerlos de recitar el Corán
durante sus horas de trabajo o de hacer un alto en su labor para dedicarse a la
recitación. Después de todo, existe una relación muy estrecha entre el Corán y
el mes de Ramadán. Casi todas las Sagradas Escrituras que existen fueron
reveladas durante este mes. Además en Ramadán, el Corán fue traído desde
"Al-Lauhul Mahfúdh" (la Tabla Protegida) hasta el cielo del mundo
"Samá ud-Dunia", y desde ahí fue siendo revelado poco a poco al
Profeta Muhammad (sallalláhu `aleihi wa sallam) durante veintitrés años.
El Profeta Ibráhim
('aleihis salám) recibió las escrituras, entre los días primero y tercero de
este mes sagrado. El Profeta Dáwúd ('aleihis salám) recibió el Zabár, entre los
días doce y dieciocho, Másá ('aleihis salám) en el día sexto recibió la Tauráh
y el Profeta 'isá (Jesús) ('aleihis salám) recibió el Inyil en el día doce o el
trece.
De esto se desprende la
gran conexión que existe entre las divinas escrituras y el mes de Ramadán. Por
ello, debemos leer el Corán tanto como sea posible, pues tal era el hábito de
nuestros piadosos ancestros. Yibril ('aleihis salám) solía recitar el Corán
completo a nuestro Profeta (sallalláhu 'aleihi wa sallam) en el mes de Ramadán.
En algunas narraciones se ha dicho que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) solía recitarlo y Yibril ('aleihis salám) lo escuchaba. A partir de estos
relatos, los `ulamá (sabios religiosos) han concluido que es mustahab
(recomendable) leer el Corán de tal manera que, cuando alguien recita, los
demás lo escuchen.
Entonces recitemos el Corán
tanto como se pueda y no malgastemos el tiempo que nos quede libre. Rasúlulláh
(sallalláhu `aleihi wa sallam) dirigió nuestra atención hacia otros asuntos y
nos aconsejó que los practicásemos constantemente. Estos son: recitar la
Kalimah Tayyibah (Lá iláha illalláh), hacer istigfár (pedir perdón de Alláh);
pedir el Paraíso y buscar el refugio contra el Fuego.
Por ello, debemos
considerar un honor gastar mucho tiempo en estas recitaciones, pues sería una
valoración auténtica de las enseñanzas de Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa
sallam). ¿Es tan difícil después de todo mantener la lengua ocupada con la
recitación del salawát (salutaciones) o con "LA iláha illalláh",
mientras cumplimos con nuestras obligaciones diarias?
“AUNQUE ESTÉ EN DIFÍCILES
CONDICIONES,
NO ME DESCUIDO DE TU
RECUERDO”
En el mismo hadith, Rasúlulláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo entre otras cosas, que Ramadán es el mes de
la paciencia. Por lo tanto, aunque se sientan dificultades durante el ayuno,
debemos mantenerlo, no debemos quejarnos como la gente que está acostumbrada a
reclamar durante días calurosos. Si por casualidad alguien pierde el suhúr,
comienza con los reclamos tempranamente. Igualmente, si se hace difícil rezar
durante el taráwih, se debe mantener la paciencia. No debemos considerarlos
como calamidades o pruebas, pues nos veríamos privados de sus bendiciones.
Somos capaces de apartarnos de la comida, la bebida y otras cosas por los
beneficios mundanos pero, ¿Qué importancia y posición pueden tener estas cosas
en comparación con la Complacencia de Alláh?
Compasión por los desafortunados
El Profeta (sallalláhu
'aleihi wa sallam) dijo que éste es un mes de amabilidad en que debemos mostrar
compasión por los pobres. Si hemos preparado 10 cosas para el iftár, al menos 2
ó 4 de ellas deben ser para los pobres. Por lo tanto, de acuerdo con nuestra
capacidad, una parte de nuestro iftár y del suhúr debemos compartirla con los
pobres. De hecho, los pobres deberían recibir un trato preferente y si no, como
mínimo, uno que sea igualitario.
Como en todos los aspectos
de la vida, los sahábah (radialláhu 'anhum) fueron el más claro ejemplo de amor
y compasión por los pobres y es nuestro deber el tratar de imitarlos, y sólo
los más valientes pueden hacerlo. Los ejemplos son muchos, pero aquí citaremos
sólo uno para darnos una impresión de lo que fueron los sahábah (radialláhu
'anhum) en relación con el sacrificio y el amor por los necesitados.
Escribo un incidente a modo
de ejemplo, Abú Yahm (radialláhu 'anhu) narra que: "Durante la batalla de
Yarmúk, fue a buscar a su primo, llevando una bolsa de agua para darle de beber
y lavar sus heridas en caso de encontrarle vivo. Lo halló en medio de los
heridos. Cuando le preguntó si deseaba beber un poco de agua, él dijo que sí.
En ese momento, una persona que yacía cerca de él dio un quejido de lamento,
por lo que el primo de Abú Yahm (radialláhu `anhu) le indicó a éste que le
diera agua al otro primero. Cuando fue a él, vio que estaba muy necesitado de
agua, pero, estando muy cerca de darle de beber, una tercera persona gimió y el
segundo le indico a Abú Yahm (radialláhu `anhu) que llevara el agua a él
primero. Cuando llego donde este tercero, antes de darle de beber, se dio
cuenta de que había muerto ya. Entonces regresó al segundo y también había
muerto, así que se fue hacia su primo y encontró que también había recibido el
martirio".
Esta es la clase de
compasión que había en el carácter de nuestros antecesores. Ellos preferían
morir de sed a tener que beber antes que su hermano musulmán. ¡Que Alláh esté
complacido de ellos y nos conceda la capacidad de seguir sus pasos! Ámin.
Rúhul Bayán cita del
"Yám`i As-Sagir" del Imám Suyúti (rahmatulláhi `aleihi) y del
"Magásid" del Imám Sajáwi (rahmatulláhi 'aleihi), la narración de Ibn
'Umar (radialláhu `anhuma) que dice: Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam)
dijo: "En todos los tiempos habrán quinientos siervos escogidos entre los
miembros de mi Ummah y cuarenta abdál (siervos piadosos y totalmente devotos de
Alláh). Cuando alguno de ellos muera, será reemplazado inmediatamente por otro.
Entonces los sahábah (radialláhu `anhum) le preguntaron: ¿Cuáles son las obras
que los distinguen? Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) respondió:
"Ellos pasan por alto las injusticias de los transgresores y muestran
gentileza a quienes les tratan mal, y del sustento que Alláh Ta'álá les da,
engendran benevolencia y bondad."
En otro hadith se narra que
quien alimenta a un hambriento, viste al desnudo y da cobijo al viajero, Alláh
Ta`álá le salvará de los tormentos del Día del Qiyámah.
Yahiá Barmaki (rahmatulláhi
'aleihi) solía dar al Imám Sufián Thauri (rahmatulláhi 'aleihi) mil dirhams
cada mes, luego Sufián se prosternaba frente a Alláh Ta'álá diciendo: "¡Oh
Alláh! Yahiá me ha dado suficiente para cubrir mis necesidades mundanas, por Tu
Inmensa Misericordia, ve por sus necesidades en el Más Allá." Después de
la muerte de Yahia, alguna gente lo vio en sus sueños y le preguntaron que le
había ocurrido en la otra vida. Él respondía: "Por las súplicas de Sufián,
Alláh Ta'álá me ha perdonado."
Luego, Rasúlulláh (sallalláhu.`aleihi
wa sallam) menciona las virtudes de dar de comer a un ayunante en el momento de
romper el ayuno. En un hadith se narra que para quien rompa el ayuno a través
de sus ganancias lícitas, los ángeles tendrán misericordia de él durante las
noches de Ramadán, y en la noche de "Lailatul Qadr", Yibril ('aleihis
salám) le estrechará las manos. Los signos de ello, son que el corazón se
vuelve muy blando y brotan lágrimas de los ojos.
Hammád Bin Salámah, un
famoso muhaddith (experto en ahádith) solía alimentar a cincuenta personas
pobres a la hora del iftár durante cada día de Ramadán (Rúhul Bayán).
Después de mencionar las
virtudes del iftár, el Profeta (sallalláhu 'aleihi wa sallam) menciona que la
primera parte de este mes es misericordia. Esto es, que los favores de Alláh
son dirigidos y hechos descender para todos los musulmanes, y para aquellos que
son agradecidos se incrementa la misericordia Dice el Corán: Si sois
agradecidos, os daré aún más..." (Surah Ibráhim [14], áyah 7).
Durante el segundo tercio
de Ramadán, el perdón desciende como recompensa por el ayuno realizado durante
el primero.
El último tercio del mes,
es de liberación del fuego del Infierno. Esto ha sido corroborado por numerosos
ahádith.
Ramadán, como sabemos a
partir de lo antes mencionado, está dividido en tres partes. En mi opinión
personal, Ramadán ha sido dividido en tres partes, porque las personas
normalmente se pueden dividir en tres clases. Primero, esta aquel tipo de
personas que no tienen sobre sí, el peso de sus pecados y para ellos las
bendiciones y beneficios de Ramadán descienden desde el comienzo del mes. Luego
están, aquellas personas cuyos pecados no pesan demasiado, para ellos, el
perdón llega durante el primer tercio de Ramadán. Finalmente, están los
verdaderos pecadores, quienes reciben el perdón después de haber ayunado gran
parte del mes. Quienes recibieron las bendiciones de Alláh Ta'álá desde el
inicio de Ramadán son los más afortunados por la gran cantidad de misericordia
que les ha llegado (Alláh Tá álá sabe más y Su Conocimiento es Completo).
Otro punto mencionado en
los ahádith, es que los amos deben ser indulgentes hacia sus siervos en Ramadán
porque, después de todo, ellos también se encuentran ayunando. El trabajo duro
o excesivo, que no sea necesario, sería una pesada carga para ellos. Así ¿Por
qué no debiera ser contratado un trabajador extra cuando hay demasiado trabajo?
Por supuesto que esto se aplica sólo a aquellos siervos que ayunan, pues de
otro modo no habría diferencia para ellos entre Ramadán y los demás meses.
Las palabras no pueden
describir la posición de los opresores desvergonzados quienes no ayunan y
fuerzan a sus trabajadores innecesariamente y si hay alguna demora debido a que
están ayunando o haciendo su saláh, son maltratados por ello. Dice el Corán
respecto de estas personas: "Ya sabrá el opresor donde está su morada (en
Yahannam)."
Finalmente. Rasúlulláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) nos exhorta en este hadith a repetir
constantemente cuatro cosas. Primero, recitar el Kálimah Tayyibah (Lá iláha
illalláh), que en los ahádith es llamada "la forma más grande de
dhikr". En "Mishkát", Abú Sa'id Al Judri (radialláhu 'anhu)
narra que: "En cierta ocasión, el Profeta Músá ('aleihis salám) pidió a
Alláh Ta'álá que le concediera un dhikr especial con el cual recordarle y
también pedir de Él. Entonces Alláh Ta'álá le dijo que recitara la Kálimah.
Músá ('aleihis salám) le dijo: "¡Oh Alláh! Estas palabras son recitadas
por todos tus siervos, yo deseo uno especial". Alláh Tá álá le dijo: “¡Oh
Músá! Si los siete cielos, la tierra y todos sus habitantes incluyendo los
ángeles y exceptuándome a Mi, son colocados en un plato de la balanza y esta
Kalimah en el otro plato, esta última pesaría más que todos ellos."
En otro hadith, se dice
que: "Si alguno recita esta Kalimah sinceramente, las puertas del Yannah
se abrirán inmediatamente para él y nada podrá detenerle hasta que alcance el
trono de Alláh." La única condición es que, quien la pronuncie, no sea
quien cometa pecados graves.
La sunnah de Alláh Ta'álá
es que Él concede en abundancia todas las cosas de mayor necesidad. En todas
partes del mundo vemos que los bienes más necesarios son los más abundantes.
Por ejemplo el agua, es una necesidad básica que Alláh Ta'álá, con Su inmensa
Misericordia, ha hecho muy común. Del mismo modo el Kalimah Tayyibah, es la más
excelente forma de dhikr, y Alláh lo ha hecho accesible a los hombres, para que
nadie quede privado de sus beneficios. Si de hecho, alguna persona está privada
de sus bendiciones, se debe a su propia desgracia. Existen numerosos ahádith
que nos hablan de las virtudes del Kalimah y que, por razones de espacio no
mencionaremos aquí.
Lo otro que debemos repetir
profusamente es el istigfár, implorar el perdón de Alláh. Entre los ahádith que
nos hablan acerca de las virtudes del istigfár leemos: "Quienquiera que
repite constantemente el istigfár, Alláh Ta'álá abrirá una salida para él de
cualquier dificultad en que se encuentre y le aliviará de sus sufrimientos y
recibirá su provisión de donde menos lo espera." En otro hadith,
Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Cada hombre es un
pecador, pero el mejor de los pecadores es aquel que se arrepiente y pide
perdón." Luego vemos un hadith que dice: "Cuando un hombre comete un
pecado, una mancha aparece en su corazón, pero cuando se arrepiente ésta se
borrará, de lo contrario, permanecerá."
Finalmente Rasúlulláh
(sallalláhu `aleihi wa sallam) nos ordenó que implorásemos asiduamente dos
cosas de Alláh Ta'álá:
1. Entrar al Yannah.
2. Ser liberados por Él de
Yahannam.
¡Quiera Alláh Ta'álá
concedernos esta gran bendición! Ámin.
Hadith Número Dos
Abú Hurairah (radialláhu
'anhu), narra que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "A mi
Ummah le fueron dadas cinco cosas que no fueron dadas a ninguna otra Ummah
anterior en Ramadán. Para ella, el olor de la boca de un ayunante es más dulce
para Alláh que el fragante aroma del almizcle. En su favor los peces en el mar
buscan el perdón del ayunante hasta que rompe su ayuno. Alláh prepara y decora
un jardín especial en el Yannah y luego dice: «Se acerca el tiempo en que Mis
siervos fieles serán apartados de las grandes dificultades del mundo y vengan
al Paraíso». En este mes el pérfido shaitán es encadenado, para que se mantenga
alejado de los males a los que habitualmente se acerca durante los otros meses
del año. En la última noche de Ramadán ellos (los ayunantes) son
perdonados". Entonces los sahábah (radialláhu 'anhum) dijeron: "¡Oh
Mensajero de Alláh! ¿Es aquélla última noche, Lailatul Qadr?". Rasúlulláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) replicó: "No, pero es la noche en que un
siervo debe recibir su recompensa por haber completado su servicio".
(Ahmad, Al Bazzár, Al Baihagi).
Comentario
Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) menciona en este hadith, cinco regalos otorgados por Alláh
Ta'álá y que no habían sido dados antes a ningún ayunante de las naciones
anteriores al Islám. ¡Si sólo pudiésemos apreciar verdaderamente la inmensa
bendición que nos ha concedido Alláh, y si fuésemos capaces de intentar obtener
sinceramente todos estos especiales favores...!
Lo primero que se nos dice,
es que el aliento que sale de la boca del ayunante es más dulce y querido para
Alláh Ta'álá que el aroma del almizcle. Los comentaristas han otorgado ocho significados
para esto que son mencionados por este sirviente en el comentario del Muatta
(libro de hadith) del Imám Málik, "Auyazul Masálik", de los cuales,
en mi opinión, tres son los más aceptables:
a. Algunos sostienen que,
en la otra vida, Alláh Ta`álá recompensará aquel olor de las bocas de quienes
ayunaron, con perfumes más deliciosos y placenteros que el almizcle. Esta
explicación es obvia, en Ad-Durrul Manthúr se ha concluido esto y parece que ha
sido la opinión más preferida.
b. En el Día del Qiyámah,
cuando salgamos de nuestras tumbas, un dulce aroma brotará de las bocas de
quienes hayan ayunado y será más dulce que el almizcle.
c. La versión que me parece
más aceptable de estas, es la que dice que en este mundo el aroma del aliento
de una persona que ayuna es mejor que el del almizcle, pues demuestra el lazo
de amor entre Alláh Ta'álá y su criatura que ayuna.
Todos sabemos que, aún el
mal aliento de alguien a quien amamos sinceramente, es bien considerado por el
amante, quien en este caso es Alláh. Alláh Ta'álá quiere conceder al que ayuna
una cercanía total, convirtiéndole en su amado.
"¡OH POBRE ALMA! ¿QUÉ
VAS A HACER CON EL ALMIZCLE DE JATAN? (un lugar famoso por su almizcle), GANA
EL PERFUME DEL PARAÍSO DE MUHAMMAD (sallalláhu áleihi wa sallam)"
El ayuno es una de las más
amadas 'ibádát frente a los ojos de Alláh Ta'álá, por ello este hadith sostiene
que la recompensa por cada obra es llevada por los ángeles, salvo en el caso
del ayuno, pues Alláh Ta'álá dice: Ya recompensa por el ayuno la doy Yo mismo,
pues es sólo para Mí". Otra versión del mismo hadith, de acuerdo con
algunos sabios dice (leído de otra manera): "Yo mismo seré su Recompensa.
" ¿Qué puede ser mejor para el amante que ganar a su amado? En otro hadith
se dice: "El ayuno es la puerta para todas las otras formas de
adoración." Esto significa que el corazón se ilumina con el ayuno y se
entusiasma por cumplir con todas las demás 'ibádát. Esto sólo es cierto en el
caso del verdadero ayuno y no sólo por la simple abstinencia de comer y beber.
Nota: Quisiera llamar la
atención aquí sobre un punto en particular, debido a este hadith, algunos
A-immah (plural de Imám) han prohibido el uso de miswák (varita del arbusto de
araq, utilizado para limpiarse los dientes) después del mediodía, mientras que
otros lo consideran mustahab (recomendable) en todo momento.
La razón de algunos A-immah
para prohibirlos, es que a través del uso del miswák, este mal aliento es
removido de la boca, el olor que es referido en este hadith, alude a aquel que proviene
del estómago vacío, no de los dientes y que no puede ser quitado con el uso del
miswák. Las pruebas que sostiene la escuela hanafi, han sido mencionadas en sus
libros de figh.
El segundo gran favor
concedido, es que el pez en el agua hace istigfár por quien ayuna. El punto es
señalar que muchas criaturas ofrecen oración por la persona que se encuentra
ayunando, hecho que ha sido mencionado en varios ahádith. También se ha dicho
que los maláikah (ángeles) hacen istigfár por los ayunantes. Mi tío, el Sheij
Muhammad Ilyás (rahmatulláhi 'aleihi) solía decir que esto es así pues Alláh
dice en el Corán: "Ciertamente aquellos que creen y obran el bien, Alláh
les hará amados (en este mundo)". Un hadith aclara esto: Cuando Alláh
Ta'álá ama a una persona, dice a Yibril ('aleihis salám): "Yo amo a esta
persona así que ámale tú también", entonces Yibril ('aleihis salám)
también le ama y anuncia en los cielos: "Tal persona es amada por Alláh,
así que amadle todos vosotros". Entonces todas las criaturas que moran en
los cielos le aman y el amor por ella se dispersa por toda la tierra.
Normalmente, sólo las personas más próximas aman a otra persona, pero en este
hadith se menciona que el amor por ella se encuentra en todas partes, incluso
los animales en la selva y el pez en el océano le aman y oran por él.
El tercer favor otorgado
para quienes ayunan, es que el Yannah comienza a ser adornado en el comienzo de
cada año para la venida de Ramadán. Todos sabemos que cuando se espera la
visita de una persona muy importante, se toman todos los cuidados en prepararse
para su llegada. En el tiempo de casarse, por ejemplo, los preparativos se
hacen con meses de anticipación. Del mismo modo ocurre durante Ramadán.
El cuarto favor es que los
demonios (shayátin) son encadenados, con lo cual, el mal es disminuido. Debido
a que muchos sentirán el deseo de esforzarse en sus 'ibádát (plural de 'ibádah,
adoración) durante este mes, previsiblemente shaitán se esforzará más de lo que
lo hace siempre por desviar a los creyentes, por lo que muchos males podrían
cometerse. Por el contrario, vemos mucho menos maldad en este mes. Cuántos
borrachos menos vemos, sólo porque durante Ramadán se abstienen de beber, lo
mismo pasa con los malhechores que se apartan del mal por causa de la llegada
de este bendito mes. Sin embargo, se siguen cometiendo pecados durante Ramadán.
El que se cometan pecados
durante Ramadán no contradice lo sostenido en este hadith, pues sólo se
mencionan a los demonios rebeldes, así los pecados podrían ser cometidos por la
influencia de los demonios no rebeldes. En algunos ahádith, el encadenamiento
de shaitán no está clarificado, pero podría ser resuelto por aquellos ahádith
en los que los shayátin rebeldes están mencionados. Una pregunta que podría
surgir es ¿Si los demonios están encadenados, cómo es que seguimos viendo que
se cometen pecados, aunque sea en un menor grado?
Nuestra respuesta es que el
mal no sólo es causado por acción de los demonios. Si se ha vivido durante once
meses del año obedeciendo al shaitán, entonces el cometer las obras que el
promueve se vuelven como nuestra segunda naturaleza, el mal se hace dentro y
fuera de Ramadán. De este modo, aunque shaitán está encadenado, su influencia
es tan poderosa en nosotros que seguimos su camino por nuestra propia cuenta.
Otro asunto relacionado es
lo que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Cuando alguien
comete un pecado, una mancha negra aparece en su corazón, si se arrepiente
sinceramente ésta es removida, en caso contrario, permanece ahí. Cuando comete
otro pecado, aparece otra mancha hasta que su corazón se vuelve completamente
negro, entonces ningún bien puede llegar hasta su corazón". Respecto a
esto dice Alláh Ta'álá en el Corán. "¡Pero no! Lo que han adquirido se ha
apoderado de sus corazones" (Surah Al Mutaffifin [83], áyah 14), quiere
decir que poseen una inclinación natural hacia el pecado. Esta es la razón por
la que muchos cometen cierto tipo de pecados sin ninguna preocupación, pero al
encontrarse frente a otro pecado de igual magnitud, pero de otra clase, sus
corazones los repudian. Por ejemplo, si a los que beben alcohol se les dice que
coman carne de cerdo la rechazarán, aunque ambos pecados sean igualmente
graves. Del mismo modo, cuando se cometen pecados frecuentemente fuera del mes
de Ramadán, el corazón se oscurece por ellos, y se siguen cometiendo en
Ramadán, sin la presencia de los shayátin.
Mi opinión personal es que
no todos los shayátin son encadenados, sino que sólo los más rebeldes. Todos
nos podemos dar cuenta que durante Ramadán no se requiere mucho esfuerzo para
realizar buenas obras, ni se requiere tanto sacrificio y autocontrol para
apartarse del mal como cuando estamos fuera de Ramadán. El Sheij Sháh Muhammad
Isháq (rahmatulláhi 'aleihi) opina que estos ahádith se refieren a diferentes
clases de personas. Pensaba que para los pecadores, sólo los shayátin más
rebeldes son encadenados, mientras que para los piadosos todos los shayátin lo
son.
El quinto favor es que el
perdón será garantizado en la última noche de Ramadán para todos los que
ayunaron durante él. Este tema ya ha sido mencionado en las narraciones
anteriores. Por causa de este inmenso favor, los sahábah (radialláhu 'anhum)
pensaban que esta noche debía ser Lailatul Qadr. Cuando preguntaron al Profeta
Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa sallam) si efectivamente se trataba de esta
noche, se les respondió que no, que el perdón era concedido por cumplir
completamente con el ayuno a lo largo del mes completo.
Hadith Número Tres
Ka'b Ibn ‘Uyrah (radialláhu
'anhu) narró que Rasülulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo:
"Acérquense al mímbar". Nos acercamos, y cuando ascendió el primer
peldaño del mímbar dijo Ámin". Cuando ascendió el segundo peldaño dijo
"Ámin". Cuando ascendió el tercer peldaño dijo "Ámin". Cuando
descendió dijimos: "¡Oh Rasúlulláh!, mientras subías al mímbar, te hemos
escuchado hoy, algo que jamás habíamos escuchado antes". Él (sallalláhu
'aleihi wa sallam) dijo: "Cuando ascendí el primer peldaño, jCibril
('aleihis salám) apareció ante mí y dijo: "¡Ay de aquél! que encuentre el
bendito mes de Ramadán y lo deje pasar sin lograr el perdón", a lo que
dije Ámin. Cuando ascendí el segundo peldaño, él ('aleihis salám) dijo:
"¡Ay de aquél! ante quien tu nombre es mencionado y no te envíe saludos y
pida bendiciones para ti (salawát 'alan-Nabi)". Respondí Amin. Cuando
ascendí el tercer peldaño, él dijo: "¡Sean destruidos aquellos, cuyos
padres, o uno de sus padres se vuelvan viejos en su presencia, y no pueda
entrar al Yannah! (por no servirlos)". Yo dije Ámin". (Hákim).
Comentario
En este hadith, Yibril
('aleihis salám) pronunció tres desgracias a las cuales Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) respondió con "Ámin". Primero, ni más ni menos,
que la condena de Yibril ('aleihis salám) que es un ángel muy cercano y luego
la reprobación de Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam), sirven para dejar
en claro la severidad de este asunto.
¡Quiera Alláh, por Su
Bondad concedernos el taufiq de apartarnos de estos tres males y protegernos!
porque de lo contrario, sin duda estaremos en la perdición. En Ad-Durrul
Manthúr se dice que Yibril ('aleihis salám) ordenó a Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) que dijera "Ámin". Siendo un ángel del estatus de
Yibril ('aleihis salám) quien da la instrucción a Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) de decir "Ámin" después de cada desgracia.
La primera persona que se
menciona en este hadith es aquel individuo que, encontrándose dentro del mes de
Ramadán, desperdicia su tiempo cometiendo pecados, dejando de lado sus deberes
religiosos y, por ello, pierde la posibilidad de obtener el perdón. Ramadán es
el mes de la Misericordia de Alláh Ta'álá y si es desaprovechado por causa de
la maldad y la negligencia ¿Cómo podría entonces alguien ser perdonado? Si no
alcanza la complacencia de Alláh durante Ramadán ¿Entonces, cuándo podría
hacerlo? No cabe duda acerca de su fracaso, más aún cuando es precisamente en
Ramadán donde se encuentran numerosas oportunidades de obtener el perdón.
El segundo desdichado, es
aquel que escucha mencionar el nombre de Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) y no recita su salutación.
Este hecho ha sido
mencionado en otros ahádith; por ello los 'ulamá, consideran que es wáyib
(obligatorio) el recitar las salutaciones cada vez que se escucha el nombre del
Profeta Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa sallam). Además de esta condenación, se
han hecho varias advertencias, al respecto, en varios ahádith se ha llamado a
quienes no cumplen con esta obligación los desafortunados o los tacaños.
En otras partes, tales
personas han sido consideradas como desertores; como quienes han perdido su
camino al Yannah; como personas que entrarán al Yahannam, como aquellos que no
tienen religión y que no podrán ver el bendito rostro de Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam). Los sabios han interpretado estos ahádith en diferentes
formas, pero el hecho es que, la advertencia que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi
wa sallam) dio a quienes faltan a recitar el salawát para él, es tan severa que
es difícil de poder soportar. ¿Y por qué no? Después de todo, las bendiciones
que esta Ummah ha recibido a través de Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa
sallam), son tales que ningún pensamiento o palabra serían capaces de
describir.
Sus favores hacia nosotros
son de hecho tan grandes que con justa razón ha de advertirnos. Por el
contrario, los beneficios por recitar las salutaciones hacia nuestro Profeta
Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa sallam), son tan inmensos que sería un
verdadero error el privarnos de ellos. El hadith nos enseña que, quienquiera
que recite un salawát (salutación) para Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa
sallam), Alláh Ta'álá le enviará diez misericordias para él, los ángeles
suplicarán por él, sus pecados serán perdonados, su rango será elevado,
recibirá una recompensa mayor que el monte de `Uhud, y Rasúlulláh (sallalláhu
`aleihi wa sallam) intercederá por él en el Día del Qiyámah. Además otras
recompensas prometidas son: Ganar la Complacencia y la Misericordia de Alláh
Ta'álá, ser protegido de Su ira, ser liberado de los tormentos del Qiyámah, y
ver el lugar que le aguarda en el Paraíso aún mientras se está aquí en la
tierra. También hay recompensa por recitar el salawát 'alán-Nabi
(salutaciones), cierta cantidad de veces, junto con la promesa de nunca ser
afectado por la pobreza o la necesidad, la promesa de estar cerca de Rasúlulláh
(sallalláhu ‘aleihi wa sallam) en la corte de Alláh Ta'álá, la promesa de ser
protegido frente a los enemigos, de limpiar nuestro corazón de la hipocresía y
de las enfermedades espirituales y también de obtener el amor de los demás.
Muchas bienaventuranzas más
han sido enumeradas por la recitación abundante de las salutaciones. Los sabios
han dicho que es fard recitar estas salutaciones aunque sólo sea una vez en la
vida, mientras que es wáyib (obligatorio) hacerlo cada vez que se menciona el
nombre del Profeta Muhammad (sallalláhu `aleihi wa sallam). Otros dicen que es
mustahab (recomendable).
La tercera persona es
aquella que, mientras estuvo con vida, vio que uno o sus dos padres alcanzaron
la vejez, y no fue capaz de alcanzar el Paraíso sirviéndoles. Esto ha sido
explicado en varios ahádith, los 'ulamá han dicho que es obligatorio obedecer a
los padres en cualquier acto que sea permitido hacer. No se puede ser
irrespetuoso y desobedecer a nuestros padres aunque estos no sean creyentes, ni
debiéramos levantar nuestra voz en frente de ellos, ni llamarles por su nombre.
A los padres se les debe
dar la preferencia en todo antes que nosotros (por ejemplo; comer, beber,
caminar o sentarse, entre otras), cuando les invitamos hacia el bien y les
prohibimos de cometer malas acciones, lo haremos con delicadeza. Si ellos no
aceptan, aún así, debemos de honrarles y respetarles, y debemos hacer du'á para
que ellos reciban la Guía. En un hadith se ha dicho que la mejor de las puertas
para entrar al Paraíso es el padre, si deseas puedes cuidarla o puedes
destruirla. Un sahábi preguntó a Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam)
¿Cuáles son los derechos de los padres? Él (sallalláhu 'aleihi wa sallam) respondió:
"Ellos son tu jCannah y tu Yahannam." Su felicidad es el Yannah y su
tristeza es el Yahannam. Además, se ha dicho en un hadith que cuando un hijo
obediente mira con amor y devoción a sus padres, la recompensa por esa mirada
será la aceptación de Alláh. En otro hadith se ha dicho que fuera de asociar a
otros dioses con Alláh Ta'álá, Él perdona todo lo que Él desea. Sin embargo, Él
comienza a castigar la desobediencia a los padres aún antes de la muerte. Un
sahábi dijo: "¡Oh Mensajero de Alláh! quisiera ir al yihád."
Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) le preguntó: "¿Tu madre vive
aún?" Él respondió que Sí. Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo:
"Sírvela, pues el Yannah se encuentra para ti, bajo sus pies."
En otro hadith se narra que
la complacencia de Alláh Ta'álá se encuentra en la complacencia del padre y que
el desagrado de Alláh Ta`álá se encuentra en el desagrado de nuestro padre. En
varios otros ahádith se ha señalado la importancia y las virtudes de servir a
nuestros padres ancianos.
No debemos deducir, desde
lo que hemos leído en este hadith, que si no cumplimos con tratar
servicialmente a nuestros padres, mientras ellos estuvieron vivos, no podremos
salvarnos de ir a Yahannam. En la shari`ah existe la salida, el hadith nos enseña
que debemos hacer du'á e istigfár por ellos, de este modo podremos ser
considerados entre quienes fueron obedientes con los padres. Otro hadith
establece que la mejor obra que podemos hacer después de la muerte de nuestro
padre, es tratar a sus amigos y compañeros en la misma forma en que éste lo
habría hecho.
Hadith Número Cuatro
'Ubádah Ibn As-Sámit
(radialláhu 'anhu) narró que un día, cuando Ramadán se acercaba, Rasúlulláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "El mes de Ramadán; el mes de las bendiciones,
ha venido a ustedes. En él, Alláh se vuelve hacia vosotros y les envía su
especial Misericordia, perdona sus faltas, acepta sus súplicas, acepta su
competencia en hacer cosas buenas y se vanagloria de ustedes ante los ángeles.
Así que muéstrenle a Alláh su rectitud; ya que ciertamente, el más
desafortunado es aquél que es privado de la Misericordia de Alláh durante este
mes". (At-Tabráni).
Comentario
En este hadith leemos
acerca del espíritu de competencia que existe entre los creyentes, uno compitiendo
con el otro por ver quien hace más obras buenas. En mi hogar, me sentía muy
contento de ver a las mujeres rivalizando unas con otras por ver quién leía más
Corán que las otras. A pesar de las responsabilidades domésticas, recitaban
diariamente quince a veinte yuz del Corán. No estoy mencionando esto por
alardear, sino sólo por gratitud hacia Alláh Ta'álá.
¡Quiera Alláh, aceptar sus
obras y las nuestras, e incrementar nuestras buenas acciones! Ámin.
Hadith Número Cinco
Abú Sa'id Al Judri (radialláhu
'anhu) narra que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Cada día
y noche de Ramadán, Alláh Tá álá libera un gran número de almas de Yahannam, y
para cada musulmán, todos los días y noches existe un momento en que su súplica
es ciertamente aceptada."
Comentario
La aceptación de las
súplicas en el momento del iftár, ha sido afirmada en varias narraciones.
Además de este hadith, existen varios otros donde se menciona la aceptación del
du'á en el tiempo del iftár. Lamentablemente, estamos tan preocupados en ese
momento comiendo el iftár, que no encontramos tiempo para hacer du'á, ni
recordamos tampoco el du'á especial que hay para el iftár y que dice:
Alláhumma laka sumtu wa
bika ámantu wa ‘alaika
tawakkaltu wa ‘alá rizqika
aftartu
¡Oh Alláh! Para Ti he
ayunado, y creo en Ti, y a Ti me encomiendo
Y rompo mi ayuno con la
provisión que proviene de Ti.
En los libros de hadith,
esta súplica ha sido mencionada de manera resumida.
'Abdulláh Ibn ‘Amr Ibn Al
‘Ás (radialláhu 'anhu) solía recitar el siguiente du'á al tiempo del iftár:
Alláhumma inni as aluka
birahmatikallati wasi at kulla shai an tagfirali
¡Oh Alláh! Pido de Ti, por
Tu Infinita Misericordia que abarca todo lo que existe, que me perdones!
En algunos libros, leemos
que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) solía decir:
Yá wá si'al fadli igfirli
¡Oh Tú que eres grande en
la bondad, perdóname!
Varios du’á son mencionados
en los ahádith. Sin embargo, debemos recordar que no existe un du'á especial
que sea fijo. Este tiempo (iftár) es de aceptación del du'á. Pon tus
necesidades en frente de Alláh Ta'álá, y si te acuerdas, entonces pide por mí
también. (Quienes publican este libro piden humildemente que nos recuerden en
su du’á).
"SI PRESTAS ATENCIÓN,
ESTO SERÁ UNA CTO DE AMABILIDAD.
PERO TU TAREA SERÁ
LOGRARLO."
Hadith Número Seis
Abú Hurairah (radialláhu
'anhu) narra que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Hay tres
personas cuyo du'á no es rechazado; la persona que ayuna hasta que rompe su
ayuno; el gobernador justo y el oprimido cuya súplica Alláh la eleva sobre las
nubes hasta las puertas del cielo, que se abren y dice Alláh Tá álá: "Juro
por Mi Honor que te responderé, aunque sea en algún tiempo más."
Comentario
En Ad-Durrul Manthúr, se
narra que 'Áishah (radialláhu 'anha) dijo que al llegar Ramadán, Rasúlulláh
(sallalláhu `aleihi wa sallam) solía cambiar el color de su piel. Solía
incrementar su saláh, se volvía mucho más humilde en su dú á y más temeroso de
Alláh Ta'álá. De acuerdo con otro hadith, se narra que él (sallalláhu 'aleihi
wa sallam) difícilmente se recostaba antes de que terminase el mes de Ramadán.
Además se ha afirmado en otro hadith que los maláikah que sostienen el Trono,
tienen la orden de dejar todo asunto y decir Ámin después de cada súplica de
quienes ayunan. Hay también varios ahádith donde se confirma la aceptación del
du'á, especialmente en Ramadán, toda vez que Alláh Ta'álá lo ha prometido y Su
Mensajero veraz (sallalláhu `aleihi wa sallam) nos lo ha confirmado. No debe ya
quedar ninguna duda respecto de la confiabilidad de estas afirmaciones. Por
ello, debería de extrañarnos el hecho de que la gente, aparentemente, no reciba
aquello por lo que suplica. Piden y no obtienen, pero no quiere decir que su
du'á haya sido rechazado, uno debiera de comprender en este punto el
significado del du`á que es aceptado.
Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) nos informó que cuando un musulmán hace du'á a Alláh Ta'álá
por cualquier cosa, excepto que se trate de algo pecaminoso o de la ruptura de
los lazos familiares, recibirá sin ninguna duda una de tres cosas; recibirá
exactamente lo que pidió, o Alláh Ta'álá le liberará de una gran calamidad a
cambio de lo que él desea, o finalmente tendrá lo que pide en la otra vida.
Otro hadith dice que en el
Día del Qiyámah, Alláh Ta'álá llamará a sus siervos y les dirá: ""¡Oh
siervos Míos! Yo os ordené pedir de Mi, y prometí responderos ¿Habéis pedido
algo de Mí?" Responderán "Sí". Entonces Alláh Ta`álá responderá:
«No hay nada de lo que hayáis pedido que haya sido rechazado. Suplicásteis que
cierta desgracia fuese apartada y Yo la aparté de vosotros en la vida mundana.
Suplicásteis que cierto sufrimiento fuese apartado de vosotros y ni siquiera
supisteis acerca de tal sufrimiento. Por ello He preparado esta recompensa para
ti". Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo que se le recordará, a
todas las personas cada du'á que hicieron, y se les mostrará cómo fueron
respondidas en el mundo, o cuál es la recompensa que les aguarda en la otra vida.
Considerando esto, uno desearía que ninguna de nuestras súplicas fuera
respondida mientras vivamos en este mundo, para poder recibir toda la
recompensa en la otra vida.
El du'á es, de hecho, muy
importante y abandonarlo es, a su vez, una gran pérdida. Aunque todo parezca
indicarnos que nuestra súplica no ha sido aceptada, no debemos perder el valor.
Al final de este libro, en el hadith más extenso que discutiremos, aparece que
Alláh Ta'álá considera nuestro propio bienestar y beneficio al responder
nuestro du'á. Si Él considera que lo que pedimos es bueno para nosotros, sin
duda aceptará nuestra súplica y de lo contrario, no nos lo concederá. En
realidad es un gran favor de Alláh Ta'álá el que no nos conceda siempre lo que
pedimos puesto que, frecuentemente, imploramos cosas que no son beneficiosas
para nosotros en un determinado momento.
Una vez más, debemos
dirigir nuestra atención hacia el hecho de que a menudo, hombres y mujeres
padecen la enfermedad de desdichar a sus hijos en su ira y sufrimiento. Seamos
cuidadosos, hay momentos muy particulares en que cualquier du'á que se hace es
aceptado. De este modo, debido a nuestra estupidez, el niño es desgraciado, y
cuando los efectos de esta condena son recibidos, los padres van de aquí para
allá, llorando y lamentándose, sin darse cuenta que es el resultado de sus
propias súplicas. Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) nos ordenó no
maldecirnos unos a otros, ni a nuestros hijos, posesiones o sirvientes.
Es posible que esa sea la
execración que se oyó y se respondió en el momento preciso en que todas las
peticiones son escuchadas, especialmente en Ramadán, que está lleno de momentos
de aceptación (mustayáb), por ello en este mes se debe ser muy cuidadoso.
'Umar (radialláhu `anhu)
narra que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Quien recuerda
a Alláh Ta'álá durante Ramadán será perdonado y quien suplica no será
rechazado."
Ibn Mas`úd (radialláhu
'anhu) narra que cada noche de Ramadán un heraldo anuncia desde los cielos:
"¡Oh buscadores del bien, acercaos! ¡Oh buscadores del mal, apartaos de él
y abrid vuestros ojos!" Luego este ángel llama: "¿Hay alguien que
busque el perdón para que pueda ser perdonado? ¿Hay alguien que se arrepienta
para que su arrepentimiento sea aceptado? ¿Hay alguien que suplica para que le
sea concedido aquello que pide? ¿Hay alguien que pida algo para que esto le sea
otorgado?" (At-Targib).
Finalmente, debemos tener
en cuenta que hay ciertas condiciones para que nuestro du'á sea aceptado. Entre
ellas está la de comer sólo aquello que es halál, pues de modo contrario,
nuestra súplica no será aceptada. Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam)
dijo: “Para quién está en gran dificultad, y en medio de la angustia levanta
sus manos al cielo y llorando suplica ¡Oh Alláh! ¡Oh Alláh! Sin embargo, come
lo que es harám, bebe lo que es harám y sus ropas son harám, ¿Cómo podría
entonces ser aceptado su du’á?”
Se narra una historia
acerca de un grupo de personas que estaban en Kúfah cuyo du’á solía ser
respondido siempre. Cada vez que un gobernante estaba sobre ellos, solían hacer
du’á para que una desgracia cayese sobre él. Cuando Hayyáy se convirtió en su
gobernante, invitó a estas gentes a un festín. Después de haber comido, él
dijo: "Ahora no siento temor de que ellos hagan algún du’á para
maldecirme, pues alimento harám ha entrado en sus estómagos". Sobre este
punto pensemos: ¿Cuánto harám es consumido en estos tiempos cuando la gente aún
trata de hacer permisible obtener ganancias a través de los intereses?
Encontramos a nuestra propia gente que han llegado a pensar que la usura y lo
que se gana de ella es lícito, mientras, nuestros comerciantes al hacer
negocios con las demás personas las engañan.
Hadith Número Siete
Ibn Umar (radialláhu
'anhuma) dijo que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo:
"Ciertamente Alláh Ta'álá y Sus ángeles llevan misericordia hacia quienes
comen el suhúr."
Comentario
Qué inmenso es el favor de
Alláh Ta'álá sobre nosotros que, debido a la barakah del ayuno, aún la
participación en el suhúr, es un medio en que esta Ummah puede ganar
recompensas. Hay muchos ahádith en los que se explican las virtudes y
recompensas del suhúr. 'Allámah 'Aini (rahmatulláhi'aleihi) comentarista de Al
Bujári, reunió ahádith de diecisiete sahábah acerca de la excelencia del suhúr,
y se ha mencionado el que existe consenso en que es mustahab (recomendable).
Muchos están privados por causa de la flojera. Algunos incluso terminan el
taráwih y comen como si se tratase de su suhúr y después se van a la cama. ¡Qué
grandes bendiciones se están perdiendo!
(Suhúr de hecho significa
tomar la comida antes del fayr -ref: Qamus: Diccionario Árabe-).
Algunas autoridades tienen
la opinión de que el tiempo del suhúr comienza después de que ha pasado la
mitad de la noche (mirqát, comentario de mishkát). El autor de
"Kash-sháf" (Zamajshari) dividió la noche en seis partes, donde la
última de ellas es el tiempo del suhúr. Cuando la noche dura más de doce horas,
entonces las últimas dos horas son el tiempo para tomar el suhúr. Debemos
recordar que comer al final del plazo, es mejor que hacerlo en sus inicios, a
condición de que no quede ninguna duda acerca de si el suhúr se ha comido antes
o después del tiempo del fayr.
Los ahádith están repletos
de las virtudes del suhúr. Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo:
"La diferencia entre nuestro ayuno y el que hacía la gente de ahlul kitáb
(judíos y cristianos, gentes del Libro) está en participar de la comida del
suhúr, pues ellos no lo hacían".
Se ha mencionado en un
hadith tomar el suhúr, pues hay grandes bendiciones en él. También se ha dicho:
"Grandes bendiciones se encuentran en tres cosas, en la yamá`ah
(congregación), en comer tharid y en el suhúr". En este hadith el uso de
la palabra yamá'ah es general, y se deduce que se refiere a todas las obras
realizadas en congregación como el saláh u otras donde los musulmanes estén
unidos y a las que llega la ayuda de Alláh Ta'álá. El tharid es un tipo de
comida en la que se mezcla pan seco con carne y salsa. La tercera cosa
mencionada es el suhúr, cuando el Profeta Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) invitaba a algunos de sus compañeros para comer el suhúr decía
"Vengan y compartan una comida bendita conmigo."
Otro hadith dice:
"Comed suhúr y fortaleceos para ayunar, y dormid la siesta para que podáis
levantaron durante el último tercio de la noche (para realizar vuestras
'ibádát)." 'Abdulláh Bin Hárith (radialláhu 'anhu) narró que cierta vez
uno de los sahábah dijo: "Una vez visité a Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi
wa sallam) mientras estaba ocupado compartiendo el suhúr y dijo: "Esta es
una cosa llena de bendiciones que Alláh Tá álá te ha regalado, no lo dejes
nunca."
Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) animó a tomar suhúr en varios ahádith: "Si no hay
comida, entonces un dátil y algo de agua deberá de tomarse."
Habiendo tantas bendiciones
en tomar suhúr, los musulmanes deberían esforzarse todo lo posible en
obtenerlas. En todos los asuntos es importante la moderación, e ir más allá
siempre resulta ser dañino, por ello, no se debe comer tan poco que no se
tendrá fuerza para ayunar, ni demasiado, que pudiese causar malestares
estomacales. En varios ahádith se nos ha advertido acerca de no llenarnos
excesivamente el estómago al comer.
En su comentario del
"Sahih Al Bujári", Ibn Huyar (rahmatulláhi `aleihi) ha mencionado
varias razones para que exista tanta bendición en el suhúr:
1. Porque es seguir una
sunnah.
2. Pues nos distingue de
los ahlul kitáb, pues ellos no tomaban el suhúr en su ayuno.
3. Entrega fuerzas para
realizar nuestras 'ibádát.
4. Promueve más sinceridad
a nuestras `ibádát.
5. Ayuda a eliminar el mal
humor que se produce cuando se está hambriento.
6. Da la oportunidad de
ayudar a los necesitados en esas tempranas horas, especialmente a nuestros
vecinos pobres.
7. Durante el tiempo del
suhúr el du'á es aceptado.
8. Durante el tiempo del
suhúr se encuentra una oportunidad para recordar a Alláh Ta'álá y para levantar
las manos hacia Él en du'á.
Estas son algunas de las
principales razones pero hay otras también. Ibn Daqiqul 'Id, dice que algunos
'ulamá de Tasauwuf (método de reforma personal) tienen dudas acerca de si comer
suhúr está en contra del objetivo del ayuno, pues sostienen que este implica
apartarse de los deseos de comer, beber y tener relaciones sexuales. Muchas
opiniones sostienen que la cantidad de comida debe ser poca, tanto en el suhúr
como en el iftár, sin embargo, esto varía de acuerdo a las diferentes personas
y sus actividades. Por ejemplo, aquellos estudiantes del Din que toman poca
comida en el suhúr y en el iftár podrían verse perjudicados, por lo que
deberían alimentarse bien durante estos dos tiempos, pues la preservación y
difusión del conocimiento del Din son muy importantes. Del mismo modo, en el
caso de aquellos que están ocupados en hacer dhikr y otras actividades
relacionadas con el Din. Una vez, Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam)
anunció a aquellos que marchaban al yihád: "No hay virtud en ayunar
durante el viaje". Esto fue durante el mes de Ramadán, mientras
algunos de los sahábah estaban realizando su ayuno obligatorio, por causa del
yihád. Sin embargo, si comer menos no ocasiona flojera o cansancio para
realizar importantes obras por el Din, entonces no hay problema con comer poco.
`Allámah Sha'ráni (rahmatulláhi 'aleihi), señala en "Sharh Igna":
"Un compromiso se hizo con nosotros de que no debíamos llenar
completamente nuestros estómagos, especialmente durante las noches de
Ramadán". Es mejor que uno coma menos en las noches de Ramadán, pues ¿Qué
clase de ayuno podría haber cuando nos hemos llenado el estómago durante el
suhúr y el iftár? Los masháij de Tasauwuf han dicho: "Quienquiera que
permanece con hambre durante Ramadán, permanecerá libre de los males del
shaitán durante todo el año hasta el próximo mes de Ramadán." Otros sabios
han señalado lo mismo.
En el comentario del Ihyá,
Awárif señala que Sahl bin 'Abdulláh Tastari (rahmatulláhi 'aleihi) solía comer
sólo una vez cada quince días, mientras que en Ramadán él comía sólo un bocado.
Para seguir la sunnah, él solía tomar un poco de agua a la hora del suhúr y del
iftár. El Sheij Yunaid (rahmatulláhi `aleihi) era un hombre que solía ayunar
durante el año. Sin embargo, cuando recibía ocasionalmente la visita de sus
nobles amigos, rompía su ayuno diciendo que las virtudes de comer en compañía
de tan nobles amigos, no es menor que las del ayuno voluntario."
Del mismo modo podemos
citar las experiencias de numerosas personas virtuosas, quienes a través de
comer poco se entrenaban internamente, pero no llegaban al extremo de que esto
pudiese significar que se desatendieran sus obligaciones religiosas debido a la
debilidad y el cansancio corporal..
Hadith Número Ocho
Abú Hurairah (radialláhu
'anhu) narra que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Muchos
de los que ayunan no obtienen por este ayuno nada sino pasar hambre, y muchos
que rezan durante la noche no obteniendo por ello más que la molestia de
haberse levantado."
Comentario
Respecto a este hadith, los
'ulamá han señalado tres interpretaciones diferentes. Primero, este hadith
puede referirse a aquellos que ayunan durante todo el día y rompen su ayuno con
alimentos que son harám. Todas las recompensas obtenidas por el ayuno son
destruidas por causa de este pecado de comer harám y, por lo tanto lo único que
se ha ganado es sentir hambre. En segundo lugar, nuestro Profeta Muhammad
(sallalláhu 'aleihi wa sallam), pudo haberse referido a quienes ayunan de
manera correcta, pero se pasan el día hablando a espaldas de la gente y
diciendo calumnias de otros, respecto de este punto volveremos a hablar con mas
detalles después. En tercer lugar, las personas mencionadas en este hadith
podrían haber sido aquellas que mientras ayunan no se apartan del mal y del
pecado. Puesto que los dichos del Profeta Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) son concisos, todas las formas de pecado están incluidas aquí. Del
mismo modo, las oraciones ofrecidas durante la noche pierden su recompensa
debido a la realización de actos pecaminosos como abandonar la oración del
fayr, dedicarse a murmurar acerca de personas ausentes o levantarse para sólo
por aparentar, haciendo que estas obras sean en vano.
Hadith Número Nueve
Abú 'Ubaidah (radialláhu
'anhu) narra que: "Oí a Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) que
decía: "El ayuno es un escudo que le protegerá mientras no lo
arroje".
Comentario
"Escudo" se
refiere aquí a una cubierta que el hombre puede usar para protegerse a sí mismo
contra los ataques de su infame enemigo shaitán. En otro hadith se nos ha dicho
que "ayunar nos salva del castigo de Alláh Tá álá en la otra vida".
Un hadith señala que el ayuno "nos salvará de Yahannam." Alguien
preguntó a Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) acerca de que cosas
rompían el ayuno, dijo: "Mentir y murmurar acerca de quienes están ausentes."
Cuando se lee este hadith
junto con muchos otros, se entiende que nos dice que abandonemos estas
acciones, pues nos hacen perder nuestro ayuno. Somos muy aficionados a dejar
pasar el tiempo del ayuno por causa de conversaciones innecesarias. Algunos 'ulamá
son de la opinión que, mentir, difamar y andar con murmuraciones, rompen el
ayuno del mismo modo que comer o beber, aunque la mayoría de los sabios opinan
que no lo rompe, pero si lo priva de sus bendiciones.
Los masháij han enumerado
seis cosas con las que hay que tener mucho cuidado mientras estamos ayunando.
Primero, debemos apartar
nuestra mirada de donde no esta permitido mirar. Incluso han señalado que ni
siquiera debiéramos de mirar a nuestra propia esposa con deseos. Por lo que,
con mayor razón debiéramos de cuidarnos de mirar a otras mujeres que no son
nuestras esposas. Igualmente debemos evitar mirar hacía aquellos lugares donde
se comete el mal. El Profeta Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo:
"La mirada perversa es una de las flechas del shaitán, cualquiera que
tenga temor de Alláh que se prevenga a sí mismo de mirar hacia el mal. Alláh
Ta'álá le concederá un imán, cuya dulzura y éxtasis se sienten en el
corazón." Los 'ulamá de Tasauwuf interpretan esto como escenas que se debe
evitar de mirar, y de lugares y cosas que distraigan nuestra mente del recuerdo
de Alláh Ta'álá.
Segundo, debemos cuidar
nuestra lengua de usarla para mentir, hablar innecesariamente, andar con
murmuraciones, discutir y maldecir. En Bujári leemos que ayunar es un freno
para quien ayuna, por esta razón quien ayuna debe evitar las conversaciones
frívolas, las bromas y las discusiones, si alguien entra en una discusión, debe
decir: "Estoy ayunando". En otras palabras, uno no debiera comenzar
una discusión y en caso de que sea otro quien la inicie, debe evitarla. Cuando
la persona que inicia una discusión es alguien sensato se le dirá: "Estoy
ayunando". Por otro lado, uno debe ser especialmente cuidadoso acerca de
las murmuraciones y de decir mentiras pues, de acuerdo a la opinión de algunos
sabios, estas rompen el ayuno, tal como fue mencionado antes en este texto.
Durante el tiempo de nuestro Profeta Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa sallam),
dos mujeres estaban ayunando y comenzaron a sentir tanta hambre que no pudieron
sostener su ayuno y estuvieron a punto de morir. Los sahábah (radialláhu
'anhum) le avisaron al Profeta Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa sallam) quien
les envió un cántaro y les ordenó que vomitasen dentro de él. Cuando vomitaron,
vieron que había pedazos de carne y sangre fresca en el recipiente. Los sahábah
(radialláhu 'anhum) se sorprendieron por ello y el Profeta Muhammad (sallalláhu
`aleihi wa sallam) dijo: "Ellas ayunaron y evitaron comer comida halál de
Alláh y en su lugar comieron harám debido a haber estado murmurando sobre otras
personas."
Otro punto que se desprende
de esto es que, debido a las murmuraciones, el ayuno se vuelve mucho más
difícil de llevar. Por esta razón ambas mujeres estuvieron a punto de morir. Un
caso similar es el de otros actos pecaminosos. La experiencia nos muestra que
la gente piadosa que tiene temor de Alláh Ta'álá, no sienten ningún efecto
adverso por causa del ayuno, mientras que la gente pecadora siente gran
dificultad en él. Si se desea facilitar el ayuno, entonces hay que abstenerse
de pecar y, especialmente de andar hablando de la gente a sus espaldas.
Alláh Tá álá dice en el
Corán que las murmuraciones son igual que comer la carne de nuestro hermano.
Encontramos lo mismo en un hadith. Una ocasión Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi
wa sallam) vio a un grupo de personas y dijo: "Mondaos los dientes",
a lo que ellos respondieron: "No hemos comido nada hoy", Rasúlulláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "La carne de cierta persona está pegada
en vuestros dientes". Lo que quería decir es que ellos estaban hablando de
alguien que no estaba presente. ¡Que Alláh Ta'álá nos proteja de ello! pues
somos poco cuidadosos al respecto. Todos somos culpables de esta falta, incluso
entre los sabios y la gente religiosa aparece este mal. Lo peor es el hecho de
que a menudo lo que hablamos de nuestros hermanos no lo consideramos como
murmuraciones, de hecho, cuando alguien siente que ha estado murmurando acerca
de otros, oculta este pecado llamándolo "un relato de hechos."
Uno de los sahábah preguntó
a Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) ¿Qué es murmurar a espaldas de
alguien?, Rasúlulláh (sallalláhu `aleihi wa sallam) dijo: "Decir algo
acerca de tu hermano que le desagrada, cuando él no está presente",
entonces este compañero le preguntó: Y ¿Sería murmuración si lo que se dice
acerca de él es algo cierto?" El Profeta Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) dijo: "En ese caso es ciertamente murmuración y si él no es
culpable de lo que se dice, entonces se trata de una calumnia".
Una vez Rasúlulláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) pasó donde había dos tumbas y dijo: "Ha
descendido el castigo sobre los moradores de estas dos tumbas. Uno de ellos
está siendo castigado por andar con murmuraciones a espaldas de la gente y el
otro por no tener cuidado de asearse correctamente después de orinar".
Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) dijo: "Hay más de setenta tipos de maldad en la
ganancia a través de los intereses (ribá), el menor de ellos equivalente a
haber cometido incesto con su propia madre, y obtener un dirham de ganancia por
causa de los intereses, es peor que haber fornicado treinta y cinco
veces". La peor y más malvada forma de ganar intereses es humillar a un
musulmán. En el hadith hemos sido advertidos contra hablar mal de la gente y
deshonrar a otros. Yo quisiera poder citar muchos ahádith acerca de este
asunto, puesto que es bastante común que nuestras conversaciones estén llenas
de este tipo de conductas. Sin embargo, he decidido no hacerlo pues, en
realidad, el tema aquí es otro. Habiendo revisado estos pocos ahádith,
nuevamente hago du'á para que Alláh Tá álá nos mantenga alejados de estos
males, y pido de mis hermanos y amigos que rueguen por mí pues todos estamos
llenos de faltas interiores.
"ORGULLO YARROGANCIA,
IGNORANCIA YNEGLIGENCIA,
DISGUSTO YMALICIA,
MALOS PENSAMIENTOS,
MENTIRAS Y ROMPER LAS
PROMESAS,
ODIO Y OSTENTACIÓN,
MURMURACIONES YRENCOR.
QUÉ ENFERMEDAD HA Y
¡OH Alláh! QUE NO ESTÉ EN
MI,
CÚRAME DE TODA ENFERMEDAD
YALIVIA MIS NECESIDADES,
OMPENZAS DEL AYUNO
CIERTAMENTE TENGO UN
CORAZÓN AFLIGIDO,
CIERTAMENTE Tú ERES QUIEN
SANA A LOS ENFERMOS."
La tercera cosa, es que
quien ayuna debe ser muy cuidadoso de proteger sus oídos de los asuntos
repudiables sobre los que no se debe hablar. Es harám decir o escuchar
cualquier cosa que no debiera de ser dicha. Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) dijo que murmurar a espaldas de alguien es lo que hace tanto el que
murmura como el que escucha sus murmuraciones.
Cuarto, el resto del cuerpo
debe apartarse del pecado y el mal. Ni siquiera puede ser tocado con las manos,
ni los pies pueden encaminarse hacia el mal. Se debe ser especialmente
cuidadoso en el tiempo del iftár. No debe entrar en nosotros ningún alimento
acerca del cual nos quepa una duda sobre si es harám. Cuando una persona ayuna,
y rompe su ayuno comiendo harám, actúa igual que un enfermo que toma medicinas
para sanar y al mismo tiempo toma el veneno que lo destruye.
Quinto, después de haber
ayunado, no es recomendable llenar el estómago completamente aunque se esté
comiendo halál en el iftár, pues esto es perder el sentido del ayuno. El ayuno
junto con disminuir nuestros deseos carnales, también fortalece nuestras
cualidades angelicales e incrementa la iluminación del alma. Durante once meses
hemos estado comiendo y bebiendo, que daño podría haber en comer menos durante
un solo mes.
Nosotros tenemos la mala
costumbre de llenarnos de comida durante el iftár por todo lo que no comimos
durante el día, y en el suhúr por lo que no comeremos, esto en realidad
incrementa nuestro consumo promedio de comida. Muchas cosas que durante tiempos
normales no comemos, se consumen durante Ramadán. De hecho, es durante este mes
cuando más desarrollamos este mal hábito.
El Imám Gazáli
(rahmatulláhi 'aleihi) hizo la siguiente pregunta: "¿Si el propósito de
ayunar es vencer las tentaciones de Iblis y a nuestras pasiones carnales, cómo
podría lograrse esto si se come excesivamente durante el iftár y se pierde el
objetivo de ello?".
En realidad lo que hacemos
es cambiar el horario de comida y no nuestra ración de ella. Mas aún, tenemos
delicias que usualmente no vemos fuera de Ramadán y mucha gente se ocupa de
preparar comidas especiales para este mes. Lo que efectivamente ocurre, es que
terminamos comiendo aún más que en épocas normales. El resultado es que en
lugar de reducir nuestros apetitos carnales, lo que hacemos es aumentarlos. El
verdadero beneficio de ayunar es sentir hambre en su verdadero espíritu. El
ayuno posee varios beneficios y virtudes para este mundo como observancia de la
shari'ah que es su principal objetivo. Nuestro Profeta (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) dijo: "Shaitán fluye a través del cuerpo del hombre al igual que
la sangre, cerrad este camino a través del ayuno". Todos los miembros son
alimentados espiritualmente cuando el cuerpo es mortificado por el hambre y
cuando el cuerpo se llena, los miembros son mortificados espiritualmente.
Otro objetivo del ayuno es
permitirnos experimentar la situación de los pobres y necesitados y así crear
un sentimiento de compasión hacia ellos. Esto sólo se puede lograr sintiendo
hambre y no por llenar tanto el estómago de deliciosa comida en el suhúr, de
modo que no se vuelva a sentir hambre hasta el momento del iftár. Sólo se
igualará con los pobres, cuando se experimente y se sienta el sufrimiento del
hambre.
En cierta ocasión, una
persona fue hasta Bishr Háfi (rahmatulláhi 'aleihi) y le encontró temblando de
frío a pesar de tener junto a él ropas abrigadoras, le preguntó si acaso era
tiempo para quitarse las ropas a lo que él respondió: "Hay muchos pobres y
necesitados y yo no soy capaz de compadecerme de ellos, lo que más puedo hacer
es ser como ellos". Los 'ulamá de Tasauwuf y los sabios (fuqahá) sostienen
que la misma debe ser nuestra actitud hacia el ayuno. En el "Marágil
Faláh" (libro de jurisprudencia) está escrito: "No comas demasiado en
el suhúr como lo hacen los ricos, porque esto es perder el objetivo de
ayuno." ‘Allámah Tahtáwi (rahmatulláhi 'aleihi) escribió: "Aguantar
las angustias del hambre, aumenta la recompensa", del mismo modo se
desarrolla un sentimiento de compasión hacia los pobres y los
hambrientos."
El Profeta Muhammad
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo que: "A Alláh Ta'álá no le desagrada
tanto que algo se llene hasta los bordes como le desagrada que se llene el
estómago". En otro hadith Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo:
"Unos cuantos bocados son suficientes al hombre, para mantenerse de
pie". Si a alguien le agrada comer, no debiera de sobrepasarse. La
cantidad óptima es que un tercio de estómago se llene de comida, un tercio de
agua y el resto que permanezca vacío. Después de todo debió de existir una
razón para que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) haya ayunado por
varios días sin comer nada entre ellos. Yo he visto a mi profesor Jalil Ahmad
(rahmatulláhi aleihi) comer un poco de pan casero en el suhúr y en el iftár
durante todo el mes de Ramadán, cuando alguno de sus cercanos le presionaba
para que comiese más, él respondía: "No tengo hambre, en realidad estoy
sentado solamente para estar con mis amigos".
He escuchado, que el Sheij
Sháh Abdurrahim Raipúri (rahmatulláhi 'aleihi), durante el mes de Ramadán solía
ayunar por días enteros y tomar sólo un vaso de té sin leche al suhúr y en el
iftár. Una vez, su seguidor más cercano le dijo con mucha ansiedad: "Usted
se va a poner muy débil si no come algo", a lo que el Sheij le respondió:
"Alhamdulilláh, yo estoy sintiendo algo del éxtasis del Yannah".
¡Quiera Alláh Ta'álá
concedernos el que seamos capaces de seguir a estas piadosas personas! Ámin.
“LA GENTE RICA NO SABE
QUE EL ESTOMAGO LLENO DE
UNA PERSONA,
ESTÁ VACÍO DE SABIDURÍA.”
El sexto punto es que
después de haber ayunado, debemos sentir temor y preocupación acerca de si
nuestro ayuno fue aceptado o rechazado por Alláh Ta’álá. Esto debiera aplicarse
a todas nuestras ‘ibádát, que no haya en ellas alguna falta o pecado que haga
que Alláh Ta'álá rechace nuestras obras. Rasúlulláh (sallalláhu `aleihi wa
sallam) dijo: "Muchos son los recitadores del Corán que serán desgraciados
por el propio Corán"; y dijo también: "En el Día del Qiyámah, uno de
los primeros a quienes Alláh Tá álá va a pedir cuentas será a un mártir al que
le preguntará acerca de las bendiciones que le concedió y que éste reconocerá.
Luego Alláh Ta'álá le dirá: ¿Yde qué modo agradeciste por ellos?", él le
responderá: "¡Yo luché en tu camino hasta que fui mártir!". Alláh
Ta'álá le responderá: ¡No es cierto! ¡Tú luchaste para que la gente dijera de
ti que eras un hombre valiente y así fue dicho!". Luego ordenará que su
cara sea puesta en el suelo y sea arrojado en Yahannam. Un sabio será llamado
entonces y también se le hará recordar acerca de los favores que Alláh Ta'álá
le concedió y se le hará al respecto la misma pregunta, a lo que él responderá:
"¡Oh Alláh! Me esforcé por alcanzar el conocimiento, enseñarlo a otros y
recitaba el Corán para Ti". Alláh Ta'álá le dirá: ""¡No es
cierto! ¡Tú hiciste todo aquello para que la gente dijera de ti que eras un
sabio y así fue dicho!". Luego también se ordenará que su cara sea puesta
en el suelo y que sea arrojado en Yahannam. Finalmente un hombre rico será
llamado y Alláh Ta'álá le recordará acerca de los favores que le fueron
otorgados, éste también los reconocerá y se le hará también la misma pregunta
que a los otros dos, a la que responderá: "¡Oh Alláh! di en caridad por Ti
en cada causa digna que encontré". La respuesta de Alláh Ta'álá será:
"¡No es cierto! ¡Tú hiciste todo ello para que se dijera de ti que eras un
hombre generoso y así fue dicho!” . Luego ordenará que su cara sea puesta en el
suelo y que sea arrojado en Yahannam." ¡Quiera Alláh Ta'álá salvarnos de
ello! Ámin.
Este es el resultado de una
intención mal dirigida. Existen numerosos ejemplos en los ahádith al respecto.
La persona que ayuna, debe estar siempre pendiente de su intención, y de que
ésta no sea adulterada. También debe hacer du'á constantemente para que Alláh
Ta'álá acepte complacido sus obras. Se debe tener presente que el temor de que
nuestras acciones no sean aceptadas es una cosa, pero otra es tener y mantener
la esperanza en la Infinita Gracia y Misericordia de Alláh Ta'álá. Este último
aspecto de la Gracia de Alláh Ta’álá es único. A veces Él convierte las obras
malas en dignas de recompensa (cuando son seguidas por buenas obras). Estas seis
cosas son obligatorias para todas las personas rectas.
“LAS COSAS BELLAS,
LA ELEGANCIA Y EL BAILE
NO SON LA EXCELENCIA.
HAY OTRAS FORMAS DE BELLEZA
QUE NO PUEDEN SIQUIERA SER
NOMBRADAS.”
Para personas especialmente
piadosas se agrega un séptimo punto. Durante el ayuno, el corazón no debe
volcarse hacia nada que no sea Alláh Ta’álá, hasta tal punto de no preocuparse
ni siquiera de si habrá algo para comer en el iftár. Algunos sabios consideran
que incluso pensar en la comida para el iftár es una falta, lo mismo que pensar
en esforzarse por obtener algo de comida, pues esto significaría una falta de
confianza en la promesa de sustento dado por Alláh Ta'álá. En el comentario
sobre el "Ihyá 'Ulúmud-Din", el autor menciona acerca de algunos
masháij, que si algo del iftár llegaba antes del tiempo de iftár, entonces era
arrojado por temor a que el corazón se fijase en la comida por el resto del
día, lo que reduciría la confianza en Alláh Ta'álá. Por supuesto que esto sólo
puede ser practicado por personas excepcionalmente piadosas, cuya fe ni
siquiera podemos imaginar tener. Si tratásemos de seguir esto podríamos
destruirnos a nosotros mismos.
Respecto del versículo que
aparece en el Corán: "El ayuno ha sido ordenado para vosotros". Los
comentaristas del Corán han dicho que el ayuno se hace obligatorio para cada
parte del cuerpo. Así, ayunar con la lengua significa abstenerse de mentir,
murmurar, etc., ayunar con los oídos significa no escuchar al mal, ayunar con
los ojos significa no mirar hacia lo malo y pecaminoso.
Del mismo modo el ayuno de
sí mismo significa apartarse de la codicia y de todos los deseos carnales. El
ayuno del corazón significa apartarse del amor hacia las cosas mundanas. El
ayuno del rúh (alma) significa abstenerse en este mundo de los placeres de la
otra vida (ájirah). El ayuno de la mente significa evitar los pensamientos de
otro ser, excepto Alláh Ta'álá.
Hadith Número Diez
Abú Hurairah (radialláhu
'anhu) narra que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Quien
coma intencionalmente durante un día cualquiera de Ramadán, sin una excusa
válida o por enfermedad (aceptada por la shari'ah), no lo podrá recuperar
aunque ayune por el resto de su vida".
Comentario
La opinión de algunos
sabios es que si alguien no cumple con algún día de su ayuno de Ramadán sin que
haya una excusa válida, esta persona nunca podrá compensar esta pérdida
(cumplir la obligación qadá). Aún si ayuna por el resto de su vida, esta
persona no podrá compensar el día que perdió. 'Al¡ (radialláhu `anhu) y otros tenían
la misma opinión. Sin embargo, la gran mayoría de los sabios sostiene que si
alguien no ayuna por un día de Ramadán, entonces deberá ayunar un día para
compensarlo. Por otra parte, cuando alguien ha comenzado a ayunar en Ramadán y
rompe su ayuno un día sin ninguna excusa válida, deberá, de acuerdo con la
shari'ah, ayunar durante dos meses seguidos sin interrupción. En cualquier
caso, las verdaderas virtudes y bendiciones de Ramadán nunca podrán ser
igualadas. Este es el significado del hadith, si se ha perdido un día de ayuno
en Ramadán (sin una excusa válida), nunca podrán recobrarse las bendiciones de
él.
Esto es para quienes hacen
el ayuno gadá. ¿Cuán desafortunados y perdidos son aquellos que niegan el ayuno
y no lo practican en lo más mínimo? El ayuno es uno de los pilares
fundamentales del Islám. Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) ha nombrado
cinco principios del Islám. El primero y más importante es la Fe en la Unicidad
de Alláh Ta'álá y que Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa sallam) es Su Mensajero y
luego la Oración, el Ayuno, el Zakáh y la Peregrinación (Hayy).
Cuántos musulmanes podemos
encontrar que ni siquiera practican uno de estos pilares. En los censos y
estadísticas ellos son contabilizados como musulmanes, pero frente a los ojos de
Alláh Ta'álá no son considerados como tales. Ibn 'Abbás (radialláhu 'anhuma)
relata en un hadith que: "El Islám está basado en tres principios
shahádah, saláh y saum (ayuno). Cualquiera que no cumple con alguno de ellos es
un incrédulo y se le puede aplicar la pena capital."
Respecto a la última parte
de este hadith, los 'ulamá (sabios) han dicho que sólo se transforman en
incrédulos cuando, junto con no practicarlos, le niegan su importancia o el que
sean pilares del Islám. No importa la interpretación que se le dé, pues
Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) se refirió a esta gente con la mayor
firmeza. Por ello, quienes fallen en cumplir con las obligaciones de nuestra
religión deberían temer la ira de Alláh. Nadie escapará de la muerte, los placeres
y comodidades de esta vida son por un período muy breve.
Sólo obedeciendo las
órdenes de Alláh Subhánahu wa Ta'álá, podremos salvarnos. Hay muchos ignorantes
que no ayunan nada. ¿Cuál será la posición de aquellos que no sólo rechazan el
ayuno, sino que, además se mofan y burlan de la llegada del mes de Ramadán?
Esto es peligroso, pues lleva a acercarse al kufr. Se les puede oír que dicen:
"El ayuno es para quienes no tienen comida en sus casas, no para mí"
ó "¿Qué gana Alláh Ta'álá con hacernos sufrir de hambre?". Tales
palabras no deberían siquiera ser pronunciadas, se debe recordar que, mofarse o
bromear acerca de cualquiera de los asuntos de nuestro Din, es kufr
(deslealtad).
Una persona podría no hacer
un solo saláh en su vida o fallar en cumplir cualquiera de las obligaciones de
nuestro Din, sin embargo, mientras no niegue su obligatoriedad y su
importancia, ésta no será considerada como un kufr, aunque será castigada por
incumplimiento. Pero, mofarse y burlarse de cualquiera de los aspectos de nuestra
religión, es kufr, e invalida todas las buenas acciones. Dado lo delicado de
este asunto, no debiera pronunciarse ninguno de estos dichos irresponsables
acerca del ayuno.
Pienso que diez ahádith son
suficientes para este primer capítulo. Uno es suficiente para los que son
obedientes y, en el caso de los que son desobedientes, no importa cuántos se
escriban nunca será bastante. ¡Quiera Alláh concedernos a todos los musulmanes
el taufiq (habilidad) de cumplir con los ‘amál! (acciones virtuosas). Ámin.
LAILATUL QADR
(La Noche del
Decreto)
Entre las noches de Ramadán
se encuentra una llamada "Lailatul Qadr", la cual es destacada por
sus grandes bendiciones. El Corán Al Karim la describe como una noche que posee
más bendiciones y virtudes espirituales que mil meses.
Afortunados son aquellos
que obtienen la bendición completa de esta noche gastándola en adorar a Alláh
Ta'álá, pues habrán obtenido la recompensa de ochenta y tres años y cuatro
meses de adoración. Y aún más, significa que su virtud es mayor que mil meses.
Realmente, es un gran favor de Alláh que no tiene límites para aquellos que
saben apreciarlo.
El origen
Acerca de esta noche, en un
hadith narrado por unas (radialláhu 'anhu) en Ad-Durrul Manthúr, Rasúlulláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Lailatul Qadr fue concedida a mi
Ummah y a ninguna otra Ummah anterior". Respecto a las razones para haber
recibido el regalo de Lailatul Qadr, se mencionan varias, una de ellas es que
Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) solía mirar la gran longevidad de
hombres en la antigüedad, y se afligía al pensar en la corta vida de los
miembros de su Ummah, ya que debido a esto sería imposible competir con los
primeros en la cantidad de buenas obras. Para compensarlos por la duración
menor de sus vidas, Alláh Ta'álá por Su Infinita Misericordia les concedió esta
noche de tantas bendiciones. Esto quiere decir que si algún afortunado de entre
los miembros de la Ummah de Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) se
encuentra con esta noche, adorando a su Creador, en diez oportunidades de su
vida, será su recompensa equivalente a ochocientos treinta años y más de
'ibádah. También se ha reportado que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam)
en cierta ocasión narró a sus sahábah acerca de un hombre de Bani Isráil que
estuvo en el yihád durante mil meses. Al oír esto, los sahábah sintieron
envidia de este hombre ya que nunca podrían obtener un recompensa como la de
él, por ello Alláh Ta'álá les regaló Lailatul Qadr como recompensa.
Otra narración dice que
Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) mencionó en cierta oportunidad los
nombres de cuatro personas de Bani Isráil quienes dedicaron ochenta años de su
vida a servir a Alláh Ta'álá sinceramente, adorándolo, y no pecando en lo más
mínimo, ellos fueron el Profeta Aiyúb ('aleihis salám), Zakariyyá ('aleihis
salám), Hizqil ('aleihis salám) y Yúsha' ('aleihis salám). Los sahábah
(radialláhu 'anhum) escucharon esto con asombro, entonces Yibril ('aleihis
salám) apareció y trajo la surah donde se mencionan las bendiciones de esta
noche.
Además de estas
narraciones, hay otras que explican el origen de la Noche del Decreto. La
razones de estas diferencias, es que cuando un versículo es revelado, después
de un período en que ocurren distintos incidentes, éste puede ser relacionado a
cada uno de ellos. No obstante, realmente el hecho más importante es que Alláh
Ta'álá nos ha concedido esta noche como un gran favor y nosotros sólo podemos
cumplir con nuestros 'amál gracias al taufiq de Alláh
“AQUELLA GENTE CUYO DESTINO
ESTÁ VACÍO Y MAL,
QUE PUEDE OBTENER DE UN
GUÍA EXPERTO,
PUES UN GUÍA EXPERTO COMO
JIDR
TRAJO A ALEJANDRO DE
REGRESO
DESDE LA FUENTE DE LA VIDA
CON LAS MANOS VACÍAS”
¡Qué afortunados son
aquellos que nunca han perdido una de estas noches en adorarlo! ¡Cuán dignos de
sana envidia son aquellos masháij que no han perdido la 'ibádah de ninguna
Lailatul Qadr desde que ellos tuvieron edad!.
Ahora, acerca de ¿Cuál
sería esta noche? existen más de cincuenta opiniones que han sido mencionadas,
y no podremos enumerarlas todas, así que veremos las más aceptadas en las
páginas siguientes.
Diferentes virtudes y
muchas narraciones se mencionan en los libros de hadith respecto de esta noche.
Algunos de los cuales serán mencionados más adelante. Pero, debido a que las
virtudes de esta noche han sido mencionadas en el Corán, es importante que se
escriba un breve comentario acerca de la surah de Lailatul Qadr:
"En el
Nombre de Álláh, el Clemente, el Misericordioso.
Es cierto que
lo hicimos descender en la noche del Qadr"
(Surah Al Qadr [97], áyah
1)
Aquí se hace referencia al
hecho de que durante esta noche tan especial, el Corán fue hecho descender
desde "Al Lauhul Mahfúdh" (la Tabla Protegida) hacia el cielo (que
esta sobre la tierra). Por el sólo hecho de que el Corán haya descendido en
esta noche, es razón suficiente que explica su excelencia, sin necesidad de
mencionar otras bendiciones y virtudes que trae consigo. En el versículo
siguiente, para dirigir y elevar nuestro interés acerca del tema se pregunta:
¿Y cómo hacerte
saber qué es la noche del Decreto?
(Surah Al Qadr [97], áyah
2)
En otras palabras, el
asunto acerca del cual se plantea la pregunta aquí es: ¿Sabes acaso algo acerca
de la gran importancia de esta noche? ¿Sabes algo acerca de los grandes favores
y bendiciones que se encuentran en ella? Luego, el versículo siguiente procede
a enumerar algunas de sus grandes virtudes:
“La noche del
Decreto es mejor que mil meses”
(Surah Al Qadr [97], áyah
3)
El verdadero significado
aquí, es que la recompensa por dedicar esta noche a las 'ibádát es más y mejor
que haber cumplido con mil meses de ‘ibádah, es de hecho mucho más pero, cuánta
mas recompensa hay, eso es algo que no se nos ha dicho aquí.
“En ella
descienden los ángeles y el espíritu...”
(Surah Al Qadr [97], áyah
4)
Una explicación de este
versículo ha sido entregada por el Imám Rázi (rahmatulláhi 'aleihi) diciendo
que cuando el hombre apareció por primera vez sobre la tierra, Alláh Ta'álá lo
creó como su Jalifah (representante) en ella, los maláikah le miraron con
cierto desprecio. Cuando Alláh Ta'álá les informó acerca de Su intención de
poner al hombre en la tierra, ellos le preguntaron ¿Acaso vas a poner en ella a
quien sembrará el mal y derramará la sangre?
Del mismo modo, cuando sus
padres notaron su forma original como una simple gota de esperma, lo vieron
como algo despreciable, tanto que le consideraron como algo que ensucia la ropa
y debiera de ser lavado. Pero cuando Alláh Ta'álá hizo de esa misma gota
despreciable de esperma una hermosa forma humana, empezaron a amarle y
cuidarle. Ahora vemos como han avanzado las cosas hasta que en esta noche del
Qadr, vemos a este mismo hombre adorando a Alláh Ta'álá y a los mismos ángeles
que antes le veían con desprecio, descendiendo hasta él, obviamente arrepentidos
de haber pensado mal de él.
En este versículo se
menciona al espíritu, quien es claramente Yibril ('aleihis sallam). Los
comentaristas del Corán han dado varias explicaciones para esta palabra. Veamos
algunas de ellas:
a. La mayoría de los comentaristas
están de acuerdo en que se trata de Yibril ('aleihis salám) y, de acuerdo con
Imám Rázi (rahmatulláhi `aleihi) esta es la explicación más correcta. Alláh Tá
álá primero nombra a los ángeles (maláikah) y debido al estatus que Yibril
('aleihis salám) posee entre ellos, se le menciona especialmente.
b. Algunos comentaristas
sostienen la opinión de que "Espíritu" significa aquí un ángel de
tamaño tan extraordinario que frente a él, los cielos y la tierra aparecen como
casi nada.
c. Otro grupo de comentaristas
opina que "Espíritu" se refiere aquí a un grupo de maláikah que sólo
aparecen durante esta noche y sólo pueden ser vistos por otros maláikah.
d. Algunos comentaristas
creen también que "Espíritu" se refiere aquí a una criatura especial
de Alláh Ta'álá, que aunque comparte la comida y la bebida, no es ni hombre ni
ángel.
e. También algunos opinan
que "Espíritu" se refiere aquí a 'Isá ('aleihis sallam) quien durante
esta noche desciende junto con los ángeles para observar las buenas obras de esta
Ummah.
f. La última opinión que
quisiéramos mencionar aquí, es que "Espíritu" se refiere aquí a una
Misericordia especial de Alláh Ta'álá que viene siguiendo a los ángeles que
descienden.
Además de estas, hay otras
opiniones más, pero volvemos a repetir que la primera opinión es la más
aceptada.
Respecto a esto, el Imám
Baihaqi (rahmatulláhi 'aleihi) narra un hadith de .finas (radialláhu 'anhu)
donde Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) ha dicho: "En Lailatul
Qadr, Yibril ('aleihis salám) desciende con un grupo de ángeles y hace du’á
implorando misericordia por todos aquellos que se encuentren ocupados en
‘ibádah".
El mismo versículo dice
después:
"...con
las órdenes de tu Señor para cada asunto"
(Surah Al Qadr [97], áyah
4)
El autor de "Madháhire
Haq" escribe que en esta noche fueron creados los maláikah; también en
esta noche comenzó la creación de Ádam ('aleihis salám) pues se había reunido
la materia con la cual fue creado; durante esta noche fueron plantados los
árboles en el Yannah y un gran número de ahádith afirman que los du'á son
aceptados. También leemos en el libro Ad-Durrul Manthúr, que de acuerdo con lo
que se ha relatado en un hadith, fue en esta noche que 'isá ('aleihis salám)
fue elevado corporalmente hacia los cielos y fue también cuando el
arrepentimiento de Bani Isráil fue aceptado.
“Paz”
(Surah Al Qadr [97], áyah
5)
Esta es la encarnación de
la paz. A lo largo de las horas, los maláikah recitan "salám" sobre
aquellos siervos piadosos que adoran a su Señor. Un grupo desciende mientras
otro asciende como ha sido explicado en los ahádith. Otra interpretación es que
esta es una noche completamente segura del mal.
"Ella dura
hasta el despuntar del alba"
(Surah Al Qadr [97], áyah
5)
Estas bendiciones
permanecen durante toda la noche hasta el amanecer sin que se encuentren
limitadas a alguna hora específica. Habiendo notado algunas de las virtudes de
esta noche en la explicación de las palabras de Alláh Ta’álá, no hay necesidad
de citar ningún hadith. Sin embargo, dado que numerosas virtudes han sido
relatadas en los ahádith, mencionaremos algunos a continuación.
Hadith Número uno
Abú Hurairah (radialláhu
'anhu) narra que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo:
"Quienquiera que se levante durante la Noche del Qadr para orar y adorar a
Alláh Ta'álá, con una Fe sincera y con la sincera esperanza de recibir la
recompensa de Alláh Ta'álá, sus pecados anteriores le serán perdonados."
Comentario
En este hadith, levantarse
se refiere al saláh y a cualquier otra forma de 'ibádah, como por ejemplo el
dhikr, tiláwah (recitación del Corán) etc. La frase: "con sincera
esperanza de recibir la recompensa", significa que se debe estar ocupado
en 'ibádah solamente con la intención de complacer a Alláh Ta'álá y de recibir
Su Recompensa. No se debe hacer nada para ser visto por los demás o para
impresionarlos. De acuerdo a Al Jat-tábi (rahmatulláhi 'aleihi) significa que
debemos tener una fe completa en la promesa de que toda buena obra será
recompensada y así estar en frente de Alláh Ta'álá con empeño y entusiasmo. No
debiéramos de pensar sobre esta 'ibádah como si se tratase de una carga, ni
tampoco dejar que exista la más mínima duda acerca de la recompensa que se ha
puesto detrás de ella. Después de todo, es un hecho bien conocido, el que
cuando se piensa en una meta importante y se tiene el deseo de obtener su
recompensa, teniendo al mismo tiempo la certeza de conseguirla, toda la carga y
la dificultad necesaria para lograr esta meta se vuelve más fácil de llevar.
Del mismo modo entonces, la carga de levantarse a rezar se hace más fácil. Por
esta razón, es que a aquellos quienes poseen una elevada posición espiritual
frente a los ojos de Alláh Ta'álá, les resulta fácil estar constantemente en
'ibádah.
Debe notarse que el hadith
nos dice que nuestros pecados anteriores serán perdonados. Los 'ulamá han dicho
que el perdón mencionado aquí, y en otros ahádith, se refiere sólo al caso de
los pecados menores. Los pecados mayores sólo son perdonados de acuerdo a lo
establecido en el Corán y cuando hay un arrepentimiento sincero, con la promesa
de no volver a cometerlos nunca más. Sobre estas bases hay consenso entre los
'ulamá acerca de que los pecados mayores sólo son perdonados cuando hay taubah.
Por ello, cada vez que en los ahádith se menciona el perdón de los pecados,
éste se restringe a los pecados menores.
Mi padre, que ya murió,
(Que Alláh Ta'álá le bendiga y le conceda luz en su lugar de descanso), solía
decir que la palabra "menor" había sido omitida en los ahádith por
dos razones:
Primero, él dijo: "Un
verdadero musulmán es aquel en quien no queda ninguno de sus pecados mayores,
pues cada vez que comete un pecado mayor, él no descansará, o tendrá paz, hasta
que no se arrepienta frente a Alláh Ta'álá, implorando Su perdón y prometiendo
no volver a cometer lo mismo en el futuro".
Segundo, mi padre
(rahmatulláhi 'aleihi) solía decir: "Cuando días y noches tan benditas
vienen, y un verdadero musulmán se para en frente de Alláh Tá álá en oración e
'ibádah, esperando lograr la recompensa, es obvio que este verdadero musulmán
en su conciencia sentirá un gran pesar por sus pecados previos".
Este pesar y la resolución
firme de no volver a lo mismo, son los requerimientos más importantes del
taubah (arrepentimiento). Esto significa que durante estos días y noches, el
arrepentimiento por los pecados mayores es automático (dejando sólo los pecados
menores para ser perdonados). De todos modos, es mejor que cuando una noche
como Lailatul Qadr llega, quien ha cometido pecados mayores, debe antes que
nada, arrepentirse con el corazón lleno del anhelo de perdón, de tal modo que
Alláh Ta’álá en Su Infinita Misericordia le perdone por todos sus pecados. Y
cuando lo hagas recuérdame en tus du’á.
Hadith Número Dos
Anas (radialláhu 'anhu)
narra que: "En cierta ocasión, al comienzo de Ramadán, el Mensajero de
Alláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Un mes ha llegado a ustedes,
en él hay una noche mejor que mil meses. Quien esté privado de sus bendiciones
estará privado de todo bien, y ninguno está privado de su bien, excepto, quien
esté totalmente perdido."
Comentario
Quién podría tener alguna
duda acerca de la desgracia de una persona que se priva a sí misma de los
grandes beneficios de Lailatul Qadr (de hecho, aquí pueden haber muchos de
nosotros). Hay personas que debido a su trabajo, permanecen durante todo el año
despierto en las noches, ¿Qué dificultad habría para estas personas en
permanecer despierto durante las noches de este mes, para dedicarse a la
adoración de Alláh Tá álá y ganar la recompensa de ochenta años de 'ibádah?
Para ellos, esta tarea no
debe ser tan difícil, pero debido a su escaso interés, no sienten la necesidad
en el corazón, si la tuvieran, no sólo serían capaces de levantarse una noche,
sino que muchas y les sería muy fácil hacerlo.
"TODO ES IGUALMENTE
BUENO EN EL AMOR,
SEA JUSTO O NO,
EN TODO HAY PLACER
SI HAYPLACER PARA EL
CORAZÓN"
Esta necesidad y deseo
debemos de crearlo, después de todo, existió una buena razón para que
Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) realizara prolongadas oraciones hasta
que sus pies se hincharan, incluso, a pesar de las buenas noticias y promesas
que Alláh Tá álá le había dado. Nosotros decimos que somos sus seguidores.
Aquellos que realmente
valoraron estas oportunidades de `ibádah, hicieron lo que fue necesario para
dar un ejemplo a esta Ummah. No dejaron ningún lugar para las críticas o
vacilaciones diciendo: ¿Quién podría hacerlo mejor? ó ¿Quién podría tener la
capacidad de seguir estos ejemplos? Esta es una cuestión de convencer al corazón,
para aquellos que desean hacer algo, hasta las más difíciles cuestiones no
presentan ningún problema. Esto sólo se puede dar permaneciendo junto a un
verdadero Sheij.
"SI UN CORAZÓN
SUFRIENTE DESEA,
SIRVE A LOS POBRES,
ESTA JOYA NO SE ENCUENTRA
EN LOS TESOROS
REALES."
Veamos los ejemplos de
algunos ilustres hijos del Islam. Uno de ellos fue 'Umar (radialláhu 'anhu),
quien después de hacer su oración de 'ishá, solía volver a su casa y quedarse
en oración durante la noche hasta que oía el adhán del fayr. También tenemos el
ejemplo del piadoso jalifah 'Uthmán (radialláhu 'anhu) quien, después de haber
ayunado durante todo el día, solía quedarse toda la noche rezando en saláh,
además de dormir un poco durante el primer tercio de la noche. Se sabe que él
recitaba el Corán completo durante la noche en el primer raka'ah. En el
"Ihyá `Ulúmud-Din" del imám Gazáli (rahmatulláhi 'aleihi), Abú Tálib
Makki menciona a cuatro hombres de entre los tábi'i (personas que vieron a los
sahábah (radialláhu 'anhum), en estado de imán y que murieron en estado de
Imán), quienes solían hacer el saláh del fayr con el mismo wudú con que habían
rezado el ‘ishá. Esto ha sido relatado por muchos narradores auténticos.
Shaddád (radialláhu 'anhu)
fue uno de los sahábah que solía permanecer despierto durante toda la noche,
yendo de un lado a otro hasta que llegaba la oración del fayr. Él decía
"¡Oh Alláh! El temor del fuego de Yahannam se ha llevado el sueño de mis
ojos." Aswad Bin Yazid (radialláhu `anhu) luego de dormir un poco entre el
magrib y el 'ishá, solía permanecer en ‘ibádah durante toda la noche en
Ramadán. Ahora, veamos a un hombre como Sa'id Ibn Musáiyab (radialláhu 'anhu)
de quien se decía que rezó la oración del fayr y del 'ishá con el mismo wudú
por cincuenta años. También Silah Bin Ashiam (radialláhu 'anhu) quien después
de haber estado rezando durante toda la noche a Alláh Tá álá, decía, cuando
llegaba el amanecer: "¡Oh Alláh! Yo no soy digno de pedir de Ti el Yannah,
pero todo lo que imploro de Ti es que me salves de Yahannam."
Qatádah (radialláhu 'anhu)
era un hombre que terminaba la recitación completa del Corán cada tres noches
durante las primeras noches de Ramadán, pero en las últimas diez él lo rezaba
completo cada noche. Se dice sobre el Imám Abú Hanifah (rahmatulláhi 'aleihi),
siendo un hecho bien conocido, que él rezó la oración del 'ishá y del fayr con
el mismo wudú durante cuarenta años. Cuando le preguntaron de donde obtenía la
fuerza para hacerlo, él respondió: "Es la respuesta a un du'á que hice a
Alláh Ta'álá por medio de la bendición de Sus especiales Nombres." Él sólo
dormía un poco en las tardes, acerca de lo cual dijo: "En los ahádith se
nos ha aconsejado hacer esto." En otras palabras, aún en la siesta de la
tarde, solía seguir la sunnah. Este mismo Imám, mientras recitaba el Corán
lloraba tanto, que hasta sus vecinos sentían compasión de él. Una vez lloró
durante toda la noche recitando una y otra vez el siguiente versículo del
Corán.
"Pero la
Hora será su cita y ella será aún más terrible y más amarga"
(surah 54, La Luna: áyah
46)
Ibráhim Ibn Ad-ham
(rahmatulláhi 'aleihi) llegaba al punto de no dormir en Ramadán ni de día ni de
noche. El Imám Sháfi’i (rahmatulláhi ‘aleihi) solía recitar el Corán hasta
sesenta veces durante la oración en los días y noches de Ramadán.
Además de los ejemplos que
hemos mencionado aquí, ha habido innumerables almas piadosas que solían
comportarse cuidadosamente respecto de los mandatos contenidos en el siguiente
versículo:
"Y no he
creado a los genios y los hombres sino para que me adoren"
(Surah Adh-Dháriyát [51],
áyah 56)
Nada es difícil para
aquellos que tienen la voluntad de practicar. Estos son los ejemplos de quienes
nos han precedido, pero hoy en día hay muchos que sienten la misma devoción,
sirven a Alláh Ta'álá y de acuerdo a sus propios tiempos, hacen de la noche día
adorándolo. Aún en estos tiempos de maldad y corrupción, hay quienes siguen el
ejemplo de Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam), la comodidad no los
previene de ser diligentes en su devoción, ni tampoco los asuntos de la vida
mundana.
El Mensajero de Alláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: Alláh Subhánahu wa Ta`álá dijo:
""¡Oh hijo de Ádam! Libera tu tiempo para Mi servicio y Te
enriqueceré con independencia, Te liberaré de las necesidades y Apartaré la
pobreza de ti. De otro modo Te llenaré de obligaciones y deberes y tu pobreza y
necesidades no desaparecerán". Ciertamente hoy en día vemos la veracidad
de esto diariamente.
Hadith Número Tres
Anas (radialláhu 'anhu)
narra que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "En la noche del
Qadr, Yibril ('aleihis salám) desciende a la tierra con un grupo de ángeles
implorando bendiciones sobre todos los siervos de Alláh que se encuentran
ofreciendo actos de adoración a Alláh. Luego, en el día del 'id, Alláh se
enorgullece de ellos frente a sus ángeles, diciendo: ""¡Oh ángeles!
¿Cuál es la recompensa para el sirviente que ha cumplido bien con su
trabajo?", ellos responderán "¡Oh Señor Nuestro! Su recompensa debe
ser completa",entonces Alláh responderá: ;Oh ángeles míos! Mis siervos y
siervas han cumplido con su obligación, luego se han dirigido al lugar de
oración y han elevando sus voces en oración hacia Mí. Juro por Mi Honor, por Mi
Gracia y por Mi Grandeza, que responderé sus súplicas". Entonces dirá
Alláh: (dirigiéndose hacia las personas) ¡Regresen! He perdonado vuestros
pecados y transformado sus faltas en buenas obras". Rasúlulláh (sallalláhu
‘aleihi wa sallam) dijo: "Aquellos que regresan del lugar de oración han
sido perdonados".
Comentario
La venida de Yibril
(‘aleihis salám) con los ángeles ha sido narrada en el Corán y también en otros
ahádith. En el último hadith de este libro, una mención detallada se hace sobre
Yibril ('aleihis salám), quien ordena a los ángeles que se dirijan a los
hogares de las personas que están adorando en dhikr u otra 'ibádah para que
estrechen sus manos. Ha sido narrado en el libro "Gáliatul Mawáidh"
de Al Guniah, del Sheij Abdul Qádir Yiláni (rahmatulláhi ‘aleihi) que se narra
en un hadith de Ibn 'Abbás (radialláhu `anhuma) que los ángeles se dispersan
por orden de Yibril ('aleihis salám) para ir a cada casa, grande o pequeña, en
la selva o en un barco, en donde haya un creyente adorando a Alláh Ta'álá y
estrechar sus manos. Sin embargo, no entrarán en algunas casas, por ejemplo
donde haya perros o cerdos, donde alguien se encuentre en estado de yanábah
(impureza ritual mayor) por causa del adulterio o fornicación o en las casas
donde se encuentren imágenes de personas o animales.
¿Qué lamentable es que en
las casas de muchos musulmanes, los ángeles no puedan entrar, porque hay en
ellas imágenes de personas o animales, aunque sólo estén ahí por adorno? Sólo
por causa de una sola imagen que haya sido puesta por alguien en la casa, esta
será un medio por el cual, no sólo quien la puso, sino que cada persona del
hogar, estará privada de los ángeles de la misericordia.
Hadith Número Cuatro
'Áishah (radialláhu 'anha)
narró que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Busquen
Lailatul Qadr entre las últimas diez noches impares de Ramadán."
Comentario
Llegamos al punto ¿Cuándo
es Lailatul Qadr? El hadith que leímos nos ordena buscarla entre las últimas
diez noches de Ramadán. De acuerdo con la gran mayoría de los sabios, las
últimas diez noches comienzan en la noche del veintiuno. Entonces, si resulta
que Ramadán tendrá veintinueve o treinta días, se debe buscar Lailatul Qadr en
la noche del veintiuno, veintitrés, veinticinco, veintisiete o veintinueve. Si
la duración de Ramadán es de veintinueve días, entonces igual serán
consideradas como las últimas diez (Al 'Asharah Al Ajirah).
Ibn Hazm (rahmatulláhi
'aleihi) tiene una opinión diferente, dice que la palabra 'asharah en este
hadith se refiere a diez, por lo tanto, el cálculo anterior sólo será correcto
si es que el mes de Ramadán consta de treinta días, en caso de que sea de
veintinueve días, entonces comenzarán las últimas diez noches en la noche del
día veinte. De acuerdo a este cálculo, las noches impares serían veinte,
veintidós, veinticuatro, veintiséis y veintiocho.
(Con el debido respeto que
se debe a un gran sabio como Ibn Hazm (rahmatulláhi 'aleihi)), la mayoría de
los sabios no están de acuerdo con él, la razón es que la sunnah del i'tikáf
corresponde a los diez últimos días de Ramadán) Todos los 'ulamá están
unánimemente de acuerdo que Rasúlulláh (sallalláhu `aleihi wa sallam) se
retiraba a i'tikáf en la mezquita en la noche del veintiuno de Ramadán.
Consejo
Aunque existe gran
posibilidad de que Lailatul Qadr se encuentre en una de las noches impares de
los diez últimos días a partir del veintiuno, también existe la posibilidad de
que ocurra en una de las diez últimas noches. El mejor consejo que podemos dar,
es que uno debiera de dedicar la `ibádah, cada noche desde el veinte en adelante,
de manera que uno podrá estar seguro de que ha obtenido las bendiciones de
Lailatul Qadr. Diez u once noches no son tan difíciles de pasar en vela si uno
considera la gran recompensa que se encuentra en ellas.
"SI A TRAVÉS DEL
LLANTO
EL AMADO PUEDE SER
RECORDADO,
ENTONCES CIEN AÑOS DEBEN
PASARSE LLORANDO
CON LA ESPERANZA DE
RECORDAR ESTO"
Hadith Número Cinco
'Ubádah Ibn Sámit
(radialláhu 'anhu) dijo: "En cierta ocasión, Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) vino para informarnos sobre la fecha exacta de Lailatul
Qadr, en ese momento se produjo una discusión entre dos musulmanes, entonces él
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Vine para informaron acerca de la
noche del Qadr, pero debido a la discusión de dos personas, se ha perdido la
fecha exacta. Quizás esto sea mejor para ustedes, así pues, buscadla en la
novena, séptima y quinta noche".
Comentario
Tres puntos importantes son
relatados en este hadith. Primero, se menciona una discusión que dio como
resultado que el conocimiento de Lailatul Qadr fuera negado para nosotros. Las
discusiones siempre causan la pérdida de bendiciones. Es un mal tan grande, que
por su causa se perdió para siempre la fecha exacta de Lailatul Qadr y, no sólo
esto, sino que además, es una forma de privarse uno mismo de las bendiciones.
Una vez Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) preguntó a sus compañeros:
"¿Queréis acaso que os informe acerca de una acción que es mejor que la
oración, el ayuno y la caridad?" Los compañeros respondieron: "Ciertamente
queremos". Rasúlulláh (sallalláhu ‘aleihi wa sallam) dijo:
"Mantener buenas y pacíficas relaciones entre ustedes es lo más virtuoso,
pues ciertamente, las discusiones entre ustedes eliminan la fe".
Esto quiere decir que tal
como la navaja rasura el pelo de la cabeza, así mismo las discusiones entre
nosotros arrancan la fe. De hecho, esta es una enfermedad entre nosotros. Aún
aquellos entre nosotros que parecen ser excepcionalmente religiosos y ocupados
en dhikr (el recuerdo de Alláh), son víctimas de las discusiones y disputas.
Lo primero que debemos
hacer es poner atención y meditar sobre las palabras de Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) y luego revisar nuestro comportamiento en el que el orgullo
nos aparta de la reconciliación. En el primer capítulo de este libro (donde
hablamos acerca de las etiquetas del ayuno) leímos que Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) dijo: "Insultar a un musulmán es la más despreciable
y baja de las acciones". A menudo, llegamos a tal extremo que, al
discutir con otro musulmán, no nos preocupamos de que se trate de un hermano
musulmán, o de evitar los insultos. En tales casos no se consideran en nada las
órdenes de Alláh Ta'álá y Su Mensajero (sallalláhu ‘aleihi wa sallam).
Dice el Corán: “Y
obedeced a Alláh y a Su Mensajero y no disputéis entre vosotros, porque si lo
hiciérais, os acobardaríais y perderíais vuestro ímpetu”. (Surah Al Anfál
[8], áyah 46)
Ahora corresponde a
aquellos que siempre quieren destruir el honor y la dignidad de los demás, que
se detengan a pensar en cuanto daño se han hecho a sí mismos. Deberían pensar
¿Cuántas veces han cometido estos actos deleznables, rebajándose a sí mismos
frente a los ojos de Alláh Ta'álá y de quienes les rodean? La persona que rompe
relaciones con sus hermanos por más de tres días y muere en este estado, irá
directamente al infierno. Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo que
cada lunes y jueves las acciones de los siervos son llevadas hacia Alláh
Ta'álá, entonces por Su infinita misericordia (por sus buenas obras) se les
concede el perdón, excepto a los idólatras. Sin embargo, respecto de dos
personas entre las que hay una disputa y han roto sus relaciones se dirá:
"Dejen sus acciones a un lado hasta que se reconcilien."
Otro hadith afirma que
cuando las acciones son presentadas ante Alláh Ta'álá, cada lunes y jueves, así
el arrepentimiento es aceptado y el perdón es concedido a quienes lo piden. Sin
embargo, aquellos que tienen una disputa, se quedarán como estaban.
Y aún otro hadith nos
enseña que, en Lailatul Bará-ah (la noche del quince de Sha'bán), la
misericordia de Alláh Ta'álá llega a todas las criaturas de Alláh Ta'álá y se
concede el perdón a todos excepto a dos clases de personas, un káfir y uno que
tenía malos pensamientos contra los demás.
En otro hadith leemos:
"Hay tres clases de personas cuya oración no se eleva ni un palmo sobre
sus cabezas", una de ellas es quien discute con los demás.
En los párrafos anteriores
me he desviado del punto que estamos tratando, no porque tuviese la intención
de mencionar estos ahádith acerca de las discusiones, sino que para notar lo
poco que consideramos estos grandes males. Tanto es así, que aquellos a quienes
consideramos rectos y piadosos caen en ellos. A Alláh Ta'álá dirijo mi súplica
y de Él únicamente pedimos refugio, Ámin.
Por otra parte, entender
que esas peleas, el usar palabras hirientes y romper relaciones con los demás,
sólo se puede considerar como un crimen y un mal dentro del Islám. Está
permitido romper relaciones con alguien debido a su mala conducta. Ibn 'Umar
(radialláhu 'anhuma) cuenta que en cierta ocasión él citó un dicho de
Rasúlulláh (sallalláhu `aleihi wa sallam) sobre el cual su hijo dijo algo que
exteriormente parecía objetarlo, por ello Ibn Umar (radialláhu 'anhuma) nunca
más le habló a ese hijo por el resto de su vida. Existen numerosos
acontecimientos de este tipo en la vida de los sahábah (radialláhu 'anhum).
A menudo rompemos
relaciones con la gente alegando que es por una causa del Din. Alláh Ta'álá
Quien lo sabe todo, Lo ve todo y sólo Él conoce la verdad de las cosas, y
solamente Él sabe qué relaciones fueron rotas verdaderamente por la causa de Su
Din, y cuáles por causa de nuestro orgullo, honor y dignidad.
El segundo punto hacia el
cual dirige nuestra atención el hadith que hemos estado revisando, se refiere a
que el hombre debe sentirse satisfecho y aceptar las órdenes de Alláh Ta`álá en
todos los asuntos. Por ejemplo, aunque parece que el haber perdido el
conocimiento acerca de la fecha exacta en que caería Lailatul Qadr es una gran
pérdida de bendición, debemos aceptarlo pues proviene de Alláh Ta'álá.
Rasúlulláh (sallalláhu `aleihi wa sallam) dijo: "Es mejor para nosotros
que sea de este modo", debemos meditar acerca de ello, pues Alláh Ta'álá
es siempre Misericordioso con todos Sus siervos.
Aunque alguien haya sido
alcanzado por una gran calamidad debido a sus malas acciones, necesita
solamente acudir a su Creador, reconocer su debilidad y esta misma calamidad
será causa de un gran bien para él. Nada es imposible para Alláh Ta'álá.
Nuestros 'ulamá han
mencionado varias ventajas de ignorar la fecha exacta de Lailatul Qadr.
Primero, si supiéramos el momento verdadero en que cae la noche del Qadr,
habría muchos que no hubiesen servido a Alláh Ta`álá en todo el año, o en otras
noches, sino que, habrían esperado que llegase esa noche para cumplir con sus
`ibádát. En lugar de ello, uno debe levantarse para realizar `ibádah durante un
número mayor de noches con la esperanza de que alguna de ellas lo sea (lo que
significa haber dedicado más noches para la adoración de Alláh Ta'álá y haber
obtenido más recompensa).
Segundo, entre nosotros hay
quienes no parecieran ser capaces de evitar el mal. Que peligroso sería para
ellos que, a pesar de saber con certeza que tal noche es Lailatul Qadr, aún así,
siguieran cometiendo pecados en ella. Una vez Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) entró a la mezquita y encontró a uno de sus compañeros durmiendo en un
costado. Entonces le dijo a 'Ali (radialláhu 'anhu) "Despiértalo y que
haga wudfz", 'Al¡ (radialláhu 'anhu) lo hizo y después preguntó a
Rasúlulláh (sallalláhu `aleihi wa sallam) "¡Oh Mensajero de Alláh! Tú
siempre eres el primero en dirigirse hacia una buena obra, ¿Por qué no
despertaste tú mismo a este hombre?" Rasúlulláh (sallalláhu `aleihi wa
sallam) respondió: "Temí que este hombre pudiese rehusarse y rehusar mis
órdenes es kufr. Si hubiese rechazado tus órdenes no habría sido kufr".
Del mismo modo Alláh Ta'álá en su Infinita Misericordia no quiso que supiésemos
acerca de la caída exacta de Lailatul Qadr para que no haya alguien que, aún
sabiéndolo, continuase pecando y cometiendo el mal.
Tercero, hay quienes
encuentran posible dedicar una, dos o tres noches de 'ibádah, aún cuando no
exista certeza de si encontraremos en alguna de ellas la noche del Qadr. Ahora
bien, si no sabemos cuál es de hecho Lailatul Qadr, y la dejamos pasar sin
realizar en ella ningún acto de 'ibádah, el resultado sería que al final, no
habríamos dedicado ninguna noche a realizar 'ibádah en todo el mes de Ramadán.
Cuarto, cada noche
utilizada para hacer 'ibádah en busca de Lailatul Qadr será una noche
recompensada.
Quinto, hemos leído que
Alláh Ta`álá habla con orgullo frente a los ángeles acerca de Sus siervos que
se esfuerzan en realizar 'ibádah durante el mes de Ramadán, por lo mismo,
mientras más noches son dedicadas a las 'ibádát, surgen más motivos para
enorgullecerse.
A pesar de ignorar cuando
es la noche del Qadr, y aunque tienen sólo una idea aproximada del momento en
que llegará, aún así, hay personas que se esfuerzan al máximo en adorar a Alláh
Ta'álá noche tras noche. Si pensamos que tal es su entrega y sacrificio sin
saber cuál será la noche exacta, cómo sería entonces si lo supieran.
De seguro hay ventajas en
ello. A menudo Alláh Ta'álá mantiene en secreto ciertas cosas que solo Él
conoce debido a las grandes bendiciones que conllevan. Por ejemplo está
"Al Ismul A'dham" (El Gran Nombre de Alláh Ta'álá, que si Lo
invocamos con Él, Él responderá). O como aquel momento del Yumu`ah cuando la
súplica es respondida y que no es conocido con exactitud. Así también hay
varios ejemplos de este tipo. Es posible que por causa de una discusión se haya
perdido el conocimiento de la fecha precisa de Lailatul Qadr. Sin embargo, por
causa de otros beneficios la noche exacta no haya sido revelada.
El tercer punto hacia el
que dirigiremos nuestra atención, es aquel que dice que Lailatul Qadr debiera
ser vista en la novena, séptima o quinta noche. Leyendo esto junto con otros
ahádith, entendemos que se refiere a las últimas diez de Ramadán. Pero ¿Cuáles
son estas noches? Si comenzamos desde el veinte, entonces estas tres noches son
las del veinticinco, veintisiete y veintinueve. Si por otro lado comenzamos a
contar desde el veintinueve, entonces, estas noches serán las del veintiuno,
veintitrés y veinticinco. Y en al caso de que Ramadán dure treinta días,
entonces serán las noches del veintidós, veinticuatro y veintiséis.
Podemos darnos cuenta de la
gran incertidumbre que hay acerca de la fecha precisa de Lailatul Qadr. Entre los
sabios existen aproximadamente cincuenta opiniones diferentes, por esta razón,
ellos han dicho que Lailatul Qadr no ocurre en la misma noche cada año, si en
un año cayó en determinada fecha, el próximo será en otra la noche del Qadr. A
veces Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) ordenaba a sus compañeros que
buscasen la noche del Qadr entre un determinado número de noches, mientras que
otras veces, solía ubicarla en cierta noche.
Abú Hurairah (radialláhu
'anhu) transmite que una vez durante una conversación con sus compañeros se
mencionó Lailatul Qadr. Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) preguntó:
"¿Qué fecha es hoy?" Ellos le respondieron que era veintidós de
Ramadán, el Profeta (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Busquen Lailatul
Qadr en la noche que sigue a este día". (O sea, en esta noche)"
Abú Dharr (radialláhu
'anhu) narra que en cierta ocasión preguntó a Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) si Lailatul Qadr duraría sólo mientras el Profeta Muhammad (sallalláhu
'aleihi wa sallam) estuviese vivo, o si continuaría después de él. Rasúlulláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) respondió: "Continuará hasta el Día del
Qiyámah", entonces Abú Dhar (radialláhu 'anhu) preguntó: ¿En qué parte de
Ramadán se encuentra? El Profeta (sallalláhu 'aleihi wa sallam) respondió:
"Búscala entre los diez primeros y en los diez últimos días", luego
el Profeta (sallalláhu 'aleihi wa sallam) se tuvo que ocupar de otros asuntos,
entonces esperó hasta que hubiera otra oportunidad y le preguntó: ¿En qué parte
de esas diez está Lailatul Qadr? Entonces Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) se enojó conmigo como nunca antes ni después lo había estado y dijo:
"Si Alláh hubiese querido que fuese conocido ¿No lo habría informado
acaso? Búscala entre las últimas siete noches y no preguntes más".
En otro hadith, Rasúlulláh
(sallalláhu ‘aleihi wa sallam) informó a sus compañeros que Lailatul Qadr era
la noche del veintitrés.
Ibn 'Abbás (radialláhu
'anhuma) narró: "En cierta ocasión mientras dormía, alguien me dijo en el sueño:
"Levántate esta es Lailatul Qadr", así que me levanté y me fui de
prisa donde Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) y lo encontré en oración.
Fue esta la noche del veintitrés". De acuerdo a otras narraciones,
Lailatul Qadr es el veinticuatro, 'Abdullaáh Ibn Mas`úd (radialláhu 'anhu)
dijo: "Cualquiera que dedique todas las noches del año a hacer 'ibádah
encontrará Lailatul Qadr" (En otras palabras, la noche bendita se mueve
durante el año y no solamente se encuentra en Ramadán). Se narra de Ubay Ibn
Ka'b (radialláhu 'anhu), que dijo, Ibn Mas'úd (radialláhu 'anhu) se oponía a
que la gente se contentara con una noche y juró diciendo que era el veintisiete
de Ramadán. Esta es la opinión también de otros sahábah y tábi in. La búsqueda
de Ubayy lbn Ka'b en que, como Ibn Mas`úd, tiene la opinión de que quien hace
ibádah durante todo el año podrá encontrarla. De acuerdo a una narración de
Ad-Durrul Manthúr, se sabe que Ibn Mas`úd (radialláhu 'anhu) narra esto de
Rasúlulláh (sallalláhu `aleihi wa sallam).
Entre los A-immah, la
opinión bien conocida del Imám Abú Hanifah (rahmatulláhi 'aleihi) es que
Lailatul Qadr se mueve a través del año, mientras que otra opinión, es que se
mueve a través de Ramadán. Sus famosos discípulos y seguidores, el Imám
Muhammad (rahmatulláhi 'aleihi) e Imám Abú Yúsuf (rahmatulláhi 'aleihi), tienen
la opinión de que esta noche se encuentra en una fecha desconocida del Bendito
Mes. El Imám Sháfi'i sostiene que ocurre probablemente el veintiuno. El Imám
Ahmad (rahmatulláhi 'aleihi) y el Imám Málik (rahmatulláhi 'aleihi) sostienen
que se encuentra en las últimas diez noches de Ramadán, cambiando de año en
año.
No obstante la gran mayoría
de los 'ulamá tienen la esperanza de que la noche del Qadr llegue el
veintisiete sin cambiar de un año a otro.
Ibn A1 `Arabi (rahmatulláhi
'aleihi) dijo: "En mi opinión, la opinión de que Lailatul Qadr viene en
varias noches del año es la más correcta, pues yo la he visto dos veces durante
el mes de Sha'bán el quince y el diecinueve, y la he visto dos veces entre las
diez noches en medio de Ramadán la del trece y la del dieciocho. Y además la he
visto en las noches impares de los últimos diez días de Ramadán. Por ello,
estoy seguro, que puede caer en cualquiera de las noches del año, pero
especialmente en Ramadán."
Sháh Waliyulláh
(rahmatulláhi 'aleihi) de Delhi creía que Lailatul Qadr ocurría dos veces cada
año:
(a) Una es aquella en la
cual las órdenes de Alláh Ta'álá fueron reveladas (a los ángeles). Esta es
también la noche en que el Sagrado Corán fue hecho descender desde Al Lauhul
Mahfúdh a los cielos. Esta noche no viene en Ramadán solamente sino que se
mueve a través del año. Sin embargo, la noche en que fue revelado el Corán
ocurrió en Ramadán y preferentemente cae en Ramadán.
(b) La segunda Lailatul
Qadr es una de gran valor espiritual, cuando bajan los ángeles en gran número y
los shayátin son alejados y es un momento en que las súplicas y adoraciones son
aceptadas. Esta viene sólo en Ramadán durante las noches impares de los últimos
diez días de este Bendito Mes (Esta opinión es la más aceptada por mi padre,
que falleció (rahmatulláhi 'aleihi).
De cualquier modo, si hay
dos Lailatul Qadr o sólo una, aún así no cambia el hecho de que debe ser
buscada de acuerdo a nuestro valor y capacidad. Si no se puede a través del
año, entonces en Ramadán completo, si esto todavía es difícil, entonces durante
los últimos diez días, y si esto aún es difícil, entonces en las noches impares
de los diez últimos días. Si ya se han desperdiciado estas oportunidades,
entonces no se debe dejar por ningún motivo que la noche del veintisiete se
vaya sin provecho. Si en este caso, por una Bendición de Alláh Ta'álá y por tu
buena fortuna esta es la noche del Qadr, entonces todos los placeres de la vida
mundana en comparación con ella serán insignificantes. Finalmente, aunque uno
falle en encontrar esta noche, al menos toda la recompensa por las `ibádát
serán recibidas.
En todo el año la oración
del magrib y de 'ishá deben realizarse en yamá`ah, pero en Lailatul Qadr la recompensa
por ambas oraciones es mayor. Es una gran bendición de Alláh Ta'álá el que
cuando alguien se esfuerza en los asuntos religiosos y no puede lograr el éxito
en alguno de ellos, aún así es recompensado por el esfuerzo. No obstante, hay
quienes no dejan una sola piedra sin mover en servicio del Din. Por el
contrario, en los asuntos mundanos, cuando no se obtiene lo que se busca,
incluso los esfuerzos se contabilizan como pérdidas, en este último caso hay
numerosas personas que gastan su tiempo y se esfuerzan por obtener cosas
mundanas que son infructuosas y sin valor y no obtienen ni siquiera una ventaja
que les sirva de consuelo.
"¿QUÉ COMPARACIÓN
EXISTE
ENTRE LA LUZ DE UNA LÁMPARA
Y LA LUZ DEL SOL,
Y MIRAR LOS DIFERENTES
CAMINOS
CUAN DISTANTES ESTÁN ENTRE
SÍ?"
Hadith Número Seis
'Ubádah Ibn Sámit
(radialláhu 'anhu) narra que le preguntó a Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) acerca de Lailatul Qadr, él (sallalláhu 'aleihi wa sallam) respondió:
"Es en Ramadán durante los diez últimos días, en las noches impares, puede
ser la del veintiuno, veintitrés, veinticinco, veintisiete y el veintinueve, o
la última noche de Ramadán. Cualquiera que este levantado en 'ibádah durante
esta noche, con una fe sincera y con la genuina esperanza de obtener su
recompensa, todos sus pecados anteriores le serán perdonados. Entre los signos
de esta noche encontramos, que se trata de una noche serena, quieta, luminosa,
ni calurosa ni fría; la luna es clara sin emitir rayos; las estrellas no son
arrojadas (para golpear a los shayátin) hasta el amanecer. Otros signos son que
el sol aparece sin emitir rayos resplandecientes, parecido a la luna llena. En
aquel día Alláh Ta'álá prohibe a los shayátin que se levanten junto con el
sol". (No como otros días en que shaitán aparece al salir los rayos del
sol).
Comentario
Parte de lo que ha sido
mencionado en este hadith ya ha sido tratado. Los signos son claros y no
necesitan más explicaciones. Sin embargo, hay otros signos además de los que ya
se han enumerado y que están en los ahádith y en las experiencias de los que
han tenido la bendición de encontrarla. El signo que más comúnmente se menciona
es el de la salida del sol "sin rayos resplandecientes", los otros
signos no necesariamente se ven siempre. Un sahábi llamado 'Abdah Bin Ab!
Lubábah (radialláhu 'anhu) dijo: "En la tarde del veintisiete yo probé el
agua del mar y estaba dulce" Aiyúb Bin Jálid (rahmatulláhi 'aleihi) dijo:
"Una vez hice gusl con agua del mar y estaba dulce. Esto ocurrió en la
noche del veintitrés". Algunos masháij han escrito que en la tarde de
Lailatul Qadr todas las cosas se prosternan y vuelven a su posición. Estas son
cosas que sólo pueden ver a quiénes Alláh Ta'álá, con Su generosidad les
permite esta posibilidad, y no la gente común.
Hadith Número Siete
'Áishah (radialláhu 'anha)
Dijo: "¡Oh Mensajero de Alláh! Si me encuentro en Lailatul Qadr ¿Qué debo
decir? El Profeta (sallalláhu 'aleihi wa sallam) respondió: "Di: Alláhumma
innaka 'afuwun tuhibbul 'afua fafu ánni” ¡Oh Alláh! Tú eres perdonador y amas
el Perdón, Perdóname.
Comentario
Esta es una oración en la
cual se implora a Alláh Ta’álá en Su Infinita Gracia, que nos perdone por
nuestros pecados. ¿Qué otra cosa podríamos pedir?
“NO EXIJO QUE MIS ORACIONES
SEAN ACEPTADAS,
TODO LO QUE PIDO
ES QUE MIS PECADOS
SEAN TACHADOS
POR LA PLUMA DEL
PERDÓN"
El Imám Sufián Thauri
(rahmatulláhi 'aleihi) decía que dedicar esta noche para hacer du'á es mejor
que cualquier otro acto de 'ibádah. Ibn Rayab (rahmatulláhi `aleihi) decía que
era mejor no dedicarse sólo a hacer du'á, sino que practicar otras formas de
'ibádah como recitar el Corán, saláh, dhikr y otros actos de adoración. Esta
última opinión es considerada correcta y más cercana a lo que Rasúlulláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam) ha dicho, como hemos visto en los ahádith.
I'TIKÁF
(Retiro en la
mezquita)
El significado de i'tikáf
es el de retirarse en la mezquita con la intención expresa de hacerlo. De
acuerdo a la escuela hanafi, hay tres tipos distintos de i'tikáf.
1. I'tikáf Wáyib (obligatorio)
Esta es obligatoria, cuando
la persona le da ella misma este carácter. Por ejemplo, si una persona hace un
voto a Alláh Tá álá para que Él le conceda algún deseo y se compromete a hacer
i'tikáf durante cierto número de días. Desde el momento en que su deseo es
concedido, este i'tikáf se convierte en una obligación para él. Una persona
podría realizar un voto incondicional de realizar i'tikáf wáyib por un cierto
número de días, desde el momento en que pronuncia este voto ese i'tikáf se
vuelve wáyib para él.
2. I'tikáf Sunnah
Esta era una práctica
frecuente de Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) y significa recluirse o
retirarse en la mezquita para los últimos diez días de Ramadán.
3. I'tikáf Nafl
(voluntario)
No hay un tiempo o duración
específicos para hacerla. Una persona puede hacer la intención por cualquier
número de días en cualquier momento del año, incluso por toda la vida. El Imám
Abú Hanifah (rahmatulláhi 'aleihi) afirmaba sin embargo que este i'tikáf debía
durar, al menos, por un día completo.
El Imám Muhammad
(rahmatulláhi 'aleihi) sostenía que no hay un límite máximo o mínimo de tiempo.
La fatwá (veredicto) al respecto señala, que si alguien entra en una mezquita,
que haga la niyah (intención) de hacer i'tikáf por el período que estará en la
mezquita, de esta manera, mientras se encuentre dentro de la mezquita en actos
de 'ibádát, también recibirá la recompensa por haber hecho i'tikáf.
En vista de lo anterior, es
aconsejable que cada uno al entrar en la mezquita para unirse a la
congregación, haga la intención de hacer i'tikáf. En este caso, mientras se
encuentre en saláh, dhikr, escuchando lecciones o el sermón, además recibe
recompensa por i'tikáf. Siempre observé que mi padre, ya fallecido, solía hacer
niyah de i'tikáf al entrar a la mezquita con el pie derecho. Ocasionalmente,
para enseñar a los demás pronunciaba su intención en voz audible.
Objetivo y ventajas de
i'tikáf
La recompensa por i'tikáf
es muy grande. Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) realizaba con frecuencia
i'tikáf. El ejemplo de quien reside en la mezquita en i'tikáf, es como el de
una persona que se dirige hacia algún lugar y permanece allí hasta recibir lo
que buscaba.
"QUE MI ALIENTO LLEGUE
A TUS PIES,
ESTE ES EL ANHELO DE MI
CORAZÓN,
ESTE ES MI DESEO"
"TÚ ERES AQUEL CUYAS
PUERTAS DE MISERICORDIA
SIEMPRE ESTÁN DISPUESTAS A
DAR.
PREGUNTA A MÚSÁ ACERCA DEL
DIN DE ALLÁH,
ÉL FUE POR FUEGO, Y REGRESÓ
CON LA PROFECÍA."
Cuando alguien golpea a
nuestra puerta y rehúsa marcharse hasta que se le entregue lo que pide, estoy
seguro que incluso el de corazón más duro de entre nosotros, accederá a darle
lo que está requiriendo. Cuánto más Misericordioso es Alláh Tá álá, que concede
incluso sin que se le pida.
Si uno se aleja de las
cosas mundanas y va hacia las puertas de Alláh Ta’álá, ¿Qué duda podría tener
de que sus ruegos serán aceptados? Y, cuando Alláh Ta'álá concede su favor a
una persona ¿Podría alguien acaso describir el éxtasis y el enriquecimiento que
producen estos tesoros? ¿Cómo podría alguien siquiera describir lo que no ha
obtenido? ¿Puede un niño describir la adultez?
“LA ROSA QUE LE HE DADO A
MI CORAZÓN,
LA FLOR A LA QUE HE SIDO
SACRIFICADO O PARA GANARLA
(ENCONTRANDO A MI AMADO) O
PARA MORIR. "
'Allámah Ibn Al Qaiyim
(rahmatulláhi 'aleihi), al explicar el significado de i'tikáf, escribe que el
verdadero objetivo de i'tikáf es desviar el corazón de todo, excepto Alláh
Ta'álá y permanecer unido con Él solamente, llegando a formar una conexión
espiritual con el Creador.
Todo lo mundano es apartado
para ganar la atención de Alláh Ta'álá. Todos los pensamientos, deseos, amor y
devoción se concentran sólo en Él. Por ello, se alcanza Su amor, un amor y
amistad que será la única compañía en la soledad de la tumba. Cuando se posee
esto, quién podría imaginar el éxtasis que experimentará en la tumba.
"MI CORAZÓN BUSCA SU
OPORTUNIDAD
DE DÍA Y DE NOCHE,
ME SIENTO CON EL
PENSAMIENTO
DE AMBOS MUNDOS
(PARA CREAR LAS CONDICIONES
DE LA MEDITACIÓN)"
En el "Maráqil
Faláh" (libro de jurisprudencia), el autor escribe que el i'tikáf, cuando
se hace correctamente y con sinceridad, es una de las obras más virtuosas. No
se podrían enumerar las grandes ventajas y beneficios que hay en ello. Lo que
sucede, es que el corazón es alejado de todo excepto de Alláh Ta'álá, mientras
toda nuestra vida es colocada en la entrada de Su puerta.
"EL PESAMIENTO
ESTÁ EN MI CORAZÓN
COMO EN EL UMBRAL
AL QUE DEBO CAER,
ES LA GRACIA DEL PORTERO
DEJARA CUALQUIERA
ESTAR Y PERMANECER
EN LA PUERTA.”
Uno permanece en 'ibádah
incluso durmiendo, haciendo un esfuerzo para aproximarse a Él. Alláh Ta'álá
dice: "...y quien se acerque a Mí un palmo, Me acercaré a él un brazo, y
quien se acerque a Mí un brazo, Me acercaré a él dos brazos; y quien venga a Mí
caminando, Iré a él corriendo".
En i'tikáf, uno va hacia la
casa de Alláh Ta’álá y el Más Honorable de los anfitriones, siempre honrará a
quienes Le visitan. En i'tikáf se está dentro de la fortaleza de Alláh Ta'álá,
donde ningún enemigo le puede atacar. Sobre esta ibádah se narran numerosas otras
virtudes.
Donde realizar I'tikáf
El mejor de los lugares
para i'tikáf en el caso de los hombres, es la mezquita del Haram en Makkah,
luego la mezquita del Profeta Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa sallam),
(Masyidun-Nabawi en Al Madinah) y después Baitul Muqaddas, luego, la mezquita
de nuestra localidad y, finalmente, pero no menos importante, la mezquita de
nuestro barrio. El Imám Abú Hanifah (rahmatulláhi aleihi) dijo que debía de ser
una mezquita donde se realizaran las cinco oraciones diarias, mientras que los
Imám Abú Yúsuf (rahmatulláhi 'aleihi) y el Imám Muhammad (rahmatulláhi 'aleihi)
están de acuerdo en que cualquier mezquita que esté en conformidad con la
shari'ah sirve para hacer i'tikáf, aunque no se realice el saláh con
regularidad en ellas.
Para las mujeres, el
i'tikáf debe realizarse en el hogar. Si no hay una mezquita en la casa,
entonces debe hacerse en una habitación que se preparará para ello. El i'tikáf
es, de hecho, más simple para las mujeres. En la habitación destinada para la
oración, ella se retirará, Las labores domésticas, han de ser realizadas por
las hijas o la servidumbre, mientras que la mujer en i'tikáf recibirá su
recompensa espiritual por ello. Es bastante desafortunado que a pesar de las
facilidades, nuestras mujeres se priven de las bendiciones de i'tikáf.
Hadith Número
Uno
Abú Sa'id Al Judri
(radialláhu 'anhu) narró que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) realizó
i'tikáf durante los primeros diez días de Ramadán. Luego lo hizo por los diez
días siguientes dentro de la mezquita en una tienda turca instalada en su
interior. Luego él (sallalláhu 'aleihi wa sallam) asomó su cabeza por sobre la
tienda y dijo: "He realizado i'tikáf buscando Lailatul Qadr por los
primeros diez días de Ramadán, luego por los diez días del medio, hasta que
alguien vino a mí (un ángel) y me dijo: "Está en los últimos diez
días", así quien haya hecho i'tikáf conmigo que continúe por los últimos
diez. Yo había sido informado acerca de que noche se trataba y luego se me hizo
olvidar. Sus signos son: "Me vi a mí mismo prosternándome frente a Alláh
Ta'álá con mi cabeza en el barro en la mañana después de la noche". Buscad
Lailatul Qadr entre las últimas diez noches impares de Ramadán". Abú Sa'id
dijo: "Esa noche llovió, el techo de la mezquita, hecho con hojas de
palmeras, goteó y vi a Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam), y en su
frente había restos de agua y barro, Esto ocurrió en la mañana del veintiuno
haciendo suyúd en el barro."
Comentario
Solía ser una práctica
habitual de Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) realizar i'tikáf en
Ramadán. A veces se quedaba haciendo i'tikáf todo el mes y durante el último
año de su vida, hizo i'tikáf por veinte días. Por causa de que él (sallalláhu
'aleihi wa sallam) solía hacer i'tikáf en la mezquita los últimos diez días,
los sabios consideran que es una sunnah muakkadah (que Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) nunca dejó de hacerla), realizarla por este período.
De este hadith, se deduce
que el mayor objetivo de i'tikáf es buscar Lailatul Qadr y ¿Qué otra forma de
hacerlo podría ser mejor que en i'tikáf, cuando uno se encuentra en permanente
'ibádah, incluso durmiendo? Aún más, en i'tikáf uno está liberado de las
obligaciones diarias, y dedica todo el tiempo a hacer dhikrulláh y a la meditación.
Para quienes valoran Lailatul Qadr no hay nada mejor que hacer i'tikáf. A lo
largo de Ramadán, Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) se esforzaba y
aumentaba sus 'ibádát. Se puede leer en diferentes narraciones de Bujári y
Muslim que, al llegar los últimos diez días de Ramadán, el Profeta (sallalláhu
`aleihi wa sallam) se esforzaba al máximo. Él mismo permanecía despierto toda
la noche y despertaba a los miembros de su familia. 'Áishah (radialláhu 'anha)
relata que: "Durante Ramadán, Rasúlulláh (sallalláhu `aleihi wa sallam)
amarraba su izár (trozo de tela rectangular que se usa para cubrir la parte
inferior del cuerpo), estaba despierto toda la noche y despertaba a su familia
(para que también hicieran sus ‘ibádát)".
Amarrar sus ropas significa
que él (sallalláhu 'aleihi wa sallam) se esforzaba al máximo en actos de
adoración o puede significar que dejaba de lado todo tipo de contacto sexual,
para dedicarse solamente a sus 'ibádát.
Hadith Número Dos
Ibn 'Abbás (radialláhu
'anhuma) relata que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "La
persona que hace i'tikáf, permanece libre de pecado y está obteniendo la misma
recompensa de quienes hacen obras rectas (aunque no haya realizado tales obras
sino simplemente por haber estado retirado dentro de la mezquita)".
Comentario
Cuando alguien hace i'tikáf
en la mezquita, no le está permitido salir fuera de ella para atender algún
asunto mundano. Sólo podrá hacerlo para hacer sus necesidades, hacer sus
abluciones o para ir a la oración del Yumú’ah, si es que ésta no se hace en la
misma mezquita, después de la cual debe regresar.
Este hadith apunta a dos
grandes beneficios de i'tikáf. Primero, uno está a salvo de los pecados. Es
cierto que muchas veces uno comete pecado sin haberlo querido hacer (el mundo
está, por todas partes, lleno de tentaciones). Cometer un pecado en el bendito
mes de Ramadán es, de hecho, una gran injusticia en contra de nosotros mismos
y, el i'tikáf, es un medio para protegernos, pues al permanecer recluidos en la
mezquita, aunque podría parecer que nos econtramos en desventaja por no poder
realizar buenas obras como seguir a un cortejo fúnebre o visitar a los enfermos
no es así porque de acuerdo con este hadith, uno será recompensado por estas
obras aunque no las haya realizado. ¡Qué gran favor de Alláh Ta'álá, y qué
inmensa Su Bondad! Por realizar 'ibádah uno recibirá la recompensa de otras
numerosas 'ibádát. De hecho, Alláh Ta`álá busca la más pequeña razón para
conceder sus bendiciones que pueden ser obtenidas con un poco de esfuerzo y de
súplica.
“ÉL CONCEDE SIN PEDIR NADA
A CAMBIO,
NO SE BASA EN EL VALOR,
ÉL NO NECESITA EL
PRECIO"
¡Si sólo apreciásemos y
comprendiésemos estos favores como se merece! Pero esto sólo puede venir si
entra en nosotros el verdadero amor y dedicación a nuestro Din.
"SU BONDAD LO ABARCA
TODO,
¿QUÉ TENDRÍA EN CONTRA DE
TI
SI TÚ ERES MERECEDOR?
SI LO MERECES, ENTONCES
RECIBIRÁS BENEFICIOS."
Hadith Número Tres
Ibn 'Abbás (radialláhu
'anhuma) narra que una vez, mientras se encontraba haciendo i'tikáf en la
mezquita del Profeta Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa sallam). Un hombre vino
hacia él, lo saludo, se sentó, y éste le dijo: "Te veo triste y
aproblemado", El hombre respondió: "Si, hijo del tío de Rasúlulláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam), estoy aproblemado pues debo cumplir una
obligación que tengo con cierta persona. Te juro por la santidad de quien
reside en este sagrado lugar que no soy capaz de cumplir con ella". Le
preguntó: "¿Podría interceder con aquella persona por ti?" El hombre
respondió: "Por cierto, si así lo deseas." Se puso los zapatos y
procedió a salir de la mezquita y este hombre le dijo: "¿Te has olvidado
que estás en i'tikáf?" Con lágrimas en los ojos Ibn 'Abbás (radialláhu
‘anhuma) respondió: "No, ciertamente oí decir a quien mora en esta tumba,
y aquel momento está fresco en mi memoria: "Quien se encamina y hace un
esfuerzo por ayudar a su hermano musulmán, este servicio será mejor para él que
hacer i'tikáf por diez años, y quien hace i'tikáf por un día, sólo buscando la
complacencia de Alláh, Alláh abrirá tres trincheras entre él y el fuego del
infierno, y éstas tendrán una distancia entre cada una, del ancho del cielo y
de la tierra". (At-Tabráni)
Comentario
Dos cosas aparecen con
claridad en este hadith. La primera, es que sólo por una día de i'tikáf, Alláh
Tá álá abre tres trincheras entre quien realiza esta acción y el fuego de
Yahannam, cuya extensión abarca la distancia que hay entre los cielos y la
tierra. Por lo mismo mientras más días se cumplan realizando esta acción, mayor
será la recompensa. En el "I<ashful Gummah", 'Allámah Sha'ráni
(rahmatulláhi 'aleihi) relata un hadith en que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi
wa sallam) dijo: "Cualquiera que realice i'tikáf en los últimos diez días
de Ramadán, recibirá la recompensa de dos Ha" y dos `Umrah y cualquiera
que haga i'tikáf en la mezquita entre las oraciones del magrib y el 'ishá
dedicado solamente a hacer saláh y recitar el Corán, Alláh le preparará un
palacio en el Yannah".
En segundo lugar, se nos
demuestra que resolver la necesidad de un hermano musulmán, es retribuido con
una recompensa mayor que la de diez años de i'tikáf. Por ello Ibn 'Abbás
(radialláhu 'anhuma) rompió su i'tikáf, por supuesto, era posible para él
continuarlo posteriormente (lo que él en realidad hizo fue salir de la mezquita
para aliviar el problema de su hermano que estaba seriamente complicado).
Los 'ulamá de Tasauwuf
dicen que Alláh Ta'álá siente compasión por quienes tienen el corazón roto y,
es por ello, que hemos sido severamente advertidos acerca de tener mucho
cuidado con la súplica que un oprimido hace a Alláh Ta'álá. Cada vez que
Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) designaba a alguien como gobernador,
entre los consejos que le daba, solía decir: "Cuídate siempre de la maldición
del oprimido".
"TEME LA SÚPLICA DEL
OPRIMIDO
Y DE LOS QUE CLAMAN,
PUES LA ACEPTACIÓN ES
BIENVENIDA
EN LAS PUERTAS DE
ALLÁH"
Debemos notar que i'tikáf
se rompe en el momento en que salimos de la mezquita, aunque sea para aliviar a
un hermano musulmán que se encuentre en dificultades. Cuando esta i'tikáf es
wáyib, deberá ser realizada de nuevo completamente. Rasúlulláh (sallalláhu
`aleihi wa sallam) no dejaba la mezquita excepto para hacer sus necesidades y
sus abluciones. Tal como Ibn 'Abbás (radialláhu 'anhuma) dejó la mezquita para
ir a auxiliar a su hermano, el mismo espíritu animó a aquel soldado que
agonizaba en la batalla de Yarmúk y que rehúso beber el agua que se le ofrecía
antes que su hermano. Por otra parte, es posible que Ibn 'Abbás (radialláhu
'anhuma) estuviese realizando i'tikáf nafl, en cuyo caso es permitido romperlo.
A modo de conclusión,
quisiera ahora citar un largo hadith que contiene muchas virtudes para
finalizar este libro.
Hadith Número Cuatro
Ibn 'Abbás (radialláhu
'anhuma) dijo que escuchó al Profeta Muhammad (sallalláhu `aleihi wa sallam)
decir: "Ciertamente el Yannah se perfuma con una dulce fragancia durante
Ramadán. Desde el principio del año hasta su fin, es decorado a la espera de la
llegada del bendito mes. Cuando la primera noche de Ramadán aparece, un viento
sopla desde debajo del 'Arsh (Trono). Su nombre es Muthirah y hace que las
hojas de los árboles del Yannah susurren y suenen las manijas de sus puertas,
produciendo un melodioso sonido que ningún oyente había oído antes. Las mujeres
del paraíso se levantan y se ubican en los balcones del Yannah y exclaman: ¿Hay
alguien suplicando a Alláh Ta'álá para que sea casado con nosotras? Entonces
dirán estas doncellas: "¡Oh Riduán! portero del Yannah ¿Qué noche es esta?"
Él responderá: "Labbaik, esta es, de hecho, la primera noche de Ramadán,
cuando las puertas del paraíso se abren para aquellos que ayunan entre la Ummah
de Muhammad."
Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) dijo además: "Dice Alláh Ta'álá, ¡Oh Riduán! Abre las
puertas del Yannah y ¡Oh Málik! (el encargado de guardar las puertas del
infierno) Cierra las puertas de Yahannam para aquellos de entre la ümmah de
Ahmad que ayunan, ¡Oh Yibril! Ve a la tierra y ata a los shayátin con cadenas y
lánzalos al océano para que no hagan ningún mal que pueda estropear el ayuno de
la ümmah de Mi amado Muhammad". Alláh ordena a un heraldo de los cielos
que anuncie tres veces durante cada noche de Ramadán: "¿Hay alguien que
pida algo de Mi para que yo pueda concedérselo? ¿Hay alguien que se arrepienta
ante Mí para que Yo tenga Misericordia de él? ¿Hay alguien que Me pida perdón
para que Yo acepte su arrepentimiento? ¿Quién está ahí que deba dar un préstamo
a Uno cuya riqueza no disminuye y Quien cumple debidamente sin descuentos
injustos?".
Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) dijo: "Cada día al momento del iftár (momento de romper
el ayuno), Alláh Ta'álá libera a miles de miles (un millón) de almas de
Yahannam, todas quienes ya estaban condenadas a entrar en él. En el último día,
Él libera a tantas almas como aquellas que han sido liberadas a lo largo de
todo el mes. En la noche de Lailatul Qadr, Alláh Ta`álá ordena a fibril
('aleihis salám) que descienda a la tierra con un grupo de ángeles, ellos
descienden llevando una bandera de color verde que es colocada en lo alto del
Ka'bah. Yibril ('aleihis salám) tiene cien alas, dos de las cuales son
desplegadas en esta noche, y su extensión abarca el oriente y el poniente,
luego envía a los ángeles para que se dispersen en todas direcciones durante
esta noche y saluden a todos quienes se encuentren, de pie o sentados, en
oración o adorando a Alláh Tá álá. Ellos les saludan y estrechan sus manos con
estos hombres y dicen "Ámin" después de todas sus súplicas hasta que
llega el amanecer y entonces dice Yibr?1 ('aleihis salám): "Partid ¡Oh
grupo de ángeles de Alláh, Partid!" Los ángeles preguntarán: "¿Oh
Yibr?1? ¿Qué ocurrió con las necesidades y suplicas que estos siervos creyentes
de entre la Ummah de Ahmad hicieron a Alláh Ta'álá?" Yibril ('aleihis
salám) responderá: "Alláh Ta'álá les ha visto con Misericordia y les ha
perdonado a todos excepto a cuatro clases de personas".
Preguntamos: "¿Quiénes
son estas personas? ¡Oh Mensajero de Alláh!" Rasúlulláh (sallalláhu
`aleihi wa sallam) respondió: "Los que tienen el hábito de beber alcohol,
los desobedientes con sus padres, los que rompen sus relaciones familiares y
los musháhin". Le preguntamos entonces: "¡Oh Mensajero de Alláh!
¿Quién es un musháhin?". Dijo (sallalláhu 'aleihi wa sallam):
"Aquellos que guardan malos sentimientos de sus hermanos en los corazones
y que rompen relaciones con ellos".
Luego continuó: "En la
noche del `idul Fitr, llamada Lailatul Yáizah (noche de la premiación) y en la
mañana del `id, Alláh Ta'álá envía ángeles a todos los rincones y caminos de la
tierra, para que anuncien con una voz que todas las criaturas pueden oír
excepto los humanos y los genios "¡Oh nación de Muhammad! Salid de
vuestros hogares hacia un Señor que es Graciabilísimo y Noble, Quien concede en
abundancia y perdona los pecados mayores". Cuando las personas van hacia
la oración del `id, Alláh Ta'álá pregunta a los ángeles: ¿Cuál es la recompensa
para los empleados que han cumplido con su trabajo?". Los ángeles
responden: "¡Oh Amo y Señor! Su derecho es recibir la recompensa total por
sus servicios". Alláh Ta'álá dirá entonces: "Sed testigos ¡Oh ángeles
Míos! Por haber ayunado durante el mes de Ramadán, por haber hecho oraciones
para Mí durante las noches, les He concedido como recompensa Mi complacencia y
Mi perdón. ¡Oh siervos Míos! pidan ahora de Mi, pues juro por Mi Honor y Mi
Grandeza, que lo que pidáis de Mi en esta asamblea por vuestras necesidades de
la Otra Vida os lo concederé; y lo que pidáis de Mi por vuestras necesidades
mundanas Lo veré favorablemente. Por Mi Honor juro, en tanto Me obedezcáis,
cubriré vuestras faltas. Por Mi Honor y Mi Grandeza, Juro que no los deshonraré
entre los malhechores y los incrédulos. ¡Marchad ya, Habéis sido perdonados,
estáis complacidos de Mi y Yo lo estoy de vosotros!". Los ángeles, viendo
esta gran recompensa concedida por Alláh Ta'álá a la Ummah de Muhammad en este
día del `id se vuelven muy felices y complacidos".
¡Oh Alláh! Haznos de entre
aquellos afortunados. Ámin.
Comentario
Las páginas anteriores de
este libro, contienen casi todo lo que se dijo en este largo hadith. No
obstante, algunos puntos han de ser atendidos. Vemos que hay algunos que se
verán privados del perdón en Ramadán y son ciertamente desafortunados por no
poder compartir los grandes regalos de Alláh Ta'álá que son concedidos en la
mañana del 'id, entre estas personas se encuentran los que discuten y rompen
sus relaciones con la gente y que desobedecen a sus padres.
Preguntémosle a ellos: si
han causado el descontento de Alláh Tá álá ¿Dónde podrían encontrar refugio
sino en Él? Es triste que, por la razón que sea, se hallen a sí mismos
merecedores de la ira de Alláh Ta'álá, de Su Mensajero (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) y de Yibril ('aleihis salám), a la vez que se han privado ellos mismos
del perdón de Alláh Tá álá. ¿Quién les concederá refugio entonces? ¿Quién y qué
podrá estar junto con los que se han ganado la desdicha de Rasúlulláh
(sallalláhu 'aleihi wa sallam)? ¿Quién podrá ayudarlos cuando el ángel más
cercano a Alláh Tá álá ha hecho un du'á en su contra mientras que Alláh Ta'álá
les ha excluido de Su Perdón y Su Misericordia? Ruego a mis queridos hermanos y
hermanas que piensen sobre su propia situación en este momento. Apártense de
todo aquello que les aleja de Alláh Ta'álá, es tiempo aún para arrepentirse y
corregir, pues mañana habremos de presentarnos en frente de Alláh Ta'álá, para
ser juzgado y donde ni rango, ni riqueza, ni honor alguno servirán. Sólo
nuestras acciones serán tomadas en cuenta por nuestro Juez, Quien conoce
perfectamente nuestra situación en todo momento. Recordemos que Alláh Ta'álá
puede perdonar nuestras faltas en tanto se trate de nuestra relación con Él,
pero no perdonará las faltas que hayamos cometido con nuestros semejantes.
Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) dijo: "La ruina de uno de los de mi Ummah, será la de
quien, en el Día de Qiyámah, traerá sus buenas obras como el saláh, el ayuno y
la caridad. Sin embargo, él maldijo a otro, acusó injustamente a alguien e
hirió a otro, lo que resultará en que cada una de estas personas vendrá con
tales acciones y darán testimonio en contra de él. Como castigo, sus buenas
obras serán tomadas y puestas sobre las de las personas que agravió. Cuando sus
buenas obras se hayan agotado, le serán traídos sus pecados que no podrá
contrarrestar debido a que ya no posee buenas acciones a su favor. Por ello,
entrará a Yahannam". Vemos entonces que a pesar de sus buenas obras, su
pesar y tristeza serán indescriptibles. ¡Que Alláh Ta`álá nos libre, Ámin!
"ME ESFUERZO EN
DIFERENTES LUGARES
SIN LOGRAR RESULTADOS Y
AHORA,
DERROTADO, MIRO HACIA LOS
CIELOS"
Otro punto importante que
merece ser destacado, es que, como hemos visto repetidas veces, es la
existencia de muchas obras y ocasiones que son un medio de obtener el perdón.
El asunto aquí es, si se concede el perdón ¿Por qué debería ser otorgado una y
otra vez? Dicho de otra forma, cuando una persona es perdonada no queda en ella
ningún pecado. Entonces ¿Por qué se le concede nuevamente el perdón? La
respuesta es que cuando le llega el perdón a alguien significa que sus pecados
le fueron perdonados, pero cuando no tiene pecados sobre sí, quiere decir que
se le ha concedido la Gracia y la Misericordia. Otro punto es que Alláh Ta'álá
una y otra vez llama a sus ángeles a ser testigos ¿Por qué esto es así? Aquí se
debe tener en cuenta que los asuntos del Qiyámah en el momento de rendir
cuentas, un testigo será llamado adelante para testificar, luego los ambiá
('aleihimus salám) serán llamados a dar testimonio de si han entregado el
mensaje. Muy a menudo, Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) decía:
"Ciertamente seréis preguntados acerca de mí y mi misión, entonces dad
testimonio de que si he entregado el mensaje".
En Bujári, leemos el
hadith: "En el Día del Qiyámah, Núh (‘aleihis salám) será llamado y
preguntado: ¿Entregaste el mensaje de manera apropiada?, él ('aleihis salám)
responderá: "Sí, lo hice", entonces su Ummah será consultada:
¿Entregó él el mensaje? Ellos responderán:
"No, no
llegó a nosotros ningún anunciador de buenas noticias ni tampoco alguien que
nos advirtiera"
Luego, Núh (‘aleihis salám)
será llamado a atestiguar y él llamará a Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa
sallam) y a su Ummah, ésta atestiguará a favor de Núh ('aleihis salám).
En algunas versiones de
este hadith se dice que será preguntado: ¿Cómo sabéis que Núh ('aleihis salám)
expuso las órdenes de Alláh Ta'álá (si no estuvisteis presente en aquél tiempo)
Ellos responderán: "Porque nuestro Profeta (sallalláhu 'aleihi wa sallam)
nos lo informó."
Del mismo modo los ambiá
serán preguntados, por ello dice el Corán:
“De este modo
hemos hecho de vosotros una comunidad justa para que dierais testimonio de los
hombres y para que el mensajero lo diera de vosotros”
(Surah Al Bacará [2], ayah
[143])
El Imám Fajruddin Rázi
(rahmatulláhi ‘aleihi) escribe que en el Día del Qiyámah habrá cuatro tipos de
testigos:
1. Los Ángeles,
"Cada alma
vendrá acompañada de uno que la conducirá y de un testigo"
(Surah Qáf [50], áyah 21)
«No hay nada
que diga, sin que tenga a su lado, presente, un vigilante»
(Surah Qáf [50], áyah 18)
"Cuando
tenéis a dos guardianes pendientes de vosotros, nobles escriba que saben lo que
hacéis"
(Surah Al Infitár [82],
áyat 10, 11 y 12)
2. Los Profetas (ambiá),
«Y he sido
testigo de ellos mientras permanecí en su compañía"
(Surah Al Máidah (5], áyah
117)
“¿Yqué pasará
cuando traigamos aun testigo de cada comunidad y te traigamos a ti como testigo
sobre ellos?”
(Surah An-Nisáá [4], áyah
41)
3. La Ummah de Muhammad (sallalláhu 'aleihi wa
sallam),
"Se hará
venir a los Profetas y los testigos"
(Surah Az-Zumar [39], áyah
69)
4. Las partes del cuerpo,
“Hoy les
sellaremos la boca y serán sus manos las que nos hablen y serán sus pies los
que den testimonio de lo que se ganaron”
(Surah Yasín [36], áyah 65)
El último hadith que
discutiremos, entrega un jubiloso mensaje a los bienaventurados, Alláh Ta'álá
dice que Él no humillará a quienes cumplan con sus obligaciones en frente de
los incrédulos y pecadores. Este es un ejemplo de la inmensa Misericordia y
bondad que Alláh Ta'álá muestra sobre el rango de los musulmanes. Además, para
aquellos que buscan complacer a Alláh Ta'álá recibirán la bendición de que sus
faltas y pecados serán cubiertos en esta ocasión.
'Abdulláh Ibn 'Umar (radialláhu
`anhuma) narra que Rasúlulláh (sallalláhu `aleihi wa sallam) dijo: "En el
Día del Juicio Final, Alláh Ta'álá llamará a un creyente para que se aproxime a
Él. Una cortina será colocada de tal manera que nadie pueda ver y Alláh Ta'álá
le mostrará cada una de sus faltas y pecados que este siervo admitirá. Al ver
el gran número de faltas, esta persona sentirá que está perdido y que no se
podrá salvar. Pero entonces Alláh Ta'álá dirá: En el mundo Yo cubrí tus faltas
y en este Día también las he ocultado y perdonado para ti." Luego se le
entregará su Libro de Buenas Obras".
El contenido de este hadith
está presente también en otros ahádith. Uno debería de tener cuidado de no
atacar a la gente recta por sus faltas, pues, es posible que estas les sean perdonadas.
Es también posible que el verdadero perdedor sea aquel que calumnia y difama a
quien busca, de alguna manera, complacer a Alláh Ta'álá. Es probable que Alláh
Ta'álá oculte sus faltas y se las perdone por sus buenas obras, mientras que
quien difama y habla mal de los demás y se burle de ellos, pueda estar
construyendo su propia destrucción. ¡Quiera Alláh Ta'álá perdonarnos y tener
misericordia de nosotros! Ámin.
Este hadith también afirma
que en la noche anterior al ‘id es llamada la noche de la premiación, cuando
Alláh Ta'álá entrega la verdadera recompensa. Esta noche también merece ser
recocida apropiadamente. Es cierto que cuando se anuncia la fecha exacta del
'id, muchos de nosotros, incluso los más piadosos, nos dedicamos a dormir la
última noche, no obstante que esta es una noche que debe dedicarse a la
'ibádah. Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Quien permanece
en oración durante la noche de los dos Id, con el propósito de ganar la
recompensa, su corazón no morirá en el día en que los corazones estarán
muertos". El significado de esto es que cuando el mal tome posesión de
todo, ese corazón estará vivo (a salvo del mal). Puede referirse también al
tiempo en que se soplará la trompeta que anuncia el Día del Qiyámah y su alma
permanecerá consciente.
Rasúlulláh (sallalláhu
'aleihi wa sallam) dijo también: "Quien permanezca despierto en 'ibádah
durante estas cinco noches, se hará obligatoria para él la entrada al Yannah,
Lailatut-Tarwiyah (la noche que precede al día ocho de Dhul Hiyyah), Lailatul
'Arafah (la noche que precede al día nueve de Dhul t-Iiyyah), Lailatul Nahr (la
que precede al diez de Dhul Hiyyah), la noche anterior al 'idul Fitr y la que
precede al día quince de Sha'bán".
Los jurisprudentes
musulmanes han escrito que es mustahab (recomendable) realizar 'ibádah en las
noches que preceden a los días de 'id. Se reporta en el "Máthabata
Bis-Sunnah" que el Imám Sháfi'i (rahmatulláhi `aleihi), narró que hay
cinco noches en las cuales el du'á es aceptado: La noche antes de Yumu'ah; Las
noches anteriores a ambos 'id; La noche primera de Rayab y la noche quince de
Sha'bán (Lailatul Bará-ah).
Entre los piadosos se ha
dicho que debido a la grandeza de la noche del viernes, debiéramos de usarlas
para hacer 'ibádah durante el mes de Ramadán. Hay algunos ahádith donde se nos
ha prohibido dedicar sólo esa noche para 'ibádah, por ello es mejor que se le
agreguen una o dos noches más.
Hemos llegado al final de
este libro, esperamos que sea beneficioso para quienes desean complacer a Alláh
Ta'álá. Ruego a todos quienes han leído este libro para que hagan una súplica
para mí, durante el tiempo tan especial de Ramadán, es posible que por ello
Alláh Ta'álá me conceda su amor y felicidad. Ámin.
POEMAS DEL AUTOR
“AUNQUE SOY PECADOR E INDIGNO,
¡OH SEÑOR DEL MUNDO!”
"DONDE PUEDO VOLVER A
ACERCARME A TU PUERTA?"
“¿QUIÉN ESTA AHÍ PARA UN
MENDIGO COMO YO?
SINO Tú”
ESTOY DESTRUIDO,
PERDIDO EN LOS VIENTOS DE
LA DESEPERACIÓN,
NO MIRES MIS OBRAS,
ARROJA UNA MIRADA DE BONDAD
¡OH Allah! POR TU MISERICORDIA,
BONDAD Y CLEMENCIA.
SOBRE MI HAY UNA NUBE DE
PECADOS,
Y UN MAR DE DIFICULTADES
BAJO MIS PIES.
LA TRISTEZA ME RODEA POR
DOQUIER,
SE BONDADOSO PRONTO.
ALGÚN CAMINO DE LIBERTAD
PARA ESTA ALMA AFLIGIDA.
EL APOYO DE LA ADORACIÓN
ES PARA LOS ADORADORES.
EL APOYO DE LA ABSTINENCIA
ES PARA LOS ABSTINENTES.
Y SÓLO EL CORAZON SINCERO
LLORA
POR ESTA INCAPACIDAD.
NO DESEO RIQUEZA NI
POBREZA.
NI ADORACIÓN, NI PIEDAD.
NI BUSCO EL CONOCIMIENTO O
LA ELOCUENCIA.
DESEO UN CORAZÓN ADOLORIDO
POR ALLÁH.
LA INTELIGENCIA, LA
CONCIENCIA,
LA PREOCUPACIÓN Y LAS
BENDICIONES
DE ESTE MUNDO QUE ME HAZ
CONCEDIDO,
¡OH ALLÁH! SON INCONTABLES.
PERO DAME AHORA, ¡OH ALLÁH!
LA BENDICION QUE ME SERVIRÁ
PARA SIEMPRE.
LA CONDICIÓN DE ESTE
DESAFORTUNADO,
ES ESTAR ABATIDO Y ARRUINADO.
¡OH Alláh! AYÚDAME,
ESTE ES EL TIEMPO DE
AYUDAR,
PUES TÚ ERES BONDADOSO,
Y TÚ MISERICORDIA
NO TIENE LIMITES.
AUNQUE SOY UN SIERVO
PECADOR,
LLENO DE FALLAS, MI PECADO
ES MI CORAJE,
Y TU NOMBRE ES GAFUR (El
Perdonador).
SOY TUYO, NO IMPORTA QUE
SEA YO,
¡OH BONDADOSO SEÑOR! ERES
EL SANADOR,
SUFICIENTE EN LA DIFICULTAD
ERES SUFICIENTE PARA MI,
ERES MI SEÑOR, ERES EL
MEJOR
CONSUELO PARA MI."