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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
criticaba al que desayunaba, a la vez que el desa-
yunante no criticaba al ayunante’.
XXVI
Quien muere debiendo ayuno
949.
‘Âisha dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P)
dijo: «Si alguien muere debiendo días de ayuno
(de Ramadán), su custodio (albacea) deberá ayu-
nar por él»’.
950.
‘Abdullah bin ‘Abbâs dijo: ‘Un hombre
vino ante el Profeta (B y P) y le dijo: ‘¡Mensaje-
ro de Dios! Mi madre murió debiendo un mes
de ayuno (de Ramadán) ¿Debo compensarlo por
ella?’ El Profeta (B y P) dijo: «Sí, las deudas con
Dios son las que más merecen ser saldadas»’.
XXVII
¿Cuándo le es permitido desayu-
nar al ayunante?
951.
El hadiz de Ibn Abi Awfa con las palabras
del Profeta (B y P): «Desmonta y prepárame un
poco de sawîq con agua» fue mencionado recien-
temente (Nro. 943). En esta versión dice: «Si veis
que la noche avanza desde allí, que desayune el
ayunante» y apuntó con su dedo al este.
XXVIII
Apresurar el desayuno (iftâr)
952.
Sahl bin Sâ‘d relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «La gente seguirá bien mientras
se apresuren a desayunar».
XXIX
Si desayuna durante Ramadán y
después ve que el sol aún es visi-
ble (que no se había puesto)
953.
Asmâ’ bint Abi Bakr dijo: ‘Un día nubla-
do, en la época del Profeta (B y P), desayunamos
y después vimos el sol entre las nubes’.
XXX
El ayuno de los menores
954.
Al-Rubay’ bint Mu‘awwadh dijo: ‘El Pro-
feta (B y P) mandó un enviado a las viviendas
de los ansâríes en el día de ‘Ashurâ’; dijo: ‘Quien
amaneció y comió que complete su día (ayunan-
do) y quien amaneció ayunando que siga con su
ayuno». Luego agregó: ‘Desde esa vez ayunamos
regularmente ese día y hacemos ayunar a nues-
tros niños; les hacemos juguetes de lana y si uno
de ellos llora por la comida le damos los juguetes
hasta que llega la hora del desayuno’.
XXXI
La continuación del ayuno (por
más de un día)
955.
Abû Sa‘îd dijo que oyó al Mensajero de
Dios (B y P) decir: «No continuéis vuestro ayuno
(sin comer por más de un día o dos). Quien quie-
ra continuar ayunando debe hacerlo sólo hasta un
poco antes del alba (del día siguiente)».
XXXII
El castigo de quien se excede
continuando el ayuno con fre-
cuencia
956.
Abû Huraira dijo: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) prohibió el ayuno continuado y un hom-
bre de los musulmanes le dijo: ‘Pero tú también
lo haces Mensajero de Dios (B y P)’. El Profe-
ta (B y P) dijo: «¿Y quién de vosotros es igual a
mí? Por las noches mi Señor me da de comer y
de beber». Cuando vio que se rehusaban a dejar
el ayuno continuado, lo practicó con ellos por un
día y luego otro, hasta que vieron la luna nueva
de Shawwál. El Profeta (B y P) dijo: «Si la luna
no hubiese llegado seguiría con el ayuno». Como
castigo porque ellos se rehusaron a dejarlo’.
En otra versión les dice: «Realizad las obras
que están dentro de vuestras posibilidades».
XXXIII
Quien obliga a su hermano mu-
sulmán a romper su ayuno vo-
luntario (supererogatorio) con
un juramento
957.
Abû Ÿuhayfa dijo: ‘El Profeta (B y P) her-
manó entre Salmân y Abû Al-Dardâ’. Un día Sal-
mân fue a visitar a Abû Al-Dardâ’ y vio a su esposa
con ropa andrajosa; le dijo: ‘¿Qué te sucede?’ Ella