Page 198 - Sahih Al-Bujari

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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
un asno que tenía una silla cubierta con terciope-
lo e hizo montar detrás de él a Usâma.
1282.
‘Abdullah bin ‘Umar relató que el Men-
sajero de Dios (B y P) entró en Makka, el día de
la conquista, desde su parte alta montando sobre
su camella, haciendo montar detrás de él a Usâma
bin Zayd. Junto a él venía Bilâl y ‘Uzmân bin Tal-
ha que era de los custodios (de la Ka‘ba). Cuando
llegó a la mezquita, bajó de su montura y ordenó
(a ‘Uzmân) que trajera la llave de la Casa Sagra-
da y la abrió. El Mensajero de Dios (B y P) entró
y el resto del hadiz ya fue mencionado (ver Nro.
317).
LIX
Es desaconsejable viajar con
copias del Corán a tierra del
enemigo
1283.
‘Abdullah bin ‘Umar también relató que
el Mensajero de Dios (B y P) prohibió viajar lle-
vando copias del Corán a un país hostil.
LX
Lo que es desaconsejable al le-
vantar la voz pronunciando el
takbîr
1284.
Abû Mûsâ Al-Ash‘ari dijo: ‘Viajábamos
con el Mensajero de Dios (B y P) y cada vez que
pasábamos por una elevación decíamos: No hay
más Dios sino Dios y pronunciábamos el takbîr.
Debido a ello nuestras voces se elevaban bastante.
El Profeta (B y P) dijo entonces: «¡Oh gente! Sed
misericordiosos con vosotros mismos. No estáis
rogando a un sordo o ausente. Él está con voso-
tros y Él es Omnioyente y Cercano»’.
LXI
Decir
subhâna allah
(glorifi-
cado sea Dios) al descender por
un valle
1285.
Ÿâbir bin ‘Abdullah Al-Ansâri dijo:
‘Cuando subíamos a una elevación pronunciába-
mos el takbîr y cuando descendíamos decíamos:
Subhâna Allah
’.
LXII
Al viajero se le registra una
recompensa equivalente a lo
que hacía cuando estaba en su
hogar
1286.
Abû Mûsâ Al-Ash‘ari dijo: ‘El Mensajero
de Dios (B y P) dijo: «Cuando el siervo se enfer-
ma o viaja, se le registra una recompensa similar a
la de lo que hacía estando sano en su hogar»’.
LXIII
Viajando solo
1287.
‘Abdullah bin ‘Umar relató que el Pro-
feta (B y P) dijo: «Si la gente supiese lo que yo sé
de viajar solo, no viajarían sobre sus monturas ni
una noche».
LXIV
El ÿihâd con permiso de ambos
padres
1288.
‘Abdullah bin ‘Amrû dijo: ‘Un hombre
llegó ante el Profeta (B y P) y le pidió permiso
para salir en el ÿihâd. El Profeta (B y P) le pregun-
tó: «¿Están vivos tus padres?» Le respondió: ‘Sí’.
Entonces le dijo: «Esfuérzate, pues, con ellos»’.
LXV
Lo que se menciona sobre col-
gar campanas o algo similar
del cuello de los camellos
1289.
Abû Bashîr Al-Ansâri relató que esta-
ba acompañando al Mensajero de Dios (B y P) en
una de sus campañas. La gente estaba en sus cam-
pamentos y el Mensajero de Dios (B y P) mandó
un enviado que dijo: ‘Que no quede ningún collar
de cuerda u otro collar en los cuellos de los came-
llos; todos deben ser cortados’.
LXVI
Si un hombre se enlistó en el
ejercito y luego su mujer sale
al haÿÿ o tiene otra excusa le-
gal... ¿se le puede dar licencia?
1290.
‘Abdullah bin ‘Abbâs relató que oyó al
Profeta (B y P) decir: «No se puede quedar a solas