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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
Moisés) en hebreo y lo explicaban en árabe para
los musulmanes. El Mensajero de Dios (B y P)
dijo: «No creáis a la Gente de la Escritura ni los
desmintáis; decid:
‘¡Creemos en Dios y en lo que
se nos ha revelado!’
»’.
IX
Las palabras de Dios:
Hemos he-
cho así de vosotros una comu-
nidad moderada para que seáis
testigos de la gente
(2:143)
1720.
Abû Sa‘îd Al-Judrî dijo: ‘El Mensaje-
ro de Dios (B y P) dijo: «Nûh (Noé) será llama-
do el Día de la Resurrección y dirá: ‘¡Obedezco
tu llamado Señor!’ (Dios) dirá: ‘¿Hiciste llegar (el
mensaje del monoteísmo)?’ Nûh dirá: ‘Sí’. Enton-
ces se dirá a su nación: ‘¿Os hizo llegar (el mensa-
je)?’ y ellos dirán: ‘¡No nos llegó advertencia algu-
na!’ Dios dirá: ‘¿Quién atestigua por ti?’ Nûh dirá:
‘Muhammad y su nación’ y los musulmanes tes-
tificarán que él hizo llegar (el mensaje)
para que
el Enviado sea testigo de vosotros
y eso es lo que
significan las palabras de Dios:
Hemos hecho así
de vosotros una comunidad moderada para que
seáis testigos de la gente y para que el Enviado
sea testigo de vosotros
»’.
X
Las palabras de Dios:
¡Venid,
luego, de donde vienen los
demás y pedid perdón a Dios!
(2:199)
1721.
‘Âisha relató que los qurayshíes y quie-
nes seguían su religión (la idolatría preislámica)
solían pararse en Al-Muzdalifa y la llamaban:
«Al-Hums» y el resto de los árabes se paraban en
‘Arafa. Cuando llegó el Islam, Dios ordenó a Su
Profeta (B y P) que vaya a ‘Arafa, que se detenga
en ella y que luego salga de allí.
XI
Las palabras de Dios:
Otros di-
cen: ‘¡Señor! ¡danos el bien n esta
vida y en la otra y presérvanos
del castigo del fuego!’
(2:201)
1722.
Anas bin Mâlik dijo: ‘El Profeta (B y P)
solía decir: «¡Oh Dios! ¡Señor nuestro! ¡Danos el
bien en esta vida y en la Otra! ¡Y presérvanos del
castigo del Fuego!»’
XII
Las palabras de Dios:
No piden a
la gente...
(2:273)
1723.
Abû Huraira dijo: ‘El Profeta (B y P)
dijo: «El pobre no es el que se basta con uno o dos
dátiles, ni con una o dos bocanadas de comida;
el pobre es quien evita pedir a la gente y mostrar
su pobreza. Recitad si queréis:
No piden a la gen-
te...
»’.
Sûrat Âl ‘Imrân (La Familia de
‘Imrân, Nº 3)
XIII
Las palabras de Dios:
En ella
hay aleyas claras y elocuentes
que son la matriz del Libro y
otras son ambiguas...
(3:7)
1724.
‘Âisha dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P)
recitó esta aleya:
En ella hay aleyas claras y elo-
cuentes que son la matriz del libro y otras son
ambiguas. Los de corazón extraviado siguen las
ambiguas...
y dijo: «Cuando veáis a los que pro-
curan los versos ambiguos pues sabed que son los
que Dios mencionó y estad alertas de ellos»’.
XIV
Las palabras de Dios:
Los que
venden la alianza con Dios y
sus juramentos por un mezquino
precio no tendrán parte en la
otra vida...
(3:77)
1725.
‘Abdullah bin ‘Abbâs relató que dos mu-
jeres estaban arreglando zapatos en una casa y
disputaron; una de ellas salió de la casa con un
punzón atravesado en su mano y acusó a la otra.
El caso de ambas mujeres fue elevado a ‘Abdu-
llah bin ‘Abbâs y él dijo: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) dijo: «Si se le diera a la gente según sus
alegatos (sin comprobarlos) se perdería la vida y
las propiedades de la nación»; recuérdale de Dios
(a la acusada) y recítale:
Los que venden la alian-
za con Dios y sus juramentos por un mezquino
precio no tendrán parte en la otra vida...
’ y él