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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
fitna? Muhammad (B y P) combatía a los politeís-
tas y este combate era una fitna; no como vuestros
combates por el poder’.
Sûrat Bará‘a o Sûrat Ul-Tawba
(Sura El Arrepentimiento, Nº 9)
XXXIII
Las palabras de Dios:
otros, en
cambio, reconocen sus pecados...
(9:102)
1746.
Samura bin Ÿundab dijo: ‘El Mensajero
de Dios (B y P) nos dijo: «Por la noche (en sue-
ños) vinieron a mí dos visitantes y me llevaron a
una ciudad construida con ladrillos de oro y la-
drillos de plata. Allí encontramos gente cuya mi-
tad tenía la mejor apariencia que se haya visto y
su otra mitad tenía la más fea apariencia que se
haya visto. Los dos visitantes les dijeron: ‘Id y su-
mergíos en ese río’. Se sumergieron en el río y re-
tornaron a nosotros; la parte fea había desapare-
cido y tenían la más hermosa apariencia. (Los dos
visitantes) me dijeron: ‘Este es el jardín de ‘Adn
(el Edén) y aquella será tu morada. La gente que
tenía una mitad bella y una mitad fea son los que
mezclaron buenas obras con otras malas y fueron
perdonados por Dios’»’.
Sûrat Hûd (la sura Hûd, Nº 11)
XXXIV
Las palabras de Dios:
... Su tro-
no estaba en al agua...
(11:7)
1747.
Abû Huraira relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «Dios dijo:
‘¡Gasta (Oh hom-
bre)! ¡Que yo gastaré en ti!’
». También dijo: «La
mano de Dios está colmada y no le afecta gastar
continuamente día y noche» y dijo: «¿Veis lo que
ha gastado desde que creó los cielos y la tierra?
Pues no ha disminuido lo que tiene en Su mano;
Su Trono estaba sobre el agua y en Su mano está
la balanza, elevando o bajando (gente)».
XXXV
Las palabras de Dios:
Así cas-
tiga tu señor cuando castiga
las ciudades que son impías...
(11:102)
1748.
Abû Mûsa dijo: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) dijo: «Dios da respiro al injusto; pero,
cuando lo sujeta, no lo suelta» y luego recitó:
Así
castiga tu señor cuando castiga las ciudades que
son impías...
’.
Sûrat Ul-Hiÿr (Sura Las Habita-
ciones de Piedra, Nº 15)
XXXVI
Las palabras de Dios:
Pero, si
uno de ellos escucha furtiva-
mente, le persigue una llama
brillante
(15:18)
1749.
De Abû Huraira, hasta llegar al Profeta
(B y P), que dijo: «Cuando Dios determina algo
en el cielo los ángeles golpean sus alas en obe-
diencia a Su palabra, con el sonido de las cadenas
golpeando la roca. Cuando el temor abandona sus
corazones se dicen: ‘¿Qué dijo vuestro Señor?’ y
los otros responden al que preguntó:
¡La Verdad!
Él es el Altísimo, el Grandioso
(34:23)’. Entonces,
los que oyen furtivamente (los demonios), que se
suben así uno sobre otro. Y tal vez las flameantes
centellas alcancen al furtivo escucha, antes de que
comunique la noticia al que está debajo suyo, y lo
fulminen. Y tal vez no lo alcancen hasta que ya
comunicó la información a su compañero debajo
de él. Así (se van pasando la información), hasta
que la lanzan sobre la tierra, y la encuentras en la
boca del hechicero, el cual le añade cien menti-
ras. Cuando acierta dicen: ‘¿Acaso no nos infor-
mó que en tal o cual día ocurriría tal o cual cosa
y resultó verdad?’ por la palabra que se escuchó
en el cielo».
Sûrat Ul-Nahl (Sura La Abeja,
Nº 16)
XXXVII
Las palabras de Dios:
A algunos
de vosotros deja que lleguen a
una edad decrépita...
(16:70)
1750.
De boca de Anas bin Mâlik, que el Men-
sajero de Dios (B y P) solía rogar a Dios: «¡En Ti
me refugio de la avaricia y la pereza! ¡De la extre-
ma ancianidad y del castigo de la tumba! ¡De la
sedición del Falso Mesías y de la atribulación de
la vida y la muerte!»