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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
por su cabeza, su cara y el frente de su cuerpo; ha-
cía eso tres veces.
VI
•
El descenso del sosiego y los
ángeles al leer el Corán
1815.
Usayd bin Hudayr relató que, en cier-
ta ocasión, él estaba recitando la sura ‘Al-Baqara’
mientras tenía a su caballo amarrado junto a él.
De pronto, el caballo se puso intranquilo; cuando
calló el caballo se calmó. Cuando reinició la re-
citación el caballo se puso nervioso nuevamente;
Usayd se detuvo. Su hijo Yahya estaba cerca de él
y temió que el caballo lo golpee; cuando tomó a su
hijo y se alejó, miró al cielo y no lo pudo ver. Cuan-
do amaneció, le contó al Profeta (B y P), quien
dijo: «¡Recita Ibn Hudayr! ¡Recita Ibn Hudayr!»
Ibn Hudayr dijo (al Profeta (B y P)): ‘Temí pues,
Mensajero de Dios (B y P), que pise a mi hijo, que
estaba cerca de él; así que levanté mi cabeza y fui
hacia él; cuando levanté mi cabeza, vi que había
algo como una nube que contenía algo como lám-
paras. Salí para no verla’. El Profeta (B y P) dijo:
«¿Y sabes qué era eso?» Hudayr agrega: ‘Dije: ‘No’.
Dijo (el Profeta (B y P)): «Esos eran los ángeles
que bajaron por tu voz; su hubieses continuado
con la recitación la gente los habría podido ver,
pues no hubieran desaparecido»’.
VII
•
Deseos de ser como quien recita
el Corán
1816.
Abû Huraira relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «No habrá envidia (ganas de de-
sear ser como otro) excepto en dos (casos): Un
hombre al que Dios le enseñó el Corán y lo recita
noche y día; su vecino le escucha y dice: ‘¡Ojalá
hubiese recibido lo mismo que recibió fulano; ha-
ría lo mismo que hace!’ y un hombre al que Dios
dio bienes y los gasta en lo justo; entonces dice
otro hombre: ‘¡Ojalá hubiese recibido lo mismo
que recibió fulano; haría lo mismo que hace!’»
VIII
•
Los mejores de vosotros son
quienes aprenden el Corán y lo
enseñan
1817.
‘Uzmân relató que el Profeta (B y P)
dijo: «Los mejores de vosotros son los que apren-
den el Corán y lo enseñan».
1818.
‘Uzmân también dijo, en otra versión:
‘El Profeta (B y P) dijo: «En verdad que los mejo-
res de vosotros son los que aprenden el Corán y
lo enseñan»’.
IX
•
La memorización del Corán y su
continua recitación
1819.
‘Abdullah bin ‘Umar relató que el Pro-
feta (B y P) dijo: «El caso de quien memoriza el
Corán es el del dueño de camellos atados: Si los
mantiene atados continuamente los controlará; y
si los suelta se irán».
1820.
‘Abdullah bin ‘Umar dijo: ‘El Profeta
(B y P) dijo: «Es algo malo para cualquiera de vo-
sotros que diga: ‘Me olvidé de tal o cual aleya’; se
la hicieron olvidar (por su negligencia en recitar-
la). Memorizad el Corán y repasadlo; pues es más
fácil de escaparse de los pechos de los hombres
que (se escapen) los camellos (que estaban ata-
dos)»’.
1821.
Abû Mûsa relató que el Profeta (B y P)
dijo: «Repasad continuamente vuestra memori-
zación del Corán, pues ¡Por el que tiene mi alma
en Su mano! Es más huidizo que los camellos de
sus ataduras».
X
•
Prolongar ciertos sonidos al
recitar el Corán
1822.
Anas bin Mâlik relató que se le pregun-
tó: ‘¿Cómo era la recitación del Profeta (B y P)?’
y él respondió: ‘Solía prolongar ciertos sonidos’,
luego recitó:
Bismillahi rahmâni rahîm (En el
Nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso
)
prolongando el (
bismillâh
), prolongando el ‘
Al-
Rahmân
’ y prolongando el ‘
Al-Rahîm
’.
XI
•
Embellecer la voz al recitar
1823.
Abû Mûsa relató que el Profeta (B y P)
le dijo: «¡Abû Mûsa! Se te ha concedido una de las
flautas de Dawûd» (en referencia a su bella voz).
XII
•
Cuánto es el tiempo apropiado
para recitar el Corán
1824.
‘Abdullah bin ‘Amru bin Al-‘Âs dijo: ‘Mi
padre me casó con una mujer de familia noble; le