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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
te) ha pedido, hasta que el primer pretendiente
abandone su proposición o le permita (presentar
su proposición)’.
XVII
Condiciones que no son permiti-
das en el matrimonio
1852.
Abû Huraira relató que el Profeta (B y P)
dijo: «No es permitido que una mujer pida divor-
ciar a su hermana (la primera mujer de su futu-
ro esposo), para quedarse con todo, pues recibirá
sólo lo que Dios le ha prescrito».
XVIII
Las mujeres que presentan a la
mujer ante su esposo y sus ple-
garias por bendiciones (para la
pareja)
1853.
‘Âisha relató que preparó a una mujer
para su matrimonio con un hombre de los ansâr
y el Profeta (B y P) dijo: ‘¿No teníais ninguna di-
versión? (en el matrimonio) pues a los ansâr les
gusta la diversión’.
XIX
Lo que un hombre dice al tener
relaciones sexuales con
su esposa
1854.
‘Abdullah bin ‘Abbâs dijo: ‘El Profeta
(B y P) dijo: «Si un hombre dice al tener relacio-
nes sexuales con su esposa: ‘En el nombre de Dios
¡Por Dios! aleja de mí a Satán y aléjalo de lo que
concedas’ y luego se les dota algo de esa relación
o se prescribe que ambos tengan un hijo, este no
será dañado por Satán nunca»’.
XX
El banquete de bodas, aunque
sea con un solo carnero
1855.
Anas bin Mâlik dijo: ‘El Profeta (B y P)
nunca ofreció como banquete de bodas, por nin-
guna de sus esposas, lo que ofreció en su boda
con Zaynab; ofreció un carnero’.
XXI
El que ofrece un banquete de
bodas con menos de un carnero
1856.
Safiyya bint Shayba dijo: ‘El Profeta
(B y P) ofreció como banquete de bodas, con una
de sus esposas, dos mudd de cebada’.
XXII
La obligación de asistir a los
banquetes de bodas y otras in-
vitaciones; y quien da un ban-
quete de siete días o algo así
1857.
‘Abdullah bin ‘Umar relató que el Men-
sajero de Dios (B y P) dijo: «Si alguien es invitado
a un banquete de bodas debe asistir».
XXIII
La exhortación a cuidar de las
mujeres
1858.
Abû Huraira relató que el Profeta (B y P)
dijo: «Quien cree en Dios y el Día Final que no
dañe a su vecino. Y os encomiendo que tengáis
en buen cuidado a las mujeres; pues ellas fueron
creadas de una costilla y lo más torcido de la cos-
tilla es su parte superior. Si quieres enderezarla la
romperás y si la dejas sigue torcida; así pues, os
encomiendo que cuidéis bien de las mujeres».
XXIV
El buen trato con la familia
1859.
‘Âisha dijo: ‘Once mujeres se sentaron
y acordaron y se comprometieron a no esconder
nada sobre sus esposos. La primera dijo: ‘Mi es-
poso es como la carne de un camello débil y fla-
co que está sobre una montaña: No es fácil subir
a ella y su carne no vale la pena el esfuerzo de
bajarla de allí’ . La segunda dijo: ‘No hablaré de
mi esposo, pues temo no terminar; porque, si lo
describo, mencionaré todos sus defectos y malos
tratos’. La tercera dijo: ‘Mi esposo es un hombre
alto; si lo describo (y se entera) me divorciaría; y
si me callo tampoco me trataría como a una espo-
sa’. La cuarta dijo: ‘Mi esposo es una persona mo-
(1) Quiere decir que su esposo es de mala conducta,
arrogante, miserable y no vale nada.