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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
te, donde había empezado y luego se lavó ambos
pies.
XXXI
El uso del agua restante de la
ablución
144.
Abû Ÿuhayfa  dijo: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) vino a nosotros al mediodía y se le trajo
agua para la ablución. La gente comenzó a reco-
ger las sobras de su ablución y se la untaban por
el cuerpo. El Profeta (B y P) rezó dos rak‘ât para el
mediodía y dos rak‘ât por la tarde (
Al-‘asr
) y tenía
frente a él una vara de madera (como
sutra
) ’.
145.
Al-Sâ‘ib bin Yazîd  relató: ‘Mi tía materna
me llevó ante el Profeta (B y P) y le dijo: ‘¡Mensa-
jero de Dios! El hijo de mi hermana tiene una en-
fermedad en sus piernas’. El pasó sus manos sobre
mi cabeza y rogó a Dios que me bendiga. Luego
realizó la ablución y yo bebí de esa agua que usó.
Me paré detrás de él y vi en sus espaldas la marca
de la Profecía; era como la mancha de la perdiz’.
XXXII
El hombre que hace la ablución
junto a su esposa
146.
‘Abdullah bin ‘Umar relató: ‘Los hom-
bres hacían la ablución junto con las mujeres en
la época del Mensajero de Dios (B y P)’.
XXXIII
El Profeta vertió el agua de su
ablución sobre una persona in-
consciente
147.
Ÿâbir bin ‘Abdullah dijo: ‘El Mensajero de
Dios (B y P) vino a visitarme mientras yo estaba
(1) Su nombre es
Wahb bin ‘Abdullah al ‘Âmirí
. Mu-
rió en el año 74 H.
(2)
Sutra
: ar. “protección, cubierta”. Cualquier objeto
que se levante por lo menos un pie del suelo. Debe estar
frente a la persona haciendo el salat actuando como una
barrera simbólica entre él y los demás.
(3)
Al-Sâ‘ib bin Yazîd
, Kindî, fue llevado al haÿÿ jun-
to con el Profeta (B y P) cuando tenía siete años. Murió el
año 91 H. en Medina.
enfermo e inconsciente. El hizo la ablución y regó
sobre mí el agua de la misma; y recuperé la cons-
ciencia y dije: ‘¡Mensajero de Dios! ¿Con quién
quedará mi herencia si no tengo ancestros ni des-
cendientes vivos?’ Entonces las aleyas divinas que
tratan sobre la herencia fueron reveladas’.
XXXIV
Tomar baño o hacer la ablución
de un mijdab 
148.
Anas relató: ‘Llegó la hora de la oración;
quien vivía cerca fue a su casa (a lavarse) y quedó
un grupo (sentado). Entonces, se trajo un peque-
ño mijdab de roca pintada con agua para el Men-
sajero de Dios (B y P). El mijdab era tan pequeño
que no se podía ni extender la palma de la mano
en él. Y se hizo la ablución todo el grupo. Pre-
guntamos: ‘¿Cuantos erais?’ Anas dijo: ‘Éramos
ochenta o más’.
149.
Abû Mûsâ relató que: El Mensajero de
Dios (B y P) pidió un recipiente con agua; se
lavó en él las manos y la cara; luego se enjuagó
la boca.
150.
‘Âisha relató: ‘Cuando la enfermedad del
Profeta (B y P) se agravó y la dolencia se hizo más
fuerte, pidió a sus esposas que le permitan ser tra-
tado en mi casa y ellas se lo concedieron. Salió,
pues, el Profeta (B y P) hacia mi casa, cargado por
dos hombres; sus piernas arrastraban por el suelo.
Estaba apoyado entre ‘Abbâs y otro hombre’. ‘Âis-
ha añadió: ‘El Profeta (B y P) dijo, después de ser
llevado a su casa y que haya empeorado su enfer-
medad: «Vertid sobre mí el agua de siete odres sin
desatar sus ataduras, para que pueda dar algún
consejo a la gente». Lo sentamos en un recipiente
que pertenecía a Hafsa, esposa del Profeta (B y P);
luego empezamos a rociarle el agua de los odres,
hasta que nos indicó: «Habéis hecho lo que pedí».
Luego salió a ver a la gente’.
151.
Anas relató que: ‘El Profeta (B y P) pidió
un recipiente con agua y se le trajo un recipiente
con base ancha con un poco de agua y él puso sus
dedos en él. Vi como el agua brotaba entre ellos’. Y
añadió: ‘Calculé cuántos hicieron la ablución del
recipiente y eran entre setenta y ochenta’.
(4) El
mijdab
es un pequeño recipiente de piedra, casi
como un pote o un platillo.